Revista Vitral No. 63 * año XI * septiembre-octubre de 2004


ECONOMÍA

 

LAS DIFICULTADES PARA MEDIR EL CRECIMIENTO ECONÓMICO CUBANO

CARMELO MESA LAGO

El sistema del producto material

El cambio al sistema de cuentas nacionales

Las modificaciones metodológicas recientes

Comentarios finales

Bibliografía

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La medición del crecimiento económico en Cuba durante la Revolución es probablemente la más compleja en toda América Latina, debido a los cambios en el sistema de cuentas, en la metodología y en el año base utilizado para calcular el crecimiento en precios constantes, así como las dificultades respecto a la medición de la inflación y la conversión del peso al dólar. Este artículo primero resume los antecedentes de estos problemas en 1959-1989, luego de los cambios implantados durante el Período Especial en 1990-2000 y, por último, las modificaciones metodológicas introducidas en los tres últimos años (2001-2003).

I. El sistema del producto material

En los dos primeros años de la Revolución, Cuba continuó utilizando el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), practicado en la mayor parte del mundo, para medir el Producto Interno Bruto (PIB). Aunque hay cifras del PIB en 1959-60 no se publicaron en 1961, pues ese año Cuba comenzó el cambio hacia un sistema de planificación central siguiendo el modelo de la URSS y otros países socialistas. A partir de 1962, Cuba cambió del SCN al Sistema del Producto Material (SPM) empleado en los países socialistas para medir el Producto Social Global (PSG). Hay dos diferencias importantes entre los dos sistemas:
1) El SCN incluye en el PIB el valor de todos los servicios pero el PSG excluye de él los llamados “servicios no productivos”, como los sociales (educación, salud, seguridad social, vivienda), la defensa y ciertas actividades burocráticas. Debido a esta diferencia, el PSG es menor que el PIB y esto era aún más importante en Cuba debido al desarrollo considerable de los servicios sociales.
2) El SCN utiliza el “valor agregado” en el cálculo del PIB pero el SPM no, lo cual generaba un doble conteo o sobreestimación. Por ejemplo, en la fabricación de una camisa, el SNC cuenta sólo el valor agregado en cada una de las cuatro etapas de la confección, o sea, algodón, hilo, tela y camisa, mientras que el SPM contaba el algodón cuatro veces, el hilo tres y la tela dos. Debido a esto el PSG era mayor que el PIB.
Nunca se pudo determinar cual de las dos distorsiones era la más importante, pero el autor estimó que el doble conteo era mayor que la exclusión de los servicios, o sea, que el PSG era mayor que el equivalente PIB, una hipótesis que se confirmó en los años 90 (ver sección II).
Además de los dos problemas anteriores, la metodología para el cálculo cambió unas cuatro veces entre 1962 y 1989. Para complicar las cosas, los estadígrafos cubanos nunca publicaron la canasta de bienes usada para construir el Índice de Precios al Consumidor (IPC), así como el “deflactor” del PSG (para medir y eliminar la inflación). Por otra parte, el año base para calcular el crecimiento a precios constantes (de nuevo, eliminando la inflación) se cambió al menos dos veces. Como resultado de todo esto, había varias series del PSG que no podían conectarse, lo cual hacía imposible tener una serie unida por la misma metodología, deflactor y año base (El autor ha visto una referencia en la que esta serie se elaboró—el llamado “libro amarillo” — pero no conoce a nadie fuera de Cuba que tuviera acceso a la misma).
Otro serio problema es que el peso no se transa en mercados internacionales y su valor se fija unilateralmente por el gobierno cubano a la par del dólar (en 1972-1985 el valor del peso era mayor al del dólar), a pesar de que en el mercado negro llegó a ofrecerse 95 pesos por un dólar en 1994 y luego CADECA legalizó el cambio y en 2004 es 26 pesos por un dólar. Debido a estos obstáculos, no era posible determinar la tasa de cambio para estimar el PSG (y luego el PIB) en dólares, a fin de hacer comparaciones entre Cuba y el resto del mundo (esta sección se basa principalmente en Mesa-Lago 2002).


