CASO 14
Dos amigos se encuentran en la
calle y
.
-Dime Pepe, hace días que no te veo.
-Estoy que no salgo de la casa, llego del trabajo, a comer y al frente
del televisor desde que como hasta que me acuesto. ¿Y tú?
-Yo casi no salgo de la casa tampoco, pero la televisión
..¿para
qué verla?
-No creas, que últimamente están dando unos programas
bastante buenos.
-Si, la telenovela del ganado.
-No viejo, El Rey del ganado fue hace tiempo, esa era una telenovela
brasileña.
-No, yo digo la cubana, en la que todos tenían tantos tarros
que parecía una finca ganadera.
-No chico, mira, sin ir más lejos la semana pasada pusieron un
documental de lo más interesante.
-¿De qué trataba?
-De que ahora han inventado una cosa que cuando tienes un problema en
el corazón cogen unas células y te hacen un corazón
nuevo.
-¿Cómo es eso?
-Te inyectan unas células que les dicen
a ver si me acuerdo
creo
que células madre, entonces estas van para donde tienes el problema
y forman el tejido de ese lugar y lo reparan completo, el corazón
te queda nuevo y a comenzar otra vez la vida.
-Qué raro está eso, tendría que verlo para creerlo.
-Ver para creer, cuándo todos creerán sin ver.
-Cuando la gente no meta tantas mentiras, hay cosas en las que creo
sin verlas, pero eso
vaya, hasta viéndolo me cuesta trabajo
creerlo.
-Fue un programa científico, una cosa seria. Mira, por ahí
viene Alberto, él es médico y seguro que sabe algo de
esto, vamos a preguntarle
Llega otro joven.
-Vaya, vaya, Pepe y Mario ¿Qué los tiene juntos hablando
en esta esquina? ¿Van a cambiar el mundo o a echarlo a perder?
-Estábamos hablando de ciencia, Mario no quiere creer lo que
dijeron en el documental del otro día, tal vez tú puedas
aclararnos algo.
-¿Qué documental?
-Uno que, dice Pepe, que pasaron por la televisión, que cuando
tienes problemas del corazón o de otros lados, cogen unas células
¿Cómo se llaman Pepe?..¿De madre?
-Células madre, lo dijiste burlándote de mi.
-De ti no, del documental.
-Bueno, no discutan, algo les puedo aclarar, la terapia con Stem
Cells o células estaminales, como se ha dado en llamarlas
en español, es un procedimiento todavía experimental,
leí recientemente en el servicio de la Australasian Bioethics
Newsletter, un servicio informativo de Bioética magnífico,
que en una conferencia internacional sobre el tema, celebrada en Melbourne,
Australia, en octubre, con participación de científicos
de la universidades de Melbourne y la Columbia, de Nueva
York, se presentaron algunos casos, pero todavía no se ha comenzado
a utilizar como tratamiento establecido, estas células abren
un camino futuro, pero hay cosas que se discuten todavía.
-¿Cómo qué?
-Primero, muchos no están convencidos de su efectividad, segundo,
el problema es ¿De dónde salen estas células?
-¿De dónde?
-Esto es interesante, está planteado que se clonen células
humanas, se pare el desarrollo del embrión en un estadio inicial
y se tomen estas células para el tratamiento, pero esto ha levantado
muchas protestas
-No entiendo porque...
-Mario, deja que Alberto explique, pero eso te lo puedo decir hasta
yo mismo ¿No te das cuenta de que esas células clonadas
son una persona?
-Para mi no lo son, son solo células.
-Ese es un punto de vista con el que, como médico, y como ser
humano, no estoy de acuerdo, cada embrión es un nuevo ser y como
tal es una persona, pero se han planteado alternativas, se han tomado
células de fetos de los abortos y esto sería como un transplante,
pero los abortos también son un asesinato, así que la
objeción sigue. Otros han planteado tomar células de Quimeras,
que son células clonadas de un ser humano en el óvulo
de un animal, pero lo más ético y correcto sería,
como hacen algunos, tomar células de la misma persona a quien
se va a tratar y con ellas hacer la terapia, para eso se necesita lograr
que las células madre, capaces de transformarse en otras células,
salgan de la médula ósea y vayan hacia el lugar lesionado,
cosa para la que están creándose medicamentos nuevos,
pero no sé aún el estado real de la situación.
La terapia con células estaminales abre nuevas perspectivas y
por ello, como todo lo nuevo, tiene que superar el período de
la crítica y la barrera de las consideraciones éticas,
buscando no perjudicar la vida de ningún ser humano, ni aún
en sus inicios, ni para beneficiar a otro.
-Claro, sería como desvestir a un santo para vestir a otro
-Peor, sería matar a un ser humano para ver si logramos mejorar
a otro, pero yo no sé mucho más, así que se me
acabó la gasolina.
