Revista Vitral No. 75 * año XIII * septiembre-octubre de 2006


OPINIÓN

 

IRLANDA DEL NORTE,
HISTORIA DE UN CONFLICTO
PRESENTACIÓN OFRECIDA POR EL EMBAJADOR BRITÁNICO
EN LA HABANA EN EL CENTRO DE DIÁLOGO Y REFLEXIÓN
CRISTIANA, CÁRDENAS, 28 DE JUNIO 2006


JOHN DEW, EMBAJADOR BRITÁNICO EN LA HABANA

John Dew, Embajador
Británico en La Habana.

 

 

¿De qué tipo de conflicto se trata?

Difícil de comprender

Irlanda del Norte: ¿Quién es quién?

Antecedentes históricos

La fase moderna, 1969 al 2006

Irlanda del Norte: principales grupos terroristas

Instituciones democráticas en Irlanda del Norte

Actividades policiales y de la administracion de justicia

¿Han terminado la antigua querella?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es un gran honor y un placer estar aquí en el Centro de Diálogo y Reflexión Cristiana. Nos encontramos aquí para promover el diálogo y la reflexión. Les ofreceré a continuación mi opinión personal sobre el conflicto de Irlanda del Norte, basado en mis propias experiencias de trabajo en Irlanda en los inicios del Proceso de Paz en la década de 1990. Lo que les diré está diseñado para explicar el modo en que el conflicto se desarrolló históricamente y como fueron resueltos los problemas históricos para darle fin a la violencia del terrorismo.

¿De qué tipo de conflicto se trata?

Entre 1969 y 2001, fueron asesinados 3 523 personas y cerca de 30 000 fueron heridas como resultado de la violencia terrorista en Irlanda del Norte. 125 murieron en Gran Bretaña, 113 en la República de Irlanda, 16 en Europa y los 3 269 restantes en Irlanda del Norte.
La violencia se caracterizó por bombas y asesinatos organizados por grupos paramilitares dentro de los que más se destaca el Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés). Su violencia tenía como objetivo separar a Irlanda del Norte de Gran Bretaña y unificarla con la república irlandesa contra el deseo de la mayoría de sus habitantes. Ello incluía frecuentes ataques al Ejército Británico y a la policía y a la población unionista. En respuesta a ello los paramilitares “lealistas” (loyalists) lanzaron sus campañas propias contra el IRA, la población nacionalista, el Ejército Británico y la policía.
La violencia cesó por medio de un proceso de paz que comenzó lentamente en 1993 con la participación del trabajo conjunto de los gobiernos británico e irlandés y de los principales partidos políticos de Irlanda del Norte. El IRA declaró un cese al fuego en 1994 que fue violentado en 1996 y reanudado en 1997. En el Viernes Santo de 1998, todos los partidos políticos de Irlanda del Norte y los gobiernos británicos e irlandeses llegaron a un acuerdo político, ratificado en referendos en Irlanda del Norte y la República de Irlanda el 22 de mayo de 1998.

Difícil de comprender

He tratado de simplificar la descripción de lo que ocurrió. Pero supongo que pueden estar confundidos con los términos “unionista”, “nacionalista”, “lealistas” (loyalists) y “republicanos”. Irlanda del Norte es difícil de comprender.

Irlanda del Norte: ¿Quién es quién?

Unionista
·Determinados a mantenerse unidos con Gran Bretaña
·Opuestos a la unión con Irlanda

Lealistas
· unionistas de extremo.
· apoyaron grupos políticos conectados con terroristas

Nacionalistas
· Apoyan la independencia irlandesa y una Irlanda unida
· se consideran irlandeses y no británicos

Republicanos
(La definición ha cambiado con el tiempo)
· Nacionalistas de extremo. Se oponen a un vínculo con Gran Bretaña
· Muchos apoyaron al Sinn Fein, partido político vinculado al IRA
· Algunos se autodenominan republicanos que se oponen a la violencia en su fase moderna.

Para que los acontecimientos recientes tengan sentido, deberé explicar los antecedentes históricos de la manera más breve que pueda. Solo así podré responder algunas preguntas básicas:

· ¿Qué se pretendía lograr con la violencia?
· ¿Cómo terminó?
· ¿Alguno de los participantes logró alcanzar los objetivos que perseguía?
· ¿Ya han cesado los conflictos?

