Palabras de Pedro Pablo Oliva en la inauguración del MAPRI |
Los años me han enseñado a tratar de ser breve. El tiempo
es hoy demasiado complicado.
Casi siempre todo lo que comienza es débil. Esos encantadores
y torpes pasos con que comenzamos por primera vez, terminan con el andar
firme y la avidez por la aventura.
La idea de un Museo de Arte apareció en mi cabeza en esas caminatas
que hacíamos Yamilia y yo por los sitios cercanos a la ciudad
adonde íbamos a refugiarnos, atormentados por los conflictos
de lo cotidiano. Levantábamos paredes, las quitábamos
de aquí y las colocábamos en otro sitio; sembrábamos
árboles y más árboles, en un hermoso proyecto que
terminaba de retorno a casa con la alegría apretada en la loca
caja de la imaginación.
La historia a veces puede perderse y se corre el riesgo de adjudicarle
al sinsonte lo que hizo el tomeguín.
Un Museo para la provincia implica una escuela abierta de enseñanza
insustituible. Cien años de vida en la plástica es demasiado
tiempo para resumirlo.
Muy raras veces lo que uno imagina logra llevarlo a un total y feliz
término. Todos sabemos que este espacio es chico; que ya estamos
apretados y que el tiempo y el talento caminan más rápido
que los sitios.
El proyecto va más allá de este lugar, pero por algún
punto se comienza. Me siento hoy como un niño que va dando sus
primeros pasos. Tengo la enorme esperanza de que a pesar de las dificultades
que nos asaltan, el hecho mismo de abrir el primer camino, hará
mañana que este se multiplique.
Quiero agradecer sin desvirtuar la historia.
Al trío más audaz que ha tenido la provincia: Carmita,
Vidal y Alvarado.
A Carmen Rosa, que mueve las cosas desde algún sitio.
A Fidel, por haber apoyado este proyecto.
A Abel que ha convertido la broma en base del optimismo científico.
A Montesino, el misterioso hombre de los drelos.
A Oscar, una especie de correcaminos.
Al Consejo provincial de Patrimonio por su valiosa colección.
A todos los artistas pinareños que acogieron la idea del Museo
como suyo y que tienen por dentro el amor hermoso que da la modestia.
Y a todos los que de diferentes formas durante años han promovido
y promueven con sus actos la plástica en la provincia. Mucha
alegría porque el Museo nace, mucha alegría porque será
un Museo vivo.
Gracias
El MAPRI está situado en
los bajos del antiguo Hotel Comercio, en la esquina de Martí
y Vélez Caviedes, de Pinar del Río |
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A la izquierda: Pedro Pablo Oliva en la inauguración
del MAPRI.
Debajo: Jorge Luis Montesinos.

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Vista interior del MAPRI.
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Palabras de Jorge L. Montesino en la inauguración del MAPRI |
En todos los tiempos el ser humano se ha formulado interrogantes que,
de algún modo, contienen el germen de un proceder inconforme
ante determinadas circunstancias. Las nuestras de ayer, de hoy y los
próximos tiempos, retienen fragmentos esenciales por la conexión
humanista y revolucionadora que vertebra a la cultura cubana. La médula
espinal es en este caso el arte; su recinto, un Museo. Su intensidad,
es la moldura que los diversos lenguajes y soportes de la creación
artística, revela.
El MAPRI ( Museo de Arte de Pinar del Río), pudiera ser una realidad
puesto que hoy lo inauguramos. Qué y cómo pondrá
en escena su función, constituyen las primeras de las preguntas
por imposición epocal. Siendo oportuno cuestionamiento, análisis,
reflexión de las concepciones museográficas y museológicas
del arte y la cultura, será Museo; por lo que aún no somos.
Ya en los años finales de la década del cuarenta del siglo
XX pinareño, Fausto Ramos (notable artista y primer director
de la Escuela Profesional de Artes Plásticas y Aplicadas), publicó
y compulsó la idea de fundar uno en la Vuelta de Abajo que concediera
espacio a las artes plásticas. Otros creadores, recientemente,
quizás sin conocer este antecedente o por intuición, pero
movidos también por la inconformidad que constituye todo acto
fundacional, sobre todo la voz de Pedro Pablo Oliva; arropan el fantasma
por largos días desnudo aunque alguna manta de vez en cuando
le diera cuerpo.
Varios artistas ya contribuyen con el fomento de nuestros fondos al
donar obras: Fausto Ramos, Roberto Fdez, Raúl Eguren, Joaquín
C. Manzano, Arturo Montoto, Luis A. Rodrígruez, Miguel A. Couret;
Jorge L.Ballart, Lester Campa, Juan S. Blanco, Esteban D. Montesino,
Mario G. Portela, entre otros. Otros nos han cedido parte de su colección
por unos días para que la muestra se completara; muy oportuno
el préstamo de las obras del Museo de Historia de Pinar del Río,
a través del Consejo Provincial de Patrimonio.
El MAPRI apenas comienza con una muestra que para la ocasión
reúne a un reducido número de artistas y obras en un espacio
igualmente pequeño, al que en todo momento vigilamos para que
no atentara contra el resultado curatorial. Sabemos que faltan nombres
y obras que incorporaremos en los proyectos futuros. "Cien años
de arte en Pinar del Río" corre el riesgo de la inclusión,
y no a la inversa como por norma se cree, pues es bien conocido que
el Museo, recinto e institución aurática por excelencia,
de encerramiento y salvación del arte, desfallece en parte a
la creación. Los que están hoy en él, ya son dulces
cadáveres del arte; los que merecen estar, aún respiran
y construyen fuera. Tiempo sobra para alimentar tan inmenso devorador
moderno. Su dieta básica depende del quehacer de todos nosotros.