Revista Vitral No. 51 * año VIII * septiembre-octubre 2002


NARRATIVA

 

HOMO SAPIENS

NORBERTO BELLO VÁZQUEZ

Fresco de la bovéda de la Capilla Sixtina, pintado por Miguel Angel, representando a Dios dando el soplo de la vida a Adán.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


A mis hijos porque también tuvieron profesores de Física.

La voz coquetea entre las paredes y techo y las vibra
ciones que no se fugan por las persianas abiertas, llegan con nitidez a los oídos de los que permanecen despiertos a pesar de la somnolencia del postalmuerzo. –Un cuerpo al cual damos velocidad, se mueve un tiempo tanto mayor cuanto menos dificultades encuentre para su movimiento. “A este lo sacaron de la programación infantil.
¡El güije!... No, no. Un Australopithecus.” –Lanzado en un piso de tierra, se detiene a los pocos metros, si se lanza en uno de mármol a la misma velocidad, avanza mayor espacio, y lanzado en el aire, caerá mucho más lejos. “Lo jodido es el aporte de catedrático. En los espejuelos la industria del plástico gastó la materia prima de un semestre.” _ Ahora bien, no es difícil aceptar que cuando desaparece toda acción exterior, el cuerpo libre se moverá eternamente con movimiento rectilíneo uniforme. Se desprende de lo dicho que, si un cuerpo está animado, tenderá a conservar el movimiento y para detenerlo se necesitará de una acción exterior. Este fenómeno, que tiende a conservar el movimiento, se conoce como inercia. –“Eso quiere decir que en tus viajes de árbol en árbol, si no hay alguien que te pare, pasarás la vida moneando por el aire.” –A los creyentes, lamento decirles que la ley que rige todo lo que hemos dicho, no la descubrió Dios sino Isaac Newton. Esta es la primera ley enunciada por él. Uno de los alumnos levantó una mano. _Tú dirás. – La ley la descubrió Newton, pero Dios creó la naturaleza.. _Es lo que dice la Biblia, ¿verdad? Respeto eso, pero las leyes de la naturaleza se crearon espontáneamente, en la medida en que el universo se fue organizando, que solo fue posible por causa del azar. ¿Coño, Yaisel! ¿No te quedes callado! Aplasta al Homo erectus”. –Profe, no me gusta discutir y menos con un profesor, pero el azar no organiza nada, el azar lo que desorganiza. “Cien puntos mi gallito, lo noqueaste. Uno, dos, tres, cuatro... –El azar también puede organizar y más cuando se trata de hechos que ocurrieron durante millones de años. “Esa salida está floja. Siete, ocho, nueve, diez. La estridencia del timbre rebosó el espacio. Las nalgas de los jóvenes se separaron raudas de los asientos.

2

El ambiente de receso contagia toda la escuela. Los jóvenes, conformando pequeños grupos, mastican, fuman y conversan, -Le diste a King Kong donde le duele – dice Lazarito a Yaisel y agrega-: Ahí viene. Parece que quiere más. Yaisel giró el cuello. Ante sí, mirándolo con autoridad, tenía al profesor de física. -¿Qué opinas de Darwin?- Que fue un gran científico- ¿Has leído el Origen de las especies? “El muy simio es un hijo é puta, pero se cogió el rabo con la puerta.” – Sí, lo leí. Me gustó mucho. – Lo desapruebas totalmente, ¿verdad?- ¿Quién dijo? – Darwin niega al Génesis, la creación. “No te rías, coño! ¡Dale el tiro de gracia!” –No, profe, eso es un error: evolucionismo y ateísmo no es lo mismo. Darwin jamás negó a Dios. –Darwin demostró la evolución de las especies, por tanto, Dios no la creó. –Profe, eso es fijismo. El profesor miró intrigado a Yaisel. “¡Lo dejaste botado!”
-Los fijitas son los que piensan que las especies fueron creadas por Dios tal y como son, tal y como dice el Génesis...-¿Y entonces? El timbre estremeció todo el recinto escolar.