Trataré de responder a estas interrogantes al final.
La violencia en Irlanda del Norte se ha caracterizado por una guerra religiosa entre los Protestantes y los Católicos. Esto es cierto de manera muy limitada. Es una caricatura de la realidad. Las dos partes estaban divididas por la religión; la religión desempeñó un papel clave en sus historias y esas historias les han impregnado hasta la actualidad un poderoso sentido de identidad. Pero denominar la violencia política de los últimos treinta y cinco años una lucha por motivos religiosos es no comprender el conflicto. Se trata de una lucha entre poder y control, entre dos grupos étnicos diferentes con dos ambiciones políticas mutuamente excluyentes.
La lucha continúa y continuará por varias generaciones. Pero pensamos que será dirigida en lo adelante por vías políticas y nunca más por medio de la violencia.

Mary Robinson fue la primera mujer
en ostentar la presidencia de Irlanda.

 

Antecedentes históricos

Los problemas de violencia actual tienen su origen hace cientos de años. Irlanda siempre se ha distinguido cultural y étnicamente de Inglaterra.
Por razones geográficas, desde el siglo X hasta el siglo XX, ningún gobierno en Inglaterra pudo estar seguro sin el control de Irlanda.
Incluso después de la derrota de un intento de invasión masiva por parte de los españoles en 1588, los gobiernos ingleses consideraron un imperativo estratégico que Irlanda debía permanecer bajo control protestante que consideraba a los católicos como desleales aún en Inglaterra. Ello significó que Irlanda fuera gobernada como una colonia sin el consentimiento de la mayoría de su pueblo.
Irlanda del Norte fue la última parte de Irlanda en ser colonizada. Los campesinos ingleses y escoceses protestantes arribaron en grandes masas en el siglo XVII y se adueñaron de las pequeñas fincas, desplazando a los católicos “nativos” de las tierras más productivas. Esta masa de nueva población no se convirtió en grandes terratenientes como fue el caso de los ingleses que se asentaron en el resto de Irlanda. A diferencia de estos últimos, pronto formaron una mayoría de la población en el norte y comenzaron a considerarlos como su único hogar. Los asentamientos fueron constantemente asediados, por lo que tenían motivos para sentirse vulnerables.
En el siglo XVIII, Irlanda era una entidad política separada de Gran Bretaña, con su propio Parlamento (completamente dominado por la minoría protestante) en Dublin. Luego de una importante rebelión en 1798, dirigida por protestantes inspirados en la revolución francesa que fue violentamente reprimida, Britania e Irlanda se unieron formalmente en un solo país por medio del llamado “Act of Union” (Acta de Unión) en 1800.
Este paso tenía como objetivo pacificar a Irlanda y eliminar las antiguas rivalidades del mismo modo en que lo hizo el Act of Union entre Inglaterra y Escocia en 1704. En este último caso Inglaterra enfrentó grandes dificultades para sortear las diferencias existentes con Escocia: protestantismo e identidad religiosa. La solución de estas diferencias era considerada esencial para una “feliz unión”. El Rey Jorge III rehusó de manera absoluta eliminar las desventajas legales que padecían los católicos en Inglaterra como en Irlanda en el momento de la Unión con Irlanda. Las desventajas no fueron eliminadas hasta 1829 luego de campañas de manifestaciones políticas masivas en Irlanda. Tales campañas eran nuevas para Irlanda. El éxito de las mismas sentó las bases para las que tuvieron lugar durante el siglo XIX en relación a la autonomía en los asuntos internos o “Home Rule”, para Irlanda y eventualmente para su independencia.
La revolución industrial a principios del siglo XIX llegó a Irlanda del Norte y transformó Belfast que se convirtió en una importante ciudad industrial y astillera de categoría mundial. La actividad económica en el resto de Irlanda continuó basándose casi completamente en la agricultura. Este aspecto reforzó la separación de Irlanda del Norte.
La mayoría protestante de Irlanda del Norte no compartía las aspiraciones del Home Rule. Le temían, porque aunque formaban la mayoría en su parte de Irlanda, constituían una minoría en la isla. Temían que en una Irlanda autónoma e independiente pudieran convertirse en una minoría desplazada como era el caso de los católicos en Irlanda del Norte.
Las exigencias de establecimiento del Home Rule (dentro del Imperio Británico y manteniendo la lealtad a la monarquía británica) provocó una crisis en los primeros años del siglo XX. Los protestantes de Irlanda del Norte, que se autodenominaban ahora “unionistas” debido a su insistencia en unirse con Gran Bretaña, se opusieron de manera tajante a ello. Resultaba claro de que el Home Rule no podía extenderse a Irlanda del Norte sin una guerra civil. En 1914 la I Guerra Mundial estalló y ambas partes acordaron dejar el tema a un lado hasta el fin de la conflagración.
Surge entonces una forma más extremista del nacionalismo irlandés, que exigía no el Home Rule sino la independencia completa. Este movimiento seguía representando un punto de vista minoritario entre los nacionalistas irlandeses. Pero la represión británica de una sublevación armada en 1916 cambió la opinión nacionalista irlandesa para siempre. Para 1920 Irlanda estaba sumida en la violencia.
En 1921 Gran Bretaña concedió el Home Rule dentro del Reino Unido al Norte y dentro del Imperio Británico al Sur de Irlanda, estableciendo parlamentos separados para Dublin y Belfast. Esta fue la única solución en aquel momento. El gobierno británico esperó que un día pudieran unirse. Eso nunca ocurrió. La guerra civil comenzó inmediatamente en el sur porque muchos “republicanos” no aceptaban el vínculo aún existente con la corona británica. Su determinación condujo a la completa independencia, pero solo para el sur.
Mientras tanto, Irlanda del Norte (definida especialmente para incluir solo esta área que podía ser controlada por una mayoría unionista), ahora con su propio pequeño Parlamento y administración era gobernada por separado desde el resto de Gran Bretaña. Los unionistas aseguraron mantener un férreo control sobre el poder económico y político. Para lograr esto discriminaron a la minoría católica nacionalista, que se sintió abandonada por el sur. La determinación fue mayor al ver el credo social y político de la nueva República Irlandesa en el Sur convertirse en católico militante en la década de los 20 y de los 30.
La mayoría de las personas en Gran Bretaña, convencidas de que “el problema irlandés” está resuelto no ven mucha razón de interés por Irlanda del Norte o en interferir con la mayoría unionista allí existente. Esto deja total libertad a los unionistas para que abusen de su poder y amenacen a los nacionalistas a quienes consideran como “desleales” y decididos a conspirar para obligarlos a unirse con la República Independiente de Irlanda del Sur en calidad de ciudadanos de segunda clase.

