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septiembre-octubreo. año VI. No. 33. 1999 |
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ECONOMÍA | ||||||
¿Qué sabemos nosotros de bolsas de valores, de accionistas, de mercados, de títulos de valor? Al parecer todos estos términos no tienen nada que ver con los cubanos. Antes de escribir este artículo pregunté a varias personas si les interesaría saber sobre el tema. Sus respuestas fueron por el estilo de "¿para qué? ¡En Cuba no hay bolsas!" ó "Eso está muy lejos de nuestra realidad". No faltó quien dijera: "¡Ay sí, a ver si entiendo lo que pasa en la novela!" Es cierto que en Cuba no existe actualmente bolsa de valores ni de productos y es porque las funciones que normalmente se realizan en ellas, en nuestro país se efectúan centralizadamente, o sea, las realiza el Estado. El sistema de propiedad vigente en la isla no incluye un instrumento de mercado como es la bolsa de valores. Pero también es cierto que los 125 millones de dólares dejados de ingresar por la disminución de la venta de langosta, níquel y azúcar al sudeste asiático constituyeron un impacto que recibió la economía cubana como consecuencia de un golpe especulativo sufrido por la moneda tailandesa. Por tanto, lo que sucede en el mercado de valores no nos debe ser tan ajeno. Y aunque existen especialistas que se encargan de las operaciones de la bolsa, cualquier ciudadano debe conocer por lo menos su importancia, su papel en el mundo de la economía, y ser capaz de interpretar cualquier información que se publique sobre los avatares de las bolsas. Por otra parte, la participación en los negocios grandes de ciudadanos comunes, es decir, que nada tienen que ver con el mundo de las finanzas, va siendo una cuestión obligada. ¿Por qué no esperar que en Cuba también lo sea y usted tenga que decidir algún día si compra acciones en determinada empresa o si vende las que tiene y a qué precio lo hace? De todas maneras, como persona usted debe tener interés en formarse una opinión desde el punto de vista ético sobre cualquier realidad y para eso necesitará instrumentos y conocimientos. Ojalá que este artículo logre desentrañar esa madeja que para usted puede significar el mercado de valores. ¿Qué es la bolsa de valores? El mercado de capital permite la conversión de ahorros en inversiones, es decir, a través de diferentes instrumentos como los préstamos o las participaciones de propiedad, provee los fondos necesarios para que las personas, negocios, gobiernos e instituciones pongan en ejecución diferentes proyectos y al mismo tiempo evita, en buena medida, que otras personas, negocios, gobiernos e instituciones mantengan inmovilizados los fondos que tienen disponibles. Las bolsas de valores son las instituciones principales que conforman los mercados de capital. En ellas se negocian valores: acciones, bonos, obligaciones. ¿Quiénes pueden intervenir en la bolsa? Pueden intervenir las personas, negocios, gobiernos e instituciones que puedan comprar un "asiento" en la bolsa. Cada Bolsa tiene sus propios requerimientos y su propia política de registro. Sólo a quienes posean un asiento se les permite hacer transacciones en la rueda de la bolsa. Los asientos son verdaderamente costosos. Por ejemplo en la Bolsa de Valores de Nueva York un asiento ha llegado a costar hasta $100 000. Por tanto no cualquier persona ni empresa puede hacer sus operaciones en la bolsa. Es un mercado en el que sólo pueden intervenir grandes negocios. Ahora bien, si usted posee aunque sea un 0,5% de las acciones de una gran empresa también puede participar. Existen empresas, llamadas de corretaje cuya principal función es hacer negociaciones en la bolsa. Muchas organizaciones prefieren utilizar los servicios de las mismas a nombrar su propio funcionario para ocupar un asiento. Los funcionarios que se encargan de las transacciones en las bolsas se llaman "corredores de bolsa", aunque también se usa a menudo el término "ejecutivo de cuentas", que se cree cambia la imagen del corredor de ser un simple vendedor a la de administrador financiero. ¿Qué se hace en la bolsa? Las bolsas juegan un papel muy importante en el mundo financiero. Cualquier institución financiera que sirva de intermediaria entre los que poseen los fondos y los que los necesitan es de suprema importancia para que la economía sea dinámica. Las bolsas realizan varias funciones particularmente importantes: 1. Creación de un mercado continuo: Mediante la bolsa los valores se compran y se venden a precios poco diferentes de los precios a los que se vendieron anteriormente. Esto reduce la volatilidad de los precios y estimula a los inversionistas a proporcionar fondos. 2. Distribución del capital escaso: Las bolsas permiten distribuir fondos, lo más eficientemente posible, de manera que produzcan el mayor rendimiento. Como la bolsa publica el precio de los valores y también ciertos datos financieros corporativos, los inversionistas poseen más elementos para evaluar dónde van a poner su dinero. 3. Determinación y publicación de precios de valores: Las bolsas determinan y publican los precios de los valores. Estos están en dependencia de la oferta y la demanda. La situación de una empresa determina el valor de sus acciones. La publicidad constante ayuda a tomar las mejores decisiones a los inversionistas y vendedores. 