Durante muchos siglos, antes de
que empezaran a existir los ferrocarriles, en las minas, especialmente
en las de carbón de Newcastle, Inglaterra, y en otras poblaciones
primitivas, se construyeron vías toscas para mover más
fácilmente las vagonetas o vagones cargados de carbón.
Los rieles eran de madera. Más tarde, hacia 1770, los rieles
de madera fueron sustituidos por los de hierro. Por este procedimiento,
un caballo podía arrastrar varios vagones cargados, unidos unos
a otros formando un pequeño tren.
No fue hasta principios del siglo XIX, que Ricardo Trevit, en Inglaterra,
construyó la primera locomotora movida por vapor, pero su invento
carecía de viabilidad práctica. Geroge Stephenson, también
inglés, fue quien en 1814, logró construir la primera
locomotora de vapor capaz de proporcionar la tracción aprovechable,
y en 1815 ya funcionaba la primera máquina de tren en los caminos
de Killingworth para llevar el carbón hasta el puerto; su velocidad
era de unos 6500 metros por hora.
El ferrocarril de Slockton a Darligton, en Inglaterra, fue la primera
línea construida para el tráfico general y también
la primera en la que circularon coches para pasajeros y en la que se
aplicó la locomotora de Stepheson perfeccionada. La línea
de Liverpool a Manchester, para la cual construyó Stephenson
su locomotora "Rockert" (cohete) con caldera multitabular,
se inauguró oficialmente en 1830 a una velocidad de 28 kilómetros
por hora, velocidad que pronto fue superada.
La conquista del ferrocarril constituyó un extraordinario adelanto
para toda la humanidad. Gradualmente se extendió el nuevo invento
a todos los países, principalmente a Europa y América.
Cuatro años después de aquel singular acontecimiento,
o sea, el 12 de octubre de 1834 el gobierno español entregó
a la Junta de Fomento, presidida en aquel entonces por el conde de Villanueva,
la orden de emprender la obra del "camino de hierro" de La
Habana a la villa de Güines.
A los seis días de ser emitida la orden el 8 del mismo mes, se
firmaba en Madrid el contrato de empréstito entre Alejandro Robertson
y Cía. Del Comercio de Londres y Joaquín Uriarte, subsecretario
de Hacienda, quien compareció a nombre de la Junta.
De acuerdo a lo estipulado en el contrato, se depositaría en
el Banco de Inglaterra un préstamo por la suma de 450 450 libras
esterlinas (3 000 000 de pesos).
En abril de 1835 ya estaban en La Habana los ingenieros encargados del
reconocimiento y nivelación del camino, presidido por el norteamericano
R. Krunger, La excavación comenzaría en octubre de 1835.
La fecha de inauguración del primer tramo del ferrocarril se
fijó para el día 19 de noviembre de 1837, como homenaje
a la Reina Isabel II, que celebraba su natalicio ese mismo día.
Para esa fecha se habían concluido 27 kilómetros, que
comprendía de Garcino a Bejucal.
Este extraordinario acontecimiento convertiría a Cuba en el primer
país de América Latina y uno de los primeros en el mundo,
inclusive España, que le tocó el décimo lugar en
la inauguración de la línea Barcelona - Mataró
el 26 de octubre de 1848 al introducir este sistema de comunicación
sobre rieles.
En 1843 la línea del ferrocarril ya se había prolongado
de La Habana a Güines; en 1844 hasta Batabanó; en 1845 a
San Antonio de los Baños; en 1846 a Unión de Reyes, y
el primero de agosto de 1849 el tren entraba por primera vez en el territorio
vueltabajero, municipio de Guanajay.
El seis de agosto de 1858 la Junta Municipal de Pinar del Río,
cabecera de la Jurisdicción de Nueva Filipina, presidida por
el teniente gobernador Julián de Menas y Goldarés, atendió
una petición de la Empresa del Camino de Hierro del Oeste para
obtener la concesión de unir a La Habana con Pinar del Río
por el ferrocarril.
