Se
conoce que
el origen del ajedrez en Cuba data de principios del siglo XVI, según
la obra "Bayamo y sus cosas" de Antón Recio de Valdespino,
editada en Barcelona en 1835.
Valdespino en su obra refleja la afición por el ajedrez del capitán
Don Manuel de Rojas, Jefe Supremo de Bayamo y su comarca, y Don Juan Escribano,
administrador de los bienes de Don Diego Velásquez.
El juego fue despertando gran interés entre las clases pudientes
del país.
"En fuentes fidedignas consta que del 1826 al 1868 jugaron en la
sociedad "La Filarmónica" los patriotas Perucho Figueredo,
Don Juan J. Fornari y el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes".
Céspedes contribuyó al desarrollo del ajedrez, ya que a
partir del "4 de octubre de 1855" publicó en el periódico
"El Redactor" de Santiago de Cuba la traducción del francés
de las leyes del juego del ajedrez escritas por Louis Carlos de la Bordonnais.
También nuestro apóstol José Martí y sus amigos
disfrutaron del hermoso juego; entre sus colegas es de destacar a Andrés
Clemente Vázquez, ya que fundó en México la revista
ajedrecística "La estrategia mexicana".
El Dr. Carlos J. Finlay fue un destacado jugador del noble pasatiempo,
siendo uno de los fundadores del Club de ajedrez de La Habana en 1855.
Finlay colaboró con la "Revista de Ajedrez" analizando
una partida jugada en Cuba en 1889 por el campeonato del mundo entre el
checo Steinitz y el ruso Chigorin, tales comentarios gustaron mucho en
Europa y América.
El Club de ajedrez de La Habana alcanzó renombre internacional
al celebrarse en 1839 y 1892 los encuentros por el campeonato del mundo
entre los ya mencionados Steiniz y Chigorin.
En 1903 se jugó un Inter.-Club internacional a distancia, entre
el Club de ajedrez de La Habana y el Manhattan Chess Club de New York.
En el equipo cubano estaba nada más y nada menos que nuestro glorioso
y joven de 15 años José Raúl Capablanca.
Capablanca nació en La Habana el 19 de Noviembre de 1888, con sólo
12 años de edad ganó el campeonato de Cuba en 1901. En 1906
se trasladó a los EE.UU para allí estudiar la carrera de
ingeniería. En 1909 debido a la fama alcanzada en los círculos
ajedrecísticos del Club Manhattan donde había vencido a
todos sus adversarios se organizó un match entre Capablanca de
21 años y el campeón norteamericano Frank Marshall, uno
de los más fuertes jugadores de esa época. Sorpresivamente
el joven cubano venció a su rival 8X1 con 14 empates.
Ya en 1914 Capablanca era considerado junto al entonces campeón
mundial Emmanuel Lasker como los más grandes de la época.
Más tarde en La Habana, en 1921, se celebró un encuentro
entre Capablanca y Lasker, obteniendo la victoria Capablanca con resultado
final de 4 a 0 y diez empates.
Este resultado elevó a Capablanca a la más alta condecoración
que puede tener un atleta, ser campeón mundial, y con la curiosidad
de un score sin derrota. "Desde 1916 hasta el 1925 no perdió
ni una sola partida, fue en esta época cuando surgió el
apelativo de la "Máquina de jugar ajedrez".
Ya en 1927 Capablanca fue derrotado por Alexander Alekine (ruso), no obstante
siguió dándole a nuestro país grandes triunfos, como
en Nottingham 1936 y en la Olimpiada de Buenos aires en 1939.
"El día 8 de Marzo de 1942 a las 5:30 de la mañana,
a consecuencia de una hemorragia cerebral, falleció Capablanca
en el hospital Mount-Sinai en la ciudad de New York".
Con la muerte de Capablanca no se paralizó del todo el desarrollo
del ajedrez en Cuba, puesto que hoy en día existen muy buenos jugadores
de alto prestigio internacional.
Este será un tema para otro momento.
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