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julio-agosto. año V. No. 26. 1998 |
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IV ANIVERSARIO |
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FIESTA DEL ALMA (5 de julio de 1998) por Ernesto Ortiz
Nunca antes, en el resto de las festividades por el Aniversario de la Revista Vitral, había asistido a una conmemoración tan sencilla y de tan altas miras... Y este tono se intensificó con las interpretaciones de Ars Longa, agrupación musical dedicada a interpretar y rescatar el arte musical antiguo, fundada en 1994 e integrada por estudiantes y egresados de conservatorios de música y del ISA, dirigidos por Teresa Paz Román, que dominan un amplio registro gregoriano, medieval, trovadoresco, del Antica o Nova... Aunque en Pinar del Río, poco a poco y debido a la inoperancia y desinterés de personas e instituciones, se ha perdido el reclamo por la buena música, cuando el espacio acústico de La Casa de las Hijas de La Caridad se llenó con laúdes, vihuelas, panderos, tamboriles... y las voces tan en armonía con aquel recinto religioso, el gusto por esta música renació, y quedamos atrapados en el tiempo: ah, la vida es breve... En esta ocasión. las palabras críticas a la labor de Vitral estuvieron a cargo del Sr. Orlando Márquez, Coordinador Nacional de la Unión Católica de Prensa de Cuba y Director de la Revista "Palabra Nueva", quien confesó "su grata sorpresa por la producción del último año (de Vitral). A los seis números ordinarios han añadido diez textos de alto valor cultural y socio-religioso, que son a la vez información, formación, memoria y homenaje". Y comentó brevemente algunos de estos y la interconección que va trazando el acontecer de las publicaciones Vitral con el ámbito no sólo local de la cultura, deteniéndose en los valores que son sello de aquellas y que han de marcar a las publicaciones católicas en la isla: "libertad y responsabilidad, verdad y caridad...". Pero ya tendrá ocasión el lector de vérselas con este interesante análisis del Sr. Orlando Márquez, que encontrará en este mismo número de Vitral. También, en sucesivos números de la Revista, disfrutará de las obras que compitieron por el Premio Literario Vitral, de las cuales, las galardonadas, aparecerán publicadas en una nueva colección de Ediciones Vitral, según se pronuncian las Bases de esta primera Convocatoria.
PREMIOS DEL CONCURSO LITERARIO VITRAL
Para el Jurado de NARRATIVA, integrado por Ernesto Sierra, Director de la Biblioteca de Casa de Las Américas, Jorge Félix Rodríguez, Profesor universitario y escritor, y Alfredo Galiano, narrador, Especialista Literario de la Casa de Cultura de Viñales; leer los nueve cuadernos concursantes "ha resultado alentador. Variedad temática, estilística, voluntad de registrar con la palabra los entretelones de estos tiempos nuestros, sin facilismos ni gratuidades tópicas. Presente y recuerdo, la memoria como balanza de la historia". Y, luego de "una primera lectura que arrojó tres libros finalistas, no fue muy difícil otorgar, por unanimidad, el Premio Vitral al cuaderno CON LOS PIES EN LAS NUBES, de Gleyvis Coro. Es este un libro terso, que huele lindo. La autora sabe entronizar su discurso, y en cada momento pulsa la cuerda justa, sin alardes retóricos ni los malabares técnicos acuñados por la posmodernidad. Su estilo, pulcro, se revela decididamente lírico; pero la poesía no se da en él como añadido, sino como esencia, creando una atmósfera sutil, envolvente, que nos hace cómplices con las magias de su resonancia, y se amplifica hacia nuevos registros desde la alegoría, la parábola. Esconde la tendencia, escamotea el referente real, lo diluye en el signo, en la fabulación constante de lo cotidiano, todo ello sin falsos pudores, rozando lo existencial de modo descarnado, intrépido, situándose -para bien- lejos del elemento testimonial presente en una vasta zona de nuestra cuentística más reciente." (del