Revista Vitral No. 48 * año VIII * marzo-abril 2002


BIOÉTICA

 

A DEBATE
DILEMAS DE LA PRÁCTICA MÉDICA

A cargo del Dr. ANTONIO M. PADOVANI CANTÓN

 

 

 

CASO 7 - Nueva Propuesta

 

En un parque de barrio conversan cuatro jóvenes. En ese momento llega otro que, desde unos metros antes les dice:
-¡Cogieron a los asesinos del viejo de la esquina!
-¿Quiénes eran Alberto?.-Preguntó Bruno.
-Unos que venían a hacer negocios con él, sabían que estaba "forrado".
-¡Como tenía plata ese viejo!.-Exclamó Carlos.
-Y total, de lo que le sirvió.
-Para que lo mataran, Damián.-Respondió Carlos.
-¿Cómo los cogieron?.-Indagó Bruno.
-Ustedes saben que le robaron muchos efectos electrodomésticos, tenía un horno de esos, de los nuevos..
-Un microondas.-Aclaró Ernesto.
-Sí, de esos, y es raro que alguien tenga uno, lo circularon y cuando fueron a venderlo por ahí los cogieron, primero al vendedor y ése `ehó p'alante a los demás.
-En ° todo el mundo canta°.-Dijo Carlos.
-Ahí mismo.
-¿Cuántos eran?.-Se interesó Damián.
-Tres, pero creo que sólo dos vinieron a matar al viejo, el otro los ayudó a llevar y vender las cosas.
-Tanta culpa tiene el que mata la vaca como el que le aguanta la pata.
-Tienes razón, Carlos, tan culpable es uno como el otro. ¿Eran el mulato alto y el blanco del bigote?.
-Esos mismos, Alberto, y el otro es uno que no venía mucho, uno de una moto verde, que los ayudó a llevarse las cosas y a venderlas.
-¡Qué descarados!, con la confianza que les tenía el viejo.
-Ahora seguro que los fusilan.-Opinó Ernesto.
-Es lo menos que se merecen, por asesinos y por traidores.-Lo apoyó Alberto.
-Yo creo que no es lógico matar a nadie, ni para robar ni para castigar, una vida no paga otra.
-No paga, Bruno, estoy de acuerdo, deben pagar por lo que hicieron y lo mejor es buscar un castigo que se lo sientan, que todo el que piense robar o matar tiemble nada más de pensar en lo que le va a pasar si lo cogen. Yo les cortaría los brazos o los mataría a latigazos, como hacían en la antigüedad. Estos métodos modernos de silla eléctrica, cámara de gases y hasta el fusilamiento, me parecen muy benévolos para un asesino.
-¡Ño!, ¡Damián!. °Verdád° que tu eres mas asesino que los asesinos, ni los torturadores de las dictaduras te hacen nada.
-No Carlos, es que hay que buscar la manera de que paguen lo que hicieron.
-No lo digo porque paguen Damián, lo que quiero decir es que la violencia lleva a la violencia y que la severidad de la ley no limita a los criminales, sino que crea un sistema donde la agresividad provoca respuestas mas agresivas.
-Estoy de acuerdo contigo Bruno, la pena de muerte debe reservarse solo para casos excepcionales.
-No, Ernesto, no es eso lo que quiero decir, creo que no debe aplicársele la pena de muerte a nadie, porque esta limita la posibilidad del arrepentimiento e impide rectificar..... -La pena de muerte es una solución sin retroceso, piensen en cuántas personas pueden ser sancionadas por delitos que no cometieron, o por cuestiones políticas, que una vez que se demuestra su inocencia o cambian las condiciones políticas, ya no hay posibilidad de rectificar lo hecho.
-No, Bruno, no mezcles la política con la pena de muerte, por eso no debe matarse a nadie, yo hablo de criminales.
- Sí Alberto, pero para los gobernantes su enemigo político siempre es criminal.
-No mezcles, no mezcles, tu sabes de qué yo hablo, de asesinos, violadores, ladrones y todos esos individuos que cometen delitos por motivos no políticos.
