Revista Vitral No. 78 * año XIII * marzo - abril de 2007


NUESTRA HISTORIA

 

LAS CARRERAS DE AUTOMÓVILES

WILFREDO DENIES VALDÉS

 

 

 

El 20 de mayo de 1918 comenzaron a efectuarse carreras de automóviles organizadas por el Ayuntamiento pinareño y la Asociación de Choferes que presidía Amable Hernández, propietario de la agencia de automóviles Chevrolet, ubicada en la esquina de Martí y Coloma.
Para determinar los premios se constituyó un jurado encabezado por el Alcalde Municipal Juan María Cavada y del Haya y otras autoridades del territorio. Consistían en copa de plata para el primer lugar, y para el segundo y tercero gomas y acumuladores marcas: “Seiberling”.
Las carreras se efectuaron por categorías y en cada una de ellas competían las diversas marcas de automóviles reconocidas en aquel entonces. El itinerario cubría la distancia (de ida y vuelta) de Pinar del Río a La Coloma y tenía como punto de partida el kilómetro uno.
El periódico La Fraternidad del 22 de mayo del propio año se hizo eco de aquel suceso, extraordinario para la época, al señalar:”…El primer premio en carrera abierta correspondió a una cuña de la marca Cadillac conducido por el driver Marcelino Amador. En esta carrera también compitieron un automóvil marca Ford y otro Muced”.
Continuaba el periódico: “…En la segunda categoría el premio le fue adjudicado al chofer Rafael Arias; en segundo lugar entró en la meta Margarito Santa Cruz que manejaba la máquina número 10 de la marca Overland. En la categoría marca Ford obtuvo el primer premio la número 5, conducida por Virgilio García; en segundo lugar llegó la número dos piloteada por Justo Pérez Paz. Estas carreras fueron presenciadas por más de cinco mil personas que, en su mayoría, se situaron a lo largo de la carretera a La Coloma.”
Este tipo de evento se repitió en Pinar del Río el 10 de octubre de 1919 ocasión en que hubo que lamentar la trágica muerte del driver Justo F. Caraballo al precipitarse contra un frondoso árbol que se encontraba a la izquierda en el kilómetro siete de la carretera de Pinar del Río a La Coloma. Allí, «los ases del volante» —como se les llamaba— hicieron levantar un monumento que fue demolido a fines de la década del 40.

El Studebaker guiado por Mario, resultó ser uno de los automóviles más veloces del evento.

Las carreras de automóviles del año 1924

Con motivo de las tradicionales fiestas del Santo Patrón, San Rosendo, se programó entre las actividades una carrera de automóviles que cubría, como las anteriores, la distancia de Pinar del Río a La Coloma y viceversa. La Comisión Organizadora estuvo integrada por el Alcalde Municipal, Juan María Cavada y del Haya. Antonio Legorburo, Daniel Portilla y otros. En este evento participaron destacados «ases del volante» del ámbito nacional y local. En aquella oportunidad compitieron, entre otros, Marcelino Amador con su máquina Sturd y el alemán José Rossum, conocido como el “Oso Blanco”.
Desde la madrugada del domingo dos de marzo, según el periódico La tarde, publicado en Pinar del Río, comenzaron los aficionados a posesionarse de la carretera, ansiosos por presenciar la gran justa desde esta ciudad hasta el puerto de La Coloma.
Serían aproximadamente las ocho de la mañana cuando estuvo todo listo para comenzar el evento. Los corredores se situaron en la calle Martí y Calzada de La Coloma. El anotador Ramón Godoy dio la orden de arrancada, saliendo las máquinas a intervalos de tres minutos cada una.
Justo Pérez Paz, que piloteaba un automóvil marca Ford modelo T, resultó el ganador de la cuarta categoría, con un tiempo de 33 minutos, 50 segundos y seis décimas. En la tercera Manuel Castilla, corriendo un Chevrolet, fue el héroe de la mañana al hacer el recorrido en 32 minutos, seis segundos y dos décimas. En la segunda categoría el vencedor fue Eulogio Ochoa, con una máquina marca Dodge, que consumió 32 minutos, 56 segundos y seis décimas.
En la tercera categoría abierta compitieron la Chandler número uno piloteada por Ricardo Camposada; el driver José Rossum “Oso Blanco”, con su carro marca “Cunnighan” y la Salud N.C.S. que piloteaba Marcelino Amador. El primero y segundo premio de la copa correspondieron a Amador y Rossum.
También compitieron en esta justa Ignacio Ruiz, Juan Valdés, Zacarias Norta, Vicente Guerra y el mencionado Justo Pérez Paz.