ACTA del Jurado de NARRATIVA). El Jurado, además, decidió otorgar mención, sin orden de prioridad, a los cuadernos CUENTOS DE UN CASI INGLÉS DE PASO POR LA HABANA, de Yomar González, y a CAMINOS CRUZADOS, de Héctor García, por sus logros parciales. Asimismo, el Jurado de ENSAYO, compuesto por los Licenciados Nery Carrillo, profesora de La Universidad de Pinar del Río y Presidenta de la Sociedad Cultural "José Martí" en la provincia, Rafael A. Bernal Castellanos, Periodista, Profesor Adjunto del Instituto Superior Pedagógico, y Wilma González, especialista de la Hemeroteca de Casa de Las Américas, determinaron otorgar el Premio a LA RESISTENCIA ESCLAVA EN LAS PLANTACIONES CUBANAS (1790-1870), de Manuel Barcia Paz, de La Habana, por exponer "un tema de interés cuyo enfoque lógico alrededor de un fenómeno de raigambre histórico cultural, fundamentado con una seria consulta de fuentes auténticas, expresado con coherencia y juicio propio". Mientras que "decidir el premio de POESÍA del concurso literario de Vitral, una revista sociocultural que ya trasciende los límites -como quería Mallarmé- de la letter alias 8 y media por 11, ha sido arduo. En una fiesta del alma podemos vanagloriarnos de la cantidad de comensales. Si se añade lo que con brisa de cuello duro llamaríamos calidad literaria, entonces uno se pregunta el por qué de un comienzo con tan buenos augurios. La respuesta está en alguna parte, dice una vieja esperanza. Y mientras, haremos la síntesis de un gran cronometraje: el Jurado, integrado por Lorenzo Suárez Crespo (poeta, Especialista Literario de la Casa de Cultura de Bahía Honda), Ernesto Ortiz (poeta) y Raúl Rivero (poeta, Periodista) deciden conceder menciones en el género de DÉCIMA a las obras: DONDE HIERE LA LUZ, de René Valdés Torres, de San Luis, Pinar del Río, y DE CAÑA, TABACO Y RON, de Belisario Pi Cordero, en La Palma, Pinar del Río. Y otorgar Premio en el género de décima a la obra COMO DE BRONCE CANDENTE, de José Raúl Fraguela, glosas a versos martianos que bordeando los cánones de la espinela clásica traza una ruta propia y de cierto matiz existencial, demostrando un gran dominio de los recursos líricos. Este Jurado decide otorgar tres menciones en el género de POESÍA, expresión de su deslumbramiento por tanto alumbramiento feliz de la palabra, y estas corresponden a los libros EL CENTAURO NO CESA, de Eduardo Ignacio Mesa Valdés, La Habana; LAS BESTIAS DEL REINO, de Otilio Carvajal, Ciego de Ávila; y EL LIBRO DE LOS OFICIOS, de Carmen Hernández Peña, Ciego de Ávila, que -por expresarlo en lenguaje de estos días- sólo por un penalty no gano. Y ganó GRITO A DOS VOCES, de Esteban Menéndez, Pinar del Río. Un poemario de tersura bien dominada y elocuente vibración poética, con un amplio registro que al mismo tiempo se tornaba íntimo. Y con la anterior intimidad queremos agradecer, cordialmente, de corazón, la invitación a participar en este Concurso; agradecemos al Sr. Dagoberto Valdés, a La Comisión Católica para la Cultura, y muy especialmente al Sr. Obispo José Siro, el empeño que han mostrado en estimular y propiciar toda creación. Nos resta sólo enviarles nuestro parabién, con aquellas estimulantes palabras que -gracias a Dios- fueron dichas en el más puro español: Ladran perros Sancho; señal que cabalgamos". (del ACTA del Jurado de POESÍA). El poeta y periodista Raúl Rivero abrió el sobre del PREMIO ESPECIAL de este Concurso, que recayó en el libro CON LOS PIES EN LAS NUBES. El Sr. Obispo hizo entrega del Premio a Gleyvis Coro Montanet. Fue una noche inolvidable, colofón donde la isla -heterogénea y con ansias de letra nada lívida- encontró la jornada propicia, el (re)conocimiento y el respeto mutuo expresados con alegría y arte.
Jurados, invitados y miembros del Consejo de Redacción de Vitral: tan diversos como en el Arca de Noé. De izquierda a derecha: Castellanos, Lorenzo, Zoe, Ortiz, Galiano, Sautié, el P. Forcano, Dagoberto, Rivero, Odalys y el P. Manolo.
