anterior

marzo-abril. año VII. No. 42. 2001

ÍNDICE

NUESTRA

HISTORIA

  Fachada del edificio del Liceo

 

EL

L I C E O

por Wilfredo Denie Valdés

 

     

Echando una mirada restrospectiva de las sociedades de recreo existentes en la ciudad de Pinar del Río queremos destacar por su orden de aparición las siguientes:
Fue la primera el "Círculo Militar", como centro social de recreación del ejército colonial español en la década del 50 del pasado siglo, ubicada en los terrenos donde se encuentra actualmente la Catedral de Pinar del Río, en las calles Maceo y Vélez Caviedes. Esta sociedad desapareció en el año 1859.
Surgiría después, en 1860, "El Liceo Lírico", presidida por el teniente gobernador Julián de Mena y Goldarás, situada donde se encuentra actualmente la ferretería Canosa en la calle Martí y Calzada de la Coloma (hoy Rafael Ferro Macías). En esa sociedad, secundando el acto de coronación de Gertrudis Gómez de Avellaneda por el "Liceo" de La Habana en el Teatro Tacón el 27 de enero de 1860, se coronó también a la genial poetisa en 1863 antes de retirarse de nuestra ciudad en mayo de 1864, después de la muerte de su esposo el coronel Domingo Verdugo y Maciego, quien era teniente gobernador de Nueva Filipina (posteriormente provincia de Pinar del Río en 1878). Desaparecida esta sociedad surge en el año 1878 "El Casino Español" en los altos del establecimiento "La India" en Martí y Rosario.
Dos años después, en 1880 aparecen otras sociedades, tales como el "Centro de Dependientes", presidida por el periodista Ángel Ruíz del Haya, situada en la calle Martí casi esquina a Colón, al lado del café Labiada (hoy La Casona); el "Centro de Artesanos" en Martí y San Juan, donde estuvo ubicado el ayuntamiento de Pinar del Río. En las postrimerías de la década de 1890, se creó el "Recreo Social" en Vélez Caviedes entre Retiro y Adela Azcuy. En 1893 se constituyó la nombrada "Tertulia" que se disolvió en 1894 al producirse la Guerra de Independencia contra el colonialismo español, lidereado por nuestro Apóstol José Martí.
Terminada la dominación española en Cuba en 1899 surge la sociedad "La Unión", integrada su directiva por cubanos y españoles, situada en la calle Maceo, detrás del parque Independencia, donde se encuentra la escuela Conrado Benítez. Más tarde, surgió de un grupo de cubanos revolucionarios la idea de fundar un centro de carácter patriótico y emergió de ello la nueva sociedad "Patria", inaugurada el 12 de octubre de 1900. Esta estuvo situada en el mismo local donde funcionaba el Gremio de Cocineros en las calles Martí y Cuartel, posteriormente Escuela Normal para Maestros. La sociedad "Patria" trasladó su centro social para los altos del hotel restaurant La Flor Asturiana y posteriormente para la calle Martí casi esquina a Recreo, precisamente donde estaba la farmacia "Nuestra Señora de los Dolores" y después "El Palacio de Cristal" Allí estuvo ubicada hasta el año 1921 en que desaparece.
En junio de 1901 se constituyó el "Centro de la Colonia Española" en los altos de la tienda de tejidos "El Incendio", tomando después en arrendamiento los altos del restaurant La Flor Asturiana en la calle Vélez Caviedes, lugar donde celebraba sus fiestas, hasta construir el espacioso edificio el 25 de julio de 1909. En 1923 se crea la sociedad "Club Pinareño", posteriormente "Rafael Morales Gómez" en la calle Martí (hoy Escuela de Ajedrez).
Después. de realizar este necesario recorrido sobre la existencia de las sociedades de recreo, se nos hacía imposible dejarlas de mencionar por lo que estas significaron para el desarrollo cultural de nuestra querida ciudad.

 