Las carreras de autos en Los Palacios del año 1925

Los festejos y oficios religiosos por el Santo Patrón del municipio Los Palacios —Jesús de Nazaret— según la tradición Cristiana caen antes de la Cuaresma.
Las fiestas religiosas se celebraban el 3 de mayo. A las seis de la tarde salía la procesión de la Iglesia Parroquial de Los Palacios. El Santo Patrón era llevado en andas por emotivos feligreses. Al frente de la procesión marchaba el presbítero José Rodríguez Suárez, el recordado Padre Pepe. La verbena de 1925 y la de los años siguientes se conocieron, en genuina expresión de reconocimiento, como las “Verbenas de Perico Liz”.
Uno de los más importantes eventos de la Verbena de 1925 fueron las carreras de automóviles con carácter provincial y la asistencia de competidores de La Habana.
Se compitió en las siguientes categorías: abierta, segunda y tercera. Resultó triunfador en la categoría abierta el auto Mercier conducido por Gustavito Fernández que hizo el recorrido en 9 minutos y 12 segundos. En segundo lugar quedó el Dodge Brothers Special de Antonio Jané con un tiempo de nueve minutos y trece segundos. El triunfador de la segunda categoría fue el Dodge Brothers de Emilio Domínguez y en la tercera categoría el Ford piloteado por Julián Llera. Además de los ganadores participaron en las carreras 14 «ases del volante».
Aunque posteriormente se hicieron otros intentos por celebrar este tipo de evento en Pinar del Río, no fue hasta el año 1954 que se celebarían nuevamente carreras de automóviles. Pero esta vez, desde Pinar del Río hasta La Habana.

Participantes en las carreras de Los Palacios.

Las carreras de automóviles del año 1954

El 20 de mayo de 1954 miles de personas, desde horas muy tempranas, se congregaron a lo largo de la Carretera Central para presenciar el inicio de las carreras patrocinadas por el Heraldo de Cuba y organizadas por el periódico Avance. El punto de partida de este evento se encontraba frente a la fábrica Jupiña y culminaba en el Malecón habanero.
A las nueve y un minuto salió el primer grupo compuesto por carros especiales de carreras. Inicio la salida el driver Zalazar Cubillas, seguido por Joaquín Sierra, Eduardo Guerra, Pedro Bello, Jorge Cortés, Gerardo Gómez e Inocente Gómez.
Cinco minutos después de salir el último de los especiales, se dio la orden de arrancada a los carros que competían en la categoría Sport, en cuyo grupo corrieron Manuel Pacheco acompañado de su esposa A. Carrera, Pedro Ovies, E. M. Edesio y Alfonso Gómez.
Posteriormente se dio salida a la categoría Stock Modificado con autos guiados por S. González, Manuel Obaya, César del Junco. Carlos Reina, Ernesto Ávila y Adolfo Ávila (hijo), R. Hernández y José Domínguez.
Los últimos en salir en la categoría Stock fueron Wilfredo Cor, el conocido artista Enrique Santiesteban, Emilio del Mármol, Pérez de la Mesa, Nilo Real, José Antonio Muñiz, Lorenzo Peralta, Julio Pérez, José A. Montoto, A. Casanova, y C. Díaz Ramos.
Algunos participantes en esta carreras no llegaron a la meta debido a vuelcos, choques o desperfectos mecánicos. Entre los accidentes más significativos estuvo el registrado en el parque de Guanajay donde chocó con una de sus farolas el carro del joven Gerardo Gómez, quien tuvo que ser sometido a una delicada intervención quirúrgica en la cabeza.

