Revista Vitral No. 48 * año VIII * marzo-abril 2002


CINE

 

WALT DISNEY, EL DESCUBRIDOR
DE LAS MARAVILLAS

JORGE LUIS LOVIO CABALLERO


Walt Disney

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El famoso dibujante nació el 5 de diciembre de 1901 en Northside, Chicago. Cuando era aún pequeño, su padre decidió mudarse a una granja en Missouri y luego viajar a Kansas. La jornada diaria comienza para Walt a las tres de la madrugada, primero reparte periódicos y luego asiste al colegio. Los sábados frecuenta la academia de Bellas Artes.
En 1917, su padre regresa a Chicago, pero el joven Disney se queda en Kansas y se emplea como vendedor ambulante en el ferrocarril de Santa Fe, de esos viajes nacería su amor por los trenes.
Durante la Primera Guerra Mundial es empleado; primero como chofer del servicio de ambulancias y luego como plaza de un Cuartel en Connecticut. Finalizada la contienda, viaja a Francia. De vuelta a Estados Unidos, logra ingresar en la industria que sería su gran pasión: el Cine. Sus primeros pasos encuentran en Ub Iwerks la solidaridad necesaria como para decidirse a fundar una Empresa en conjunto y comenzar a labrarse un camino propio. La naciente compañía se inicia produciendo una serie de cuentos animados: Caperucita Roja, Los Cuatro Músicos de Bremen y El Gato con Botas. Su gran trabajo, "Alicia en el país de las maravillas", donde combina animación con personajes reales, resulta tan costoso que lo obliga a cerrar el estudio.
En 1923, decide tentar nuevamente la suerte, esta vez en California. Instala un pequeño estudio en el garaje de su casa y recomienda la producción de "Alicia..."
En esta época, crea el conejo Blas, aunque hasta el momento su trabajo puede considerarse apreciado por su gran creación. En colaboración con Ub Iwerks, le da vida al Ratón Mickey.
Junto con su hermano Roy, logra producir el primer animado de Mickey que comercializa sin necesidad de un distribuidor. El tercer episodio de la serie "Illi y el Vapor" estrenado en 1928, cuenta con lo último en avances técnicos: sonido sincronizado. A partir de ese momento todo iría sobre ruedas. El mundo se llamaría Disney, pues ya nada le pone freno a su imaginación.
Nuevas producciones aparecen bajo el título de "Sinfonías tontas", los temas pertenecen al mundo de los cuentos de fábulas: "Los tres cerditos", "La danza macabra", "Árboles y flores" y "La Gallinita Sabia". Paralelamente, la serie de Mickey se enriquece con nuevos personajes: Minnie, Pluto, el Pato Donald y Goofy. Poco a poco los estudios Disney se desarrollan como empresa. Los procesos técnicos son cada vez más complejos. Sus dueños no dejan de experimentar. Sus gastos son cada vez más altos y por ende la compañía es poco rentable. Sin embargo, el ánimo no decae y un proyecto sucede a otro. En 1934 Walt Disney está listo para producir su propio largometraje: "Blancanieves"(1937). En su realización invierte más de un millón y medio de dólares. La película se estrena en Hollywood cuatro días antes de la Navidad de 1937, logrando un éxito total. A "Blancanieves" siguen "Pinocho" (1939), "Fantasía" (1940), "Dumbo" (1941" y "Bambi" (1942).
El estallido de la Segunda Guerra Mundial plantea un nuevo reto para los hermanos Disney. En 1941 la empresa aloja en sus instalaciones a más de setecientos militares, miembros de una unidad antiaérea. El mismo Walt se convierte en "embajador de buena fe" de los Estados Unidos en gira por América Latina. Durante todo el conflicto, la compañía pudo mantenerse a flote produciendo material didáctico. Finalizada la guerra, la producción se orienta básicamente hacia los largometrajes. En 1950, se estrena "La Cenicienta", luego "Alicia en el País de las Maravillas", "Peter Pan", "La Dama y el Vagabundo" y "La Bella Durmiente".
En 1959, Ub Iwerks introduce una técnica que garantiza la espontaneidad de los dibujos originales. A partir de ese entonces los largometrajes Disney tendrían un sello distintivo, lo que explicaba el éxito sin precedentes de "101 Dálmatas", "Merlín y el Encantador" y "El Libro de la Selva".
El 15 de diciembre de 1966 el hacedor de sueños emprende su última producción. En un viaje sin regreso parte a la tierra de nunca jamás. Con él marchan las ilusiones de todos aquellos que crecieron con su mundo fantasioso.
Walt Disney quería demostrar en sus filmes que el bien triunfaría sobre el mal, que los niños y los animales son amables y que el humor puede ser sano sin dejar de ser divertido. A él no le interesaba crear personajes capaces de despertar emociones profundas. Sólo tenía en mente dos ideas más bien dispares. Quería que los personajes de sus cintas fueran bonitos y amables y que parecieran reales. Logró lo primero basando sus principales personajes en forma de líneas curvas - conejos rollizos, niños, pájaros - o incluyendo a animales diminutos en sus historias. Lo segundo era más difícil de conseguir, puesto que el dibujo animado se presta más a
las cosas irreales o distorsionadas, pero trabajó en ellos con obstinación. Indujo a sus animadores a estudiar el movimiento real y a buscar inventos ( como el multiplano) para dar una ilusión de profundidad. Aunque sus historias fuesen cuentos de magias y misterios, y sus personajes animales parlantes, siempre acentuó su normalidad. Así mismo, creó un mundo pulcro, sin asperezas, ni problemas, ni suciedad. Insistir en las limitaciones de su obra, que las hay, no quiere decir negar su éxito o su influencia. Para los animadores modernos - aún aquellos cuyo trabajo está bien alejado del confortable mundo infantil de Blancanieves - la pericia y habilidad siguen siendo un logro impresionante y una advertencia de que, a pesar de la situación por métodos de producción más modernos, los mayores logros del desaparecido dibujante siguen siendo insuperables en sus propios términos.

 

 

Revista Vitral No. 48 * año VIII * marzo-abril 2002
Jorge Luis Lovio Caballero
Parroquia de San Pedro Apóstol. Versalles. Matanzas, 1970.