El 20 de mayo del próximo
año 2002 se cumplirán los cien años de nuestra
independencia lograda después de un siglo de esfuerzos y de lucha.
El 20 de mayo de 2001 se inicia pues el AÑO JUBILAR que debe
ser un año fecundo de realizaciones positivas y de serena mirada
hacia el futuro, llenos de esperanza cristiana.
La esperanza es una virtud que nos hace mucha falta. La perdemos fácilmente
porque la basamos en lo que hagan los hombres, en vez de ponerla en
su verdadera base que es Dios que nos ama, y está siempre con
nosotros. Cristo resucitado ha vencido al demonio, al pecado y a la
muerte. Como decimos en la Vigilia Pascual, Cristo ayer, hoy y siempre,
Principio y Fin, Alfa y Omega, Señor de la Historia.
El viernes santo por la noche, los dirigentes judíos estaban
muy contentos, se sentían seguros de su triunfo y pensaban que
dentro de poco ya nadie se acordaría de ése Jesús.
Pero ¡ Qué equivocados estaban! El domingo al amanecer
Cristo resucita y hoy, después de 20 siglos, millones de hombres
y mujeres son capaces de dar la vida por Él. Otros lo odian y
lo persiguen, pero con eso mismo demuestran que está vivo porque
nadie se preocupa de combatir a un muerto que ya nada puede hacer. La
victoria final es siempre del Señor. Cuando falta la esperanza,
viene el desánimo y el pesimismo.
Pero la esperanza cristiana es una esperanza activa, que confía
en DIOS pero que a la vez trabaja con entusiasmo y alegría y
asume las propias responsabilidades. Hace poco se ha sabido en el exterior
de un documento del partido comunista de Cuba, dirigido a todos sus
miembros, en el que se dice que hay que "despapar" a Cuba,
es decir, hacer que el pueblo de Cuba se olvide de la visita y de los
mensajes del Papa, pero eso ya no será posible. Algo cambió
en nuestro pueblo desde esa histórica visita. El Cardenal Jaime
Ortega protestó de ése documento calificándolo
de anti-religioso en declaración a la agencia ANSA y cada vez
se hace más evidente que el cambio pacífico es inevitable.
Quiero invitar a todos a trabajar intensamente en este año centenario
comprometiéndonos en tres aspectos:

Mons. Boza Masvidal junto a
Mons. José Siro, Obispo de Pinar del Río, durante
la visita del Papa a Cuba.
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1.ORACIÓN: Que sea un año de oración intensa
por Cuba. Que cada día, aunque sea un minuto, pidamos a Dios
por intercesión del siervo de Dios Padre Félix Varela
que podamos hacer vigente pacíficamente los cambios necesarios
para que ,los valores por los que él luchó toda su vida,
de libertad, justicia, respeto a los derechos humanos, fraternidad,
se hagan realidad en Cuba. Para esto, puede utilizarse si se quiere,
la oración que está en las estampas que se han hecho para
su proceso de beatificación.
2.REFLEXIÓN: Reflexionar sobre nuestra rica herencia cultural
e histórica. Estudiar los mensajes del Papa en su visita. Difundir
por todos los medios de comunicación esos valores. Para esto
tenemos material abundante en las enseñanzas del mismo Padre
Varela, el rico ideario de Martí, la Doctrina Social de la Iglesia
contenida en los mensajes del Papa en las distintas provincias. Es necesario
que los adultos no olvidemos estas cosas, y se las hagamos conocer especialmente
a los jóvenes.
3.UNIDAD Y RECONCILIACIÓN: Fomentar La unidad es indispensable.
Somos un solo pueblo con un mismo sufrimiento y unas mismas esperanzas.
Hay que aprender la tolerancia ante las distintas opiniones con tal
que coincidamos en lo fundamental que es una Cuba libre, en una democracia
tiene que haber pluralismo. Que los que están en la isla y los
que están fuera no se teman unos a otros. Echar a un lado los
odios y las venganzas. Todos podemos contribuir a crear ese clima de
reconciliación. Ponernos todos en el bando de los que aman y
construyen y no en el de los que odian y destruyen, como quería
José Martí.
Dios quiera que con el esfuerzo de todos y la ayuda de nuestra Madre
de la Caridad podamos celebrar la llegada del Centenario en una Cuba
libre, cristiana y feliz..