Revista Vitral No. 57 * año X * septiembre-octubre 2003


POESÍA

 

CASI PENÚLTIMA, LAS HORAS

PABLO DE CUBA SORIA

«Tiempo de inversión». Detalle de la instalación (caja contadora). Colección ASU. Arizona. USA.
Abel Barroso Arencibia
.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

«Sueño». acrílico/lienzo. 80x1,10 cm. Isaac Linares.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fin de partida
(obra en dos actos)

1no / todo a placer del noctámbulo que incrédulo,
duerme la realidad

/dedos de la actriz (sin piernas) en boca del enano,
y la entrada en escena del partisano con el libreto de la obra

(sombreros en los rostros, lenguas
en los sombreros)

que la actriz (sin piernas) sea el enano asediada por el
partisano, las ciento y otras formas (inexistentes)

todo a placer del noctámbulo que incrédulo, despierta en la
realidad


2os / un partisano, insigne, en primera fila, evalúa la
puesta

su gorra de estrella es una gorra de estrella es una estrella
sin gorra es una gorra sin tela es una estrella sin luz

un partisano, insigne, en primera fila, besa a la actriz que
también sea enano (o noctámbulo)

el partisano, insigne, está durmiendo

Las horas

(1941, marzo 29)

“salir ahora, sin prisa, por el atajo de piedras que lleva al
río, dejando-le(s), acaso, la misma nota”

/ por momentos, yo también ando entre las piedras..., pero
sólo por momentos


Estampa del pájaro

E. D. iba al jardín, y un pájaro, de vagas cejas, la miraba

(así, un pianista con fondo lunar, entre flores –palabra
ninguna para seguir esta imagen

a sucesión el enorme calor que iguales en acrobacias han
trillado por estos años /alzar-se a rutina desde el sueño

así, un pianista cavando un hueco, en la noche)

E. D. iba al jardín, y el pájaro, de vagas cejas, picoteaba las
ramas que ella podaba

Contadina o Aldeana de Assís

todo su ser dos ojos fijos
Octavio Paz

el árbol
que cobija,
en la mirada
el vuelo
de la tarde

colgada
de una rama,
(del follaje), la
silueta
que se espanta

el sa(n)to
desprovisto
de sí, la sueña
y la nombra

(tengo)
la culpa
que observa

(A Lauri, desde la semejanza)

Desde Bizancio

(decir) desde Bizancio las tres mil maneras del aplauso – de
la muerte del poeta y la muchacha en flor

andamios y la puerta abierta que (decir de muchacha y flor:
sonidos /y p-a-l-a-b-r-a-s como poeta y muerte, no más)

aburrir(se), y el conejo deprisa y Alicia que dice allá y
nosotros que no hacemos (no podemos hacer) caso

así, en tanto definido, adiós

(decir) de Bizancio, y el poeta (inmóvil), ante el suceso


CASI PENÚLTIMA ESCUCHO A PASOS LOS
GITANOS SOBRE EL MAR,
y abro los ojos

(quise saberme buen pastor a desprecio de culpas: el
fabulador de equívocos en distantes: formas que (nada)
deben a la piedad de la tarde o cosas por el estilo

ahora sé de la contemplación como encuentros a golpes

ahora sé que la mía belleza es el espanto del otro, ahora)


así me hago frente:

(de simple bostezo), sigo a pasos los gitanos sobre el mar, y
cierro los ojos

 

 

Revista Vitral No. 57 * año X * septiembre-octubre 2003
Pablo de Cuba Soria (Stgo de Cuba, 1980).
Es autor del poemario «De Zaratustra y otros equívocos», Premio Luis Rogelio Nogueras 2001, Ediciones Extramuros (2003). Estudia filología en la Universidad de La Habana.
Ilustran: Abel Barroso Arencibia, Isaac Linares, Dausel Valdés.