Ingeniero Alberto A. Ibargüen y Pi, Primer Presidente del Liceo

Sra. Dolores Montagú de Cuervo, Benefactora

¿Cómo surgió la sociedad "Liceo"?
El 18 de enero de 1922, en la vivienda de tipo colonial del señor Alberto A. Ibargüen y Pí, calle Martí número 42, donde actualmente se encuentra la Empresa Cuba Tabaco, se celebró, a citación de éste, una Junta que integraron numerosas personas representativas en la que se acordó la fundación de una sociedad, según aparece en el acta, que viniera a llenar el vacío producido por la disolución de la denominada sociedad "Patria", aunque sin lazo o nexo que a ella la ligara, bajo el lema de "Unión y Progreso", quedando presidida por los ingenieros Alberto A. Ibargüen, Presidente, y Manuel Peláez y Milá, como Secretario. Como Vocales: Emilio López Centella, abogado, Juez Municipal; Andrés García Rivera, médico; Carlos Calleja Salazar, funcionario público; Isidro Pruneda Villa del Rey, periodista; Alfredo Torres Rubio, estudiante; Joaquín de la Maza y Meléndez, comandante del Ejército Constitucional; Francisco Sarmiento y Martínez, procurador y presidente del Ayuntamiento; Carlos María Pintado, abogado y Magistrado de la Audiencia y tres Sub-Comisiones.
En una de sus circulares, fechada el 15 de febrero de 1922, terminaba con este párrafo: "Unión y Progreso es nuestro lema; nuestro blasón ostenta los colores patrios y grandes son nuestros deseos y buena voluntad para acometer con energías sin prejuicios ni ambiciones la obra de levantar la casa común que a todos nos cobije, bajo la égida protectora de la civilización y el adelanto". En otra de las circulares fechada el 15 de marzo del mismo año expondría: "...No nos importan los abolengos, la genealogía, ni los cuarteles de los escudos; nos fijamos en el comportamiento y abrimos nuestras puertas a cuantos procedan de la nueva clase del pueblo trabajador y respetuoso de la ley".
A pesar de los aires aristocráticos de algunos de los socios de la sociedad "Liceo", la composición social de sus integrantes, la constituían: ingenieros, arquitectos, abogados, procuradores, médicos, periodistas, farmacéuticos, estudiantes, maestros, comerciantes, militares, etc.
Los terrenos donde se levantaría la casa social del Liceo se adquirió de su dueño Francisco Gutiérrez Fonte por la cantidad de $8.000.00 el 31 de julio de 1922. En ese lugar se levantaba una casona colonial marcada con el número 46 de la calle Martí, la que anteriormente estuvo ocupada en el año 1859 por la Escribanía Pública de Gobierno; en 1882 una Escuela Pública de niños; en 1898 en Tren de Lavado "El Francés"; en 1902 la Lavandería de Aguedito Ortiz y por último en el año de 1914 por la tienda de tejidos "El Fuego de Turquía" de los hermanos Juelles.
La casona colonial mencionada se demolió por completo, levantándose en ese lugar el hermoso edificio del Liceo a un costo de $37.000.00. La obra fue proyectada y dirigida por el que fue su promotor y primer presidente, Alberto A. Ibargüen como ingeniero civil y arquitecto, al presentar los planos del edificio a la Junta Directiva y aprobado éste en marzo de 1922.
Después, bajo la dirección del Secretario en su carácter de ingeniero Manuel Peláez y Milá se construyeron los departamentos de cantina, baños, inodoros, gimnasio y cancha para el juego de pelotas y comenzó a levantarse la planta alta en el mismo orden arquitectónico planeado en un principio por el propio Ibargüen.
El ingeniero Ibargüen, Jefe de Obras Públicas de Pinar del Río, por razón de su cargo oficial, fue trasladado a La Habana. El 9 de julio de 1924, relativamente joven, le sorprendió la muerte repentina al entusiasta promovedor de las reuniones en las que se adoptó el formal acuerdo de crear la sociedad y que con tanto amor trazó los planos y dirigió la construcción del edificio. El 10 de julio, un día después de su inesperada desaparición, la Directiva suspendió durante nueve días todas las fiestas, a media asta la bandera y cubierto por negro crespón de luto los faroles de la fachada.
En su primera fase de terminación, la primera planta, había sido inaugurada con grandes festejos, la sociedad "Liceo", el día 26 de febrero de 1923, con la asistencia de las autoridades civiles y militares, después de haber sido adquirido los muebles de la extinguida sociedad "Patria" en pública subasta, entre ellos una excelente pianola, sillas, consolas, tocador, cuadros y otros objetos de adorno.
Evidentemente resultaba reducido el espacio de terreno, dificultando el cómodo establecimiento de otros departamentos e instalaciones deportivas. Con ese propósito la Junta Directiva adquiere los terrenos colindantes de su dueña María Capote Quintáns, viuda de Alfredo Porta, incluyento el traspatio de la casa vecina y en el que se levantó el campo de Tennis. Uno de los principales aciertos fue la adquisición de un excelente aparato cinematográfico, marca Pathé (recordemos que en esta época el cine era silente, ya que el cine sonoro llegó a nuestra ciudad en 1930).
Electo presidente de la sociedad "Liceo" el doctor León Cuervo Rubio se acometieron las obras para levantar la cancha. Muchas fueron las iniciativas puestas en práctica para mejorar el acondicionamiento del edificio social, a través de cuestaciones, bailes, funciones de cine, verbena y otras. Las mujeres fueron muy destacadas en esas actividades, entre la que se encontraba el Certamen "Ojos Triunfadores", dejando un saldo de $8.025.87 para los fondos de la sociedad. Los niños también jugaron un papel importante con la recogida de un centavo en alcancías, recorriendo las calles de la ciudad.
Es bueno aclarar que el período de más sacrificio y entrega total de sus asociados en la vida de todas las "sociedades" de la ciudad pinareña fue; la difícil tarea de levantar su edificio social, así como su formación, constituidas como siempre sin bienes propios, casi sin recursos monetarios. Para la construcción del Liceo, a manera de ejemplo se donó dinero en efectivo por los asociados, además de cemento, cal, ladrillos, mármol, mosaicos, maderas, clavos, piedra, arena, cabillas. También fueron donados parte del mobiliario necesario, así como adornos, piano, mesa de billar, lámparas, etc.
Con toda honestidad, queremos aclarar. Después de las investigaciones realizadas alrededor de estas instituciones, que tanto contribuyeron al desarrollo cultural de Pinar del Río, no medió en lo absoluto ni un solo centavo del presupuesto del Estado, motivo por el cual nos merece un profundo respeto y admiración por aquellos promotores que dieron vida a nuestro querido terruño

 


siguiente