PALABRAS DEL ARQ. ORLANDO MÁRQUEZ EN EL IV ANIVERSARIO DE VITRAL
Excmo. Mons. José Siro González, Obispo de San Rosendo de Pinar del Río
Muy estimado Hermano en la fe y la cubanía Dagoberto Valdés, Director del Centro Católico de Formación Cívica y Religiosa y de su revista Vitral.
Hermanos todos:
El 28 de febrero de 1995, el Cardenal de La Habana, antes Obispo de esta diócesis, fue recibido en esta sala por un nutrido grupo de poetas, artistas plásticos, escritores y teatristas de esta provincia, quienes habían sido convocados por el Centro de Formación Cívica y Religiosa, junto al Sr. Obispo y los miembros del equipo de Vitral. Tuve la oportunidad de acompañarle y escuchar también sus palabras. Entre otras cosas dijo que había que ser "más integradores, no integristas. Integradores en nuestro pensar para poder mirar hacia el futuro, en el cual hará falta integrar todo lo que hemos sido raigalmente, desde antes y durante todo el período revolucionario, lo de hoy y lo de siempre. Si no hay todo esto continuó diciendo el Cardenal Ortega- viene la desesperanza...", con la desesperanza, agrego yo, todo se vuelve impreciso y muy poco se puede lograr. Hoy se me ha invitado a celebrar junto a ustedes el IV Aniversario de Vitral, vuestra revista, nuestra revista. Estoy complacido, y vengo como hermano en la fe, como Director de una publicación católica de La Habana, vengo también como Coordinador de la Unión Católica de Prensa de Cuba, a la cual pertenece Vitral. Vengo en fin como cubano y católico a expresar ideas, más que la crítica que debía hacer por este año de trabajo. No soy crítico literario, no intentaré siquiera asomarme a ese campo. Me considero más bien un comunicador, trataré entonces de comunicar algunas ideas. I. Quise empezar refiriéndome a aquel mencionado encuentro de 1995, pues estimo como gran logro el puente tendido entre el Centro, su revista y el inquieto mundo de la cultura de esta provincia. A que no sea conocida ya como "la cenicienta" han contribuido también ustedes. Complace ver la exposición creativa, la búsqueda de nuevas formas de expresión artística, la inquietud por descubrir las huellas del pasado histórico, y alegra mucho poder ver todo eso en las páginas de Vitral y en los otros volúmenes de sus ediciones. Debo confesar mi grata sorpresa por la producción del último año. A los seis números ordinarios han añadido diez textos de alto valor cultural y socio-religioso, que son a la vez información, formación, memoria y homenaje. Y todo esto no limitado al ámbito local, sino rebasando el límite territorial. Lo realmente hermoso y útil debe ser rescatado y puesto a la luz pública, tal como aquí se ha hecho. Debemos sentirnos satisfechos no sólo de ser cubanos, sino también de los valores culturales de nuestros compatriotas. De esto hablan "Época y esplendor del cine cubano", "Los Piñera", o ese delicioso ejemplar, cargado de riqueza humana, dedicado a Dulce María Loynaz. Disfruten de saber que entre esta Provincia y la mencionada autora, existía una relación especial, de atracción y correspondencia mutuas, relación a la cual contribuyó la misma Iglesia local. Con este ejemplar pudimos acercarnos más a la escritora, a la intimidad de su vida, para comprender mejor su obra trascendente en el tiempo. Sobre aquella valiosa recopilación de los textos enviados por los distintos pontífices a Cuba, les felicito. Aprovecho la ocasión para agradecer aquí por haberla remitido a la Oficina de Prensa "Verdad y Esperanza" creada por la Conferencia de Obispos durante la preparación de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, donde la distribuimos gratamente entre los periodistas que nos visitaban cada día y fue muy apreciado. En medio de tantas preocupaciones, estoy seguro que obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, esperan ya con tranquilo deseo que ediciones Vitral imprima las memorias de los distintos encuentros convocados por la COCC que se celebran nacionalmente. A ello se añade la presentación ordinaria de los números de Vitral con sus variadas secciones. Veo como uno de sus mejores logros cuando han dedicado espacio a aquellos que no son católicos, pero con un particular interés por expresar ideas positivas, han encontrado aquí la tribuna necesaria, pudiendo conocer los lectores obras inspiradas en el buen deseo de enaltecer la grandeza humana. La Iglesia, abierta al mundo de la cultura, hace bien al acercarse a las diferentes expresiones de los hombres y, sin dejar de ser ella misma, tomar lo bueno que viene del exterior, lo constructivo, lo congregante, aquello que vincula y hermana, no lo que divide y hiere, a la vez que ofrece a otros el Mensaje de la redención. Confieso que dedico particular interés a los temas económicos. No siempre comparto los criterios expuestos, pero en la frescura de su propuesta percibo la intención de encontrar una verdad más abarcadora compartiendo la propia. En los últimos tiempos he tenido la grata sorpresa de leer a un excompañero de trabajo, evocando así al Arquitecto que no pude realizar; mientras me acerco por estas páginas al arte de las piedras, maderas e ingenio de Pinar del Río.
