Fotocomposición
¨“Los cubanos necesitan de la fuerza interior, de la paz profunda
y de la alegría que brota del "Evangelio del sufrimiento".
De él se adquiere
la conciencia de la grandeza y
dignidad
del hombre que sufre generosamente
y ofrece su dolor "como hostia viva,
consagrada y agradable a Dios" (Rm 12, 1).
Ofrézcanlo de modo generoso
para que Cuba "vea a Dios cara
a cara", es decir, para que camine
a la luz de su Rostro hacia el Reino eterno y universal y
cada cubano, desde lo más profundo de su ser, pueda decir:
"Yo sé que mi Redentor vive" (Jb 19, 25). Ese Redentor no es otro
que Jesucristo, Nuestro Señor.”
Juan Pablo II. Santuario del Rincón,
La Habana, 24 de enero de 1998
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El catálogo
de pintores pinareños.
IV Salon de
Arte Sacro.