La fase moderna, 1969 al 2006

A finales de los años 60, la situación era insostenible. La exigencia de derechos civiles y de que se pusiera fin a la discriminación que ejercían los unionistas desembocó en una crisis, cuyo resultado fue un incremento de la violencia que ni la policía ni las instituciones políticas norirlandesas lograban controlar.
Fue preciso el envío de tropas británicas en 1969, cuya misión era, en un principio, proteger a los nacionalistas. No obstante, la violencia se generalizó y resultó obvio que Londres no podía permitir que el gobierno de Irlanda del Norte continuara operando. En consecuencia, en 1972 se abolió el gobierno de Irlanda del Norte y se estableció una gestión directa del gobierno británico.
Desde esa fecha, hemos buscado una solución aceptable para los dos sectores de la sociedad norirlandcsa, una solución que permita reinstaurar una gestión autónoma a cargo de los representantes locales y que sustitu­ya el mandato directo de Londres con la aceptación de ambas comunidades.
El mandato directo de Londres permitió introducir un importante conjunto de medidas legislativas que prohíben cualquier forma de discriminación, como pudiera producirse, por ejemplo, en el mundo laboral.
Desde la década de los 70 a la década de los 90, Irlanda del Norte sufrió severamente del terrorismo. Los repetidos intentos por encontrar una solución política resultaron fallidos. Los unionistas solo aceptarían una “solución interna”, los nacionalistas solo aceptarían “una Irlanda en toda su dimensión” y los republicanos se negaron en aceptar cualquier solución que no sea la retirada de los británicos y la unidad irlandesa sin tener en cuenta los deseos de la mayoría.