Resultados de las carreras por categorías:

Especial:
J. Gómez (Jaguar) 1h. 25’ 30’’
J. Sierra (Healy) 1h. 40’ 31’’
J. Cortés (Healy) 2h. 34’ 54’’

Stock modificado:
S. González (Jaguar) 1h 15’ 32’’
M. Abaya (Studebaker) 1h 25’ 5’’
A. Ovies (Ford) 1h. 25’ 9’’

Sport.
P. Ovies (Alfa) 1h. 25’ 5’’
Pacheco y Sra. (Jaguar) 1h. 25’ 51’’
S. M. Edesio (M.G) 1h. 37’ 51’’

Stock:
M. P. de la Mesa (Lincoln) 1h. 14’ 56’’
A. Casanova (Ford) 1h. 14’ 57’’
E. Santiesteban (Buick) 1h. 27’ 14’’

En cada categoría se otorgaron tres premios: un Primer Premio de $ 1 700, un Segundo de $ 500.00 y un Tercero de $ 250.00 dólares.

Las carreras de automóviles de 1955 (Pinar del Río-Habana)

Sin que se registraran de fatales consecuencias se celebró el 20 de mayo de 1955 el II Clásico Avance Pinar del Río — Habana.
Rafael Gallinat, Manuel Pacheco, Gerardo Gómez y Román Pardo fueron los héroes de la jornada. El tiempo record se lo adjudicó el veterano corredor Rafael Gallinat quien con su Buick hizo el recorrido de 172 Km en una hora, nueve minutos y 41 segundos a un promedio de velocidad de 148.50 kilómetros por hora.
En este clásico se inscribieron 49 autos. Como siempre la arrancada se situó cerca del puente a la salida de la Carretera Central. El primer vehículo salió a las nueve en punto. De los 49 carros solo arribaron a la meta 25, entre ellos tres campeones de pasadas competencias: Chaguito González, José Salazar y José Luis Cortés. En la conocida curva del Maní se salió ce la carretera el driver Ignacio Gómez quien guiaba el carro 14.

Resultados de las carreras por categoría

Stock “A”
Rafael Gallinat (Buick) 1h. 9’ 41’’
Elias Regalado (Buick) 1h. 11’ 50’’
Manuel M. de la Mesa (Mercury) 1h. 12’ 29’’

Stock “B”
Gerardo Gómez (Ford) 1h. 17’ 35’’
Pedro Bello (Ford) 1h. 19’ 13’’
Armando Menéndez (Chevrolet) 1h. 20’ 32’’

Sport
Manuel Pacheco (Jaguar) 1h. 16’ 6’’
Claude Medel (M. G. ) 1h. 16’ 6’’
César del Valle (Jaguar) 1h. 17’ 11’’
Es de significar que la entrada a Artemisa —por el paso a nivel que allí existe— era uno de los puntos peligrosos de la ruta. Según algunos fanáticos de este deporte, el carro de Rafael Gallinat recorrío allí 10 metros con las cuatro ruedas en el aire.

