septiembre-octubreo. año VI. No. 33. 1999


NUESTRA

HISTORIA

 

 

NOMBRES NUEVOS Y RAROS

EN LOS REGISTROS DE BAUTISMO

(EL FENÓMENO EN CONSOLACIÓN DEL SUR)

 

por P. Julio Batistella

 

 

En Vitral No30 (marzo-abril 1999) salió la primera parte de un estudio sobre los Bautismos en Consolación del Sur. El artículo, en la pág. 64, se titulaba: «Nacimientos y Bautismos en Consolación del Sur», y daba estadísticas sobre los Bautismos en relación a los nacimientos. En este segundo artículo, en cambio, damos estadísticas sobre los nombres anotados en los registros de Bautismos, poniendo en relieve el fenómeno de los nombres nuevos y raros (Katiuska, Annete, Nereibis) que aparecen y van creciendo de número en estos últimos 40 años de historia parroquial.

El trabajo de búsqueda de los datos y evaluación de los mismos (si un nombre es tradicional o nuevo, con origen extranjero o inventado aquí en Cuba, etc.) lo hicieron los 2 seminaristas de la parroquia: Miguel Angel Blanco y Diosdado González Lugo, empezando por el año 1957 hasta el fin de 1997. Se trata de una evaluación necesariamente subjetiva, que no tiene instrumentos ni criterios científicos para realizarse. Que se podría entonces discutir. Pero da igualmente una idea del desarrollo del fenómeno.

Como se hizo en el anterior artículo (Vitral No 30), también en este, resumimos los datos en 3 diagramas que dan visualmente la evolución de los fenómenos. Los datos se refieren solamente a la Parroquia de Consolación del Sur, sin Alonso de Rojas, que pertenece al mismo Municipio.

(Diagrama 1)

 

Como se ve (Línea de triángulos), el fenómeno de los nombres nuevos, en los primeros años (hasta en 1963), tiene poca relevancia: 20 nombres nuevos en 1960 sobre 1083 bautizados, 65 en 1963 sobre 1614 bautizados. Desde allí, en cambio, va subiendo hasta 1971 (255 nombres nuevos) para bajar después (debido a la caída del número de bautizados) hasta el 1978 (83 nombres nuevos); desde allí comienza nuevamente a subir. Son estos los años (de ‘78 a ‘85) con el porcentaje más alto de nombres nuevos.

El desarrollo del fenómeno resulta más evidente en el diagrama siguiente (No2) que en vez del número, da el porcentaje de nombres nuevos en relación a la cantidad de bautizados nacidos en el año. (Ver Diagrama 2)

 

Como se ve, al comienzo (hasta el ‘63), el porcentaje es muy bajo: 2 ó 3 por ciento, después va casi siempre subiendo, hasta el 1983, en que llega al máximo con un 68% de nombres nuevos, después baja al 40-50%.

Se puede destacar cómo los porcentajes más elevados de nombres nuevos se dan propiamente en los años que registran menos bautizados (de 1978 a 85). Son los años en que iban a la Iglesia a bautizar los hijos los cristianos más convencidos, y propiamente ellos son los que más dejan la tradición de nombres de Santos, por nombres nuevos, en su mayoría inventados. Y pasamos así al último diagrama, pero antes aclaramos algunos conceptos.

Cuando este artículo se habla de «nombres nuevos», se entiende, nuevos, en relación a los últimos años; porque la tendencia a introducir nombres nuevos no comienza con el 1958, es un proceso que, en medida limitada, viene de lejos. Si miramos los nombres de los nacidos en 1957 y después vamos a ver los nombres de los años 40, nos damos cuenta de que hay muchas novedades en relación al pasado.

Con el último diagrama (No3) tentamos una evaluación de los nombres nuevos. Se introduce una primera distinción entre los nombres nuevos para Cuba, pero que ya se daban en otros Países (es decir, nombres extranjeros), y los nombres inventados en Cuba. Entre los nombres extranjeros se puede tentar una distinción en relación a la procedencia, es decir el País de origen.

En el último diagrama, por cada año ( de 58 a 97), vamos a dar, entonces, (sobre el total de nombres nuevos dados a los bautizados nacidos en el año) el porcentaje de nombres extranjeros, y aquel de los inventados, haciendo, por los extranjeros, una distinción entre los nombres que tienen origen en países del este europeo (Rusia, Hungría, etc., con los que Cuba tenía muchas relaciones) y los que tienen origen en los restantes Países (U.S.A., Francia, Italia, etc.).

(Ver Diagrama 3)

 

La línea de los nombres extranjeros del este, con bastantes irregularidades (repentinas bajadas), va subiendo desde el año ‘58 (43%) hasta el máximo del 54% en 1970. Desde allí rápidamente bajando hasta asentarse, en los últimos años, en un 3-4%. Hay que destacar que en los primeros años (de ‘58 a ‘63) el total de nombres nuevos es muy bajo (véanse diagramas No1 y 2), por ej.: 23 en 1958, 65 en 1963, y respectivamente los nombres del este son relación a todos los nombres de los bautizados, no llega a un 2%. Los nombres del este, como número, llegan al máximo en 1971 con 116 bautizados con este tipo de nombre; después van siempre bajando (11 en 1996).

Línea de los nombres extranjeros de los restantes Países, con más irregularidades de la anterior, va bajando desde un máximo absoluto del 45% en 1960 (9 nombres sobre 20 nuevos) hasta un mínimo del 10% (14 sobre 146) en 1980 y 84, desde allí va subiendo hasta un 33% en 1997 (48 sobre 146).

Línea de los nombres inventados:  Entre los años ‘58 y ‘68 se mantiene entre un 40 y un 20% (25% en el 1968 con 55 nombres sobre 220). Desde el 1968 va rápidamente subiendo hasta un máximo del 83% en 1984 (171 sobre 205). En adelante se mantiene siempre elevada, alrededor del 70%. Se puede destacar que los porcentajes más elevados de nombres inventados se dan propiamente en los años de menor número de bautizados (1980-85), cuando, como ya dijimos, bautizaban solamente los padres más firmes en la práctica de la religión católica.

 

CONCLUSIÓN

¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Por qué se inventan nombres nuevos o se recurre a nombres extranjeros? ¿Qué interpretación de los datos y qué comentarios se podrían hacer?

Aquí termina el artículo, dejando la respuesta a quien quiera aceptar el desafío de otro artículo que dé una interpretación de los datos que aquí aparecen.

Yo puedo solamente decir que en Italia el fenómeno de los nombres nuevos es muy reducido, y los inventados casi no existen. Por esto, el hecho despertó en mí interés y deseo de profundizar y conocer las causas del fenómeno. ¿Tendré respuesta?