-¿Por qué no revisas el tema, lo traduces de forma que
podamos entenderlo mejor y nos lo cuentas?
-Se los prometo.
RESPUESTA AL CASO 12
El caso en sí no requiere mucha reflexión. Operaciones
de siameses se efectúan desde los famosos gemelos tailandeses
que le dieron el nombre a la malformación (Tailandia era conocida
con el nombre de Siam), unas con éxito, otras, desgraciadamente,
no tan afortunadas. Lo importante para la reflexión es el uso
y mal uso de lo que se llama consentimiento informado. Ese
consiste en que antes de cualquier proceder médico se debe informar
a pacientes y familiares en qué consiste el proceder, qué
riesgos entraña, qué posibilidades de éxito o de
complicaciones existen y en qué consiste la necesidad de su realización.
El consentimiento informado es la expresión de la libertad del
paciente para decidir si se realiza o no un proceder, ya sea diagnóstico
o terapéutico. Esta voluntad del paciente, para ser realmente
LIBRE requiere del máximo posible de información. El médico,
por tanto, está obligado a explicarle al paciente detalladamente
todo lo concerniente al proceder y solicitar después la aprobación
(consentimiento) del mismo para su realización.
Aparecen varios elementos a tener en cuenta: en primer lugar el consentimiento,
en segundo lugar la información, pero a estos se suman algunas
consideraciones que me gustaría analizar.
En cuanto al consentimiento, este requiere discernir una interrogante:
¿Quién consiente?
-¡Hombre! ¡Qué pregunta! Respondería
usted- Pues, es claro que el paciente.
Se ve que estamos teorizando. Pruebe a decirle a un paciente cubano
que tiene un cáncer, aún cuando sea curable, sin haber
solicitado antes la autorización de la familia para esa información.
Muchos lo aceptarán, pero otros le dirán que usted no
es médico, sino un animal y que ¿A quién se le
ocurre decirle a alguien, por muy adulto que sea, que tiene cáncer?
El paciente cubano (y el latino por lo general) cuenta con una familia
sobreprotectora que, en muchas ocasiones, tiende a ocultarle la verdad
porque muchos piensan que la verdad hace daño, siendo
realidad lo contrario, es la ignorancia lo que hace daño. Por
ello es necesario que se decida qué información se le
da al paciente y, para ello es necesario conocer al paciente y su entorno
familiar; el criterio de los cubanos es que no hace falta darle mucha
información a los pacientes, aunque sí a los familiares.
Mi criterio es que debe brindársele al paciente toda la información
que este desee, siendo él quien debe decidir si quiere o no conocer
los detalles. Es curioso como muchas veces algunos familiares nos dicen:
A él no se lo vaya a decir, decidiendo por el paciente
situaciones que es él quien debe darles solución.
En algunos casos no es posible brindarle al paciente toda la información
porque, o bien él mismo dijo que no quería saber, o dijo
el clásico: Médico, usted es el que sabe, no me
pregunte a mí, expresión que, si bien denota confianza
absoluta en nosotros, también revela el miedo a saber de muchos.
Otra posibilidad es que el médico y los familiares se percaten
de que el daño que puede producir el conocimiento de la verdad
es mayor que el beneficio esperado y decidan no brindar toda la información.
Otra posibilidad es que el paciente no esté en condiciones de
conocer y decidir, como en pacientes siquiátricos o en coma.
En estos casos es necesario decidir el sustituto válido, que
es a quién se le dará la información y quién
decidirá las conductas, generalmente el, o los, familiares más
cercanos.
La información debe ser completa, amplia y sin ocultar nada,
ya que quien consiente sin suficiente información, consiente
bajo manipulación.
En cuanto a las preguntas planteadas, es curioso como nadie respondió
de forma completa, es más, los que me hablaron sobre ello lo
hicieron para decirme que ellos tenían miedo a saber, en la mayoría
de los casos o, en una exigua minoría, que no le tienen miedo
a ningún conocimiento.
Se debe recordar que:
La verdad os hará libres
Y la mentira nos priva de la LIBERTAD. Para un consentimiento LIBRE
es necesaria una información completa, cuando se nos informa
de forma parcial o tergiversada el consentimiento que ofrecemos es manipulado.
No tengamos miedo a saber, ante cualquier proceder médico o quirúrgico
es importante solicitar toda la información posible para, así,
lograr una decisión libre en cuanto a la realización del
mismo, sugiero preguntar:
-¿Qué esperamos de este proceder?
-¿Cuán necesario es hacerlo?
-¿Existe otro procedimiento con resultados iguales o similares
y menos riesgo?
-¿Qué riesgos presenta este proceder?
-¿Qué probabilidad aproximada existe de que aparezcan
estos riesgos?
Así podrá tener mejor conocimiento de la relación
RIESGO-BENEFICIO de la acción que se pretende ejercer sobre usted
y, será libre en la relación con su médico.