UNA NOCHE EN EL
CORAZÓN DE CUBA
PALABRAS INICIALES DE DAGOBERTO VALDÉS
PALABRAS
DEL EDITOR
PALABRAS DEL AUTOR
PALABRAS DEL OBISPO DE PINAR DEL RÍO
DÉCIMAS EN HONOR A POLO
|
|
|
Óleo de
Juan Miguel Suárez.
|
|
Dagoberto Valdés
durante las palabras de bienvenida.
|
|
Mons. José
Siro, Obispo de Pinar del Río.
|
|
Belisario Carlos
Pi Lago, leyendo las décimas que le dedicó a Polo
Montañez.
|
|
Estreno de la
canción Canta otra vez, dedicada a Polo interpretada
por su autor, el galeno Marlon Guerra
|
|
Estatua develada
de Polo Montañez.
|
|
Una noche en el corazón
de Cuba
El pasado 26 de noviembre, Día
de la Dignidad Pinareña, celebramos la fundación del Comité
Todo por Pinar del Río en 1943, en el patio central de la Casa
Diocesana de Pinar del Río; fue una noche muy especial. La Comisión
Católica para la Cultura y el Sr. Obispo José Siro González
Bacallao convocaron para la celebración.
Como todos los años hubo un homenajeado, pero en esta ocasión
alguien muy conocido, cuya muerte el 26 de noviembre de 2002 estremeció
el corazón de Cuba: Polo Montañez quien con su obra contribuyó
a esa dignificación de nuestra identidad..
Guajiro Natural por autodefinición y por la nobleza de su alma,
se había ganado a los cubanos por rescatar la poesía
y el sentimiento de la vida cotidiana, como reza la dedicatoria
del libro Polo: cantor de la montaña de Ismael León Almeida
que fue lanzado esa noche bajo el sello de Ediciones Vitral, y que narra,
sin empeño biográfico, los avatares de la vida de este carismático
y autodidacta cantautor de nuestra campiña, ilustrado con un exquisito
ensayo fotográfico de Orlando Gómez García (Grafforl)
que siguió al cantante en importantes momentos.
Luego de las palabras iniciales de Dagoberto Valdés, responsable
de la Comisión Católica para la Cultura de Pinar del Río
y director de Ediciones Vitral, fue develada por primera vez una estatua,
de cuerpo entero y tamaño natural, de Polo, obra magnífica
de una talentosa artesana pinareña que nos tiene acostumbrados
a sus creaciones impresionantes en papier maché.
Seguidamente fue presentado el libro por el periodista Julio Martí,
del rotativo cubano Juventud Rebelde, y amigo personal del autor.
Rafael A. Bernal Castellanos, editor del libro, leyó también
su opinión de la obra. La segunda parte de la velada contó
con el estreno de la canción Canta otra vez, interpretada
por su autor, el galeno Marlon Guerra Tejeda.
El poeta y ensayista pinareño Belisario Carlos Pi Lago, le dedicó
unas décimas y el Sr. Obispo Diocesano, Mons. José Siro
González Bacallao, tuvo las palabras finales destacando la sencillez
y carismas de Polo Montañez, un hombre bien para´o.
Al final los participantes pudieron adquirir el libro y tuvieron la oportunidad
de que el autor lo autografiara. El clásico vino permitió
intercambio de opiniones y cientos de fotos al lado de la preciosa estatua
y del cuadro Polo Montañez, del joven pintor pinareño
Juan Miguel Suárez, también expuesto en la velada.
Fue un viaje al corazón de Cuba, donde conviven esperanza y hastío,
amor y desamor, alegrías y penas. Fue la velada más concurrida
y sentida que se recuerda en la tradición de estas celebraciones
de la Dignidad Pinareña/ Sergio Lázaro Cabarrouy
PALABRAS INICIALES DE
DAGOBERTO VALDÉS, DIRECTOR DE LA REVISTA VITRAL
Querido Sr. Obispo de Pinar del Río:
Estimado Ismael León Almeida, autor del libro Polo, cantor
de la montaña:
Destacado fotógrafo Orlando Gómez García:
Respetado Sr. Julio Martí, prologuista y presentador del libro:
Sra. Genoveva Márquez Padrón, autora de la escultura de
Polo:
Queridos hermanos y hermanas
Amigos todos:
El 26 de noviembre del año 1941, se fundó el Comité
Cívico Todo por Pinar del Río la instancia cívica
que más trascendencia tuvo en la época republicana. Desde
entonces el 26 de noviembre de cada año se celebra el Día
de la Dignidad Pinareña.
