Revista Vitral No. 60 * año X * marzo-abril de 2004


JUSTICIA Y PAZ

 

¿QUÉ ES UNA SEMANA
SOCIAL CATÓLICA?

 

 

En el proceso de maduración de la conciencia y el compromiso social del laicado católico a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, empiezan a celebrarse en Francia a comienzos del siglo pasado las que serían las primeras Semanas Sociales Católicas.
Esos aires de reflexión y acción comprometidas con lo social soplaron en diversos lugares del orbe y entre otros, en nuestra Patria, de manera particular en la que fuera entonces Diócesis de Cienfuegos cuando se celebró la Primera Semana Social Católica en Sagua la Grande en el mes de diciembre de 1938, teniendo como tema medular “La Familia”.
La siguiente se efectuó 4 años después en 1942 en Madruga, La Habana, y en 1951, también en La Habana, tuvo lugar la tercera con el tema “La solución cristiana a los problemas agrarios de Cuba”.
No es hasta noviembre de 1991 que se retoma la celebración de las Semanas Sociales en ocasión del Centenario de la “RERUM NOVARUM”, seguida en noviembre de 1994 por otra que tendría como tema “La misión reconciliadora de la Iglesia y su servicio a la Justicia y la Paz en Cuba” y en cuyo contexto fue constituida la Comisión Justicia y Paz de Cuba presidida por Mons. Pedro Meurice Estíu la que desde entonces ha asumido la organización de tales eventos cada dos años.
El Cobre, mayo de 1997 y Matanzas, junio de 1999, siguen, en el orden cronológico, como la VI y VII Semanas Sociales respectivamente, caracterizadas cada una de ellas por la profunda reflexión sobre la problemática socio-económica y humana de nuestro pueblo y la responsabilidad promotora de la Iglesia, de manera particular la VII cuyo tema central fue “La reflexión eclesial sobre la visita de Juan Pablo II a Cuba”.
Las Semanas Sociales no constituyen un mero ejercicio académico-intelectual donde se intercambian opiniones y criterios personales sin coherencia existencial y sin mayores compromisos, sino que su identidad está bien definida en estos cuatro puntos tomados de las Memorias del Primer Encuentro Mundial de Responsables de Semanas Sociales auspiciado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz celebrado en Roma en 1995 y que a continuación relacionamos.
1.- “La Doctrina Social de la Iglesia es su fuente inspirativa que debe caracterizar su método de trabajo, sus referencias teológicas y antropológicas y debe ser el punto de partida para una hermenéutica cristiana de las realidades y de los problemas sociales de nuestro tiempo. Con la falta de una sólida referencia a la Doctrinas Social parece difícil, si no imposible, calificar una experiencia como Semana Social Católica.”
2.- “Estas Semanas son tales si tienen una relación, en cualquier modo orgánico, con el Episcopado del país y con sus programas pastorales, relación que resulta para dar autoridad a las mismas.”
3.- “Las Semanas sociales deben ser, sobre todo, obra e iniciativa del laicado, que tiene , en y a través de ellas, la oportunidad de una adecuada expresión de la propia vocación laical, tanto en su organización como en sus contenidos y propuestas. La relación y el vínculo con el Episcopado serán una ayuda y un sostén a la esencial caracterización laical de las semanas Sociales y le garantizarán colocación y respiro eclesial”.
4.- “Las Semanas Sociales, cuales laboratorios culturales posiblemente permanentes, deben tener un alto perfil cultural, es decir, que sea adecuado a la complejidad de los actuales problemas sociales y a la dificultad implícita en la obra de discernimiento de los mismos. Por tanto, un perfil cultural alto, alcanzado por una fecunda referencia a las ciencias sociales tendrá una influencia positiva sobre la obra y sobre las actividades formativas y de orientación socio-política de los cristianos”. (Epígrafe 4ª)


 

Revista Vitral No. 60 * año X * marzo-abril de 2004