John Hume, líder del Partido Socialdemócrata
y Laborista de Irlanda del Norte que compartió
el Premio Nobel de la Paz en 1998 con
David Trimble (presidente del Partido Unionista
del Ulster) por los esfuerzos que ambos realizaron
para poner fin al conflicto norirlandés.

Irlanda del Norte: principales grupos terroristas

• IRA Provisional: Grupo dominante durante la fase moderna
• IRA oficial: activo a principios de los 70
• Ejército de Liberación Nacional Irlandés (INLA, por sus siglas en inglés)
• IRA real
• FuerzaVoluntaria de Ulster (UVF, por sus siglas en inglés)
• Luchadores por la Libertad de Ulster (UFF, por sus siglas en inglés)

El acuerdo de paz alcanzado el Viernes Santo de 1998 supone el mantenimiento de Irlanda del Norte dentro del Reino Unido, pero sólo si así lo desea la mayoría de sus ciudadanos. Eso ha sido mostrado en los referendos del 22 de mayo. El estado británico no reclama posesión alguna salvo si se cumple esa premisa. Si la mayoría de norirlandeses desea en algún momento en el futuro unirse a la República de Irlanda, el estado británico se ha comprometido a que esa voluntad se haga realidad.
Del mismo modo, la República de Irlanda se ha comprometido a abandonar sus aspiraciones territoriales respecto a Irlanda del Norte y a aceptar que únicamente podrá existir una Irlanda unida si así lo desea la mayoría de ciudadanos de Irlanda del Norte.
Se trata de modificaciones compensadas: tanto el gobierno británico como el irlandés han de efectuar cambios constitucionales inspirados por el mismo principio de consentimiento.
Pero para comprender cómo se hizo posible el Acuerdo, es preciso estudiar con más profundidad los temas fundamentales de la autodeterminación y el consentimiento. Las diferencias sobre la forma en que deberían interpretarse estos conceptos han sido el quid de la cuestión irlandesa.
En la base de esto encontramos una nueva interpretación del derecho histórico a la autodeterminación nacional del pueblo irlandés en su conjunto.
Es éste, tal vez, el rasgo más innovador y original del acuerdo de 1998, y elemento crucial en la votación de los referendos del 22 de mayo 1998, pues permite que los ciudadanos de Irlanda, o la «nación irlandesa» sin interferencia británica, tomen la decisión sobre su futuro.
Los republicanos siempre han argumentado que luchan por el derecho del pueblo irlandés a la autodeterminación. Han rehusado históricamente reconocer a Irlanda del Norte como unidad política con el derecho de determinar su propio futuro y han insistido en que la autodeterminación solo puede ocurrir sobre la base de una sola Irlanda. Su decisión de aceptar que el Acuerdo de Viernes Santo debe ser sometido a dos referendos simultáneos en ambas partes de Irlanda el mismo día y de que dos referendos conjuntos constituían un acto de autodeterminación para el pueblo de Irlanda en su totalidad permitió salir del punto muerto.
Es un hecho de inmensa importancia para la tradición nacionalista irlandesa que posee un sentido tan agudo de la historia. Representa el fundamento de la esperanza de paz: la esperanza de que aquéllos que dicen que han luchado en favor de la autodeterminación irlandesa ahora acepten el doble referéndum de 1998 como expresión de la voluntad de todos los ciudadanos de Irlanda, y que lo respeten, al tiempo que dejan de percibir la lucha armada como vehículo para la consecución de la autodeterminación nacional en el futuro y, en su lugar, combaten políticamente para obtener votos.
Al respetar el derecho de autodeterminación nacional, les será preciso respetar el derecho de los ciudadanos de Irlanda a permanecer divididos políticamente como reflejan las dos jurisdicciones separadas que existen en estos momentos, durante el tiempo que lo deseen.
Al respecto es adecuado relatar una anécdota real sobre la evolución de la postura del Sinn Fein tras el primer alto el fuego de 1994. Gerry Adams se negó, inicialmente, a responder a varias preguntas de periodistas que deseaban saber si aceptaría una solución negociada si, como parecía obvio, la misma suponía el mantenimiento de Irlanda del Norte dentro del Reino Unido. Transcurridos algunos meses, ofreció la siguiente sofisticada respuesta:
«Es curioso que me pregunten eso. El otro día discutía sobre el mismo tema con una de las principales militantes y me decía que prefería que el resultado fuera una república socialista panirlandesa gobernada exclusivamente por mujeres, si bien estaba dispuesta a negociar. Si ella está dispuesta a negociar, ¿quién soy yo para oponerme?».
Esa disposición a negociar hizo posible el acuerdo de 1998 y nuestras esperanzas futuras se asientan sobre la disposición de todas las partes a aceptar el principio de consentimiento popular.
El Acuerdo incluye los siguientes puntos:

