Revista Vitral No. 66 * año XI * marzo-abril de 2005


EL LISTÓN ECUMÉNICO
DE JUAN PABLO II: RETO Y
PROGRAMA PARA SU SUCESOR

MARÍA C. GÁLVEZ CHIU

 

 

Uno de los aspectos más destacados y definitorios del Pontificado de Juan Pablo II es el ecumenismo. Ese movimiento que es primero del alma que se “mueve” hacia los demás en busca de una fraternidad por encima de las diferencias y respondiendo a la oración de Cristo: Padre, que sean uno, como tú y yo somos uno. Y luego es un proceso de estudios, gestos y acciones encaminados a hacer visible y concreta esa unidad en el Espíritu.
El Papa Juan Pablo II se encontró, para decirlo en una sola oración, con todos, todos, los líderes principales, cabeza o representación de las más grandes religiones del mundo. Comenzando por las tres monoteístas entre las que destacó la raíz común y el parentesco entre ellas: Todas hijas de nuestro Padre Abraham, todas religiones del “Libro”, todas con la certeza de que Dios es Uno y Santo y quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. De la Sinagoga de Roma y el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén hasta entrar descalzo a una mezquita musulmana. Verdadero reto y programa para su Sucesor.
Luego, el Papa siguió abriendo el camino hasta los confines de las otras religiones politeístas, animistas y de todo tipo. Sin confusiones y sin sincretismos, pero con mucho respeto y amor universal.
Dejemos que sean las mismas palabras y hechos del Papa los que en grandes trazos nos marquen este camino insospechado y desbordante de audacia y primeros pasos hacia las grandes religiones del mundo y hacia los hermanos que comparten la fe cristiana.

Basten solo unos pocos jalones entre los innumerables de su vida:

Canonizó a una santa por su ecumenismo.

El 25 de enero de 1983, en la Basílica de San Pablo extramuros, al clausurar el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Papa eleva a los altares a Sor María Gabriela Sagheddu, religiosa trapense que ofreció su vida por la causa del ecumenismo.

Con los Judíos:

Como “hermanos mayores en la fe” definió Juan Pablo II a los judíos.
El 13 de abril de 1986 visita la Sinagoga de Roma y entabla una amistad con el Rabino Mayor, Elio Toaff, quien al final de la vida del Pontífice fue uno de los primeros en llegar a la Plaza de San Pedro para participar en la Vigilia de Oración por el insigne moribundo.
Del 20- 26 de marzo de 2000 realiza su primera visita a Tierra Santa donde manifiesta dolor por el sufrimiento de los judíos en manos cristianas en una nota que deja en el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén

Juan Pablo II con el Rabino
Elio Toaff en la Sinagoga de Roma.

Con los Ortodoxos:

Llevaba solo doce meses de Pontificado cuando Juan Pablo II decidió realizar una visita oficial a Estambul para encontrarse con el Patriarca Ecuménico Dimitrios I. Este gesto fue profundamente apreciado por el Patriarca y contribuyó a que se hicieran preparativos para que se abriese un diálogo teológico entre representantes de la Iglesia Católica y todas y cada una de las catorce, autocéfalas y autónomas, Iglesias ortodoxas.
Durante el período 1980 – 1990, la especial Comisión Mixta Internacional Católico – Ortodoxa decidió encontrarse regularmente a este propósito y emanó tres importantes documentos: “El misterio de la Iglesia y de la Eucaristía a la luz del misterio del la Santísima Trinidad” (Munich 1982), “Fe, Sacramentos y Unidad de la Iglesia” (Bari,1987), “El sacramento del Orden en la estructura sacramental de la Iglesia, con particular referencia a la importancia de la Sucesión Apostólica para la santificación y la unidad de Pueblo de Dios” (Valamo 1988)

El Santo Padre recibe al Patriarca Ecuménico
Bartolomeo I, 5 de octubre del 1991

 

Con los Anglicanos:

El 29 de mayo de 1982 se produce el encuentro entre Juan Pablo II y el Primado anglicano, Runcie, en Canterbury, durante su visita pastoral a la Iglesia en Gran Bretaña, siendo el primer Papa que besaba tierra británica desde que Enrique VIII se separó de Roma. Los pasos dados por la unidad quedaron resumidos en el Informe elaborado por la Comisión Internacional anglicano católica romana, que estimulaba a seguir adelante en esa larga marcha hacia la unidad.