II. El cambio al sistema de cuentas nacionales

Después de la caída del campo socialista y la reforma de mercado en China y Vietnam, era ilógico seguir usando el SPM y el PSG, pues ya no había naciones que los emplearan. Además la severa crisis económica y las reformas tímidas hacia el mercado que Cuba estableció en 1993-1996 le daban mayor importancia a los “servicios no productivos” del sector informal (trabajo por cuenta propia, paladares, etc.) que estaban excluidos del PSG. Finalmente, el último Anuario Estadístico de Cuba publicado antes del colapso del campo soviético era el de 1989 y se suspendió varios años durante lo peor de la crisis, pero con la recuperación se hizo necesario restablecer su publicación y las cifras de crecimiento económico. Por todo ello, en 1998 se publicó el Anuario de 1996, que reintrodujo el SCN y el PIB, además las estadísticas se llevaron atrás hasta 1985 (ONE 1991, 1998). De forma que hay una serie del PIB de 1985 a 1996, con base al año 1981 y a precios constantes, dicha serie se continuó publicando hasta el 2000. Pero, por supuesto, esta serie no se puede “empatar” con las series del PSG de 1962 a 1984.
El cambio explicado permitió tener una serie homologada del PIB a partir de 1985, pero no resolvió los problemas previos: (1) no se ha publicado información sobre la canasta de bienes utilizada para el Índice de Precios al Consumidor y el deflactor del PIB, por lo que no es factible evaluar la confiabilidad de la serie en precios constantes, complicada por los precios en las tiendas de divisas; (2) la tasa de cambio del peso sigue siendo fijada por el gobierno de manera unilateral lo que impide la conversión al dólar y su comparabilidad con otros países; y (3) el año base se mantuvo en 1981, de manera que en 2001 llevaba 20 años sin cambiarse (contraviniendo normas de las Naciones Unidas que recomiendan su actualización periódica), más aún, 1981 fue un año anormal por la alta inflación y varios expertos (incluyendo al autor) habían notado que eso podría distorsionar la serie.
A pesar de las dificultades indicadas, la serie del PIB mostró varias tendencias interesantes. La comparación del PSG con el PIB en 1985-1990, demostró que el primero era mayor que el segundo, lo cual confirmó la hipótesis del autor que el efecto de doble conteo era superior a la exclusión de los servicios no productivos. En el Proceso de Rectificación (1986-1990), en que Cuba adoptó políticas anti-mercado contrarias a las tendencias en la gran mayoría de los países socialistas, el PSG cayó a una tasa promedio anual de –1.3%, lo cual colocó a la economía cubana en una situación muy difícil en vísperas de la desaparición de la URSS. Si se hubiese continuado con las políticas más pragmáticas de 1975-1985 (que a pesar de sus defectos generaron una de las tasas de crecimiento más altas bajo la Revolución) el país hubiese podido encarar mejor la crisis (Mesa-Lago 2002). En el período 1990-2000 la tasa anual promedio del PIB cayó –1.2%, porque la caída en 1990-93 fue más profunda que la recuperación de 1994-2000 (ver el Cuadro); dicha tasa fue la más baja en toda América Latina y el Caribe (CEPAL 2000). El PIB absoluto en 2000 todavía estaba 15% por debajo del nivel de 1989, mientras que el PIB per capita estaba 20% por debajo, y 1989 no había sido un buen año económico (ver el Cuadro).