-Bien, ¿y el que mata o realiza actos de terror por motivos políticos?.
-Ese es un asesino o un terrorista, independientemente de las motivaciones.
-Bueno, caballeros, vamos a seguir hablando de pena de muerte.
-Sí, esta bien Ernesto, pero estamos hablando de porqué se aplica la pena de muerte, no nos hemos salido del tema.
-Si, Alberto, nos salimos, vamos a hablar de la pena de muerte y de la proporción entre su aplicación y el delito cometido.
-Si vamos a ver de qué estamos hablando, realmente es de la vida humana y yo creo que la misma es algo que debe respetarse ya que es un bien irrepetible, cada hombre es único y no debe subvalorarse la vida de tal modo que se convierta en objeto de discusión cuándo quitarla, la pena de muerte es inmoral y debe prohibirse.
-Bruno, lo que yo digo es precisamente que por el valor de la vida humana debe eliminarse de la sociedad a aquél que no sea capaz de respetarla, la pöööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööööön las cárceles, que evitan que el delincuente siga cometiendo delitos y al mismo tiempo le dan la oportunidad de pensar y arrepentirse de lo que hizo y , tal vez, reincorporarse a la sociedad como un hombre útil y valioso, que después de equivocarse pueda, con su actitud, ayudar a otros a evitar caer en actitudes antisociales.
-De la cárcel se sale, del hueco no.-Sentenció Ernesto.
-¡Me arrepiento!, ¡Me arrepiento!. ¡He violado tres niñas, asesinado dos viejas, descuartizado a cinco hombres!, pero..... me arrepiento, así que perdónenme y suéltenme, que les prometo que cada vez que mate, viole o robe, me arrepentiré de todo corazón........ Bruno, ¡qué idealista eres!.
-No soy idealista, Carlos, creo en el hombre.
-"Mientras mas conozco al hombre más quiero a mi perro". ¿Quién lo dijo?
-No me acuerdo Carlos, pero no te burles, que estamos hablando en serio.
-Tú siempre das la talla.-Le reprochó Ernesto.
-Está bien, no me burlo más, pero lo que quiero demostrarles es que puede haber quien simule arrepentimiento para que lo suelten y después volver a cometer delito. Por eso, antes de pensar que algún delincuente se arrepintió debemos estar bien seguros.
-Prefiero diez delincuentes sueltos que un inocente en la cárcel, pero al que comete un delito hay que sancionarlo y si ese delito merece la muerte hay que aplicársela.
-Yo pienso igual que tú, Damián, pero creo que la muerte es una pena excepcional, que debe aplicarse sólo en casos extremos.
-Pienso como ustedes Damián y Ernesto.
-Bruno nos quedamos solos.
-Carlos, ¿tú estás en contra de la pena de muerte?.
-Sí, Bruno.
-¿Y por qué te burlabas tanto?.
-Porque ustedes estaban muy serios y alguien debía ayudar a liberar tensiones.


¿Qué les parece esta conversación?. ¿Comparten algunas de las opiniones emitidas?
¿Quién creen que tiene razón?
¿Damián con su posición en defensa de la pena de muerte?
¿Bruno en contra totalmente?
¿O Ernesto a favor solo en casos excepcionales?
¿Es la pena de muerte un castigo?
¿Qué cree de la frase: "Mientras más conozco a los hombres más quiero a mi perro"?
¿Qué prefiere: diez culpables sueltos o un inocente preso?.
Esperamos sus opiniones a este foro abierto a debate, donde toda opinión es aceptada y analizada.

Envíanos tu opinión, tus respuestas

 

 

 

Revista Vitral No. 48 * año VIII * marzo-abril 2002
Antonio M. Padovani Cantón
(Pinar del Río, 1949)
Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna. Graduado de la Facultad de Ciencias Médicas de Pinar del Río.