La Comisión Católica para la Cultura ofrece cada año
en este día un homenaje a un pinareño insigne. En esta ocasión
este tributo lo rendimos, orgullosos, a un guajiro natural, a aquel que
logró en poco tiempo cantar con la voz del pueblo y entrar por
eso en la memoria cultural de Pinar del Río y de toda Cuba: Se
trata de Fernando Borrego Linares, a quien todos conocemos como Polo Montañez.
Hace un año moría este cantor popular. Un año ha
sido suficiente para aquilatar cuán hondo y cuán sinceramente
se había colocado en el corazón del pueblo.
Esta noche se unirán para homenajear a este pinareño sin
par la literatura, el arte y la música.
Ediciones Vitral tiene el gusto y el honor de presentar el libro Polo,
cantor de la montaña del periodista Ismael León Almeida
y del fotógrafo Orlando Gómez.
La Sra. Genoveva Márquez, reconocida y apreciada artesana pinareña
nos ha hecho el honor y el privilegio de develar su última obra
que se enmarca dentro de una serie de proyectos similares. Se trata de
una escultura de Polo en papier maché de tamaño natural.
El joven y talentoso pintor Juan Miguel Suárez presenta su óleo
sobre Polo que podemos contemplar.
Y el médico Marlon Guerra Tejera hará aquí la premiere
de una obra dedicada a Polo y cuya letra múscia e interpretación
es del carismático galeno.
Como podemos apreciar, se trata de una noche cultural para que crezcamos
en humanidad y sencillez, para que Pinar del Río tenga un nuevo
motivo para acrecentar su dignidad y sano orgullo como pueblo culto y
guajiro.
Nos alegramos y compartimos todas las demás iniciativas que desde
las más variadas instancias oficiales están esforzándose
en estos días por rendir a Polo el múltiple y plural homenaje
que merece.
Lamentamos que a última hora no hayan podido asistir su familia
y amistades que con tanta generosidad y cercanía, con tanta transparencia
y honestidad brindaron a Vitral su inestimable colaboración, sin
la cual no habría sido posible alcanzar el grado de meticulosidad
gráfica que contiene este libro. Dios sabrá pagarle como
solamente Él sabe hacer con personas tan buenas y sencillas.
Que la figura, la obra y la memoria de Polo, que es de todo el pueblo,
sea un vínculo de unión y de concordia, un motivo de colaboración
sana y de encuentro entre todos los sectores de nuestro pueblo. Sólo
así podremos contribuir a que aquellos pinareños que hace
más de medio siglo fundaron aquel inolvidable Comité Cívico,
esperen tranquilos y satisfechos el día en que todos los pìnareños
unidos en un mismo sentir dentro de la multicolor diversidad, podamos
entonar juntos, sin falsas divisiones, aquellos versos que constituyen
como el último deseo del Cantor de la Montaña:
el último minuto de mi vida debe ser, creo que debe ser romántico,
donde pueda decir la única verdad de amor, de desamor, de desengaños..
Verdad de amor, eso necesitamos y eso queremos para todos los pinareños.
Muchas gracias.
LA REAL DIMENSIÓN
DE UN INDIVIDUO NO ESTÁ DADA POR LA CANTIDAD DE VECES QUE VE IMPOSIBLE
LA META SINO POR LA PERSISTENCIA EN MANTENERLA AL ALCANCE DE SU ESFUERZO
Palabras del Señor Rafael A. Bernal Castellanos
en la presentación del libro Polo, cantor de la montaña
Si el hombre perdiera los poetas, seguiría siendo el dueño
del mundo; pero no escucharía el canto de los pájaros, aunque
los pájaros cantaran todos los días, ni aunque la poseyera,
él sabría en verdad lo que es la rosa
Dulce María Loynaz.
Poemas sin nombre.
CXIX.
Dicen que un día le preguntaron a Polo Montañez si él
leía poesía y este contestó: -¡No, yo la hago!
Para muchos habituados a la falsa modestia y al doblez oportunista esta
respuesta puede parecer exagerada, autosuficiente o lo que es peor: irreverente.