Las carreras de automóviles de 1956

Un pinareño impuso el record. Hizo una marca de 1 hora, 5 minutos y 53 segundos.
Mario Padrón Torres, piloteando un Studebaker Golden Hawk (Halcón de Oro) del año 1956, conquistó la victoria destronando a verdaderos ases del volante —como Rafael Gallinat e Inocente Gómez— en la categoría Stock A, el primero de ellos había sido el ganador de las carreras celebradas en el año 1955. Padrón hizo su sorprendente tiempo a un promedio de velocidad de 157. 48 kilómetros por hora para romper el record de estas justas y ganar el III Clásico Pinar del Río-La Habana, patrocinado por el periódico Avance.
En horas tempranas del 20 de mayo de 1956 miles de pinareños se agolparon a la salida de Pinar del Río para presenciar las carreras y ver salir a su ídolo, quien esperaba ansiosamente el triunfo al conducir uno de los automóviles más veloces del evento.
“La velocidad máxima alcanzada en el viaje fue de 240 kilómetros por hora, en las rectas y en las curvas entre 180 y 190, con excepción de la del Maní. En Punta Brava se rompió la correa del ventilador y no obstante llegue con la temperatura máxima sin sufrir daño alguno”, según sus declaraciones. En el paso de nivel a Artemisa, Mario se elevó más de 10 metros.
De un total de 42 carros que participaron en este evento solamente 23 llegaron a la meta, en el camino quedaron 19 por accidentes o desperfectos mecánicos.

Resultados de la carreras por categorías

Stock “A”
Mario Padrón Torres (Studebaker) 1h. 5’ 53’’
Rafael Gallinat (Buick) 1h. 7’ 28’’
Inocente Gómez (Buick) 1h. 8’ 28’’

Stock “B”
Jorge Galtés (Ford) 1h. 9’ 14’’
Oscar Nápoles (Studebaker) 1h. 11’
José M. Zarrans (Ford) 1h. 11’ 6’’

Sport
Diego Febles Landeira (Austin Healy) 1h. 5’ 35’’
Fausto González (Jaguar XX-140) 1h. 10’ 48’’
José Salazar Cubillas (Porsch) 1h. 17’ 31’’

Estas carreras arrojaron un saldo de un muerto y 9 heridos. El primer accidente se registró cuando el Jaguar que guiaba Alfonso Gómez Mena se precipitó contra una de las casas del crucero de Montequín, causándole la muerte al subteniente retirado del ejército Zacarías Borrego Crespo que se encontraba presenciando las carreras. También resultó lesionado en la colisión el menor Rolando Fonticoba de 11 años de edad, los demás fueron por vuelcos de los driver sin daños de consideración.
El pueblo pinareño todavía recuerda aquel inolvidable día en que Mario Padrón Torres resultó el ganador absoluto.

1957: Último clásico de las carreras Pinar del Río- Habana

Esta carrera no contó con el colorido de las justas anteriores, se iniciaron con 54 carros y al cerrarse la competencia el jurado reportó 33.
Chaguito González, uno de los más experimentados drivers, conquistó los más altos honores del IV Clásico al mejorar, en casi tres minutos, el record anterior establecido por Mario Padrón Torres, quedando como ganador absoluto de la categoría Gran Turismo B. El triunfo de Chaguito lo convirtió en el primer driver que triunfaba por segunda vez, pues había sido el ganador en 1954. En este último clásico estableció el record de 1 hora y 32 segundos en los 160 kilómetros recorridos.
Mario Padrón participó en estas carreras conduciendo un automóvil marca Packard del año 1956. Aclaramos que este carro se fundió en Guanajay cuando acumulaba un tiempo de 43 minutos. De haber llegado a la meta, según el mismo Mario Padrón, hubiera realizado el recorrido en menos de una hora.
En la categoría Gran Turismo A Diego Febles alcanzó el primer lugar en gran lucha con Armando García Cifuentes. Abelardo Carrera triunfó en la categoría Turismo B donde quedó en segundo lugar Elías Regalado y el veterano Rafael Gallinat ocupó el tercer legar con 1h. 6’ 50’’.
El veterano Inocente Gómez se llevó los honores de la categoría Turismo A con un tiempo de 1h. 10’ 02’’. En el segundo y tercer lugar de esa categoría quedaron Armando Ramos Y Gabriel Riaño.
En estas carreras solo se registraron dos accidentes sin mayores consecuencias.

 

 

Revista Vitral No. 78 * año XIII * marzo - abril de 2007
Wilfredo Denie Valdés
(San Luis. Pinar del Río)
Licenciado en Historia. Fue Historiador de la ciudad de Pinar del Río durante muchos años.