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septiembre-octubre. año VII. No. 39. 2000 |
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JUBILEO |
ESTUVE EN LA CÁRCEL Y ME FUERON A VER por Carlos José Piñeiro |
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A las 10:15 a.m. del día 9 de Julio del 2000 más de 400 personas se dieron cita en la Catedral de San Rosendo de la Ciudad de Pinar del Río, para celebrar el Jubileo de la Pastoral Penitenciaria. La Santa Misa Fue oficiada por Mons. José Siro González Bacallao (Obispo) y Mons. Mario Aguilar Donasar (Vicario General) ambos de la Diócesis de Pinar del Río. Resultó palpable la satisfacción de los presentes, en su mayoría familiares de reclusos, al escuchar las palabras de Mons. Siro quien se manifestó de la forma siguiente: "Hoy rezamos de modo muy especial por aquellos hombres y mujeres que por una razón u otra sufren en prisión". – Y continuó diciendo: "El que esté preso por una causa denigrante, debe reconocer su culpa ante Dios, aceptar su sufrimiento y cambiar, el que esté en prisión por una causa justa y noble, entonces debe sentir orgullo, aceptar su sufrimiento, alegrarse y continuar su misión". Al finalizar la misa Mons. Siro hizo un reconocimiento especial al grupo "La Hermandad de ayuda al preso y su familia" tanto por el trabajo desarrollado desde su creación, así como en la preparación y animación de la actividad Jubilar. Posterior a la misa, los más pequeños, en compañía de sus familiares pudieron disfrutar de una actividad recreativa y educativa con la participación de miembros de la Hermandad de ayuda al preso y su familia, quienes realizaron representaciones de pasajes bíblicos, así como todo un espectáculo, con la grata compañía de una niña que sorprendió a todos con el arte de la magia y los payasos que como siempre acapararon la atención y la risa de los niños. Ricardo Urrutia Guerra, responsable de la Hermandad de ayuda al preso y su familia, considera que la actividad fue un éxito para la comunidad cristiana, destacó el compromiso realizado en el marco de esta actividad por las dueñas de las Casas de Reflexión Juan Pablo II, quienes pidieron al Santísimo la fuerza necesaria para ayudar a los más necesitados y que nunca sean víctimas del temor, la dejadez y la despreocupación. Al finalizar la actividad se realizó una rifa, donde se regalaron a los familiares de los presos artículos de uso personal y para el hogar, también se repartió una merienda con dulces, refrescos y helados, por lo que podemos decir que fue una mañana de alegría y felicidad.
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