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septiembre-octubre. año VII. No. 39. 2000

 

JUBILEO

  

 

LOS ADOLESCENTES

 

TAMBIÉN CELEBRAN SU JUBILEO

 
por Hna. Blanca A. Valdés

     

 

Con la alegría y el entusiasmo que les caracteriza, nuestros adolescentes prepararon y vivieron su fiesta jubilar. La Diócesis dividida en dos zonas, tuvo dos celebraciones. La primera en Guanajay, el 27 de mayo, con la participación de los adolescentes de San Cristóbal a Mariel. Lamentamos la ausencia de Bahía Honda y del Grupo Peregrinos del Amor, por dificultades con el transporte.

Esta celebración se caracterizó por las representaciones teatrales; sobre las realidades más difíciles que viven nuestros adolescentes. En la Eucaristía y el Festival desfilaron situaciones como: la defensa de la fe en sus ambientes, el jineterismo, la droga, la influencia negativa del grupo para sus opciones cristianas, la permanencia en la Iglesia, el enamoramiento, entre otros.

Significativa fue la representación de Guanajay, donde al nacer Jesús, es visitado y acogido por los adolescentes. Así en este año 2000 quieren acogerle, seguirle y anunciarle. Sin duda Jesús les propone una alternativa más humana en el camino de sus vidas y un compromiso de hacer un mundo fraterno en este milenio que comienza.

Se nos grabó a todos el grito de una adolescente a la pregunta de: ¿Qué era lo más importante de las representaciones? ¡Todo pasa pero Cristo no pasa!

Agradecemos a esta comunidad la acogida, la ambientación tan esmerada entre globos, carteles y flores y el apoyo para la organización.

La Celebración jubilar de la zona Centro occidental se festejó el 10 de junio en la Catedral. Participaron las parroquias desde los Palacios, hasta las Martinas.

En el marco tan propicio de los Jardines de la Catedral, pudimos esperar cantando y jugando la apertura de la puerta "Santa", por nuestro obispo José Siro. Acompañados por el toque de la campana entramos al templo, así mismo Jesús invitaba a cada adolescente a entrar por su camino en este nuevo milenio, a ir al encuentro con Dios Padre bueno.

Las parroquias participaron con gran creatividad en la Eucaristía y el Festival, regalándonos actuaciones de teatro, canciones, símbolos, baile, coros hablados, además del compartir festivo entre juegos y lemas.

Se hizo presente de manera muy significativa el caudal de vida y entusiasmo de nuestros adolescentes, nos demostraron todo lo que pueden hacer. Fueron capaces de vivir con intensidad la oración y la reflexión; igualmente la fiesta.

La Cubanía del Cha-cha-chá y el mambo, nos hicieron cantar y bailar a todos, demostrándonos que lo bueno y lo nuestro no pasa.

La presencia del Grupo Ágape fue sin duda importantísima para animar el ambiente, le agradecemos su aporte.

Ya casi terminábamos cuando la melodía de una conocida canción de discoteca nos hizo saltar: (pero con otra letra).

Ay, no voy a odiar

Dios me enseña a perdonar,

Y es más bello vivir amando.

...amar se aprende amando.

A coro la cantaron nuestros adolescentes y con alegría pedimos al Señor interiorizaran el mensaje y lo hicieran vida..

Agradecemos a la comunidad de la Catedral todo su apoyo, así como a todos los sacerdotes, religiosas, animadores de adolescentes, que con su aporte y presencia, hicieron realidad estas celebraciones para los adolescentes.

Aunque ellos fueron los verdaderos protagonistas felices, de tener un lugar específico en la pastoral de nuestra Diócesis.

¿Y ahora, qué?

Ahora igual que vivieron el Pre-jubileo con las celebraciones penitenciales y los ensayos, le debemos acompañar en el Post-jubileo.

Primero a no dar a Dios vacaciones en estos meses y a retomar el próximo curso con iniciativas dinámicas, creativas y audaces, las llamadas jubilares de servicio a los más necesitados y apoyo misionero.

Ellos son muy capaces, debemos acompañarlos, para encauzar y educar su gran caudal de energía y vitalidad.

Para esto no dejemos de presentarle a Jesús como su mejor amigo y el único que no les fallará, presentándoles un camino para su realización y felicidad. El Camino del Amor.

Nuestros adolescentes nos dejaron Alegría y Esperanza, caminemos con ellos.