4. Ayuda en financiamientos nuevos: Aunque no todas las empresas tienen acceso al mercado de valores, estos facilitan la obtención de capital nuevo a algunas empresas, sin tener que negociar directamente con los poseedores de las grandes sumas de dinero. El capital nuevo puede obtenerse con la venta de nuevas emisiones de valores, teniendo en cuenta que el mercado es continuo, lo cual asegura la liquidez del inversionista. ¿Cómo funciona la bolsa de valores? Los adelantos en las telecomunicaciones hacen posible que en pocos minutos usted pueda trasladar su capital de una empresa a otra, aunque esta otra esté en el otro extremo del mundo. Supongamos que usted ha leído en la prensa un artículo que hace dudar de la solidez financiera de una empresa en la que tiene un 5% de participación. Usted decide vender sus acciones y si quiere hacerlo al mejor precio posible deberá acudir a la bolsa de valores. Usted puede entonces llamar a su ejecutivo de cuentas que pertenece a una determinada empresa de corretaje o no para que coloque el pedido en la bolsa y procure que la venta se realice al mejor precio posible, lo que implica que se haga en el momento adecuado. Por eso, sobre todo, es la tensión que siempre observamos en los que negocian en las bolsas: un minuto más o menos puede dejar a alguien en la ruina y hacer que otro reúna una fortuna. Como podemos ver, la información es un elemento fundamental para las transacciones bursátiles. El poder en la bolsa es de quien más y más rápido acceso tenga a la información. La especulación en la bolsa Este es el aspecto más criticado de esta institución financiera: es un lugar sumamente propicio para la especulación. El monto diario de las operaciones realizadas en el mercado mundial ronda los mil millones de dólares y el 90% de las mismas tienen carácter especulativo. Cualquiera puede ser el precio de una acción. Todo depende de la oferta y de la demanda. La especulación en sí misma no siempre es criticable desde el punto de vista ético, todo depende de las proporciones, el estilo, los instrumentos usados, etc. Expliquemos esto mejor: Especular viene del latín speculare, que significa "observar". El especulador observa las tendencias del mercado y compra hoy barato lo que cree que mañana puede vender más caro. Visto crudamente, el especulador se apropia de un dinero con el cual puede adquirir bienes sin que haya producido o transformado ninguno, lo que significa que se apropia de una parte de la producción del país sin haber contribuido con ella. Pero no siempre resulta tan claramente ilegítima la especulación puesto que en algunos casos los especuladores prestan un gran servicio a la sociedad. Por ejemplo: Si alguien comprara tomates en la época en que se cosechan para después venderlos en la época del año en que no se cosechan y asume los gastos y riesgos del almacenamiento es justo que recupere lo que invirtió y obtenga una ganancia, al fin y al cabo, comprando mucho, aumentan la demanda en la época en que hay tomates por lo que el precio no bajará tanto y vendiendo después aumentan la oferta con lo que los precios no subirán tanto por la escasez. Por tanto contribuyen a que se estabilicen los precios en todo el año. Lo mismo sucede con los que compran en un lugar para vender en otro, contribuyen a estabilizar los precios en los dos lugares. Es decir que si la especulación produce un beneficio a la sociedad es aceptable éticamente. No es muy diferente en el mercado de valores. Si un especulador prevee que las acciones de determinada empresa bajarán su precio y decide comprarlas para después venderlas, puede estar recibiendo el pago por haber corrido un riesgo y por haber agilizado el mercado. Pero resulta que, aunque se justifique una ganancia, no se justifica cualquier ganancia. La mayoría de las veces la ganancia que recibe el especulador está muy por encima de lo que se ganó con su trabajo y con su riesgo. Esta situación deberá ser atenuada por una eficiente intervención de los poderes públicos que deberán encontrar la forma en que los especuladores aporten a la sociedad una parte de lo obtenido. Otra cara de la especulación En la bolsa de valores es sumamente importante la información. Los especuladores no ignoran esto y tampoco la posibilidad de tergiversar la información. Muchos conocemos que el precio de los frijoles en Cuba puede subir por una mala cosecha y que los campesinos en este caso guardan a propósito los granos para venderlos en otro momento a un mayor precio. No creo que haga falta decir que esta conducta es éticamente inaceptable, pues la escasez de frijoles se hace más severa de lo que verdaderamente es. Pues bien, en el mercado de capital también sucede que los especuladores reducen artificialmente la oferta para mantener los precios por encima de los que habría fijado libremente el mercado. Otro instrumento que usa frecuentemente la especulación es tergiversar la información. Muchas veces basta con dejar correr un simple rumor sobre la quiebra de una empresa para que sus accionistas se apresuren a vender las acciones al más bajo precio, lo cual es aprovechado por los especuladores para comprar lo que después podrán cotizar a altos precios. No sólo especulación Aunque la especulación sea lo más mencionado en cualquier análisis ético del funcionamiento de la bolsa, no es lo único. Podríamos preguntarnos por ejemplo: - ¿Es la persona lo primero en un lugar donde las transacciones se hacen sin saber con quién ni quién es quien las hace, o donde lo que vale es la posibilidad y el acceso a la información y no sobre todo el trabajo de la persona, sus capacidades y habilidades? - ¿Podremos hablar de igualdad de derechos y de oportunidades en la bolsa de valores? Pero no es un monstruo el mercado de valores. Por el contrario, puede ser un gran aliado para el desarrollo de una economía. Sólo hace falta considerar que la ética debe ser tenida en cuenta en todo mecanismo económico que no persiga como fin el crecimiento económico sino el desarrollo humano integral. |
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