3

El silencio hacía posible que la voz del físico se escuchara con claridad en toda el aula. –Hoy el tema de Debate y Reflexión es libre. Sugiero debatir acerca de algo que días atrás discutí con Yaisel. “¡Embrión de mala madre! ¡Animal de las cavernas! ¿Quieres desquitarte?” –Creo que el tema a todos nos interesa. Le pondremos un título arbitrario que puede ser...Tomó la tiza entre los dedos y escribió lo mismo que brotó de sus labios.-¿Evolución o creación? Volvió a la posición anterior e interrogó: - ¿El mundo fue creado o es resultado de un proceso de evolución? Un rubio pecoso pidió la palabra.- El auditorio es tuyo.-Pienso que el mundo no fue creado en seis días ni hace cuatro mil años. Se necesitan millones de años para la formación de las rocas terrestres y los primeros primates aparecieron hace setenta millones de años. El físico asintió con la cabeza exageradamente y el rubio continuó: es difícil creer que Dios hizo al hombre de la tierra y a la mujer de una costilla. Eso es un cuento de hadas. Concluyó y hubo un rumor aprobatorio. –Vamos, anímense. Arengó el físico.- ¿Quiénes apoyan o discrepan? A ver, tú, Yosber, que lees tanto, ¿qué dices? Señaló a un flaco melenudo.- ¿Yo? Se puso de pie.-Bueno, no estoy de acuerdo. Darwin está lleno de contradicciones. De las especies en transición no se han encontrado fósiles. ¿Cómo, y cuándo el mono toma conciencia y se convierte en ser humano? ¿Saben cuál es la posibilidad de que pueda formarse una, tan solo una de las miles de proteínas para que haya vida? ¿Alguien lo sabe? Hubo tanta paz en el ambiente que sólo se escucharon los ruidos exteriores. Las miradas se encontraron.- La posibilidad es de uno por diez elevado a la ciento trece. Un murmullo languideció pronto.- Según los matemáticos, el fenómeno que tenga la posibilidad de ocurrir una por diez a la cincuenta, nunca ocurre. Se desbordó la algarabía. El físico negó con la cabeza y el muchacho concluyó.- La creación del mundo sólo es posible con la actuación de un Creador. “¡Qué carajo le pasa a mi gallito! ¿A quién le cogió miedo?” El profesor interrumpió el silencio. –No sé de donde has sacado esas ecuaciones, pero me pareces un poco absoluto. El flaco hizo un intento por replicar que fue abortado por el profesor.- No, ya dijiste bastante, vamos a darle un chance a otro. ¿Qué dice Yaisel? “¡Pica Gallito! ¡Qué no se diga! No estoy de acuerdo con ninguno de los dos. - ¡Este es el abogado del Diablo! Soltó un mulato con sarcasmo y lo acompañó un coro de risa. Yaisel también sonrió antes de continuar: - El evolucionismo y el creacionismo no son antagónicos.- ¡Ah, no! Exclamó el físico, mordaz, pero Yaisel no se detuvo.-El Génesis bíblico no se puede tomar literalmente. Ese libro fue escrito por los sabios de Salomón, inspirados en leyendas de esa época. Estos las tomaron, las transformaron e introdujeron la palabra de Dios, a veces en forma de símbolo, pero lo importante es que cada uno de nosotros recibe de Dios el espíritu que nos hace personas y no importa que nuestros cuerpos los debamos a antepasados animales. A Dios se deben los procesos para que apareciera el hombre. Dios creó el mundo en evolución. El silencio pareció eternizarse. Un híbrido de sonrisa y mueca afloró en el rostro del físico. El de las pecas, erguido, quebró la calma. - ¿Cuándo surge ese criterio, antes o después de Darwin? – Durante el siglo veinte. Dijo Yaisel con espontaneidad. –Entonces ustedes se han acomodado a una realidad irrebatible. ¡Eso es oportunismo! Lazarito se puso de pie cuando aún el pecoso no había concluido la última palabra.-¡Oportunista será tu madre! El escándalo hizo irrupción y como lava candente corrió por los pasillos y escaleras hasta penetrar por la puerta de la Dirección.

4

¡Coño, Yaisel! Alguien de otro grupo tuvo que haber entendido esa clase, lo que hay es que buscarlo.-¿A cuántos más vamos a preguntar? Todo el mundo está “en cuero”. – Entonces vamos a batirnos con algún libro. - ¡Compadre, ya lo hice! ¡Ese capítulo está en chino! - ¿Ver al físico después de lo que pasó? Da cualquier cosa por ahorcarnos. – No seas tan rencoroso, Lazarito, ya el profe ni se da cuenta de eso. -¡Ya te jode! Ascendían la escalera rumbo al privado de física. Caminaron por un pasillo y se detuvieron frente a la puerta. El rubor de sus rostros contrastaba con el blanco de las camisas. Lazarito hizo un gesto con la cabeza invitando al otro a que tocara, pero no fue necesario, pues el rostro de ébano del maestro emergió en la puerta. Todos se turbaron. Yaisel soltó de carretilla.- Buenas tardes, profe, tenemos una duda... –Discúlpenme muchachos, pero tengo algo urgente que hacer. ¿Podemos vernos en mi casa?

