Revista Vitral No. 60 * año X * marzo-abril de 2004


BIOÉTICA

 

A DEBATE
CASO 14 Y RESPUESTA AL CASO 12

ANTONIO M. PADOVANI CANTÓN

 

 

CASO 14

Dos amigos se encuentran en la calle y….
-Dime Pepe, hace días que no te veo.
-Estoy que no salgo de la casa, llego del trabajo, a comer y al frente del televisor desde que como hasta que me acuesto. ¿Y tú?
-Yo casi no salgo de la casa tampoco, pero la televisión…..¿para qué verla?
-No creas, que últimamente están dando unos programas bastante buenos.
-Si, la telenovela del ganado.
-No viejo, El Rey del ganado fue hace tiempo, esa era una telenovela brasileña.
-No, yo digo la cubana, en la que todos tenían tantos tarros que parecía una finca ganadera.
-No chico, mira, sin ir más lejos la semana pasada pusieron un documental de lo más interesante.
-¿De qué trataba?
-De que ahora han inventado una cosa que cuando tienes un problema en el corazón cogen unas células y te hacen un corazón nuevo.
-¿Cómo es eso?
-Te inyectan unas células que les dicen …a ver si me acuerdo…creo que células madre, entonces estas van para donde tienes el problema y forman el tejido de ese lugar y lo reparan completo, el corazón te queda nuevo y a comenzar otra vez la vida.
-Qué raro está eso, tendría que verlo para creerlo.
-Ver para creer, cuándo todos creerán sin ver.
-Cuando la gente no meta tantas mentiras, hay cosas en las que creo sin verlas, pero eso…vaya, hasta viéndolo me cuesta trabajo creerlo.
-Fue un programa científico, una cosa seria. Mira, por ahí viene Alberto, él es médico y seguro que sabe algo de esto, vamos a preguntarle
Llega otro joven.
-Vaya, vaya, Pepe y Mario ¿Qué los tiene juntos hablando en esta esquina? ¿Van a cambiar el mundo o a echarlo a perder?
-Estábamos hablando de ciencia, Mario no quiere creer lo que dijeron en el documental del otro día, tal vez tú puedas aclararnos algo.
-¿Qué documental?
-Uno que, dice Pepe, que pasaron por la televisión, que cuando tienes problemas del corazón o de otros lados, cogen unas células… ¿Cómo se llaman Pepe?..¿De madre?
-Células madre, lo dijiste burlándote de mi.
-De ti no, del documental.
-Bueno, no discutan, algo les puedo aclarar, la terapia con “Stem Cells” o células estaminales, como se ha dado en llamarlas en español, es un procedimiento todavía experimental, leí recientemente en el servicio de la Australasian Bioethics Newsletter, un servicio informativo de Bioética magnífico, que en una conferencia internacional sobre el tema, celebrada en Melbourne, Australia, en octubre, con participación de científicos de la universidades de Melbourne y la “Columbia”, de Nueva York, se presentaron algunos casos, pero todavía no se ha comenzado a utilizar como tratamiento establecido, estas células abren un camino futuro, pero hay cosas que se discuten todavía.
-¿Cómo qué?
-Primero, muchos no están convencidos de su efectividad, segundo, el problema es ¿De dónde salen estas células?
-¿De dónde?
-Esto es interesante, está planteado que se clonen células humanas, se pare el desarrollo del embrión en un estadio inicial y se tomen estas células para el tratamiento, pero esto ha levantado muchas protestas…
-No entiendo porque...
-Mario, deja que Alberto explique, pero eso te lo puedo decir hasta yo mismo ¿No te das cuenta de que esas células clonadas son una persona?
-Para mi no lo son, son solo células.
-Ese es un punto de vista con el que, como médico, y como ser humano, no estoy de acuerdo, cada embrión es un nuevo ser y como tal es una persona, pero se han planteado alternativas, se han tomado células de fetos de los abortos y esto sería como un transplante, pero los abortos también son un asesinato, así que la objeción sigue. Otros han planteado tomar células de “Quimeras”, que son células clonadas de un ser humano en el óvulo de un animal, pero lo más ético y correcto sería, como hacen algunos, tomar células de la misma persona a quien se va a tratar y con ellas hacer la terapia, para eso se necesita lograr que las células madre, capaces de transformarse en otras células, salgan de la médula ósea y vayan hacia el lugar lesionado, cosa para la que están creándose medicamentos nuevos, pero no sé aún el estado real de la situación. La terapia con células estaminales abre nuevas perspectivas y por ello, como todo lo nuevo, tiene que superar el período de la crítica y la barrera de las consideraciones éticas, buscando no perjudicar la vida de ningún ser humano, ni aún en sus inicios, ni para beneficiar a otro.
-Claro, sería como “desvestir a un santo para vestir a otro”
-Peor, sería matar a un ser humano para ver si logramos mejorar a otro, pero yo no sé mucho más, así que se me acabó la gasolina.
-¿Por qué no revisas el tema, lo traduces de forma que podamos entenderlo mejor y nos lo cuentas?
-Se los prometo.

