El
pasado 3 de diciembre estuvo lejos de ser un Día de
la Medicina Latinoamericana cualquiera, pues fue el día escogido
por la Iglesia cubana para celebrar el Jubileo de los Trabajadores de
la Salud.
De diferentes parroquias de la Diócesis llegaron médicos,
enfermeras, estomatólogos, técnicos, otros profesionales
vinculados a los servicios médicos, estudiantes de medicina y visitadores
de enfermos, para juntos todos, dar inicio a nuestra jornada con la eucaristía
en la Catedral, presidida por el P. Oscar Galcerán.
La Liturgia de la misa fue especialmente preparada según el acontecimiento
del día. No faltaron los momentos para pedir perdón por
las veces que los trabajadores de la salud no hemos brindado un auténtico
servicio a la persona y a su dolor como lo exige nuestra profesión;
pedimos también perdón por los errores cometidos en nombre
de la medicina y con la ayuda de médicos durante este milenio que
termina, en guerras, experimentos humanos, usos deshumanizantes de tecnologías,
consecuencias sociales de problemas de salud, entre otros. Pero no todo
ha sido sombras, porque durante los últimos años se han
producido innumerables aportes en el campo de la medicina con el descubrimiento
de etiologías de enfermedades, con la introducción de nuevas
técnicas y medios diagnósticos, nuevos medicamentos, y hoy
se abren una variedad de posibilidades para desarrollar vertiginosamente
las ciencias médicas y ponerlas al servicio de la salud de todos.
Motivos éstos para dar gracias.
Antes de terminar el P. Oscar pidió a todos los trabajadores de
la salud presentes que se acercaran al presbiterio para darles una bendición
especial y exhortarnos a ser consecuentes con la vocación y misión
que hemos asumido y que exige este momento del desarrollo social.
Al terminar la eucaristía nos trasladamos a la casa de las Hijas
de la Caridad donde habría de continuar nuestra celebración
jubilar.
La conferencia "Principio de justicia y Bioética" dictada
por el Dr. Antonio Padovani Cantón fue el segundo momento. Tema
que suscitó el debate entre los participantes con preguntas, juicios,
aportes, experiencias y el necesario análisis de situaciones concretas
que se presentan durante el quehacer diario.
La tarde comenzó con un trabajo de equipos que nos animó
a reflexionar sobre "como vivir el Evangelio en el campo de la salud"
en el cual partimos de los problemas que más nos afectan en este
ambiente, para luego pasar a las actitudes que debemos asumir y así
proponer acciones concretas a nivel personal y social para ir transformando
este ambiente.
En un segundo momento de la tarde tuvo lugar el Panel "Conciencia
humana y desarrollo tecnológico. Desafíos éticos",
aplicado a diferentes ramas de las ciencias médicas, "La Trasplantología",
por el Dr. Rafael Capote; "Análisis al Final de la Vida",
por el Dr. Jorge Rodríguez y "La Experimentación Humana
y la Genética" por los estudiantes Anytery Travieso y Julio
Lam.
En un compartir festivo, con la alegría de estar juntos durante
esta jornada en el marco de este Año Santo Jubilar y con la certeza
de que este momento de gracia que el Señor nos ofrece, constituyó
una pausa en el camino para analizando el pasado, adentrarnos en el nuevo
milenio brindando lo mejor de cada uno a las personas que sufren y están
enfermas; así terminamos este Jubileo.
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