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noviembre-diciembre. año VII. No. 40. 2000

ÍNDICE

NOTICIAS

  

 

CELEBRAN "DÍA DE LA DIGNIDAD PINAREÑA"

CON HOMENAJE AL DOCTOR LEÓN CUERVO RUBIO

 

 

INTERVENCIÓN DE LA DRA. CARMEN ROSA ALMIÑAQUE

INTERVENCIÓN DE LA DOCTORA RINA MALO RENDÓN

TESTIMONIO DEL SR. FELISCINDO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

INTERVENCIÓN DEL LIC. WILFREDO DENIE

TESTIMONIOS DEL DR. ALEJANDRO MORA

     

 

Como cada año la Comisión Católica para la Cultura de Pinar del Río celebró el Día de la Dignidad Pinareña, festividad cívica que recuerda la fecha de la fundación del Comité Todo por Pinar del Río el 26 de noviembre de 1943.

Un nutrido grupo de pinareños colmó la sala de la Casa de las Hijas de la Caridad para dedicar este año el homenaje a un pinareño insigne, el Doctor León Cuervo Rubio, destacado médico cirujano, cuyo nombre honra hoy uno de nuestros hospitales.

Las palabras de apertura de la Velada estuvieron a cargo de la Dra. Rina Malo Rendón quien, con emotivas palabras evocó la obra del Comité del que fue fundadora en su sección femenina. Luego Dagoberto Valdés introdujo un panel que esbozaría diferentes facetas de la vida del Dr. Cuervo Rubio. La mesa estaba integrada por la Dra. Carmen Rosa Almiñaque Quintero quien trazó algunos rasgos de su biografía; el Lic. Wilfredo Denie Valdés intervino sobre la huella histórica dejada por el destacado galeno; el Dr. Alejandro Mora abordó la faceta profesional de León Cuervo con su acostumbrada elocuencia y verticalidad, y el Sr. Feliscindo González ofreció un testimonio personal como paciente del afamado doctor, aún antes de nacer.

A continuación, varios de los participantes expresaron su propia valoración o su testimonio sobre la vida del homenajeado de la noche. Al mismo tiempo que se recibía la noticia de que ese mismo día el Municipio de Pinar del Río en el exilio se unía a esta celebración dedicando su homenaje a la maestra Esther Valdés de Ferro, elegida la pinareña del año. Una vez más los nobles propósitos cívicos unían a la única familia vueltabajera, no importa en que lado del mundo viva.

La velada culminó cuando la Sala de las Hijas de la Caridad se inundó con las interpretaciones del cantautor Servando Blanco, a quien muchos llaman "la voz de terciopelo", quien honró a su ciudad dedicándole el estreno mundial de una de sus más recientes composiciones que será el tema de una telenovela mejicana que escribió su propia madre.

El Himno de Pinar del Río fue interpretado por la soprano Marta Hernández, espontáneamente acompañada por todos los presentes puestos de pie.

A continuación transcribimos las intervenciones del panel de esa noche.

 

 

INTERVENCIÓN DE LA DRA. CARMEN ROSA ALMIÑAQUE

En la calle de Marañones, Vélez Caviedes, en la casa No.90 nació el 3 de julio de 1885 León Cuervo Rubio, hijo del Doctor León Cuervo Cuevas y de Doña Petrona Rubio Cañal. Fue el primero de sus hijos (de 18 partos que tuvo) y como su progenitor se llamó León: fue médico igual que su padre que su abuelo paterno Francisco Cuervo Álvarez que fue médico de cabecera del Emperador de México, Maximiliano de Austria y como su abuelo materno, el Dr. Antonio Rubio hermano de Isabel Rubio.

León estudió la primaria en P.del Río, pasó al Instituto de Pinar del Río y después a la Habana donde estudió la carrera de Medicina en la Universidad Nacional y se especializó en Cirugía en La Habana.

Ya doctor retorna a Pinar del Río.

Era amante de la buena música, de la pelota y de la caza.

Contrae matrimonio con Lolina Montagú, se hace cirujano y funda una clínica llamada Antonio Rubio (su abuelo materno) situada en la calle Colón entre Martí y Máximo Gómez, la que vende a los doctores Gustavo Navarro, Nodarse y Arias, al ser nombrado Director del Sanatorio de la Colonia Española, cargo que desempeña durante 32 años.