II. Aunque hoy celebramos particularmente a Vitral, no puedo evitar traer a la memoria al resto de las publicaciones diocesanas con que cuenta hoy la Iglesia en Cuba. Cada una diferente, aprovechando lo más posible todo recurso y aportando lo mejor que inspira el evangelio de Cristo, que es el evangelio del hombre, casi todas dirigidas por laicos. Valoro de modo particular este hecho, como una muestra especial de ese espacio de libertad que nos concede la Madre Iglesia. Ella es experta en humanidad, ella ha pasado momentos difíciles y, sin embargo, se ha abierto más, ha ensanchado su espacio interior y tomándonos de la mano nos ha puesto en el umbral de un camino difícil y apasionante. No deja de sorprenderme el paso valiente que ha dado la Iglesia en Cuba al lanzarse en la necesaria e inevitable aventura de los medios de comunicación. Se afirma así el derecho a utilizar los medios de comunicación como instrumentos eficaces para la difusión del mensaje evangélico hoy (cf. CDC, c. 747). A esto no se debe renunciar, pues "la Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara esos medios, que la inteligencia humana perfecciona cada vez más" (EN 45). Los que trabajamos la prensa católica en Cuba hemos podido experimentar una oportunidad única de libertad para expresar nuestra fe en bien de la propia Iglesia y de la sociedad. A la Iglesia debemos esa libertad y a esa libertad eclesial nos debemos. Me asusta pensar en nuestra condición de vasijas de barro, portadoras del tesoro apreciado. Pero en realidad no debemos temer, aunque si permanecer atentos. Mientras mayor es nuestro alcance, mientras más se alejan del epicentro las ondas que portan nuestro mensaje, mayor es nuestro grado de responsabilidad. Libertad y responsabilidad, verdad y caridad... Todos deben ver en estas características nuestro sello, nosotros mismos debemos pulir constantemente este sello para no perder la identidad. ¿Cómo conservar la identidad? En el caso de la prensa católica, nuestro caso, es fácil: cumpliendo con nuestro Editor principal, que no somos nosotros, ni el jefe inmediato nuestro, ni siquiera el Obispo del lugar, sino Aquel para quien fueron dichas las palabras. «¡Hagan lo que él les diga!». Esta es realmente una forma bastante segura para garantizar nuestro trabajo. ¿Por qué?, porque el periodismo es algo serio, o quizás no tan serio... Vittorio Messori, que comienza a ser conocido en ambientes católicos cubanos por obras como «Cruzando el umbral de la esperanza», «Informe sobre la fe», «Leyendas negras de la Iglesia» y algún otro texto, que es un periodista italiano con más de treinta años de experiencia en los medios, hombre de inteligencia que sabe sacarle provecho a sus células grises, que por la razón, la investigación y la gracia de Dios se convirtió al cristianismo después de haber sido por muchos años un convencido ateo marxista, envió a los Obispos reunidos en el Sínodo de Roma en 1987, una carta con la intención de ayudarles a comprender mejor la naturaleza de los medios. La carta toda es muy interesante, pero sólo tomo un fragmento que se relaciona con la naturaleza del comunicador mismo: «Hay un equívoco del que nos aprovechamos [los periodistas]: el hacer creer que representamos en serio a la opinión pública, No: quién de veras tiene experiencias de periódicos, y precisamente de los que debieran contar, sabe que muchas veces no representamos a la gente sino a nuestras ideas, nuestros prejuicios, nuestras neurosis (cada cual tiene las suyas, aunque de diverso signo), los intereses, ideológicos o no, de nuestros editores. Pero aunque se admita, sin conceder, que nosotros representamos de veras a la gente, no por esto los pastores debieran impresionarse: la fe no depende de los índices de agrado, más aún, los artículos del Credo no están sujetos a sondeos o referéndum; un reportaje serio y objetivo entre discípulos y apóstoles de Cristo, habría demostrado lo que el mismo evangelio