La medición del crecimiento
económico en Cuba durante la Revolución es probablemente
la más compleja en toda América Latina, debido a los cambios
en el sistema de cuentas, en la metodología y en el año
base utilizado para calcular el crecimiento en precios constantes, así
como las dificultades respecto a la medición de la inflación
y la conversión del peso al dólar. Este artículo
primero resume los antecedentes de estos problemas en 1959-1989, luego
de los cambios implantados durante el Período Especial en 1990-2000
y, por último, las modificaciones metodológicas introducidas
en los tres últimos años (2001-2003).
I. El sistema del
producto material
En los dos primeros años de la Revolución, Cuba continuó
utilizando el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), practicado en la
mayor parte del mundo, para medir el Producto Interno Bruto (PIB). Aunque
hay cifras del PIB en 1959-60 no se publicaron en 1961, pues ese año
Cuba comenzó el cambio hacia un sistema de planificación
central siguiendo el modelo de la URSS y otros países socialistas.
A partir de 1962, Cuba cambió del SCN al Sistema del Producto
Material (SPM) empleado en los países socialistas para medir
el Producto Social Global (PSG). Hay dos diferencias importantes entre
los dos sistemas:
1) El SCN incluye en el PIB el valor de todos los servicios pero el
PSG excluye de él los llamados servicios no productivos,
como los sociales (educación, salud, seguridad social, vivienda),
la defensa y ciertas actividades burocráticas. Debido a esta
diferencia, el PSG es menor que el PIB y esto era aún más
importante en Cuba debido al desarrollo considerable de los servicios
sociales.
2) El SCN utiliza el valor agregado en el cálculo
del PIB pero el SPM no, lo cual generaba un doble conteo o sobreestimación.
Por ejemplo, en la fabricación de una camisa, el SNC cuenta sólo
el valor agregado en cada una de las cuatro etapas de la confección,
o sea, algodón, hilo, tela y camisa, mientras que el SPM contaba
el algodón cuatro veces, el hilo tres y la tela dos. Debido a
esto el PSG era mayor que el PIB.
Nunca se pudo determinar cual de las dos distorsiones era la más
importante, pero el autor estimó que el doble conteo era mayor
que la exclusión de los servicios, o sea, que el PSG era mayor
que el equivalente PIB, una hipótesis que se confirmó
en los años 90 (ver sección II).
Además de los dos problemas anteriores, la metodología
para el cálculo cambió unas cuatro veces entre 1962 y
1989. Para complicar las cosas, los estadígrafos cubanos nunca
publicaron la canasta de bienes usada para construir el Índice
de Precios al Consumidor (IPC), así como el deflactor
del PSG (para medir y eliminar la inflación). Por otra parte,
el año base para calcular el crecimiento a precios constantes
(de nuevo, eliminando la inflación) se cambió al menos
dos veces. Como resultado de todo esto, había varias series del
PSG que no podían conectarse, lo cual hacía imposible
tener una serie unida por la misma metodología, deflactor y año
base (El autor ha visto una referencia en la que esta serie se elaboróel
llamado libro amarillo pero no conoce a nadie fuera
de Cuba que tuviera acceso a la misma).
Otro serio problema es que el peso no se transa en mercados internacionales
y su valor se fija unilateralmente por el gobierno cubano a la par del
dólar (en 1972-1985 el valor del peso era mayor al del dólar),
a pesar de que en el mercado negro llegó a ofrecerse 95 pesos
por un dólar en 1994 y luego CADECA legalizó el cambio
y en 2004 es 26 pesos por un dólar. Debido a estos obstáculos,
no era posible determinar la tasa de cambio para estimar el PSG (y luego
el PIB) en dólares, a fin de hacer comparaciones entre Cuba y
el resto del mundo (esta sección se basa principalmente en Mesa-Lago
2002).
II. El cambio al sistema
de cuentas nacionales
Después de la caída del campo socialista y la reforma
de mercado en China y Vietnam, era ilógico seguir usando el SPM
y el PSG, pues ya no había naciones que los emplearan. Además
la severa crisis económica y las reformas tímidas hacia
el mercado que Cuba estableció en 1993-1996 le daban mayor importancia
a los servicios no productivos del sector informal (trabajo
por cuenta propia, paladares, etc.) que estaban excluidos del PSG. Finalmente,
el último Anuario Estadístico de Cuba publicado antes
del colapso del campo soviético era el de 1989 y se suspendió
varios años durante lo peor de la crisis, pero con la recuperación
se hizo necesario restablecer su publicación y las cifras de
crecimiento económico. Por todo ello, en 1998 se publicó
el Anuario de 1996, que reintrodujo el SCN y el PIB, además las
estadísticas se llevaron atrás hasta 1985 (ONE 1991, 1998).