En 1917, por concurso oposición obtiene el rectorado del Hospital Civil (San Isidro) operando en un humilde bohío frente al hospital. Introdujo en la provincia la anestesia por éter, el uso de guantes quirúrgicos y la anestesia raquídea. En 1949 renuncia por haber resultado electo Representante a la Cámara; a León no le gustaba la política. Con su sueldo de representante dona para que cada sala del hospital construido en la Carretera Central y entronque de viñales tuviera 20 camas, en vez de 1 que había en cada sala, (los enfermos estaban acostados en colchonetas). Dona también para obtener todo lo necesario para la sala de cirugía, da curso a las enfermeras, graduándolas.

Fue presidente de la Sociedad Liceo, miembro del Consejo Superior de la Federación Médica de Cuba; Presidente del Colegio Médico de P.del Río y Delegado de la Federación Médica de Cuba por varios años.

León era ya imprescindible en Pinar del Río; se veía el hombre grave, recto, serio, moral y bajo esa austeridad había un corazón de niño, amable, cariñoso, preocupado y altruista.

A pesar del poco sueldo que ganaba, pues como director del hospital y cirujano del mismo sólo recibía la cantidad de $32.00 y como director del Sanatorio de la Colonia Española recibía $57.00, era caritativo al extremo de que muchos niños eran abandonados en el hospital y él los recogía, los tenía en su casa y les daba carrera, llegó a tener 12 de los cuales 9 se hicieron médicos. Entre estos niños tenemos a aquel tarugo de circo cuyos padres acróbatas murieron y el circo siguió con el niño. Al pasar por Pinar del Río el circo, al niño que tenía casi 9 años, se le presentó un ataque apendicular, fue operado grave con una peritonitis severa, el circo siguió para Guane y al regreso no lo recogieron. Se llama Alcibíades Conde, quien gracias al desprendimiento de León, lo curó, lo hizo bachiller y le costeó en la Habana la carrera de Medicina. Cuando en 1930, durante el gobierno de Machado se cerró la Universidad, lo envió a México a casa de un amigo para que terminara su carrera, allá reside actualmente, es médico cirujano y Presidente del Colegio Nacional de México y es propietario de un Laboratorio.

León realizó más de 22,000 operaciones, según consta en un álbum entregado a él cuando lo hicieron hijo predilecto de P.del Río y hubo muchas personas agradecidas que lo quisieron, admiraron y distinguieron*.

En 1930 luchó contra la dictadura de Machado y fue perseguido por esta causa.

Amó tanto a Pinar del Río que permaneció siempre aquí aún cuando una considerable fama nacional lo llamaba insistentemente a La Habana.

Aquí vio la luz, aquí dejaría de verla.

Su enfermedad tiene un largo proceso temporal que va desde el día aquel en que haciendo la novena operación del día, un tumor cerebral; (llevaba 6 horas de pie, su mano ya no obedece a su mente) le dice a Sergio Cuervo, primo suyo y cirujano también "termina tú" y cae; hasta aquel otro día en el que muere, en Máximo Gómez 7 a escasas 6 cuadras de su casa natal.

En este tiempo su cuerpo pierde equilibrio, pero la serenidad, compañera de sus grandes días, retorna y se afirma después de cada crisis.

El domingo 3 de noviembre de 1946, León acompañado de Julio García y Charles su hermano, se asoma al balcón para ver un juego de pelota de niños en el parque de Moralitos frente a la Audiencia.

Charles retrocede, pasa a su habitación; después de dejarlo en el balcón, siente cierto ruido extraño, se vuelve hacia el balcón y ve a León desplomarse sobre Julio. Ambos lo llevan a la cama, lo acuestan y a los pocos minutos entra, en estado de coma el eminente médico pinareño que había sentido como propio el dolor ajeno y había vivido para aliviarlo hasta el sacrificio, según reza la leyenda en su busto.

La casa comienza a inundarse de médicos, amigos y pacientes; Alcibíades vuela de México para ver a su segundo padre.

A las 6.20 p.m la Virgen de las Nieves y el Cristo de Limpias, aquel par de medallas que siempre llevó encima, empiezan a enfriarse al ritmo de su cuerpo, vuelve al rostro su tranquilidad de antaño y queda inmóvil sobre el lecho.

¡Había muerto el Dr. León Cuervo Rubio pero su recuerdo comenzaba a vivir para la historia de Pinar del Río.

