
S.E. Mons. Pedro Meurice Estiu
Nació en San Luis, Santiago de Cuba el 23 de noviembre
de 1932.
Ingresó al Seminario "San Basilio Magno" donde
estudia Humanidades y Filosofía; es enviado a terminar
la Teología en el Seminario "Santo Tomás de
Aquino" de la República Dominicana. Es ordenado sacerdote
el 26 de junio de 1955. Más tarde estudia Derecho Canónico
en la Pontificia Universidad Gregoriana, de 1956 - 1958. Canciller
del Arzobispado y secretario de Mons. Pérez Serantes. Es
nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba el 9 de septiembre de 1970.
Fue Presidente de las Comisiones Episcopales de Cultura y Justicia
y Paz, hasta el año 2001. Actualmente es Vicepresidente
de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
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Monseñor, es usted muy querido por los cubanos del exilio.¿Cómo
se encuentra entre ellos?
Me encuentro entre personas que pertenecen a mi pueblo, que son mi
país. Si me permites, quisiera enviar un saludo a todos los que
andan dispersos por el mundo, y que en donde quiera que me los encuentro
me parecen que llevan a Cuba dentro. A veces pensamos que luego que
se sale se emprende una nueva vida y que se olvida lo que se ha dejado
atrás. Sin embargo la realidad nos enseña que tanto los
cubanos que viven en la Isla como los que están fuera son un
solo pueblo.
¿Cuándo cree usted que podrán volver los
que huyeron?
Sólo Dios lo sabe. Puede ser en cualquier momento. Bien por
voluntad política de los hombres o bien por otras circunstancias
ajenas a esa voluntad. Estoy seguro que las cosas cambiarán un
día y cambiarán para mejor.
¿La Iglesia puede ayudar a que se produzca ese cambio?
No es misión de la Iglesia quitar o poner rey. Sí es
su misión proclamar el Evangelio con todos los valores que el
Evangelio tiene. Y sin contar con el hombre y sus virtudes naturales
no se puede crear nada que tenga valor. No debemos olvidar las palabras
que el Papa nos dijo cuando nos visitó, nosotros mismos debemos
ser los actores de nuestra propia historia. Esto es lo que nos ofrece
el futuro, no sólo a la Iglesia, a todos.
Después de la tan esperada visita del Papa, entre millones
de cubanos se ha producido una gran decepción. Nada ha cambiado
en Cuba. Quizás la Iglesia no haya estado a la altura de lo que
se esperaba de ella.
El problema está en comprender cuál es la misión
de la Iglesia. Misión que tiene que ver con lo político
pero que no es política. Yo no sé si tú conoces
un libro que publicó la Conferencia Episcopal cubana hace aproximadamente
ocho años, y que recoge cien documentos de la Iglesia desde principios
de siglo hasta el año 1994. La mayoría de los documentos
que aparecen son del año 1952 para acá, y muchos de ellos
tienen fecha posterior a 1959. No se ha producido un hecho importante
en estos últimos 43 años que no haya tenido una respuesta
de la Iglesia.
Sin embargo en otros países de América la Iglesia
Católica si ha tenido más presencia política.
Todas las comparaciones son odiosas, pero si se pudiera hacer alguna,
lo justo sería hacerlo con los países que pertenecían
al bloque soviético, y que incluso contaban con más católicos
practicantes que nosotros. Si comparamos a la Iglesia cubana con las
de esos estados, a mí me parece que la cubana no saldría
mal parada.
Monseñor ¿Quiénes son los que más
sufren en Cuba?
El pueblo en general, pero especialmente aquellos que tienen niños,
enfermos o ancianos, y no cuentan con nadie que desde fuera de la Isla
les envíe al menos 25 o 30 dólares mensuales. En Cuba
los datos estadísticos son utilizados por el gobierno según
sus intereses, pero calculo que hay un 30% de cubanos que no tienen
acceso a un solo dólar.
La situación se está agravando muy seriamente. Hasta el
punto que el propio Estado ha tenido que hacer un censo para ver cuantos
niños hay de baja talla y bajo peso a causa de una desnutrición
que se acerca a parámetros muy peligrosos y que no son recuperables.
Es muy fácil opinar desde fuera de Cuba, pero desde este
otro lado cree que la larga tiranía ha hecho que muchos cubanos
hayan perdido el respeto por ellos mismos y abandonado valores que siempre
abundaron en la Isla.
A este respecto y por hablarte sólo del tema de los hijos, puedo
decirte que el 50% de los niños que nacen en Cuba son de padres
desconocidos. El número de abortos que se practican en la Isla
es increíblemente alto. Yo sé de madres que han ido al
hospital y han tenido que defender al hijo que llevaban en su vientre.
¿Qué ocurrirá en Cuba tras la muerte de
Castro?
Creo que sucederá lo mismo que ha sucedido en otros países
comunistas. Los hombres que van a gobernar mañana están
ahí.
¿No se puede dejar de contar con ellos?
Creo que no es realista no contar con ellos.
¿Después de tanto sufrimiento tienen también
los cubanos que renunciar a la justicia?
Para algunos crímenes yo creo que tiene que existir. Sin justicia
la conciencia nacional no se restaña. Hablamos de justicia, no
de venganza. Después de Castro no hay futuro para ningún
régimen que se parezca al actual.
Fuera de Cuba se cree que Castro está gravemente enfermo.
Tras su último desmayo la gente le observa constantemente en
televisión. Alguna vez ha parecido que ha perdido un poco de
facultades, pero cuando se rumora que su salud ha empeorado, él
aparece en televisión y despeja las dudas. No creo que esté
tan enfermo como aseguran en el exilio.
En marzo de 2001 se inició en Cuba una campaña
nacional para solicitar un referéndum sobre el Proyecto Varela,
movimiento que intenta democratizar el sistema utilizando sus propios
mecanismos. ¿Es cierto que la Iglesia Católica apoya este
movimiento?
No. El Proyecto Varela tiene su importancia, pero la Iglesia no puede
comprometerse con un movimiento determinado.
Por último Monseñor, a pesar de tanto sufrimiento
y tanta incertidumbre, ¿pueden mantener la esperanza todos los
que quieren una patria libre y próspera?
Claro que sí. El tiempo juega a favor nuestro. Lo mejor de Cuba
está en nosotros mismos. Pronto el sol volverá a salir
para todos.