De forma que hay una serie del PIB de 1985 a 1996, con base al año
1981 y a precios constantes, dicha serie se continuó publicando
hasta el 2000. Pero, por supuesto, esta serie no se puede empatar
con las series del PSG de 1962 a 1984.
El cambio explicado permitió tener una serie homologada del PIB
a partir de 1985, pero no resolvió los problemas previos: (1)
no se ha publicado información sobre la canasta de bienes utilizada
para el Índice de Precios al Consumidor y el deflactor del PIB,
por lo que no es factible evaluar la confiabilidad de la serie en precios
constantes, complicada por los precios en las tiendas de divisas; (2)
la tasa de cambio del peso sigue siendo fijada por el gobierno de manera
unilateral lo que impide la conversión al dólar y su comparabilidad
con otros países; y (3) el año base se mantuvo en 1981,
de manera que en 2001 llevaba 20 años sin cambiarse (contraviniendo
normas de las Naciones Unidas que recomiendan su actualización
periódica), más aún, 1981 fue un año anormal
por la alta inflación y varios expertos (incluyendo al autor)
habían notado que eso podría distorsionar la serie.
A pesar de las dificultades indicadas, la serie del PIB mostró
varias tendencias interesantes. La comparación del PSG con el
PIB en 1985-1990, demostró que el primero era mayor que el segundo,
lo cual confirmó la hipótesis del autor que el efecto
de doble conteo era superior a la exclusión de los servicios
no productivos. En el Proceso de Rectificación (1986-1990), en
que Cuba adoptó políticas anti-mercado contrarias a las
tendencias en la gran mayoría de los países socialistas,
el PSG cayó a una tasa promedio anual de 1.3%, lo cual
colocó a la economía cubana en una situación muy
difícil en vísperas de la desaparición de la URSS.
Si se hubiese continuado con las políticas más pragmáticas
de 1975-1985 (que a pesar de sus defectos generaron una de las tasas
de crecimiento más altas bajo la Revolución) el país
hubiese podido encarar mejor la crisis (Mesa-Lago 2002). En el período
1990-2000 la tasa anual promedio del PIB cayó 1.2%, porque
la caída en 1990-93 fue más profunda que la recuperación
de 1994-2000 (ver el Cuadro); dicha tasa fue la más baja en toda
América Latina y el Caribe (CEPAL 2000). El PIB absoluto en 2000
todavía estaba 15% por debajo del nivel de 1989, mientras que
el PIB per capita estaba 20% por debajo, y 1989 no había sido
un buen año económico (ver el Cuadro).
III. Las modificaciones
metodológicas recientes
En 2001, el año base para calcular el PIB a precios constantes
se cambió de 1981 a 1997. Este fue un paso positivo, sin embargo,
las estadísticas se publicaron retroactivamente sólo hasta
1996, de manera que hay una serie homologada de 1996 en adelante, pero
no con anterioridad. Debido a ello no se puede contrastar el PIB de
Cuba en 2001-2003 con el año 1989 y esto impide saber con certeza
si se ha recuperado o no su nivel. Además, cuando comparamos
la serie del PIB en base al año1981 con la serie del PIB en base
al año 1997, en el período 1996-2000 para el cual existen
ambas series, la nueva serie resulta en un incremento anual promedio
de 60% sobre la antigua serie. Por ejemplo, el PIB per capita en 2000
basado en el año 1981 es $1,478 pero basado en el año
1997 aumenta a $2,365 (ver el Cuadro). No se ha ofrecido explicación
oficial alguna por este salto y es imposible indagar qué ocurrió
en el período 1985-1995 porque carecemos de estadísticas.