*A aquel homenaje asistieron médicos de La Habana como Rodríguez Díaz, Inclán Bisbé, Gustavo Cuervo, René Smeth y también vino Jorge Mañah.

 

 

INTERVENCIÓN DE LA DRA. RINA MALO RENDÓN

Nada más oportuno, que hoy, que celebramos la Dignidad Pinareña; invoquemos con detalles la grandeza del Comité "Todo por Pinar del Río" porque: todo hombre tiene su historia y todo pueblo también. Pinar del Río, no violó este destino.

Evoquemos: Corría el año 1941 y Pinar del Río vivía una etapa de abandono, dejadez, miseria, suciedad, enfermedades, etc., al extremo de que los demás pueblos lo llamaban "La Cenicienta", sin que las autoridades gubernamentales se ocuparan de esta triste situación, pues vivíamos el triste gobierno de Batista.

Entonces, un grupo de pinareños dignos, eran 16, abochornados por el estado deprimente de nuestro pueblo, se reunieron el día 26 de noviembre de 1941, citados por el Dr. Tebelio Rodríguez del Haya, alma y vida de este Movimiento, en la casa del Sr. Ernesto Bernal Trinchería, cita en Maceo, número 16, con la idea de formar un Comité Cívico, que llevara como lema: "Dejemos de ser La Cenicienta" y así, cambiar el triste panorama de nuestro pueblo.

Los presentes en aquella reunión fueron:

El Sr. Manuel Felipe Migoya, Sr. Simeón Vela Peláez, Dr. Octavio Valdés Pintado, Dr. Teófilo Reyes Díaz, Sr. Luis Vega Castaño, Dr. Armando de la Torre Rubio, Dr. Arturo de la Torre Gómez, Dr. Alfredo Roig, Ingeniero Luis González G, Sr. Segundo González, Sr. José Oruña, Sr. Nicolas Carasa Laviña, Sr. Aurelio Piñeiro, Ingeniero A. Trigarol, Nena Montes de Vega y Ernesto Bernal Trinchería.

Como es natural, fue elegido Presidente el Dr. Tebelio Rodríguez del Haya.

La formación de este Comité, fue un acto de altruismo y amor al pueblo, no se cobraba nada por pertenecer a él, ni sus dirigentes ganaban nada, todo era por el bien de Pinar del Río, por eso se llamó "Todo por Pinar del Río", ya que su fin era lograr el mejoramiento del pueblo en todos los aspectos: sanitarios, educacionales, culturales, morales y sociales de nuestra población, sin ninguna tendencia política ni religiosa, solo luchando por el bienestar de nuestro pueblo.

En diciembre de 1941, se fundó la Sección Femenina de dicho Comité, a la cual tuve el gusto de pertenecer. Esta Sección, estaba formada por barrios: Norte Primero, Norte Segundo, Sur Primero y Sur Segundo. Cada barrio tenía una Presidenta, una Tesorera y una Secretaria.

Con verdadero entusiasmo comenzó la labor del Comité, limpiando calles, cunetas, solares yermos, todo aquello perjudicial al pueblo, en cuya labor trabajaban médicos, abogados y obreros, manejando machetes y guatacas, para así sanear también el arroyo. Galeano, que era un foco de infección, lo mismo que el arroyo de Yagruma. En fin, se realizaba toda labor de beneficio para la población pinareña.

A estas labores rudas, que casi siempre se hacían los domingos por la mañana íbamos también las mujeres, no para manejar las guatacas y los machetes, sino para estimular a los hombres y darles con frecuencia café, agua, refrescos, pues el trabajo era duro.

Este Comité despertó gran entusiasmo en el pueblo, aunque tuvo también sus detractores que no podían pensar que un grupo de hombres pudieran cambiar sin fondos del gobierno la fisonomía del pueblo, y sin embargo, lo hicieron con la ayuda de Dios y la dignidad de los pinareños.

La labor de este comité es inolvidable, no fue labor de un día sino de años, duró veinte años la acción y para poder sostenerlo y lograr todo lo que se hizo surgió el Comité de los mil (todo el mundo quería pertenecer a el) y se daba un peso mensual.

También surgió la revista "Todo por Pinar del Río" que era no solo cultural sino que exponía en qué se gastaba el dinero que recaudaba el comité.