da a entender: incluso aquellos seguidores suyos hubieran deseado un Mesías diferente, más gratificante. Y una encuesta entre los habitantes de Jerusalén, el Sábado Santo, habría dado resultados desastrosos para un cronista, que hubiera seguido siendo admirador empecinado del nazareno». A nadie se oculta la particular situación de Cuba, a su crisis social y económica, los intereses ideológicos que se ponen en juego, la falta de una oposición reconocida con medios propios de expresión. Así, algunos pretenden ver en nuestros propios medios de comunicación la tribuna no eclesial. En esta profesión que el destino o la providencia me han deparado, en varias oportunidades y por causas diferentes, he debido explicar a algunos periodistas, con mis limitadas palabras, el carácter de la Iglesia como comunidad o sociedad particular, cuando otros pretendían verla como una común sociedad democrática. La ortodoxia de la Iglesia no siempre es comprendida, tampoco es bien comprendida la ortopraxis, y en el no callar, en la voz que no debe dejar de escucharse como pidió el Santo Padre a los obispos cubanos recientemente, reconociéndonos nosotros de alguna manera destinatarios de ese mensaje, debemos preservar la ortodoxia y la ortopraxis de la Iglesia, pues la prensa católica no es la prensa secular o comercial. Mientras esta última denuncia o propone según los intereses de grupos, lo cual es válido, la primera, la nuestra, denuncia y anuncia con una ortodoxia que brota de la verdad y de la caridad, y lo hace con un estilo propio que identifica su ortopraxis; es la Iglesia misma quien habla a través de nosotros, con voz propia, "en medio de las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios", como también expresara el Papa a los Obispos, recordando al Doctor San Agustín, pues "no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído" (He 4,20). Así la cruz está firme, mientras el mundo da vueltas, como reza el lema de los cartujos. Firme, no oculta, sino visible y con expresión propia.
III. En arquitectura se denomina vitral al conjunto de paneles de vidrio montados en plomo o madera que cubren o cierran un vano. Están formados de pequeñas piezas de vidrio, generalmente de color, que dibujan mosaicos y diseños muy variados. "Vitral quiere ser un espacio para la transparencia y la luz multicolor de nuestra cultura y nuestra sociedad", así se presenta Vitral en el editorial del primer número. Esto se ha logrado. Creo que uno de los mejores aciertos ha sido precisamente la elección del título de esta revista católica. Al inspirarse en el vitral, revalorizan y actualizan también un elemento común a la misma Iglesia, pues el vitral alcanzó en los antiguos templos cristianos el gran esplendor del arte como expresión que nos refiere a la trascendencia. En los vanos de los templos góticos el hombre aprovechó los recursos materiales a su alcance y la luz natural para lograr ambientes religiosos únicos y satisfacer el espíritu. El vitral del templo en sí mismo era, y sigue siendo, elemento de comunicación y de alabanza a Dios. Pero el vitral que sirve de logotipo a esta revista nos recuerda más a nuestra arquitectura colonial doméstica. El arco de medio punto fue cerrado con el vitral multicolor, de manera que el usuario o inquilino no se cerraba al mundo exterior, a la luz, pero se protegía de la fuerza del sol caribeño para hacer más agradable la estancia en el salón. De esta forma el vitral no era sólo elemento bonito, sino tamiz y filtro, pues la luz en todo su esplendor podía enceguecer por momentos. Si no hubiera sido filtro y tamiz, ya no sería vitral, sino ventana común de vidrio transparente. La variedad de colores en los vidrios permitió una pluralidad de expresiones que tal vez por separado no signifiquen mucho, pero combinadas entre sí logran la armonía de la variedad. Esta armonía sólo puede apreciarse desde dentro, porque fuera y de espaldas a la luz queda visible un cierre opaco