Revista Vitral No. 45 * año VIII * sept.-octubre 2001


AL CIERRE

 

CARTA PASTORAL DEL OBISPO DE PINAR DEL RÍO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A los venerables Curas Párrocos, queridas religiosas, seminaristas, laicos responsables de Pastoral y Pueblo de Dios:

1-Queridos hermanos: La lectura de la Encíclica del Beato Juan XXIII "Grata Recordatio", ha suscitado en mí los sentimientos que encontraba el "Papa bueno" en la lectura de las encíclicas de León XIII, y son los mismos que quiero y espero suscitar en Uds. con las breves reflexiones de esta carta pastoral sobre el Santo Rosario, al comenzar el mes dedicado a él y que comienza con la fiesta de Ntra. Señora del Rosario el día 7 de octubre. Aquel dulce recuerdo de su juventud, dice Juan XXIII no lo abandonó ni se debilitó con el correr de los años, por el contrario, tuvo la virtud de hacerle cada vez más querido el rezo del Santo Rosario que no dejó nunca de recitar completo todos los días del año.
Así mismo recuerda como Pío XII con su Encíclica "Ingruentium Malorum" exhortó a los fieles de todo el mundo al piadoso rezo del santo rosario, especialmente en el mes de octubre y les advertía, con pastoral solicitud: "Con mayor confianza acudan gozosos a la Madre de Dios, junto a la cual el pueblo cristiano siempre ha buscado el refugio en las horas de peligro, pues Ella ha sido constituida "causa de salvación para todo el género humano".

2-Al cumplirse este año y en este día precisamente los 40 años de esta devota y profunda Encíclica del Papa piadoso pero de larga y profunda mirada que supo vislumbrar la necesidad de un Concilio Ecuménico, quiero hacerles presente mi deseo de que celebremos este acontecimiento con la renovación de nuestro amor al Santo Rosario y el propósito de rezarlo cada día.

3-El comienzo del siglo XXI y del tercer milenio ha traído al mundo la preocupación por conservar y afianzar la paz y en estos precisos momentos nos envuelve a todos la angustia de vivir los efectos de un terrorismo infame y sin escrúpulos que puede llevarnos a odios, venganzas y medidas de una mal llamada justicia que nos precipite en un caos de consecuencias irreparables.
Rogamos al Señor en estos momentos, como lo hacía el beato Juan XXIII hace 40 años para que los hombres todos y de modo especial los que dirigen los destinos de las naciones se esfuercen por conocer a fondo las causas que originan las pugnas y con buena voluntad las superen: sobre todo, valoren el triste balance de ruinas y de daños de los conflictos armados y no pongan en ellos esperanza alguna.

4- A las autoridades de la Nación Cubana les hago presente las palabras que el beato Juan XXIII dirigía a los Responsables de las Naciones en el año 1961: "Ajusten la legislación civil y social a las necesidades reales de los hombres, sin olvidarse en ello de las leyes eternas que provienen de Dios y son el fundamento y el inicio de la misma vida civil". También es preciso recordar cómo, tras cuarenta y dos años de educación marxista, se han difundido hoy en nuestra Patria posiciones filosóficas y actitudes prácticas que son absolutamente irreconciliables con la fe cristiana, precisamente por atentar contra los valores humanos.

5- ¡Dios ha hecho a los hombres y a las naciones para salvarse! Por eso esperamos todos que, desechados los áridos postulados de un pensamiento y de una acción improntados de laicismo y materialismo, busquen el oportuno remedio en aquella sana doctrina, que cada día es más confirmada por la experiencia: la doctrina que proclama que Dios es el autor de la vida y de sus leyes, que es vindicador de los derechos y de la dignidad de la persona humana; por consiguiente que Dios es "nuestra salvación y redención".

6- A fin de que esta esperanza se cumpla del modo más consolador, es decir, con el triunfo del reino de la verdad, de la justicia, de la paz y de la caridad, deseo ardientemente, como pastor de esta porción del pueblo de Dios, que peregrina en nuestra Diócesis de Pinar del Río, que todos formemos "un solo corazón y una sola alma".
Como todos saben, hace varios años está establecida en la diócesis, la Archicofradía del Rosario Perpetuo. Casi todas las parroquias están inscritas en ella y muchos fieles están comprometidos con su reglamento. Les pido encarecidamente a los Curas Párrocos y a los hermanos y hermanas que aún no han ingresado en las filas de dicha Archicofradía, que lo hagan cuanto antes.

7- Queridos hijos e hijas, en este mes de octubre la Iglesia intensifica aún más la oración en la modalidad del Santo Rosario, pedida por la Santísima Virgen María en sus apariciones y recomendada por los Sumos Pontífices. Elevemos comunes y fervientes súplicas a la celestial Reina y Madre nuestra amantísima durante este mes, meditando estas palabras del Apóstol de las Gentes: "Por todas partes se nos oprime, pero no nos vencen; no sabemos qué nos espera, pero no desesperamos; perseguidos, pero no abandonados; se nos pisotea, pero no somos aniquilados. Llevamos siempre y por doquiera en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que la misma vida de Jesús se manifieste también en nuestros cuerpos".
¡Santísima Virgen del Rosario! infunde en nuestros corazones la esperanza que suscita el rezo del santo Rosario, sostenido por la mano de los inocentes, de los sacerdotes y religiosas piadosos, de las almas puras, de los jóvenes y de los ancianos, de cuantos aprecian el valor y la eficacia de la oración, llevado por innumerables multitudes como emblema y como bandera augural de paz en los corazones y de paz para toda la humanidad.


Pinar del Río, 29 de septiembre del 2001, fiesta de los Santos Arcángeles
+J. Siro González Bacallao
Obispo de Pinar del Río

 

Revista Vitral No. 45 * año VIII * sept.-octubre 2001