Todos los años, se realizaba "la feria de San Rosendo" el 1 de marzo, día del santo patrono de Pinar del Río, acto que encantaba a todos, duraba dos días y era como una verbena, se trabajaba por barrios: Barrio cubano, Barrio español, Barrio mexicano, Barrio chino, en ellos trabajaba la sección femenina del comité y muchos hombres del mismo.

Todos los años el día 26 de noviembre declarado para nosotros día de fiesta, recorría nuestras calles una máquina tocando música y anunciando la fecha. Por la mañana comenzaba de barrio en barrio la colecta que realizaban las mujeres llevando alcancías y visitando casa por casa. Todo el mundo contribuía con gusto.

En la noche se daba una velada cultural en el Teatro Riesgo, y se le exponían al pueblo todas las labores realizadas durante el año en pos del bien del pueblo.

Se hizo tanto por nuestro bien en todos los aspectos; cambió por completo Pinar del Río, y comenzaron a llamarla entonces "La Hospitalaria" .

No quiero dejar de reseñar, que este Comité tuvo su Himno que siempre se cantó con entusiasmo, hecho por la Sra. de San Juan y Martínez, Rosita Delgado Pazos, gran profesora de música. Este Himno será cantado esta noche por la gran soprano del Lírico Marta Hernández.

Para hablar de todo lo que hizo este Comité inolvidable resultarían muy cortas las horas de esta noche, por eso yo les recomiendo que lean una revista que circuló hace tiempo publicada por Vitral llamada "Comité de los 1000", y se sentirán orgullosos de ser pinareños.

Para terminar quiero exponer los juicios de dos personalidades eminentes, tales como el Obispo de Pinar del Río en aquella época Mons. Evelio Díaz, que dijo:

"El Comité Todo por Pinar del Río demuestra con su acción cívica que el bien común de Pinar del Río es también el bien del individuo, a la sombra de la bandera del Comité, laboremos todos por la felicidad de todos".

Y el Dr. Jorge Mañach, cuando visitó el Lyceum Femenino Pinareño dijo: "La obra del Comité todo por Pinar del Río que hace tiempo tuve la ocasión de apreciar y del cual no ceso de tener las más elogiosas referencias, es prueba de lo que puede hacer un pueblo afanoso de su decoro, cuando no se resigna a esperarlo todo de sus gobiernos, lo que puede ser larga y mal pagada espera... Pinar del Río, le dio a Cuba ese gran ejemplo de movilización ciudadana."

El Comité todo por Pinar del Río se tiene bien ganada una doble página en la historia de la conciencia cubana.

 

 

TESTIMONIO DEL SR. FELISCINDO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

Este es mi sencillo testimonio:

Vivía mi familia en Punta de la Sierra allá por la década del 30, a estas alturas mis padres habían perdido sus dos primeros hijos, dejándolos muy tristes y decidieron no tener descendencia en el futuro.

Hasta aquel pintoresco lugar iba muy a menudo, en visitas de esparcimiento, el Dr. León

Cuervo Rubio, era aficionado a la monta de caballos, a la caza de venados y palomas torcazas, allí se organizaban cacerías en las que mi padre participaba.

El Dr. León y mis padres eran amigos desde hacía muchos años, amistad ésta que había nacido en la ciudad de Pinar del Río, y en estas frecuentes visitas, conoció de boca de ellos su negativa a tener hijos; el Dr. habló mucho con ellos hasta persuadirlos de que debían tener sus hijos, de nada eran culpables mis padres ante la pérdida de sus dos primeros vástagos. Convencidos por el médico amigo ante sus contundentes razones, máxime cuando él no tenía hijos, ante él se convencieron de lo absurdo de su acuerdo y tomaron la decisión de tener un hijo bajo el cuidado extremo del embarazo por parte del Dr. Cuervo Rubio. Llegó éste a feliz término y nació un niño, al que pusieron por nombre Feliscindo.

Para mis padres y el médico amigo, hombre desinteresado y de hondo arraigo popular por su proverbial sencillez aún proveniendo de familia adinerada, fue aquel nacimiento un gran acontecimiento y como es lógico pensar, los unió más, ahora con vínculos de carácter familiar.

