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marzo-abril. año VII. No. 42. 2001

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LOS SERVICIOS JURÍDICOS

por Sergio Lázaro Cabarrouy

 

     


Crónica de la Conferencia dictada por el Lic. Jesús de la Torre en la Casa de las Hijas de la Caridad el pasado 19 de enero a las 8:30 de la noche.

Que el ciudadano conozca cómo funciona el sistema jurídico de nuestro país, que sepa dónde en cada tipo de contingencia en que se requiera de este tipo de servicio, que conozca el espíritu que anima dicho sistema, así como las partes en que se compone, fueron entre otros los puntos tratados por el conferencista, en una velada muy participativa a la que asistieron alrededor de 20 personas, y que fue animada por Virgilio Toledo, responsable de la Consultoría Cívica de nuestro Centro. Esta conferencia es parte de los servicios de dicha Consultoría que brinda orientación jurídica, psicológica, ética y cívica, y además edita el boletín mensual "En Consulta".
Entre los temas tratados por el Lic. De la Torre estuvieron, la estructura del sistema jurídico cubano, los roles del Fiscal y la Fiscalía, el Notario Público y la Notaría, del Abogado Defensor y el Bufete Colectivo. Con un lenguaje ameno que evitaba el uso de complicados términos jurídicos que normalmente son difíciles para el interlocutor no letrado, el conferencista fue desarrollando el tema recurriendo a abundantes ejemplos. Fue varias veces interrumpido por preguntas, opiniones y sugerencias que venían de un público entrenado ya en este tipo de intercambios.
Al final de la Conferencia continuó el intercambio con preguntas y opiniones. Resultó muy alentador el consenso de que a pesar de las enormes ambigüedades del sistema judicial cubano (que pueden conducir a decisiones realmente injustas), existen muchas posibilidades, desconocidas o no explotadas, a través de las cuales se pueden lograr mayores grados de defensa de los derechos de los ciudadanos y los grupos, en determinadas circunstancias, sobre todo cuando los ciudadanos conocen la ley y son conscientes del Derecho Natural que les asiste.
La velada terminó compartiendo un sabroso vino que permitió otro intercambio, menos formal, pero no menos rico. Esta fue sin dudas una ocasión de enriquecimiento para todos, signo pequeño, pero inequívoco, del diálogo y el intercambio libre y tolerante entre los ciudadanos de una sociedad civil sana y plural que nadie con buena voluntad querría negarle al presenta y al futuro de Cuba.