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mayo-junio. año VI. No. 31. 1999 |
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REFLEXIONES | |||||||||||||||||||||
EN TORNO A UN ENCUENTRO
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En días pasados fuimos invitados los
obispos cubanos por el CELAM a participar en un Seminario de "Gestión Pastoral"
en Santo Domingo. Tres obispos y el Secretario Adjunto de la COCC pudimos asistir al
evento que duró una semana, dirigido por el P. Anthony D´Souza, el P. Mario Danieli y el
P. James Ronam.
En una bella y amplia casa de retiros y convivencia "Manresa Altagracia", tuvimos nuestro encuentro de renovación y actualización. En el marco de la bella y acogedora capital de nuestro Caribe, llamada Santo Domingo, ciudad que con gran decisión y constancia se ha recuperado del ciclón Jorge que azotó furiosamente a gran parte de la Nación. Rápidamente ha sido restaurado lo devastado, remozado lo afectado, y continúa la capital y la nación toda el camino de pujanza industrial y un visible y notable movimiento comercial. Cuando los cubanos recorríamos las calles capitalinas en un paseo turístico, nos admiramos del progreso tangible y de la alegría contagiosa de sus habitantes. Un sacerdote me decía con orgullo nacional que pasaban de 800 mil los automóviles y otro me contaba de la eficacia del Proyecto de la Iglesia "Fe y Alegría" que atiende 13 Escuelas Públicas con una población escolar de 16.000 alumnos que reciben educación religiosa, formal y vocacional variada, es decir, círculos de aprendizaje de distintos oficios, todo gratis. El lunes comenzamos nuestro curso. Con singular maestría el P. Anthony DSouza, jesuita de la India, que dirige un Instituto de gestión Empresarial en Bombay y a quien el CELAM le ha pedido la impartición de cursos de Gestión Pastoral para los obispos, nos fue introduciendo en el interesante conocimiento del liderazgo. En un mundo cambiante, con enormes transformaciones, con una explosión de información, pero careciendo de sentido de dirección, en el que la vida humana no tiene significación y se encarece una cultura de la muerte. En un mundo de incesante búsqueda espiritual, de continuo conflicto de ideologías, religiones, clases, sectas. En un mundo hambriento de esperanza, en que la desesperanza y el cinismo aumentan. En fin, en un mundo tan complicado, el de la página WEB y crueles guerras de etnias, ¿podemos los cristianos hacer una diferencia? La respuesta es afirmativa, podemos y debemos promover los cristianos un liderazgo al estilo de Jesús. Nos toca, de cara al tercer milenio, tener una visión clara, para comunicar, y cumplir esa misión que el Señor nos encomendó y sigue vigente: "Vayan a todos los pueblos..." Por ello debemos tener muy presente que el mismo Señor nos aseguró cuando nos hizo la encomienda. "Sepan que Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo". Estamos llamados a persuadir, convencer y compartir. Necesitamos coraje para actuar, perseverancia y espíritu de sacrificio para dar ejemplo y ser congruente. Hay que tener, nos recalca el P. Anthony: Cualidades y habilidades. Es lo que se conoce como el acróstico VIP:
Estudios realizados en Francia, Estados Unidos y otros Continentes sobre los factores que determinan el éxito de personas exitosas confirman que: el 15% es por sus conocimientos y formación profesional y el 85% por sus dotes y habilidades personales como ser muy prácticos-decididos-entusiastas y determinados, hábiles en las relaciones humanas. ¿Por qué la gente quiere ser líder? Y las respuestas son: Por ser, por tener: dinero, poder, honor, reconocimientos, etc.
El liderazgo cristiano en cambio no busca poder, control, ser servido; sino dar poder, liberar, servir. Jesucristo es el único que ha dicho "Yo les he dado ejemplo..." Buda, Confucio, Mahoma y otros líderes religiosos famosos han dicho: "Hagan lo que dice el Coran, los libros sagrados". Para Jesús la primera característica del liderazgo cristiano es: Servicio y responsabilidad. "El mayor entre Uds. sea el menor, y el que dirige como el que sirve..." Nuestro liderazgo debe estar centrado en Cristo: 1) orientado hacia el servicio, 2) orientado hacia la persona, 3) relacionado con los otros. El famoso JOY lo aclara. Jesús, Otros, Yo. No podemos alterar el orden, si queremos en verdad realizar un verdadero liderazgo cristiano. Pero he aquí que ese liderazgo puede ser proactivo o reactivo. Y el lenguaje empleado puede ser reactivo: No puedo hacer nada, es imposible hacer algo. Yo soy así, él me desespera. La respuesta debe ser proactiva: Cuáles son las alternativas, veré lo que puedo hacer, puedo decidir, escoger, actuar de otro modo, puedo dominar mis sentimientos, puedo escoger una respuesta más apropiada. Estas respuestas nacen de un convencido de sus fuerzas, de su capacidad y engendra confianza en los demás. El Padre Anthony nos explicó con claridad la actitud del líder ante las diferencias. Puede ser una actitud positiva, de mente abierta, para dialogar, comprender, buscar siempre soluciones posibles y mejores para resolver el problema. Puede ser una actitud negativa, de mente cerrada para eliminar, suprimir, prescindir, ignorar, evitar, ceder. Cada uno tiene su mente, por lo tanto debo dialogar para saber lo que él piensa, lo que él siente, lo que él quiere. Debo mantener una actitud humana-cristiana: 1) tener respeto a la otra persona; 2) tener empatía y ver la situación con los ojos del otro; 3) No prejuzgar. Y así se va creciendo en una espiral de confianza. El P. Mario Danieli, s.j. nos completó la 2da Parte del Seminario con una ampliación del concepto "Cambio", posturas y comportamientos en la persona, en el grupo y en la Institución con relación a los cambios. La toma de decisiones, la promoción de los recursos humanos, modos de encarnar la realidad, modos de tomar decisiones en grupo y creatividad. Finalmente el P. James Ronam, director del Secretariado de la Conferencia de Obispos para la América Latina nos expuso brillantemente el documento "La Corresponsabilidad", basado en tres convicciones: 1a Que los discípulos de Jesús se hacen responsables de una decisión firme y consciente de seguir al Maestro. 2a Si ese seguimiento es fruto de una sincera conversión, será para toda la vida, será una entrega sin reservas. 3a La corresponsabilidad nos da el poder de cambiar la manera en que entendemos y vivimos nuestra vida, reconociendo que Dios es fuente de la vida, dador de la libertad, origen de todo lo que tengo, soy y seré. Conscientes plenamente de esta verdad: "Del Señor es la tierra y lo que contiene; el universo y lo que en él habita" (Salmo 24). Creo que, gracias a Dios, todos los asistentes salimos conscientes de una nueva reestructuración de nuestro liderazgo, de una renovación y responsabilidad, de una comunión y participación, de unos nuevos horizontes que nos podrán ayudar a impulsar nuestro liderazgo de pastores del pueblo de Dios.
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