RESPUESTA AL CASO 12

El caso en sí no requiere mucha reflexión. Operaciones de siameses se efectúan desde los famosos gemelos tailandeses que le dieron el nombre a la malformación (Tailandia era conocida con el nombre de Siam), unas con éxito, otras, desgraciadamente, no tan afortunadas. Lo importante para la reflexión es el uso y mal uso de lo que se llama “consentimiento informado”. Ese consiste en que antes de cualquier proceder médico se debe informar a pacientes y familiares en qué consiste el proceder, qué riesgos entraña, qué posibilidades de éxito o de complicaciones existen y en qué consiste la necesidad de su realización. El consentimiento informado es la expresión de la libertad del paciente para decidir si se realiza o no un proceder, ya sea diagnóstico o terapéutico. Esta voluntad del paciente, para ser realmente LIBRE requiere del máximo posible de información. El médico, por tanto, está obligado a explicarle al paciente detalladamente todo lo concerniente al proceder y solicitar después la aprobación (consentimiento) del mismo para su realización.
Aparecen varios elementos a tener en cuenta: en primer lugar el consentimiento, en segundo lugar la información, pero a estos se suman algunas consideraciones que me gustaría analizar.
En cuanto al consentimiento, este requiere discernir una interrogante: ¿Quién consiente?
-¡Hombre! ¡Qué pregunta! –Respondería usted- Pues, es claro que el paciente.
Se ve que estamos teorizando. Pruebe a decirle a un paciente cubano que tiene un cáncer, aún cuando sea curable, sin haber solicitado antes la autorización de la familia para esa información. Muchos lo aceptarán, pero otros le dirán que usted no es médico, sino un animal y que ¿A quién se le ocurre decirle a alguien, por muy adulto que sea, que tiene cáncer? El paciente cubano (y el latino por lo general) cuenta con una familia sobreprotectora que, en muchas ocasiones, tiende a ocultarle la verdad porque muchos piensan que la verdad “hace daño”, siendo realidad lo contrario, es la ignorancia lo que hace daño. Por ello es necesario que se decida qué información se le da al paciente y, para ello es necesario conocer al paciente y su entorno familiar; el criterio de los cubanos es que no hace falta darle mucha información a los pacientes, aunque sí a los familiares. Mi criterio es que debe brindársele al paciente toda la información que este desee, siendo él quien debe decidir si quiere o no conocer los detalles. Es curioso como muchas veces algunos familiares nos dicen: “A él no se lo vaya a decir”, decidiendo por el paciente situaciones que es él quien debe darles solución.
En algunos casos no es posible brindarle al paciente toda la información porque, o bien él mismo dijo que no quería saber, o dijo el clásico: “Médico, usted es el que sabe, no me pregunte a mí”, expresión que, si bien denota confianza absoluta en nosotros, también revela el miedo a saber de muchos. Otra posibilidad es que el médico y los familiares se percaten de que el daño que puede producir el conocimiento de la verdad es mayor que el beneficio esperado y decidan no brindar toda la información. Otra posibilidad es que el paciente no esté en condiciones de conocer y decidir, como en pacientes siquiátricos o en coma. En estos casos es necesario decidir el sustituto válido, que es a quién se le dará la información y quién decidirá las conductas, generalmente el, o los, familiares más cercanos.
La información debe ser completa, amplia y sin ocultar nada, ya que quien consiente sin suficiente información, consiente bajo manipulación.
En cuanto a las preguntas planteadas, es curioso como nadie respondió de forma completa, es más, los que me hablaron sobre ello lo hicieron para decirme que ellos tenían miedo a saber, en la mayoría de los casos o, en una exigua minoría, que no le tienen miedo a ningún conocimiento.
Se debe recordar que:
“La verdad os hará libres”
Y la mentira nos priva de la LIBERTAD. Para un consentimiento LIBRE es necesaria una información completa, cuando se nos informa de forma parcial o tergiversada el consentimiento que ofrecemos es manipulado.
No tengamos miedo a saber, ante cualquier proceder médico o quirúrgico es importante solicitar toda la información posible para, así, lograr una decisión libre en cuanto a la realización del mismo, sugiero preguntar:
-¿Qué esperamos de este proceder?
-¿Cuán necesario es hacerlo?
-¿Existe otro procedimiento con resultados iguales o similares y menos riesgo?
-¿Qué riesgos presenta este proceder?
-¿Qué probabilidad aproximada existe de que aparezcan estos riesgos?
Así podrá tener mejor conocimiento de la relación RIESGO-BENEFICIO de la acción que se pretende ejercer sobre usted y, será libre en la relación con su médico.

 

Revista Vitral No. 60 * año X * marzo-abril de 2004
Antonio M. Padovani Cantón
(Pinar del Río, 1949)
Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna. Graduado de la Facultad de Ciencias Médicas de Pinar del Río.