Vaticano, 20 de febrero de 2003
Mons. José Siro González Bacallao,
Obispo de Pinar del Río
Con ocasión del primer centenario
de la erección canónica de la Diócesis de Pinar
del Río, Su Santidad Juan Pablo II saluda cordialmente al Señor
Obispo, Clero, Comunidades religiosas y pueblo fiel, uniéndose
espiritualmente a la acción de gracias al Todopoderoso por los
abundantes frutos de vida cristiana alcanzados en esos años.
Al mismo tiempo, alienta a cada parroquia a favorecer, mediante la formación
cívica y religiosa, la educación integral de cuantos se
acercan a la Iglesia con ansias de crecer en humanidad, contando para
ello con la colaboración generosa de los misioneros, catequistas
y Ministros Laicales de la Palabra y fomentando la promoción
humana y la asistencia social de Cáritas y de la Pastoral de
la Salud. Además, será de gran ayuda que los laicos se
preparen con el estudio y la aplicación de la Doctrina Social
de la Iglesia para iluminar serenamente todos los ambientes de la sociedad
cubana a través de un diálogo pacífico y la convivencia
fraterna, donde predominen la libertad, la justicia, la verdad y el
amor.
En este gozoso día, el Papa encomienda al Pueblo de Dios que
peregrina en Pinar del Río bajo la protección de la Virgen
María, Madre de la Iglesia, invitando a todos a ser siempre testigos
de unidad y fidelidad al Mensaje de Cristo. Con estos deseos y como
signo de abundantes dones divinos sobre esa querida Comunidad Diocesana,
el Santo Padre imparte a los participantes en tan solemne celebración
jubilar la implorada Bendición Apostólica.
Cardenal Angelo Sodano
Secretario de Estado de Su Santidad