Nada más lejos de la verdad, el hombre que se reconocía
un idiota en el amor y lo pregonaba así a los cuatro vientos sabía
que cuando ofrecía un montón de estrellas estaba firmado
la mejor poesía de cualquier idioma, esa que con las palabras más
usadas de cada día dice en exacta medida aquello que nos vuelve
mejores.
Pueden los profundos estudiosos de la lengua insistir en lo poco original
de la expresión o en la vulgaridad de alguna palabra. No importa,
lo que realmente interesa en los versos del poeta es la capacidad de desdoblarse
en quien lo escucha y ofrecerle, en el momento oportuno, la frase que
le hacía falta para decir lo que no se atrevía a expresar;
y eso, bien lo sabemos todos, es lo que hizo de este guajiro nuestro poeta
natural.
La sabiduría popular ha establecido a través de los años
que la real dimensión de un individuo no está dada por la
cantidad de veces que ve imposible la meta sino por la persistencia en
mantenerla al alcance de su esfuerzo, no importa cuantas veces tenga que
volver a empezar la marcha. Esa persistencia, ese afán de triunfo,
puede convertir en gigante a cualquiera que esté dispuesto a soñar,
aun cuando sus noches no hayan sido dedicadas a hacerlo.
Ese convencimiento del propio valer sin alardes, sin prepotencias, otorgándole
a cada cual el mérito de compartir la senda, porque se sabe que
aún la más estrecha de ellas es suficiente para admitir
otras compañías, representa para el hombre común
el santo y seña de la dignidad; no de esa que es vanidad disfrazada
y se duele por cualquier cosa sino de la genuina, la que nos hace sentir
orgullosos de disfrutar un momento de la vida con esas personas aunque
no las hayamos conocido. Esa es la dignidad que ostentó Fernando
Borrego Linares, un sencillo guajiro que supo serlo cuando hacía
falta y supo ganar oro y platino a plena voz sin quitarse el sombrero
ni olvidarse de la yuntae buey y el aroma del batey. Esa es la que
sirve de fundamento a las páginas que Ismael León Almeida
recogiera bajo el título: Polo, cantor de la montaña.
|
Momento muy emotivo
donde todos entonan las notas del Himno de Pinar del Río
comenzando la celebración.
|
Cuando una persona como Polo no niega sus orígenes y en la cima
del éxito sigue presentándose como un simple hombre de campo,
más aun, de tierra adentro, provoca sentimientos encontrados. Por
una parte esa mayoría silenciosa que resulta olvidada en la repartición
de las glorias, se identifica en el triunfador y comienza a levantarle
un monumento en esa montaña de difícil acceso que se llama
memoria; del otro aparece una secta autotitulada los elegidos
que se lanza a un ridículo balance de méritos para señalarle
al recién llegado que no tiene buena voz, que no ha estudiado,
que se parece a otro, etc.; todo con tal de cerrar los ojos ante la evidencia:
ha surgido otro de los imprescindibles, de los que con voz de persona
cantan a un amorsito así, con s- porque consideran que ese
sentimiento, para ser genuino, tiene que tener la misma letra de sincero,
y tiene que parecerse a otros porque lleva en sí las mil vidas
del pueblo.
¿Quién tiene en sus manos el destino de una definición?
¿Dónde radica la habilidad popular para identificar a quienes
nos rodean con un nombre que no es el que le corresponde en los documentos?
Quien lea estas páginas sabrá quién hizo el cambio,
pero ese no es el responsable. Tal vez fueron los inexplicables manejos
de la Historia al enfrentar otra vez al hombre con el homérico
dilema entre la fama y la duración de la vida; tal vez somos nosotros,
porque todos fuimos padrinos en ese otro bautizo.
Hoy, transcurrido un año de que formara un dúo con EL BÁRBARO
DEL RITMO para entonar ¡Polo Montañez! ¡Qué
bueno canta usted!, nos reunimos con dignidad pinareña para recordar
al Cantor del Rosario que entre una Pléyade de estrellas nos dio
la Sorpresa de llamarse así; porque supo como nunca nadie polarizar
a este pueblo con la dignidad de sus versos de hombre sincero de donde
crece la palma; porque supo elevarnos a la altura de sus montañas
cuando escuchamos sus canciones.
Por eso esta noche también podemos Escribir, por ejemplo, la
noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros a lo lejos.
