A los venerables Curas Párrocos,
queridas religiosas, seminaristas, laicos responsables de Pastoral y
Pueblo de Dios:
1-Queridos hermanos: La lectura de la Encíclica del Beato Juan
XXIII "Grata Recordatio", ha suscitado en mí los sentimientos
que encontraba el "Papa bueno" en la lectura de las encíclicas
de León XIII, y son los mismos que quiero y espero suscitar en
Uds. con las breves reflexiones de esta carta pastoral sobre el Santo
Rosario, al comenzar el mes dedicado a él y que comienza con
la fiesta de Ntra. Señora del Rosario el día 7 de octubre.
Aquel dulce recuerdo de su juventud, dice Juan XXIII no lo abandonó
ni se debilitó con el correr de los años, por el contrario,
tuvo la virtud de hacerle cada vez más querido el rezo del Santo
Rosario que no dejó nunca de recitar completo todos los días
del año.
Así mismo recuerda como Pío XII con su Encíclica
"Ingruentium Malorum" exhortó a los fieles de todo
el mundo al piadoso rezo del santo rosario, especialmente en el mes
de octubre y les advertía, con pastoral solicitud: "Con
mayor confianza acudan gozosos a la Madre de Dios, junto a la cual el
pueblo cristiano siempre ha buscado el refugio en las horas de peligro,
pues Ella ha sido constituida "causa de salvación para todo
el género humano".
2-Al cumplirse este año y en este día precisamente los
40 años de esta devota y profunda Encíclica del Papa piadoso
pero de larga y profunda mirada que supo vislumbrar la necesidad de
un Concilio Ecuménico, quiero hacerles presente mi deseo de que
celebremos este acontecimiento con la renovación de nuestro amor
al Santo Rosario y el propósito de rezarlo cada día.
3-El comienzo del siglo XXI y del tercer milenio ha traído al
mundo la preocupación por conservar y afianzar la paz y en estos
precisos momentos nos envuelve a todos la angustia de vivir los efectos
de un terrorismo infame y sin escrúpulos que puede llevarnos
a odios, venganzas y medidas de una mal llamada justicia que nos precipite
en un caos de consecuencias irreparables.
Rogamos al Señor en estos momentos, como lo hacía el beato
Juan XXIII hace 40 años para que los hombres todos y de modo
especial los que dirigen los destinos de las naciones se esfuercen por
conocer a fondo las causas que originan las pugnas y con buena voluntad
las superen: sobre todo, valoren el triste balance de ruinas y de daños
de los conflictos armados y no pongan en ellos esperanza alguna.
4- A las autoridades de la Nación Cubana les hago presente las
palabras que el beato Juan XXIII dirigía a los Responsables de
las Naciones en el año 1961: "Ajusten la legislación
civil y social a las necesidades reales de los hombres, sin olvidarse
en ello de las leyes eternas que provienen de Dios y son el fundamento
y el inicio de la misma vida civil". También es preciso
recordar cómo, tras cuarenta y dos años de educación
marxista, se han difundido hoy en nuestra Patria posiciones filosóficas
y actitudes prácticas que son absolutamente irreconciliables
con la fe cristiana, precisamente por atentar contra los valores humanos.
5- ¡Dios ha hecho a los hombres y a las naciones para salvarse!
Por eso esperamos todos que, desechados los áridos postulados
de un pensamiento y de una acción improntados de laicismo y materialismo,
busquen el oportuno remedio en aquella sana doctrina, que cada día
es más confirmada por la experiencia: la doctrina que proclama
que Dios es el autor de la vida y de sus leyes, que es vindicador de
los derechos y de la dignidad de la persona humana; por consiguiente
que Dios es "nuestra salvación y redención".
6- A fin de que esta esperanza se cumpla del modo más consolador,
es decir, con el triunfo del reino de la verdad, de la justicia, de
la paz y de la caridad, deseo ardientemente, como pastor de esta porción
del pueblo de Dios, que peregrina en nuestra Diócesis de Pinar
del Río, que todos formemos "un solo corazón y una
sola alma".
Como todos saben, hace varios años está establecida en
la diócesis, la Archicofradía del Rosario Perpetuo. Casi
todas las parroquias están inscritas en ella y muchos fieles
están comprometidos con su reglamento. Les pido encarecidamente
a los Curas Párrocos y a los hermanos y hermanas que aún
no han ingresado en las filas de dicha Archicofradía, que lo
hagan cuanto antes.
7- Queridos hijos e hijas, en este mes de octubre la Iglesia intensifica
aún más la oración en la modalidad del Santo Rosario,
pedida por la Santísima Virgen María en sus apariciones
y recomendada por los Sumos Pontífices. Elevemos comunes y fervientes
súplicas a la celestial Reina y Madre nuestra amantísima
durante este mes, meditando estas palabras del Apóstol de las
Gentes: "Por todas partes se nos oprime, pero no nos vencen; no
sabemos qué nos espera, pero no desesperamos; perseguidos, pero
no abandonados; se nos pisotea, pero no somos aniquilados. Llevamos
siempre y por doquiera en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte
de Jesús, para que la misma vida de Jesús se manifieste
también en nuestros cuerpos".
¡Santísima Virgen del Rosario! infunde en nuestros corazones
la esperanza que suscita el rezo del santo Rosario, sostenido por la
mano de los inocentes, de los sacerdotes y religiosas piadosos, de las
almas puras, de los jóvenes y de los ancianos, de cuantos aprecian
el valor y la eficacia de la oración, llevado por innumerables
multitudes como emblema y como bandera augural de paz en los corazones
y de paz para toda la humanidad.
Pinar del Río, 29 de septiembre del 2001, fiesta de los
Santos Arcángeles
+J. Siro González Bacallao
Obispo de Pinar del Río