Lo anterior se complica con un cambio en la metodología de cálculo
del PIB que comenzó a discutirse públicamente a fines
de 2002, un año en que el PIB creció sólo 1.4%
(ONE 2003). El ministro de Economía y Planificación José
Luis Rodríguez planteó que 2002 fue un año bajo
en crecimiento económico pero alto en desarrollo. Citando un
discurso del Presidente del Consejo de Estado, el ministro criticó
la metodología del SCN y el PIB con los argumentos siguientes:
(1) el PIB es un indicador diseñado para economías de
mercado incapaz de reflejar los logros sociales, distribución
del ingreso y bienestar social de un país; (2) las economías
neoliberales utilizan el PIB ignorando esas variables y tratan de imponerlo
como un criterio standard para medir el desarrollo, aunque el PIB puede
crecer a pesar de deterioro socioeconómico y creciente pobreza;
(3) y esas deficiencias colocan a Cuba en una posición desigual
porque el PIB subestima el desempeño cubano en comparación
con otros países, en vista a la alta proporción de servicios
gratuitos y consumo subsidiado en Cuba (Rodríguez 2002).
El ministro Rodríguez informó que, para resolver esas
deficiencias, se estaba trabajando en una comparación internacional
más justa y realista del PIB basada en la estimación del
poder adquisitivo paritario (PAP) del peso comparado con otras monedas
para comprar una canasta dada de bienes, en lugar de la convencional
tasa de cambio. Según el ministro, el PIB per capita de Cuba
en 2002 medido con el método convencional fue $2,445, pero con
la nueva metodología aumentaba a más del doble $5,200.
Más aún, afirmó que el método nuevo todavía
subestimaba el PIB porque no tomaba en cuenta el valor de los servicios
sociales y los subsidios del consumo a la población, los cuales
serían incorporados en 2003 (Rodríguez 2002). En su presentación
a la Asamblea Nacional en diciembre del año pasado, el ministro
Rodríguez dio dos tasas de crecimiento del PIB: 2.6% basado en
el método convencional y 3.8% basado en el método inventado
por Cuba añadiendo el valor de los servicios gratuitos y subsidios
a precios, o sea, 46% mayor (Rodríguez 2003).
IV. Comentarios finales
Los tres cambios explicados en la sección anterior han resultando
en un salto considerable del PIB en Cuba en 2001-2003: (1) un 60% con
el cambio del año base de 1981 a 1997, (2) un 100% con el nuevo
método del poder adquisitivo paritario (PAP) del peso, y (3)
un 46% con la adición del valor de los servicios gratuitos y
subsidios de precios.
Estos resultados deben ser mesurados con varias observaciones. Primero,
el SCN y el PIB han sido desarrollados por las Naciones Unidas y usados
internacionalmente por más de seis décadas, además
constituyen el único sistema existente después de la desaparición
del campo soviético y del SPM. Segundo, desde 1980 el Índice
de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo,
que se aplica en 174 países del mundo incluyendo a Cuba, ha sido
calculado utilizando el poder adquisitivo paritario (PAP) para hacer
la conversión a dólares (PNUD 2003). Tercero, la nueva
serie cubana del PIB a precios constantes basada en el año 1997
no ha sido respaldada con la publicación de los cálculos
correspondientes y la serie sólo se retrotrae a 1996, además
nunca se ha publicado información sobre la canasta de bienes
utilizada para estimar el deflactor del PIB. Cuarto, los estadígrafos
cubanos no han publicado la información sobre cómo han
hecho los cálculos del PIB basado en el PAP, ni tampoco los estimados
del valor de los servicios sociales gratuitos y subsidios de precios.
Hasta tanto no se ofrezca esta información vital no es posible
evaluar la confiabilidad de la nueva serie del PIB de Cuba.
Bibliografía
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), Balance Preliminar de las Economías de América
Latina y el Caribe 2000, Santiago, diciembre.
Mesa-Lago, Carmelo, Buscando un Modelo de Desarrollo económico
en América Latina ¿Mercado, Socialista o Mixto? Chile,
Cuba y Costa Rica. Caracas: Nueva Sociedad, 2002.
Mesa-Lago, Carmelo y Jorge Pérez-López, Cubas Aborted
Reform: Socioeconomic Effects, International Comparisons and Transition
Policies, sometido para publicación a University of Florida Press,
2004.
Rodríguez, José Luis, Informe sobre los Resultados
Económicos del 2002 y el Plan Económico Social de 2003,
Granma, 26 de diciembre de 2002.
Rodríguez, José Luis, Informe sobre los Resultados
Económicos del 2003 y el Plan Económico Social de 2004,
Granma, 25 de diciembre de 2003.
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de Cuba 1989, 1996, 2002, La Habana, 1991, 1998, 2003.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Human Development
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