Revista Vitral No. 47 * año VIII * enero-febrero 2002


ECOLOGÍA

 

LA PARADOJA DE LA EDUCACIÓN ECOLÓGICA

BENITO BARRIOS RODRÍGUEZ

 

 

 

 

En la actualidad, en nuestro país se debate mucho el tema de la Ecología, se quiere crear en las distintas capas del pueblo y muy en particular en los niños y jóvenes un respeto por la naturaleza. A diario se proyectan numerosas imágenes de televisión, donde los científicos pronostican distintos tipos de desastres ecológicos a los que estamos expuestos, entre los que se citan mas frecuentemente: los cambios climatológicos, la desertificación, los cambios de patrones migratorios de animales y la pérdida de la biodiversidad.
A todos los cubanos se nos ha enseñado que a lo largo del siglo anterior y hasta el presente, la humanidad ha alcanzado un desarrollo científico y tecnológico de proporciones gigantescas, pero que este desarrollo se nos ha convertido en un enemigo, que amenaza con acabar nuestra propia existencia, pues ataca fuertemente sobre el medio ambiente.
Por los distintos medios se plantea y con sobradas razones, que los países desarrollados, es decir las sociedades industrializadas son las que mayor responsabilidad tienen en este fenómeno que tiene un carácter global y en el cual todos somos afectados de una manera u otra. En conclusión se quiere crear una aptitud ambientalista entre todos, pero fundamentalmente en los niños que son, al decir de nuestro Apóstol "la esperanza del mundo." Ya que hemos mencionado a nuestro José Martí, debemos destacar que él escribió sobre la naturaleza y su protección, Cintio Vitier, reconocido estudioso de la obra martiana, al referirse a José Martí escribe "Toda su obra, toda su filosofía y toda su línea de acción revolucionaria parte de su concepción de la naturaleza."
Pero paralelo al flujo de información que se recibe por los distintos medios sobre la necesaria conservación del medio ambiente, observamos junto a nuestros hijos el ambiente urbano que prima en nuestras ciudades, el medio donde las personas tienen que desarrollar todas sus actividades productivas y sociales, vemos distintos sitios en cualquiera de nuestras ciudades convertidos en vertederos de desperdicios, calles intransitables con innumerables baches, salideros de agua, ya sean potables o albañales, árboles y áreas verdes sin su debida atención, vehículos automotores contaminando el aire y en ciudades como el caso de Pinar del Río, repletas de vehículos tirados por caballos, todo esto es perjudicial para la salud y le hace más difícil la vida a los moradores de estas ciudades debido a los olores que producen estos descuidos sobre el ambiente urbano.
Estos hechos están en contradicción con los conceptos de sociedad sana desde el punto de vista ambiental, cuyas principales premisas son que todo ser humano tiene el derecho a condiciones y medio ambiente dignos para realizar su trabajo y el derecho a vivir en un ambiente ecológicamente sano.
Al parecer, se ha caído en una paradoja, y me pregunto cómo es posible que se quiera educar a niños y jóvenes en el amor a la naturaleza, en el amor por el medio ambiente y exista un descuido tan grande por el medio urbano, cómo es posible que un niño que observa cada día de su infantil vida, este desprecio por el lugar donde obligatoriamente tiene que convivir el hombre, ser supremo de la creación y se exija de él, ser un protector de la naturaleza.

 

 

Revista Vitral No. 47 * año VIII * enero-febrero 2002
Benito Barrios Rodríguez
(Güines, 1949) Licenciado en Física.