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noviembre-diciembre. año VII. No. 40. 2000 |
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PATRIMONIO CULTURAL |
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SAGUA LA GRANDE LA VILLA DEL UNDOSO
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Antecedentes y Fundación Se dice que el nombre Sagua, es una voz indígena que significa "lugar de aguas", y que constituye una variante del vocablo del dialecto aruaco "caguas" que aún hoy es empleada en Venezuela y Puerto Rico, lo que parece tener cierta lógica por la relación tan importante que para este asentamiento va a tener su cercanía y la vinculación con el caudaloso rio Sagua, el segundo más importante de Cuba y en cuya margen se va a fundar la ciudad en el siglo XIX. Los orígenes del surgimiento de esta importante ciudad de estirpe neoclásica, situada en la región central de nuestro país, y perteneciente a la actual provincia de Villa Clara se remontan al siglo XVIII, teniendo referencias de que ya en 1780 se inicia la explotación de los importantes recursos madereros en las inmediaciones de la hacienda nombrada Jumagua. Muy cercana a la ciudad se alzan un grupo de elevaciones, que se elevan aisladas sobre una amplia sabana y que se le denominan como los mogotes de Jumagua, importante sitio de reserva de la flora y la fauna, con una importante población endémica y que resalta en la topografía plana del lugar. Esta importante actividad económica empleaba precisamente la corriente del río para todo el trasiego de los bolos de madera que eran transportados por esta vía fluvial. A este sitio se le conocía también como el "Embarcadero", ya que hasta aquí llegaban a través del Sagua las mercancías que se traían desde La Habana hacia Santa Clara. En 1775 se establece en la zona la primera vega de tabaco, constituyendo esta actividad agrícola conjuntamente con la maderera, los dos principales renglones que contribuyeron al desarrollo económico del lugar. Resulta curioso que de la actividad tabacalera que tuvo un importante florecimiento en la zona, no se haya conservado ninguna tradición en la misma. La ciudad fue fundada en 1812 por Don Juan Caballero y la primera plaza (de Armas), se encuentra muy cercana al río y al sitio por donde se produjo el arribo de los colonizadores, los que construyeron un muelle que servía de vínculo con la cercana desembocadura de éste en la costa norte, lugar donde se va a emplazar la Isabela de Sagua, conocida como la Venecia de Cuba por estar construida sobre un sistema de canales que le otorgaban a esta pintoresca población una particular expresión.
La Arquitectura Inicial En la actualidad se mantienen en el ámbito de este espacio urbano, dos de los edificios más antiguos que conserva la ciudad colonial, conocidos como el Cuartel de Caballería y la Casa de Oficiales, aunque las investigaciones histórico-documentales no han arrojado ninguna referencia de que en estos inmuebles se hayan alojado dichas funciones militares. (Foto 1) Estas construcciones cercanas a las márgenes del río, junto a otras que es posible aún apreciar en sus inmediaciones, se caracterizan por tener un amplio sótano para adaptarse a la pendiente del terreno que va descendiendo hacia la orilla, que eran utilizadas como cochera, caballerizas, almacenes y otras actividades de servicio de la vivienda.
El Auge en el Siglo XIX. Algunos Hitos de la Ciudad Hacia la década del cuarenta del siglo XIX, la industria azucarera va a asumir la preponderancia como principal actividad económica de la región, contribuyendo al auge y al desarrollo de la ciudad. En la zona se asientan 26 ingenios a todo lo largo de las orillas del río Sagua, muchos de ellos movidos por máquinas de vapor. Como una necesidad inducida por la pujante actividad agroindustrial azucarera de la zona, la construcción del ferrocarril Sagua-Santa Clara en 1856 constituirá otro factor importante del desarrollo económico de la región. Hoy las actividades de forja y fundición, así como la de los talleres de reparación relacionadas con este medio de transporte, y que se instalaron entre 1904 y 1924 en Sagua La Grande, continúan teniendo una notable importancia en la actividad industrial de la ciudad. Muy relacionado con la construcción del ferrocarril estuvo José Eugenio Moré, Conde de Casa Moré, cuya residencia situada en la calle Ribalta en uno de los laterales del Parque de la Independencia, constituye un notable ejemplo de la arquitectura colonial doméstica sagüera, y en ella se ubica en la actualidad la casa de la cultura municipal. (Foto 2) Es una vivienda de un solo nivel y la misma cuenta con un amplio portal con todo su frente a la plaza. Este se apoya en nueve arcos de mediopunto y posee jardines en un lateral y en el fondo del edificio. Son notables sus falsos techos de láminas metálicas troqueladas que se utilizaron en el siglo XIX, así como las lucetas con vidrios labrados de muselinas y calcomanías incrustadas y las elegantes rejas y barandas del edificio y de la verja del jardín, rematadas con piñas. La herrería constituye uno de los elementos arquitectónicos de los que Sagua La Grande hace gala por su tradición y dominio de los trabajos de forja y fundición de los metales. En el entorno de esta plaza principal, único sitio donde la ciudad cuenta con la presencia de portales, se localizan otros importantes edificios como la iglesia, destacado ejemplo de la arquitectura religiosa de influencia neoclásica, fue construida en 1860 y consagrada a la Inmaculada Concepción. Contrasta en su fachada la típica solución neoclásica del frontón triangular y torre centrada, con los aletones curvos laterales de reminiscencia barroca. (Foto 3) Enfrentado al templo se encuentra el edificio del antiguo Casino Español, que