Revista Vitral No. 76 * año XIII * noviembre - diciembre de 2006


CARTA DESDE LA HABANA

 


A PROPÓSITO DE LA POBREZA:
BANCO DE MICRO-CRÉDITO


FÉLIX SAUTIÉ MEDEROS

 

 

 

 

Queridos lectores:
Con la adjudicación del Premio Nóbel de la Paz al banquero bengalí Muhammad Yunus más conocido en el mundo como “El Banquero de los Pobres”, la Academia Sueca ha planteado una tesis que señala un concepto importante, porque la erradicación de la pobreza extrema se ha convertido hace algún tiempo en una consigna que resuena en el mundo entero pero con distintas intenciones e intereses. Incluso recientemente hemos conmemorado el día de la erradicación de la pobreza extrema proclamado por la ONU.
Muchos han hecho del tema una acción de demagogia y populismo devenida en múltiples ocasiones un medio de movilización a favor de un candidato o de un sistema absoluto que de establecerse sería una fórmula de reducción de la vida a mínimos controlados e inflexibles. Ver el problema de la pobreza desde tales perspectivas, es violar la dignidad humana.
Todos los seres humanos hemos sido creados a imagen y semejanza de nuestro Creador y disfrutamos del libre albedrío, de la libertad de conciencia y de un conjunto de derechos inalienables que nos corresponden dada nuestra intrínseca condición. Para desarrollar a las grandes masas sumidas en la pobreza extrema habría que partir del respeto a su dignidad humana y facilitarles los medios y las oportunidades imprescindibles para que puedan con sus propios esfuerzos salir de ese estado sin quedar sumidas en ninguna dependencia onerosa ni agradecimientos vinculantes que las obligarían toda su vida a rendir pleitesías ante algún “mesías” humano en particular. Esto en mi criterio, le concede gran valor a la obra del Señor Yunus y su Banco porque ha creído en las personas, les ha concedido micro créditos sin la necesidad de los mecanismos tradicionales del aval bancario.
Con la acción de Yunus como precursor son cientos de miles las personas que han logrado salir de la pobreza extrema movilizando sus propios esfuerzos; y la vida le ha dado la razón al también denominado “Banquero de la Esperanza” porque su Banco ha recuperado el monto de los créditos concedidos en una proporción muy cercana al ciento por ciento.
Sé perfectamente, que la erradicación de la pobreza tiene una fase importante que requieren de la Caridad y de la Ayuda Humanitaria con vistas a impedir que el hambre haga sus estragos. Concuerdo con lo que plantea S.S. Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas Est al respecto, pero ese planteamiento no contradice que en una segunda fase se les faciliten los necesarios medios para que con sus esfuerzos y su trabajo creador, puedan realizarlo por ellos mismos todos los que se encuentren en edad y en posibilidades para hacerlo, priorizando la seguridad social para los enfermos, los niños, los desvalidos y los viejos que ya no puedan accionar sus fuerzas y creatividades en la sociedad.
Yo he visto en el medio en que me desenvuelvo, una acción encaminada a erradicar la pobreza que deja a las personas dependientes de un Estado todopoderoso, normativo y en ocasiones inflexible que limita su libertad, su creatividad y dictamina el desenvolvimiento de su vida incluso en los más particulares detalles. Eso ha producido mucho hastío, gran desinterés, decepción extrema y una verdadera ansia de salir al mundo exterior a probarse por sí mismos. En consecuencia, encuentro en la vía de Yunus un camino importante, que si bien no es el único hay que tenerlo muy en cuenta. Albricias por el nuevo Premio Nóbel de la Paz.
Tomado de Publicaciones del Sur. Jerez de la Frontera. para publicar en el periódico El puerto información del lunes 23 de octubre del 2006.


 

Revista Vitral No. 76 * año XIII * noviembre - diciembre de 2006