5

El físico los recibió en short y camiseta. Después de los saludos los ojos de los jóvenes enfilaron hacia la pared, donde colgaba una imagen de la Virgen de la Caridad. – No se queden en la puerta que el sol se los come. “Con menos ropa parece un Neanderthal”. Se acomodaron en un sofá de madera y el profesor en una silla de cabilla corrugada. La imagen de la Virgen parecía una prolongación de su cabeza.- ¿Y su mamá? – Pasando el fin de semana con mi hermana. Se hizo el silencio. Los tres se miraron dubitativos. El físico, fiel a la costumbre, tomó la iniciativa: -Bien, empecemos con las dudas. –Profe, Lazarito y yo hemos estudiado más de lo acostumbrado, resuelto todos los ejercicios del libro y los que usted nos dio, pero tenemos dudas en la bipartición del uranio y en la reacción de la cadena. - ¡Caramba, muchachos! No se rompan la cabeza por gusto. Eso lo mencioné de pasada, porque vino a colación cuando hablamos de la bomba atómica, pero... ¿No les dije que no era materia de examen? – No profe, creo que no. El profesor fijó sus ojos en los de los muchachos que le sostuvieron la mirada. Inquieto, el hombre se levantó, fue hasta la mesa y empezó a organizar los libros y libretas que había sobre el mueble. Regresó. –Discúlpenme, hace días que no tengo muy bien la cabeza. Hay un gran enredo en mi vida. Los jóvenes miraban perplejos la frente inundada de sudor del pedagogo. –Tengo pocos amigos... les dije que vinieran más a mi problema que por el de ustedes .- No importa, el de nosotros ya no es problema, -Hace dos meses que estoy en un calvario. Mi esposa me planteó el divorcio y casi que mis hijos también. Todo parece indicar que el culpable... Y lo peor es que trato de desquitarme con el primero que se me pare delante, incluso ustedes. –No nos hemos sentido nunca su víctima profe. – No lo han sido, pero... “Se rajó como una yuca el cro-magnon.¿Será sincero?” – Además de inteligente eres... son inteligentes y amables. “No te esfuerces, olvídate del plural. Esos dones son de Yaisel. –Profe, no debe sentirse culpable. –He sido una nota discordante. Me gusta hacer las cosas a mi manera... El maestro contó pausado las colisiones que habían sacudido a su familia y cuando dejó de hablar las lágrimas pujaban por violentar la comisura de sus ojos. El rostro negro se tornó marrón. Entonces aplastó las gotas con una de sus manos.- Profe, no soy nadie para aconsejarlo, pero la intolerancia solo tiene un remedio... –Eso he pensado, pero... “¿Carajo! ¡Empieza a pensar! Hubo una breve pausa que rompió Yaisel. -¿Algo más, profe? – El físico se puso de pie, estrechó la mano de ambos, los acompañó hasta la acera y esperó a que se alejaran para regresar a la casa. Cerró la puerta, corrió la silla y se desplomó hasta postrar las rodillas sobre los mosaicos. Miró la imagen de la Virgen con el rostro blando, las manos entrelazadas y parapetadas en el pecho. Entre sus labios se escurrió un susurro.

6

Los rayos del sol de los primeros días de junio invadían las pupilas de los dos estudiantes. Caminaban con todo el tiempo del mundo. –Hoy he hecho un descubrimiento histórico. Dijo Lazarito con mesura y Yaisel sin percatarse interrogó sonriendo.- ¿Descubriste la cuarta ley de Newton? – No, el onceno mandamiento. Yaisel lo interrogó con la mirada y Lazarito agregó: -¡Amemos al físico que es un ser humano! Yaisel se tornó serio, lanzó un brazo sobre los hombros del amigo y sentenció. – Y no de los primeros Homo Sapiens, es contemporáneo de nosotros. Una nube se interpuso al sol y los dos jóvenes sintieron un tenue alivio que se añadió al sosiego que ahora los halagaba.

 

Revista Vitral No. 51 * año VIII * septiembre-octubre 2002
Norberto Bello Vázquez
(Remedios, 1954) Narrador y decimista. Miembro del Taller Literario “Manuel Isidro Méndez”, de Artemisa.
Ha merecido premios y menciones en Encuentros Debates Municipales. Ganó en 1986 el Premio Provincial Mina Pérez. Cuentos y décimas suyos han aparecido en varias revistas. Habitualmente publica artículos sobre Bioética.