A partir de 1860, también las comunicaciones terrestres de las
regiones vueltabajeras con el resto de la Isla se comenzaron a realizarse
desde Guanajay, que la enlazaba con las líneas paralelas con
La Habana y para llegar a esa Jurisdicción los viajeros estaban
obligados a realizar ese largo y escabroso tramo por medio de volantas,
carretas o caballos, por lo que representó un avance en aquellos
memorables tiempos.
Teniendo en cuenta la necesidad de unir a La Habana con la zona occidental
del país; con fecha 31 de octubre de 1857 el Gobernador General
de la Isla le había otorgado una concesión provisional
a Joaquín y Luis Pedroso para que construyeran la línea
férrea desde la ciudad de La Habana a la villa de Pinar del Río.
Esta concesión provisional fue confirmada por Real Orden de fecha
trece de octubre de 1858 al denominado ferrocarril del Oeste bajo la
dirección de los hermanos Pedroso.
El 22 de marzo de ese mismo año ya se habían emprendido
las obras civiles del "camino de hierro". Nueve años
después, o sea, el 25 de enero de 1867, aproximadamente a las
tres de la tarde el ferrocarril del Oeste llegaba al lugar conocido
por "Puente del Burro" a tres kilómetros de San Cristóbal.
La construcción del ferrocarril, siguiendo todo el curso central
de todo el territorio vualtabajero avanzó muy lentamente a causa
de diversos litigios económicos entre los regentes del ferroccarril
del Oeste y el Gobierno de la provincia. Y no fue hasta el año
1880 cuando el tren llegó a Consolación delSur.
Dentro de las dificultadess apuntadas en la construcción de las
vías paralelas la capital de la provincia se vio afectada, ya
que para cubrir la ruta de los 25 kilómetros aproximadamente,
que median entre Consolación del Sur y Pinar del Río hubo
que esperar por parte del ferrocarril del Oeste cerca de 14 años.
El primer tren llegaría a Pinar del Río el 15 de abril
de 1894. Fue tanto el júbilo que causó este extraordinario
acontecimiento que la ciudad fue engalanada. Desde todos los ángulos
el pueblo se aglomera a todo lo largo de la calle Real o Mayor (hoy
José Martí) para partir a la hora indicada al paradero
a participar en la inauguración por el gobernador General de
la Isla, Emilio Callejas e Isasi, quien acompañado de su esposa
y altos jefes militares, periodistas y otros invitados viajaban en un
tren especial hasta la capital de la provincia. Fue un día de
fiesta de inolvidable recordación.
El último acuerdo suscrito por el gobierno español con
la firma de los ferrocarriles del Oeste fue la de autorizar la extensión
de la línea ferrea hasta el municipio de Guane, el 24 de noviembre
de 1898. Este último tramo del ferrocarril se inauguró
el 10 de febrero de 1908.
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Este tren
que prestaba servicio en 1831 entre Albany y Schenectady,
marchaba a 32 km/h y sus coches tenían la misma forma
que una diligencia. |
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Tren de moderno
perfil aerodinámico, arrastrado por una locomotora
Diesel. |
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Este tren
con locomotora de rastrilla y su chimenea ensanchada corrió
durante los años 1880-1890. |
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A pesar del
auge del automóvil, el tren es todavía el medio
más eficaz para el transporte de mercancías. |
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En el mundo moderno la mayor parte de las transformaciones en la forma
de viajar y comerciar se debe al ferrocarril. Los camiones transportan
una cantidad considerable de mercancías, muchos viajeros utilizan
automóviles o autobuses, y para los viajes rápidos el
hombre emplea la aviación. Sin embargo, desde el doble punto
de vista del volúmen del tráfico y del bajo costo de explotación,
el ferrocarril sigue siendo hoy el campeón de todos.
Al pasar de los años el ferrocarril se ha ido perfeccionando.
