Crónica de la Conferencia dictada
por el Lic. Jesús de la Torre en la Casa de las Hijas de
la Caridad el pasado 19 de enero a las 8:30 de la noche.
Que el ciudadano
conozca cómo funciona el sistema jurídico de nuestro país,
que sepa dónde en cada tipo de contingencia en que se requiera
de este tipo de servicio, que conozca el espíritu que anima dicho
sistema, así como las partes en que se compone, fueron entre
otros los puntos tratados por el conferencista, en una velada muy participativa
a la que asistieron alrededor de 20 personas, y que fue animada por
Virgilio Toledo, responsable de la Consultoría Cívica
de nuestro Centro. Esta conferencia es parte de los servicios de dicha
Consultoría que brinda orientación jurídica, psicológica,
ética y cívica, y además edita el boletín
mensual "En Consulta".
Entre los temas tratados por el Lic. De la Torre estuvieron, la estructura
del sistema jurídico cubano, los roles del Fiscal y la Fiscalía,
el Notario Público y la Notaría, del Abogado Defensor
y el Bufete Colectivo. Con un lenguaje ameno que evitaba el uso de complicados
términos jurídicos que normalmente son difíciles
para el interlocutor no letrado, el conferencista fue desarrollando
el tema recurriendo a abundantes ejemplos. Fue varias veces interrumpido
por preguntas, opiniones y sugerencias que venían de un público
entrenado ya en este tipo de intercambios.
Al final de la Conferencia continuó el intercambio con preguntas
y opiniones. Resultó muy alentador el consenso de que a pesar
de las enormes ambigüedades del sistema judicial cubano (que pueden
conducir a decisiones realmente injustas), existen muchas posibilidades,
desconocidas o no explotadas, a través de las cuales se pueden
lograr mayores grados de defensa de los derechos de los ciudadanos y
los grupos, en determinadas circunstancias, sobre todo cuando los ciudadanos
conocen la ley y son conscientes del Derecho Natural que les asiste.
La velada terminó compartiendo un sabroso vino que permitió
otro intercambio, menos formal, pero no menos rico. Esta fue sin dudas
una ocasión de enriquecimiento para todos, signo pequeño,
pero inequívoco, del diálogo y el intercambio libre y
tolerante entre los ciudadanos de una sociedad civil sana y plural que
nadie con buena voluntad querría negarle al presenta y al futuro
de Cuba.