Con los Islámicos:

El 15 de diciembre de 1982, concede audiencia al líder del pueblo palestino Yaser Arafat.
El 20 de abril de 1984 se realiza la publicación de la Carta Apostólica dirigida a los cristianos del mundo entero par atraer su atención sobre Jerusalén, Ciudad Santa para las tres religiones monoteístas.
El 10 de febrero de 1993, el Papa visita Sudán, en medio de una inmisericorde guerra entre cristianos y musulmanes. Juan Pablo II afirma ante el Jefe del Estado musulmán, la necesidad de respetar a las minorías y los derechos del hombre.

El Rey Hassan II de Marruecos,
con sus hijos, escucha atentamente al Papa.

 

Con el Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEMI):

El Papa visita, el 12 de junio de 1984 al CEMI con sede en Ginebra, que reúne a 300 Iglesias locales, de 105 países y que, en Iberoamérica aglutina a 400 millones de cristianos.
El cardenal Willebrands, presidente del Secretariado para la Unión de los cristianos y Philip Potter, Secretario General del CEMI firmaron una declaración reafirmando la urgencia de un testimonio común frente a las necesidades de la humanidad y, sobre todo, por la paz en el mundo, reconociendo también que seguían existiendo desacuerdos sobre importantes puntos doctrinales y que el encuentro era expresión de esperanza para el futuro.

Encuentro ecuménico en la Nunciatura
Apóstolica en La Habana, 25 de enero de 1998.

 

Encuentro en Asís. 27 de octubre de 1986

Ningún Pontífice había invitado simultáneamente a todos los líderes religiosos del mundo. La humanidad entera rezó por la paz por boca de las «gentes de religión» convocadas en Asís por Juan Pablo II. Hombres y mujeres de buena voluntad ensancharon sus corazones en todo el mundo.
Se vivió como una realidad lo que muchos habían considerado una utopía: “estar juntos para orar por la paz en un día de tregua para las armas”, según expresión del Papa.
Setenta y un dirigentes de religiones no cristianas, cincuenta y cuatro de las cristianas y 25 representantes del episcopado mundial aceptaron la invitación del Papa a Asís.
En Cuba: encuentro con los líderes de las confesiones cristianas, los ortodoxos y los judíos.

Encuentro por la paz con los representantes de numerosas
religiones en la Basílica de Santa María de Los Ángeles en Asís, Italia..


En las primeras horas de la mañana del 25 de enero, el Papa recibe en la Nunciatura Apostólica, su Casa en La Habana, a algunos líderes de las religiones cristiana y judía.
Allí saludó cordialmente a Su Eminencia Athenágoras, metropolita ortodoxo de América Central y Panamá; a la Rvda. Ofelia M.Ortega Suárez, Rectora del Seminario Evangélico de Matanzas; al Iltmo. Sr. Abraham Berezniak, Presidente de la Comunidad Hebrea Adath Israel y varios pastores de diferentes confesiones cristianas existentes en Cuba.
El encuentro se desarrolló en un clima de respeto y simpatía y el Papa les dirigió un breve mensaje de salutación y afecto.
Algunos observadores y especialistas, consideran que ha sido tan alto y tan ancho el listón ecuménico saltado por Juan Pablo II que su sucesor tendrá que ser necesariamente un Papa ecuménico y en diálogo permanente con todas las demás religiones de la tierra.
El título de su Carta encíclica sobre el Ecumenismo Ut unum sint (“que seamos uno”), resume y proyecta el carácter, la inspiración y el programa ecuménico del Pontificado Wojtyla. Ningún otro, ni diferente, que el de Jesús de Nazaret.


 

Revista Vitral No. 66 * año XI * marzo-abril de 2005
Lic. María Caridad Gálvez Chiu, 1968
Graduada de economía en 1994. Responsable del Grupo de Economía del Centro de Formación Cívica y Religiosa.