Ya más crecido el niño, recuerdo perfectamente sus asiduas visitas a mi casa en el campo y también sus regalos primeros: una tijera para cortar papel y varios libros de cuentos y de colorear con sus respectivos lápices de color, que mucho yo agradecía desde mi pequeña estatura de niño complacido. Es más, vive en mí el agradecimiento a su generosidad, su gran poder de convencimiento hacia mis padres y su imagen de hombre corpulento enfundado en pantalones de monta, botas altas y una enorme percha de torcazas colgando de la montura de su cabalgadura.

 

 

INTERVENCIÓN DEL LIC. WILFREDO DENIE

Quiero hacer llegar mi sincera felicitación a la Comisión Católica para la Cultura por su feliz iniciativa, dentro del marco más apropiado del Día de la Dignidad Pinareña para exhaltar y perpetuar la memoria de sus hijos más ilustres, tan olvidados y lamentablemente desconocidos por la mayoría de nuestro pueblo.

Hoy, en esta velada que se ha hecho tradición, nos sentimos satisfechos de que este año sea dedicado a homenajear al destacado médico Dr. León Cuervo Rubio. Este extraordinario hombre público fue un ciudadano que ha prestado inolvidables servicios a nuestra ciudadanía como uno de los médicos de más gloriosa vida profesional por su forma científica. Ha sido un benefactor evidente de nuestro pueblo, al ejercer en él con toda la devoción de un sacerdocio, su ciencia de médico y cirujano en que se destaca como un valor de primer orden.

El doctor León Cuervo Rubio nació el 3 de julio de 1885; hijo de León Cuervo, natural de Santi Spíritu, médico cirujano y Petrona Rubio, natural de San Luis. Sus abuelos paternos; Francisco de Paula Cuervo, natural de Cádiz, España y la abuela materna Dolores Cuervo, también natural de Cádiz. Abuelos maternos, Antonio Rubio, natural de Guane, médico cirujano; abuela materna, Estefanía Cañal, natural de San Juan y Martínez y vecina de Pinar del Río.

La familia Cuervo Rubio construyó el edificio de dos plantas que se encuentra en Máximo Gómez al costado de la Audiencia, donde se encuentra actualmente el Sector Provincial de Cultura. Allí vivió León hasta su muerte, lugar donde se le dieron los últimos honores, y salió el cortejo fúnebre hasta el Cementerio Católico. Las últimas palabras de despedida las pronunció el doctor José M. León a quien le unía una gran amistad.

Recordemos que por acuerdo del Ayuntamiento de Pinar del Río la calle conocida por Yagruma lleva el nombre del doctor Antonio Rubio, médico cirujano, abuelo de León.

En el Cementerio Católico, al pie de la tumba donde reposan los restos mortales del Dr. León Cuervo Rubio, el Dr. José M. León y León pronunció una brillante pieza oratoria que consideré debía de ser reproducida para que nuestro pueblo conozca la prestigiosa figura de León Cuervo Rubio y que no era posible leer en el estrecho espacio de este conversatorio. En la noche de hoy gracias a Dios, se le entregará a todos los asistentes el mencionado folleto.

Diría en una de sus partes el doctor Pepito León: De su herencia biológica le venían a León Cuervo Rubio esas dotes necesarias. Hijo, nieto, bisnieto, sobrino, cuñado y yerno de médico, no podía sino ser médico. Muchos años hace, atravesó las encrespadas aguas del Atlántico un ilustre antecesor: Francisco de Paula Cuervo, abuelo de León, que tenía entre sus méritos el de haber sido médico familiar de Francisco Carlos Marximiliano, Emperador de Méjico. Con su hermano, también médico, se inicia en Cuba la ascendencia paterna de nuestro esclarecido coterráneo que al correr de los años habría de fundirse con otras ascendencias, donde abundaban los profesionales médicos, entre otros, en una heroica mujer, capitana mambisa, que dio su sangre y su vida por nuestras libertades: Isabel Rubio. De ese árbol genealógico, no podía esperarse más que buenas fructificaciones.

Al iniciarse una campaña del comité «Todo por Pinar del Río», sobre la necesidad de los Patronatos por los Hospitales, vino a esta ciudad el doctor Hedesa, Director de Asistencia Social del Ministerio de Salubridad y visitó al Director del periódico Heraldo Pinareño, señor Isidro Pruneda y Villa del Rey, y en la entrevista tenida, al éste manifestar que el Hospital Civil, estaba aún sin nombre, aquel preguntó:

-¿Y qué nombre sugiere usted para ese Hospital?

