Bodas de Oro
Incierta al despertar cada mañana
nueva jornada llama a nuestra
vida.
Memoria fiel que nunca nada olvida:
Es Dios el que se asoma
a la ventana.
Dios mismo, en su Palabra cotidiana
invitando a la
entrega sin medida.
Ocaso de la senda transcurrida:
Supremo paso
en la existencia humana.
Acabas de llegar a los cincuenta,
es
bueno que des gracias al Señor:
Centuria en su mitad que
representa
urdimbre y trama del divino amor.
La mirada al futuro
sólo cuenta
ofreciendo el presente redentor.
De todo corazón en Cristo Sacerdote,
+Alfredo Petit Vergel.
Obispo Auxiliar de La Habana
Poesías para Monseñor
en sus
Bodas de Oro
1.-Cincuenta años de Vida
que ha dedicado al Señor
dando el
consejo mejor
para todo el que lo pida.
Usted, lámpara
encendida
que alumbra nuestro camino,
buscando el mejor
destino
siempre para sus hermanos.
A todos dando su mano,
a
obreros y campesinos.
2.- Pienso, su mejor virtud
es la de ser muy sencillo.
Y por su
mente de brillo
a Dios le doy gratitud.
Que obtenga mucha
salud
también le voy a rogar,
para que así pueda dar
muchos
años de consuelo.
Y finalmente en el cielo
a estas virtudes
premiar.
3- Ahora yo quiero contar
que allá, en mi verde campiña,
casi
desde que era niña
a usted le empecé yo a amar.
Siempre mucho
respetar,
como pastor excelente
yo lo he tenido presente
en
alegría y dolor.
Y ese pequeñito amor
ha crecido diariamente.
4.- Este sencillo homenaje
que hoy le brindo,
Monseñor,
demuestra todo mi amor
por su valor y coraje.
No le
gustan los ultrajes
que hoy reciben sus hermanos
y con su voz y
sus manos
siempre los defenderá
y con ello cumplirá
su primer
deber cristiano.
Blanca Rivas García.
Aniversario
cincuenta
Lirio del Huerto Divino,
faro del puerto del cielo,
se del
hombre peregrino,
amparo, norte y consuelo.
Te pido desde este
suelo
con profunda devoción
tu sublime protección
para este
Obispo cubano,
por quien sienten los mantuanos
respeto y
admiración.
En ese pueblo lejano
dicha inmensa es escuchar
que nos viene a
predicar
nuestro Obispo, nuestro hermano.
Como todo buen
cristiano
cuando el dolor es atroz
siempre levanta su voz
y une
con sabiduría,
junto a la Virgen María,
los nombres de Cuba y
Dios.
Cincuenta años no son nada
si al volver atrás la vista
vemos la
misma sonrisa,
la dulce y tierna mirada.
Su juventud
comenzaba
en plena paz, muy sereno,
un corazón de amor
lleno
que oyó a su padre anhelante,
“No quiero un cura
importante,
sólo quiero que seas bueno”.
Gracias a usted, Monseñor,
gracias al padre Miguel,
gracias,
por contar con él
no nos faltará el Pastor.
Le pedimos al Señor
uniendo todas las manos
como hijos, como hermanos,
en esta
Santa Mansión,
que les dé su bendición
en este pueblo
mantuano.
(Sin autor)
Tu eterno andar
¿Qué te ha detenido, José Siro?
¿Qué te ha detenido en tu
andar...?
¿El guijarro, el espino que encuentras en la pendiente del
camino?
¿El frío viento que viene de las altas cumbres?
¿La duda
que corta el respiro?
¿La aguzada palabra, la calumnia?
¿Del poder
el uso abusivo?
¿Qué te ha detenido en tu caminar,
Siro?
¡Nada...!
Tu paso firme, fuerte, calmo,
te hace renovar
sin balbuceos ni temblores
tu sendero y es que Jesús va contigo,
tu doble silencioso, tu mejor amigo.
Desde hace 50 años al Él te
entregaste
y no has salido de sus brazos,
ni de su sombra has
salido...siempre vas con Cristo.
Pero ¡Cómo miento! Cuántas veces tu
paso
detenido ha sido.
Al conocer el dolor ajeno,
al saber de
la tristeza del anciano,
al conocer del preso, al enfermo
desvalido,
al acariciar el rostro de un solitario niño
con tus
venas henchidas de existencia.
Ese es tu destino. Tu entrega total al
señor y a tus hijos
que por miles tienes, Siro:
¡Pues eres
Obispo!
El Señor te guarde.
¡Qué seas bendito por años de
años!
¡Qué María te guíe. Ella es el mejor camino
para llegar a
Cristo!
Con todo respeto y cariño: ¡FELICIDADES!
Rosario González Álvarez. Pinar del Río, febrero 12/04.
A
Monseñor
Hoy celebra Monseñor
su 50 aniversario.
Su trabajo, su
labor,
son un caso extraordinario.
Llega su
cincuentenario
manteniendo firmes bases
porque, pase lo que pase,
mantiene su posición
Y así en cada situación
su amor y su fe
renace.
Cincuenta años ya hace
que dio su primera misa
y a sus fieles
les complace
su tierna y dulce sonrisa
que es como un soplo de
brisa,
que nos refresca y alienta.
Es como ventana abierta
que
da entrada a la esperanza
y nos impone confianza
para llamar a su
puerta.
La que permanece abierta
y ofreciendo caridad,
porque siempre
está pendiente
de ayudar a los demás.
Y siempre dispuesto
está
para hacer cosas muy buenas,
su casa es como colmena
donde
abejas laboriosas
realizan variadas cosas
en forma grata y
amena.
Y aquí sí vale la pena
el trabajo que brindamos.
Por eso nos
esforzamos
y hacemos de mil amores.
Y sus
colaboradores
queremos hoy reafirmarle
nuestro amor;
proporcionarle
un día alegre y feliz
y que continúe así.
No
dejaremos de amarle.
Además quiero agregarle
que de una forma especial,
lo queremos
los del Centro
y la revista Vitral,
la cual debo
mencionar,
pues sabe que es mi pasión,
constituye mi ilusión
y
la quiero con la vida.
Y esa revista querida
es su obra,
Monseñor.
Y los distintos servicios
que brinda a la población,
han
ayudado a este pueblo
en su grave situación.
Brindándole
protección
a niños desamparados,
a ancianos necesitados,
a
personas con problemas,
de enfermedad u otro tema,
que deban ser
ayudados.
Camine usted con su pueblo,
con penas que lamentar,
conservando
la esperanza
que nunca debe cesar.
Y que pueda continuar
con su
pueblo caminando,
la esperanza conservando,
que sean menos las
penas
y tenga confianza plena.
Lo iremos acompañando.
Margarita Gálvez Martínez.