Instituciones democráticas en Irlanda del Norte

· Una nueva asamblea parlamentaria así como con un sistema que garantice que su funcionamiento cuenta con el respaldo de las dos secciones de la sociedad de Irlanda del Norte, con capacidad ejecutiva en las competencias que se transfieran (por ejemplo, salud, educación, servicios sociales, etc.).

Instituciones norte-sur

· Un nuevo Consejo Ministerial Norte-Sur, que incluirá a aquellos que posean autoridad ejecutiva en Irlanda del Norte y en la República de Irlanda, y que tendrá como misión asesorar, cooperar y actuar dentro de la isla de Irlanda en asuntos de su competencia.

Instituciones britanico-irlandesas

· Se creará un nuevo Consejo Británico-Irlandés (British-Irish Council, BIC) en el que tendrán cabida los gobiernos británico e irlandés, las administraciones de Irlanda del Norte, Escocia y Gales
El gobierno autónomo de Irlanda del Norte se verá equilibrado por las instituciones norte-sur. Los nacionalistas de Irlanda del Norte no estaban dispuestos a aceptar la transferencia de autonomía en otras condiciones que no fueran esas. Su experiencia de gobierno autónomo entre 1921 y 1972 fue demasiado negativa. La aceptación de un gobierno autónomo significaría aceptar a Irlanda del Norte como entidad política, algo que los nacionalistas sólo estaban dispuestos a hacer en un contexto panirlandés o norte-sur, con la garantía de instituciones norte-sur eficaces.

Actividades policiales y de la administracion de justicia

• Se creó un comité independiente que elaboró recomendaciones para la futura estructura policial de Irlanda del Norte. De forma paralela, el gobierno británico procederá a revisar en profundidad el sistema de justicia penal de Irlanda del Norte.

Presos

• Ambos gobiernos introducirán mecanismos que permitan la pronta liberación de presos, a excepción de aquellos vinculados a organizaciones terroristas que prosigan en activo.
Es una ironía que buena parte de la polémica generada por el acuerdo haya tenido como tema central las cuestiones relativas a las armas, la excarcelación de presos y la reforma de la policía. Se trata de los asuntos en los que quienes apoyaron el No en el pasado referéndum han hecho más hincapié. En cierto sentido, es un alivio que las complejas estructuras políticas, tan cuidadosamente sopesadas durante las negociaciones, gocen —al parecer— de una aceptación considerable. Sin embargo, las cuestiones relativas a las armas y a los prisioneros han provocado reacciones muy intensas, en especial entre la gran mayoría de la población de Irlanda del Norte, que siempre ha rechazado la violencia y que no tiene relación alguna con el terrorismo, excepto como víctima del mismo.

¿Qué ha ocurrido desde entonces?

Desde la firma del Acuerdo de Viernes Santo el 10 de abril de 1998, la sociedad en Irlanda del Norte se ha transformado y se encuentra en la actualidad en mejores condiciones que hace una década. Pero no ha sido fácil avanzar políticamente.
El resquebrajamiento de la confianza entre los partidos políticos de Irlanda del Norte no le dio otra opción al gobierno que no fuera suspender la Asamblea en octubre del 2002. A ello le siguió un mando directo desde Londres y en la actualidad la Asamblea sigue suspendida. El gobierno británico ha expresado claramente que la continua actividad paramilitar y delictiva constituye un obstáculo para el asentamiento duradero.
El objetivo final del gobierno británico sigue siendo la restauración de un ejecutivo que comparta poderes en Irlanda del Norte. Desde la suspensión tanto el gobierno británico como el irlandés han participado en negociaciones con los partidos políticos entre las comunidades para que cese el mando directo. Estas negociaciones culminaron en la publicación en abril del 2003 de una Declaración Conjunta y en diciembre del 2004 de propuestas formuladas por ambos gobiernos para un acuerdo completo. Ambos gobiernos están tratando de persuadir a los partidos políticos en Irlanda del Norte para que acepten los documentos anteriormente mencionados.