III. Las modificaciones metodológicas recientes

En 2001, el año base para calcular el PIB a precios constantes se cambió de 1981 a 1997. Este fue un paso positivo, sin embargo, las estadísticas se publicaron retroactivamente sólo hasta 1996, de manera que hay una serie homologada de 1996 en adelante, pero no con anterioridad. Debido a ello no se puede contrastar el PIB de Cuba en 2001-2003 con el año 1989 y esto impide saber con certeza si se ha recuperado o no su nivel. Además, cuando comparamos la serie del PIB en base al año1981 con la serie del PIB en base al año 1997, en el período 1996-2000 para el cual existen ambas series, la nueva serie resulta en un incremento anual promedio de 60% sobre la antigua serie. Por ejemplo, el PIB per capita en 2000 basado en el año 1981 es $1,478 pero basado en el año 1997 aumenta a $2,365 (ver el Cuadro). No se ha ofrecido explicación oficial alguna por este salto y es imposible indagar qué ocurrió en el período 1985-1995 porque carecemos de estadísticas.
Lo anterior se complica con un cambio en la metodología de cálculo del PIB que comenzó a discutirse públicamente a fines de 2002, un año en que el PIB creció sólo 1.4% (ONE 2003). El ministro de Economía y Planificación José Luis Rodríguez planteó que 2002 fue un año bajo en crecimiento económico pero alto en desarrollo. Citando un discurso del Presidente del Consejo de Estado, el ministro criticó la metodología del SCN y el PIB con los argumentos siguientes: (1) el PIB es un indicador diseñado para economías de mercado incapaz de reflejar los logros sociales, distribución del ingreso y bienestar social de un país; (2) las economías neoliberales utilizan el PIB ignorando esas variables y tratan de imponerlo como un criterio standard para medir el desarrollo, aunque el PIB puede crecer a pesar de deterioro socioeconómico y creciente pobreza; (3) y esas deficiencias colocan a Cuba en una posición desigual porque el PIB subestima el desempeño cubano en comparación con otros países, en vista a la alta proporción de servicios gratuitos y consumo subsidiado en Cuba (Rodríguez 2002).
El ministro Rodríguez informó que, para resolver esas deficiencias, se estaba trabajando en una comparación internacional más justa y realista del PIB basada en la estimación del poder adquisitivo paritario (PAP) del peso comparado con otras monedas para comprar una canasta dada de bienes, en lugar de la convencional tasa de cambio. Según el ministro, el PIB per capita de Cuba en 2002 medido con el método convencional fue $2,445, pero con la nueva metodología aumentaba a más del doble $5,200. Más aún, afirmó que el método nuevo todavía subestimaba el PIB porque no tomaba en cuenta el valor de los servicios sociales y los subsidios del consumo a la población, los cuales serían incorporados en 2003 (Rodríguez 2002). En su presentación a la Asamblea Nacional en diciembre del año pasado, el ministro Rodríguez dio dos tasas de crecimiento del PIB: 2.6% basado en el método convencional y 3.8% basado en el método inventado por Cuba añadiendo el valor de los servicios gratuitos y subsidios a precios, o sea, 46% mayor (Rodríguez 2003).

IV. Comentarios finales

Los tres cambios explicados en la sección anterior han resultando en un salto considerable del PIB en Cuba en 2001-2003: (1) un 60% con el cambio del año base de 1981 a 1997, (2) un 100% con el nuevo método del poder adquisitivo paritario (PAP) del peso, y (3) un 46% con la adición del valor de los servicios gratuitos y subsidios de precios.
Estos resultados deben ser mesurados con varias observaciones. Primero, el SCN y el PIB han sido desarrollados por las Naciones Unidas y usados internacionalmente por más de seis décadas, además constituyen el único sistema existente después de la desaparición del campo soviético y del SPM. Segundo, desde 1980 el Índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, que se aplica en 174 países del mundo incluyendo a Cuba, ha sido calculado utilizando el poder adquisitivo paritario (PAP) para hacer la conversión a dólares (PNUD 2003). Tercero, la nueva serie cubana del PIB a precios constantes basada en el año 1997 no ha sido respaldada con la publicación de los cálculos correspondientes y la serie sólo se retrotrae a 1996, además nunca se ha publicado información sobre la canasta de bienes utilizada para estimar el deflactor del PIB. Cuarto, los estadígrafos cubanos no han publicado la información sobre cómo han hecho los cálculos del PIB basado en el PAP, ni tampoco los estimados del valor de los servicios sociales gratuitos y subsidios de precios. Hasta tanto no se ofrezca esta información vital no es posible evaluar la confiabilidad de la nueva serie del PIB de Cuba.

Bibliografía
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2000, Santiago, diciembre.
Mesa-Lago, Carmelo, Buscando un Modelo de Desarrollo económico en América Latina ¿Mercado, Socialista o Mixto? Chile, Cuba y Costa Rica. Caracas: Nueva Sociedad, 2002.
Mesa-Lago, Carmelo y Jorge Pérez-López, Cuba’s Aborted Reform: Socioeconomic Effects, International Comparisons and Transition Policies, sometido para publicación a University of Florida Press, 2004.
Rodríguez, José Luis, “Informe sobre los Resultados Económicos del 2002 y el Plan Económico Social de 2003”, Granma, 26 de diciembre de 2002.
Rodríguez, José Luis, “Informe sobre los Resultados Económicos del 2003 y el Plan Económico Social de 2004”, Granma, 25 de diciembre de 2003.
Oficina Nacional de Estadísticas, Anuario Estadístico de Cuba 1989, 1996, 2002, La Habana, 1991, 1998, 2003.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Human Development Report 2003, Nueva York, Oxford University Press, 2003.

 

 

Revista Vitral No. 63 * año XI * septiembre-octubre de 2004
Carmelo Mesa-Lago
Economista cubano, Catedrático Distinguido Emérito de Economía, Universidad de Pittsburg. Vive en Estados Unidos.