Santa Brígida de Suecia (1303-1373), religiosa y mística
cristiana sueca. Fundadora de la orden católica de Santa Brígida,
fue declarada patrona de Suecia y copatrona de Europa.
Bautizada como Birgitta Persson, era hija de un aristócrata,
uno de los más poderosos terratenientes de Suecia. Contrajo matrimonio
en 1316 y tuvo ocho hijos, uno de los cuales, Catalina, figura como
santa en el martirologio romano. Al morir su esposo en 1344, Brígida
abandonó su hogar y decidió emprender una vida dedicada
a la pobreza y a la oración cerca de la abadía de Alvastra,
un monasterio cisterciense. Desde la niñez Brígida había
sufrido visiones extraordinarias, incluida una de Cristo crucificado,
que en esta nueva época se reprodujeron con mayor frecuencia.
Ella fue relatando las revelaciones al prior de la abadía de
Alvastra, Peter Olafsson, quien las traducía al latín.
En una de sus visiones afirmaba que Cristo le había ordenado
fundar una nueva orden muy estricta que ayudaría a reformar la
vida monástica. A tal fin, se trasladó a Roma en 1349,
y tuvo que esperar más de 20 años, hasta 1370, para recibir
la aprobación papal. Excepción hecha de algunas peregrinaciones,
permaneció en Roma el resto de su vida, dedicándola a
impulsar la reforma eclesiástica (en particular a defender el
retorno a Roma de los papas de Aviñón), proteger a los
desamparados y consolar tanto a los ricos como a los pobres. Canonizada
en 1391, el papa Juan Pablo II la proclamó en 1999 copatrona
de Europa (junto con santa Catalina de Siena y santa Teresa Benedicta
de la Cruz). Su festividad se celebra el 23 de julio.