Porque esta no puede ser una noche de luto sino una noche de poesía,
no de esa de versos bien medidos y recursos estudiados, sino de ésta,
la que todos llevamos dentro; la que nos enseña a oír el
canto de los pájaros aunque no estemos en la montaña y a
encontrar una estrella en un guijarro; esa que hizo cantar a un pinareño
con dignidad de cubano que con él no hay confusión; esa
que hizo que los poemas más humanos de una cubana con dignidad
pinareña no se escribieran en forma de versos y fueran, como los
de Polo, Poemas sin nombre.
|
Ismael León,
autor del libro, lee sus palabras en la presentación del
mismo.
|
POLO CON SU HISTORIA
SENCILLA E INMENSAMENTE HUMANA HA ENRIQUECIDO NUESTRO ESPÍRITU
A Vitral, agradezco por habernos permitido ser
parte de un grupo de creadores entre quienes el respeto al trabajo no
requiere acicates
Palabras de Ismael León, autor
del libro
Estimado Monseñor José Siro González Bacallao
Familiares, amigos y compañeros de música del recordado
artista a quien hoy homenajeamos, Fernando Borrego Linares
Queridos amigos y amigas que han venido a compartir este momento:
Quiero ante todo expresar mi profunda gratitud a todas las personas, que
son muchas, quienes durante más de un año y medio nos han
acompañado en la realización de este sueño.
Como cualquier hombre de la prensa, estoy al tanto de que lo verdaderamente
importante en nuestro trabajo es el acontecimiento que con más
o menos oficio somos capaces de fijar en la memoria colectiva. Si alguna
fantasía nos permitimos esta vez, fue la de creer que un día
como este tendríamos entre nosotros a Fernando Borrego Linares;
su ausencia no ha dejado de doler. La obra con la cual convocó
nuestros mejores sentimientos nos hace cada vez más falta.
El centellear de la genialidad artística de este músico
de pueblo, a quien se reconoció en su momento un sorprendente poder
de convocatoria, acabó por captar un día la atención
de este periodista tan escasamente melódico, quien hizo ya la penosa
confesión de que en los inicios era uno de los que se preguntaba
«Quién será el que está tocando», como
lo advierte en una de sus imprescindibles creaciones el cantautor pinareño.
Acompañado por el fotógrafo Orlando Gómez, paciente
amigo y esforzado profesional, el 27 de abril de 2002 cruzamos barreras
-físicas y de otros tipos- e iniciamos una aventura en la que hasta
hoy hemos sido los más beneficiados, porque el contacto con Polo,
con su historia sencilla e inmensamente humana, con su música y
sus compañeros de canturías, y con los paisajes de su existencia,
han enriquecido nuestro espiritu.
Dura fue la noticia que en la noche del miércoles 20 de noviembre
del 2002 tronchó la sonrisa de un día que había sido
felíz, porque estábamos ya en la revisión final del
manuscrito Polo, cantor de la montaña. Dura fue aquella semana
de trágica vigilia, cuando tras la pérdida de Mirell, vino
también el fallecimiento del poeta que en tan sencillos versos
nos devolvió tanto del sentido humano de la existencia.
Hasta ahora muy pocas personas, entre ellas Adys García y Paula
Borrego, esposa y hermana, respectivamente, del fallecido compositor,
conocieron lo difícil que nos resultó hilvanar los capítulos
finales de este libro. Si al final lo logramos se debe en mucho al ejemplo
de los compañeros de música de Fernando Borrego Linares,
quienes volvieron al escenario y pusieron su empeño para que la
memoria del hermano se perpetuara, incluso en Colombia, incluso en un
disco ya en proceso, poniendo en la fidelidad renovada y en el compromiso
cultural lo que otros entendieron sólo como atribuciones contractuales.
A VITRAL, la sorprendente editorial del Obispado de Pinar del Río,
agradezco tanto por su respaldo a la publicación de este libro,
como por habernos permitido sentirnos parte de un grupo de creadores entre
quienes el respeto al trabajo no requiere acicates.
Muchas gracias a todos.
|
La alegría
de las personas se puede apreciar al terminar la celebración.
|
UN HOMBRE BIEN PARA´O,
QUE SE ENFRENTÓ A LOS DESAFÍOS DE LA VIDA Y DE LA FAMA
Palabras de Mons. José Siro González
Bacallao, Obispo de Pinar del Río
La cultura es aquella forma peculiar con la que los hombres expresan
y desarrollan sus relaciones con la creación, entre ellos mismos
y con Dios, formando el conjunto de valores que caracterizan a un pueblo
y los rasgos que lo definen. Así entendida, la cultura tiene una
importancia fundamental para la vida de las naciones y para el cultivo
de los valores humanos más auténticos.