¿Qué perseguía la violencia?

La violencia en 1969 comenzó como una protesta con respecto al hecho de que la vida en Irlanda del Norte no podía continuar sin un mayor cambio. En la década de los 70 estaba claro de que los Unionistas nunca cambiarían Irlanda del Norte de manera voluntaria pero también de que muchos nacionalistas no deseaban aceptar la existencia de Irlanda del Norte como entidad política.
La violencia republicana desde mediados de la década de los 70 era justificada como motivo para obligar al gobierno británico a “retirarse” de Irlanda del Norte.

¿Cómo culminó la violencia?

La violencia no tenía ninguna justificación creíble. Los que estuvieron involucrados cayeron en una trampa y no pudieron escapar de ella por si solos.
Los líderes del IRA no veían fin para su lucha armada. No estaban perdiendo pero tampoco estaban ganando. No querían que sus hijos pasaran sus vidas en la violencia como ocurrió con ellos.
John Hume, líder de los nacionalistas moderados les convenció durante un largo periodo, desde mediados de la década de los 80, de que si los nacionalistas y los republicanos se unían podrían lograr sus objetivos pacíficamente por medios políticos.

¿Alguien alcanzó los objetivos por los que estaba luchando?

Nadie alcanzó los objetivos por los que estaba luchando. Nadie ganó ni nadie perdió.
El acuerdo de 1998 confirmó la separación de Irlanda en dos partes, una independiente y otra parte del Reino Unido, no como un acto unilateral por parte de los colonizadores británicos sino como decisión libre de todos los habitantes de Irlanda. Esto fortaleció la separación al legitimarla para los republicanos y los nacionalistas.
El acuerdo estableció una asamblea y un gobierno regional en el cual los unionistas tendrían inevitablemente una mayoría sujeta a garantías significativas de la participación nacionalista, un poder compartido y una dimensión de toda Irlanda.
Los unionistas recibieron garantía de que permanecerían unidos a Gran Bretaña pero solo mientras tuvieran la mayoría de los votos.

Arthur Griffith, periodista irlandés
que fundó la sociedad nacionalista irlandesa
Sinn Fein (‘Nosotros solos') en 1902.
Participó en las negociaciones que llevaron
a la división de su país en Irlanda del Norte,
integrada en Gran Bretaña,
y la República de Irlanda.


¿Han terminado la antigua querella?

No. Pero la enemistad de siglos tendrá lugar no por medio del terror sino de la política. El Acuerdo ha puesto fin a la violencia política pero no ha brindado la confianza, reconciliación ó incluso el diálogo a Irlanda del Norte. Al menos no hasta ahora.
Para solo darles un ejemplo de la fortaleza del sentimiento de la identidad británica o irlandesa, quisiera narrarles un hecho real sobre una familia de Irlanda del Norte de tradición unionista. Historias similares pueden narrarse sobre la identidad nacionalista.
Tengo un amigo en Dublin cuyos padres eran de Belfast. Ellos eran protestantes misioneros en China cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial.
Fueron capturados por soldados japoneses. Los japoneses les preguntaron de dónde eran. El padre respondió: “De Belfast, Irlanda del Norte”. El japonés le preguntó: “¿Es entonces usted irlandés?” El padre respondió: “Para nada, somos británicos”. Los japoneses le dijeron que en ese caso les fusilarían a la mañana siguiente. Si hubieran sido irlandeses les hubieran perdonado la vida porque Irlanda era neutral.
Toda la noche, la madre le imploró al padre que declarara que eran irlandeses, para que los japoneses no les fusilaran. El padre se negó. No podía decir que era irlandés aunque fuera para salvar su vida y la de su esposa. Solo unos minutos antes del amanecer cambió de opinión.

 

 

Revista Vitral No. 75 * año XIII * septiembre-octubre de 2006