DISCURSO
DEL ESPÍA ANTE UNA MULTITUD CONGREGADA A LAS PUERTAS DEL PARAÍSO

"Van a ser
expulsados
del paraíso
que les tocó vivir;
y sienten que
pueden en cada mañana
ver su árbol,
su parque,
su sol;
como tú y
como yo.
No somos
Dios.
No nos equivoquemos otra vez".
Pablo Milanés.
¿Quién inventó el paraíso?
¿Quién
se jugó cara y cruz?
Los
escombros de la luz
van por un
rumbo huidizo.
¿Qué
furia de andar se hizo
mientras
los ojos herían?
Tantas
manos que querían
Ponerle un
traspié a la sombra.
Paraíso,
¿quién te nombra?
¿Qué
locos te absorberían?
¿Quién
puso el dedo?
¿Quién
puso
la piedra?
¿Quién
el camino?
¿A dónde
lleva el destino
de los
hombres?
¡Qué
confuso
se vuelve
el orden!
¿Qué
intruso
pasó sin
dejar las huellas?
Hombres
árboles
estrellas...
(Las
huellas del caminante
se van
haciendo al instante
para
regresar por ellas.)
Tú yo un
parque...
¿cuántas
vueltas
se le
habrá negado al mundo?
Pozo de un
miedo profundo
Que nos
traga si lo sueltas.
Mundo
abajo las resueltas
eternidades
del hombre.
(Malos
augurios que el hombre
a sí
mismo se ha inventado)
El hombre
es un rey violado,
el
hombre es un rey sin nombre.

AÚN
ME CUESTA CREER EN EL TIEMPO PERO VAS A SER NADA
(los
hombres siempre sin poder
quitarse
la culpa de amar)
a R.A.S.
I
Cuánto tendré que callarme
ebrio de
acoso en tu olvido.
En qué
sitio, en qué sentido
pondré el
tiempo a vigilarme.
Ya no sé
si conquistarme
para mí
tanta derrota;
me llueve
el pecho una gota
de un
líquido diferente.
Mi agua se
quedó sin fuente,
y qué es
una fuente rota.
II
Los pasos
quieren oírme
pero me he
quedado mudo.
Yo soy un
hombre desnudo
después
de volver sin irme.
Me
esperabas para herirme
con un
descuido en los labios.
Los
inviernos son más sabios
que toda
mi soledad;
ellos son
la otra mitad
que fueron
tú y tus agravios.
III
Cuántos
inviernos me faltan
para que
vuelva el invierno
con sus
rayos sin gobierno
que mi
soledad asaltan.
Cuántos
inviernos me faltan
para
acercar el futuro,
para
derribar el muro
en que
dejé de ser yo.
Mis barcos
dicen que no
encuentran
puerto seguro.
IV
Voy a
morir de no verme
por los
caminos que anduve:
yo estaba
en ti pero tuve
mucho
miedo de caerme.
Me dio el
tiempo y detenerme
se hizo
fiebre en mi costado.
Ahora
estoy todo mareado
por una
silueta extraña.
(¿Quién
dice que la ola baña
la arena,
si se ha marchado
tan pronto
que no ha dejado
en la
orilla alguna seña?)
V
Pero tú,
como quien
sueña
haberse
sobresaltado;
fuiste
amor precipitado
con curvas
en la mirada:
un
relámpago escapada
del río
por sobre el puente.
Y de tanto
estar ausente
algún
día serás nada.

SOLEDADES
QUE ME DI...
"Soledades
que me di,
soledades
que me dieron"
Gabriela
Mistral.
Soledades que me di
Huyendo
fiebre y desmayo.
Dulce
oscuridad del rayo,
eterna
llovizna en mí.
Así me
hicieron;
así
las
memorias se me fueron,
y aquellos
que no pudieron
agujerearme
los ojos
deambulan
ebrios de hinojos.
(Soledades
que me dieron).
ME VOY Y
ACASO ESTOY TRISTE...
"Me voy y acaso estoy triste
con la
soledad que tengo".
Adolfo
Martí.
Me voy...
y acaso
estoy triste
si el
tiempo llora mi pena.
Falta miel
a la colmena,
a los
pichones, alpiste.
Me voy...
y acaso
estoy triste
sin saber
si voy o vengo.
Entre las
manos sostengo
la palabra
-mi
destino
Me voy a
hacer un camino
con la
soledad que tengo. |