Iglesia que acompaña al hombre en su camino, que se abre
a la vida social, que busca los espacios para su acción evangelizadora,
se acerca con su palabra y su acción a la cultura.
Son estas las inolvidables, iluminadoras palabras con las que el Papa
Juan Pablo II comenzaba su Magistral Conferencia en el Aula Magna de la
Universidad de La Habana, el día 23 de enero de 1998.
Teniendo en cuenta estas fundamentales nociones de lo que significa cultura
y de lo que pretende la Iglesia ayudando a su promoción, nos hemos
unido esta noche para honrar, en el Día de de la Dignidad Pinareña,
a un hijo de estas tierras que se llamó a sí mismo Guajiro
Natural.
Mostró siempre Polo en sus actuaciones su cubanía, carisma,
sencillez y el hechizo de sus textos, ritmos y melodías.
De él dijeron los entendidos: Parece un hechizo de proporciones
colosales. No es compositor, ni cantante de formación académica,
ni ha estudiado los recursos de la creación literaria. Sus melodías
y canciones brotan como la hierba silvestre en tiempo de lluvia y su voz
no conoce otra escuela que la espontaneidad.
Su imagen, como lo podemos constatar en esta preciosa y original estatua,
obra maestra de una sencilla pinareña, no es la de un galán,
sino la de un hombre común, visiblemente hollado por la dureza
de la vida y el trabajo montuno.
Interrogado en una ocasión sobre su proceder y actuación,
respondió sin vacilar: yo soy un hombre bien para´o,
y bien para´o se enfrentó a los desafíos de la vida
y de la fama, que pueden obnubilar la mente y endurecer el corazón.
Él supo, con su sencillez pero picardía de campesino, encarar
situaciones difíciles, peligros y manipulaciones desconcertantes.
Como bella y certeramente nos dice el periodista Julio Martí, en
su presentación del libro que hoy ponemos en manos de ustedes,
azares y vida labriega, desengaños y anhelos, felicidad, encumbramiento,
creatividad y fama no enturbiaron jamás los instintos ni quebraron
la roca en que estaba esculpida la estatua de este hombre extraordinario.
Recordémoslo siempre con amor y simpatía.
Agradezco la permanencia de ustedes, queridos hermanos y hermanas, lamento
la ausencia de los que le acompañaron con el ritmo de sus instrumentos.
Lamento muchísimo la ausencia de Adys su viuda, que hubiera disfrutado
con gozo este homenaje a su inolvidable Polo.
Agradezco en nombre de ustedes, del colectivo del Centro y de Vitral y
en el mío propio, el ingente esfuerzo y bellísimo logro
del periodista Ismael León Almeida, del fotógrafo Grafforl.
Felicidades y Gracias.
Polo Montañez, hemos pretendido poner a los pies de tu memoria
y de tu genio, con este sencillo pero cordial homenaje, un montón
de estrellas.
|
Rafael Bernal
Castellanos, editor del libro, leyendo sus palabras durante
la presentación, a su izquierda, en orden: Julio Martínez,
autor del prólogo,
y Orlando Gómez García (Grafforl) , autor del reportaje
fotográfico.
|
GUAJIRO NATURAL
Décimas de Belisario Carlos Pi Lago en
honor a Polo Montañez
Tras un horno de carbón
se oye la voz de un guajiro
hecho de maraca y güiro,
de cuerdas y diapasón.
Al son de aquel nuevo son,
se encantaba el matorral;
y la manigua musical,
con extraños sortilegios,
vistió de trinos y arpegios
al Guajiro Natural.
Con chispazos de Lecuona
y Portillo de la Luz,
Benny Moré, Celia Cruz,
Mozambique y chambelona,
Polo Montañez detona
su música original.
Y Francisco Guayabal
de allá del Olvido vuela
a lanzarse en la cazuela
del Guajiro Natural
Con las canciones de Polo
renacen en buena ley
el Negrito del Batey
y el Platanal de Bartolo.
Y si la muerte con dolo
le urdió temprano final,
la vida lo hizo inmortal
cuando llevó al pentagrama
ese ritmo que se llama
El Guajiro Natural.
|