Isidro Pruneda, sin vacilar dijo:

-León Cuervo Rubio, director del antiguo Hospital Raimundo Menocal.

Por su actuación, León Cuervo Rubio pertenecía a Cuba entera. El Colegio Médico, el Colegio Provincial de Periodistas y otras entidades apoyaron la idea.

El día primero de noviembre de 1950, por Decreto número 550, firmado por el presidente de Cuba, doctor Carlos Prío Socarrás, el doctor Félix Lancís, Primer Ministro y el doctor Juan A. Rubio Padilla, Ministro de Salubridad y Asistencia Social, se dispuso denominar al Hospital Civil de dicha ciudad: Hospital «León Cuervo Rubio», conocido por nuestro pueblo después del triunfo de la rebelión como "hospital viejo", por lo que es necesario una amplia divulgación de la vida de tan ilustre cirujano entre toda nuestra ciudadanía. Ese desconocimiento motivó que en el año 1960 un grupo de personas incultas llegaron al busto de León Cuervo Rubio que se levantaba sobre el pedestal y enlazaron sin escrúpulos la cabeza de tan distinguido galeno que se encontraba frente al Sanatorio de la Colonia Española y lo arrastraron con saña para después lanzarlo en los solares frente a los barracones que se encuentran aledaños a dicho sanatorio. Pasado algún tiempo, el doctor Arturo de la Torre que lo unían razones familiares con León, lo recogió y hasta estos momentos desconocemos donde se encuentra.

León Cuervo Rubio era un ciudadano normal, le gustaba la caza y sobre todo jugar a la pelota en los terrenos de Martí Park" en la Alameda del Hospital. Allí se organizó un simpático campeonato de Base-Ball, donde sólo participaron dos novenas "Las Momias" y el "Ciclón", participando en éste último tema Luis Alberto Rubio que jugaba como Short-Stop y según cuentan formaba tremendas "tánganas" por un "strique" mal contado.

Y por último, para concluir diremos unos versos escritos por el periodista Alfonso Celorio Cobo dedicado a León Cuervo Rubio de una forma bastanta jocosa.

La cirugía es su gusto.

No es un Adonís, yo creo;

Pero tampoco es tan feo

Que le meta miedo al susto".

Como galeno es divino

Y enfermo con él no dura

Digo yo que no se cura

Ni con el "médico chino"

Hoy una contestación

a esta pregunta le diera

¿Por qué a un ser de corazón

tan noble como León

pusieron nombre de fiera?

 

 

TESTIMONIOS DEL DR. ALEJANDRO MORA

El Dr. Leon Cuervo Rubio, un prestigioso médico Pinareño, es honra y orgullo de nuestra querida provincia la hospitalaria y nunca cenicienta. Sus valores profesionales más sobresalientes, es necesario para valorarlos, compararlos con los actuales.

En aquellos tiempos de principio de siglo, carente de todo lo esencial para el ejercicio de su profesión en la especialidad de Cirugía, no había asepsia ni antisepsia, la anestesia se administraba con un pedazo de algodón al cual se le agregaba un poco de cloroformo; el instrumental quirúrgico era escaso y primitivo, no existian los sueros ni antibióticos, etc. Sencillamente había una carencia absoluta de todo lo necesario.

Sin embargo en estas condiciones tan precarias el Dr. Cuervo Rubio, mente iluminada y tocada por la genialidad, realizó con éxito más de 2000 operaciones, realizó operaciones que actualmente resultan difíciles para el cirujano avezado y además fueron exitosas.

Fue director del Hospital Raymundo Esarcio Menocal donde actualmente radica el ISE en la Alameda.

Poco tiempo después asumió la dirección del Sanatorio de la Colonia Española, cargo que ejerció durante 34 años.

En 1917 y por concurso oposición obtiene la dirección del Hospital Civil que actualmente lleva su insigne nombre por segunda vez.

En el año de 1940 resulta electo representante a la cámara y por esta razón renuncia a la dirección del Hospital Civil.

Fue presidente de la Sociedad Liceo de P.del Río, por varios períodos.

Miembro del Consejo Supremo de la Federación Médica de Cuba.

Presidente del Colegio Médico de P.del Río y delegado por nuestro pueblo durante varios años a la Federación Médica de Cuba.

Este acto como otros que se ven realizados, eleva el prestigio de sus organizadores y señala a Pinar del Río como una ciudad culta y civilizada.