lleva desocupado varios años por su crítico estado de conservación y que funciona parcialmente en la planta baja como biblioteca municipal. Es un exponente importante del eclecticismo y fue construido en 1908. En su fachada aparece una curiosa decoración consistente en 19 pilastras que recorren toda la altura del edificio, con capiteles en los que aparecen los diferentes escudos de las regiones españolas. (Foto 4) En el ángulo de las calles Martí y Ribalta se encuentra situado el Museo Municipal que ocupa la planta alta de un edificio de dos plantas, también de influencia ecléctica. La arquitectura colonial se caracteriza por el predominio de los motivos decorativos neoclásicos, ejecutados con delicadeza y refinamiento, cuya transición al siglo XX se produce a través de un particular eclecticismo que le brinda una gran coherencia ambiental y arquitectónica a todo el centro histórico. Esta conserva un grupo de lucetas de vidrios de colores en muchos de los espacios interiores de las viviendas, sobre todo en los cierres de las galerías de los patios, como ocurre en el interesante edificio colonial que hoy ocupa el Museo de la Música. (Foto 5) Un importante grupo de edificaciones civiles van a construirse en Sagua La Grande entre las décadas sesenta y el ochenta. La cárcel de 1862, el matadero, el hospital, el ayuntamiento, entre otras. Contó además con dos estaciones de ferrocarril, una dedicada al servicio de pasajeros, aún hoy en uso, de imponente construcción teniendo en cuenta que ésta era solamente una jurisdicción municipal; y la otra en función del ingenio azucarero resulta ubicado inmediatamente al cruzar el río. El puente de hierro construido en 1905 y que fue objeto de acciones de restauración hace algunos años, sustituyó a un antecedente de madera, que ya desde el siglo XIX había permitido a la villa extenderse hacia el otro lado de ese límite natural siguiendo el desarrollo de la calle Martí, principal arteria de la ciudad. Este elemento constituye una obra de ingeniería que forma parte del patrimonio industrial de nuestro país, que aún hoy continúa en pleno uso. Si bien se considera a Sagua La Grande como uno de los exponentes destacados del período neoclásico en Cuba, momento que se caracterizó por el importante número de ciudades y pueblos que se fundaron en el país. Existen otras ciudades como Matanzas, Cárdenas, Cienfuegos, Gibara, en las que es posible también encontrar una buena representación de la arquitectura perteneciente a este momento del siglo XIX. (Foto 6)
La Arquitectura Colonial de Madera Sin embargo, Sagua La Grande posee uno de los repertorios más amplios y variados de arquitectura en madera del pasado siglo de nuestro país. Construcciones de altos puntales, con elegantes decoraciones en los vanos de puertas y ventanas que repiten motivos similares a los que decoran los edificios de mampostería. En los casos en que aparecen portales, en éstos se asumen formas de arcos rebajados, de medio punto y trilobulados. Muy interesante resultan las cornisas curvas sobre las que descansa el vuelo del tejado, muchas veces apoyadas sobre cartelas de variadas soluciones que incluyen simpáticas formas zoomorfas. (Foto 7) La tradicional herrería sagüera está presente con muy disímiles dibujos cerrando los vanos de las fachadas. En sus interiores encontramos el tradicional elemento divisorio generalmente con arcos, que separa la sala de la saleta, que aquí como en otras regiones del Caribe se le llama también "mediopunto", así como las lucetas de vidrios coloreados con motivos geométricos y radiales principalmente, dando hacia el patio interior de la vivienda que se construye en forma de tira continua y con paredes medianeras. A pesar de los enormes embates ocasionados por numerosos incendios que destruyeron la ciudad en 1822 y 1856; de las frecuentes y destructivas inundaciones que tanto en 1894 en el que el agua alcanzó una altura de 1.64m; y en 1906 en que subió hasta 1.50m. y más recientemente el paso de los huracanes Kate y Lily que destruyeron una gran cantidad de estas edificaciones; es posible observar aún cuadras enteras que conservan en regular o peores condiciones de conservación, este interesante patrimonio arquitectónico que sí resulta algo único y particular en nuestro país.
Conclusiones Un ejemplo de la notoriedad alcanzada por la villa de Sagua La Grande lo constituye la presencia a principios de siglo, en 1905, de la representación consular de 9 países, entre los cuales se hallaban la de los Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Entre las figuras relevantes de Sagua La Grande se encuentran los destacados músicos Rodrigo Prat y Ramón Solís, el notable médico Joaquín Albarrán y una de las más relevantes figuras de la plástica cubana, el pintor Wifredo Lam. Sagua La Grande no es una excepción. Al igual que otros muchos importantes centros históricos cubanos, presenta una situación difícil en la conservación de su patrimonio arquitectónico. No es ni siquiera una capital de provincia, pero atesora una riqueza patrimonial que no poseen algunas ciudades que ostentan esta condición. No es tampoco un área favorecida por los planes de desarrollo turístico que se ejecutan en el país. Hay buenas intenciones y deseos de lograr alcanzar resultados en este difícil campo por parte del pequeño equipo técnico a cargo del trabajo de preservación del patrimonio y sobre todo hay un reconocimiento de sus valores en la población sagüera. Corresponde a las organizaciones e instituciones de las instancias locales buscar opciones y alternativas, que con el apoyo provincial y de la nación, permitan enfrentar el extraordinario reto que conlleva este necesario rescate de una memoria que pertenece a toda la nación.
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