La fuerza de vapor fue sustituída por la fuerza eléctrica
o diesel-eléctrica, alcanzando una velocidad superior. Gigantescas
locomotoras eléctricas llegan hasta 34 metros de largo, pueden
hacer el trabajo de cuatro locomotoras de vapor. Llegan a mantener una
velocidad casi doble en fuertes pendientes. La locomotora diesel-eléctrica
mueve generadores que suministran la energía eléctrica
necesaria para hacer girar las ruedas. Se ha logrado con los adelantos
técnicos que los coches sean semejantes a los autobuses, provistos
de llantas neumáticas de caucho que se deslizan sobre los raíles,
lo cual hace que el movimiento sea más suave. Para ello, las
llantas llevan pestañas o rebordes de acero. Las autovías
alcanzan fácilmente velocidades de más de 140 kilómetros
por hora.
Actualmente existen grandes obras ingenieras con la existencia del metro
subterráneo. Un ejemplo de ello lo constituye el tren de Tokio
a Osaca y el de Londres a París que se desliza por el túnel
por debajo del mar.
A partir de la década del 40 hasta finales del año 1958
el transporte por tren había mejorado considerablemente en todo
nuestro país. El ferrocarril del Oeste contaba con un servicio
de pasajeros y de mercancías que llenaban las necesidades para
el desarrollo de la provincia más occidental del país.
El tren contaba con potentes locomotoras, tales como las marcas MACK
63,000 (alemana), la GNO (francesa) y la General Motor Electric 900
(americana).
El ferrocarril del Oeste Habana-Pinar del Río que continuaba
hasta Guane realizaba los siguientes viajes:
* Salida de La Habana: 4.30 a.m. (corrientes ). llegaba a Pinar del
Río a las 10.00 a.m. Aquí hacía un receso de una
hora para que los pasajeros almorzaran en el restaurante del paradero
que contaba con un surtido variado de comestibles a precios módicos,
para continuar hasta Guane.
* A su regreso de Guane hacía una pequeña parada en Pinar
del Río para recoger el pasaje que iba a La Habana, con salida
de 3.25 p.m. y llegaba a La Habana a las 9.00 de la noche.
* El servicio especial se realizaba en BUS, coche con aire acondicionado
con cuatro salidas diarias Habana-Pinar del Río y viceversa.
Estos hacían el recorrido en 2 horas y 30 minutos. Contaban con
buen confort y un bufetero que ofertaba el servicio gastronómico
al gusto de los pasajeros. El precio del pasaje era de 2 pesos con cinco
centavos.
El ferrocarril es un servicio de pasajeros y mercancías sumamente
económico y seguro. Los trenes llamados de carga llegaban a Pinar
del Río desde todas las provincias repletos de mercancías
y materias primas, tales como combustibles, fertilizantes, maquinarias,
productos de la industria ligera y alimentaria, así como del
agro, entre ellas las famosas frutas del Caney de la provincia oriental,
etc. Estas mercancías llegaban a los almacenes distribuídas
en los establecimientos públicos para la venta a la población
a precios muy baratos por la abundancia que se recibía. Este
trasiego de mercancías se realizaba con todas las provincias,
incluyendo Pinar del Río.
A mi manera de ver, el ferrocarril constituye un importante vehículo
para el servicio de pasajeros y de mercancias sumamente económico
y seguro. Es lamentable que en la actualidad, por la carencia de transporte
por carretera, solo exista un viaje por ferrocarril de La Habana que
sale a las 3 y 25 de la tarde y llega a Pinar del Río a las 9.00
de la noche. Los pasajeros que realizan el viaje hacia Guane tienen
que esperar hasta las 7 y 30 de la mañana del otro día
para proseguir a Guane. Por lo antes expuesto, considero que es necesario
una mayor explotación de este tipo de transporte, por lo que
contribuitía extraordinariamente a elevar la economía
del país,tan necesaria en estos difíciles momentos.