y de color impreciso. Dentro de la casa todos disfrutaban del mismo espacio y visión agradables, aunque unos gustaran más del azul y otros del rojo o del blanco. Este Vitral, el de ustedes, el nuestro, el de la Iglesia de Cuba y de todos los cubanos de buena voluntad, es el que imagino para muchos años. Por un lado, como los antiguos, alabando e invitando a elevar los ojos y descubrir, en las formas coloreadas, al Señor de la Historia para crecer en espiritualidad y humanidad; por otro, como lo concibieron nuestros antepasados, desplegando una variedad de colores y formas, de pluralidad de expresión y de percepción que es agradable a todos, porque ha filtrado la luz fuerte que puede cegar por momentos. Ir a Vitral debe ser "siempre un acercamiento prometedor", como bien afirmaba la Familia Piñera en carta al Director de esta revista. Es verdad que cuatro años es poco tiempo, sin embargo es posible hacer mucho, ustedes lo han demostrado. "En la palpitante y culturalmente inquieta provincia de Pinar del Río tengo un hermano:..." su nombre Dagoberto Valdés". (Palabra Nueva, Opinión, Nº 37, junio 1995). Esto, escrito hace algunos años, mantiene para mi gran vigencia y de igual forma lo extiendo a todos aquellos comprometidos con esta revista y sus lectores. Sea Vitral el espacio congregante, donde en la ocasión compartida todos puedan apreciar el mensaje redentor, mientras "vemos como en un mal espejo y en forma confusa", esperando el momento de verle "cara a cara" (cf Cor. 13,12). Pinar del Río 5 de julio de 1998.
Orlando Márquez Hidalgo Coordinador Nacional de UCLAP-Cuba INTERVENCIÓN DE MONS. JOSÉ SIRO, OBISPO DE PINAR DEL RÍO AL CLAUSURAR LA VELADA POR EL IV ANIVERSARIO
Queridos amigos:
«... el bien de una nación, debe ser fomentado y procurado por los propios ciudadanos a través de medios pacíficos y graduales. De este modo cada persona, gozando de libertad de expresión, capacidad e iniciativa y de propuesta en el seno de la sociedad civil y de la adecuada libertad de asociación, podrá colaborar eficazmente en la búsqueda del bien común». (Homilía del Papa en Stgo de Cuba. Nº4). Esto es lo que hemos hecho, lo que hacemos, eso es lo que queremos, para Vitral y para sus gestores y para todo el pueblo. Vitral evoca cubanía como aquel que nos describía con tanta maestría Orlando Márquez, como el Vitral-Revista evoca la luz y la libertad, y eso vale decir transparencia. Eso es lo que ha sido esta noche para nosotros, noche de transparencia. Transparencia en las palabras del que tuvo la conferencia, Orlando Márquez, que nos estimula a seguir galopando a pesar de los pesares. En las palabras, que son al mismo tiempo gestos del jurado y de los premiados, a los que felicitamos de todo corazón. Palabras, gestos y música. Gestos y música de ese grupo que componen casi 4 niñas y 3 jovencitos, pero que evoca la grandeza del medioevo, del renacimiento, del barroco, que nos transporta hasta allá, a aquellas misteriosas colegiatas, a aquellas grandiosas catedrales que no perecen, que tienen un recuerdo que se reaviva en esta noche. Para ellos el agradecimiento del Obispo, de la Comisión Católica para la Cultura, del Centro de Formación Cívica y Religiosa, de Vitral, y de todos los que de alguna forma tenemos que ver con ello. Para todos Ustedes, para todos, queridos hermanos pues, un agradecimiento muy grande. Agradecer de modo especial a Orlando que ha tenido la delicadeza, la gentileza, de venir de La Habana, dejar sus ocupaciones que son múltiples, para compartir con nosotros esta noche; para recordarnos que él, como Coordinador de la UCLAP, defiende nuestras publicaciones. Como hermano católico, busca la unidad; y como cubano busca ese bien común. Con su revista en La Habana, «Palabra Nueva», con todas las revistas de nuestra Iglesia en Cuba hay sus más y sus menos, y él sabe siempre sobrellevar esas dificultades con maestría, sabe seguir adelante en esa aventura en que siempre está envuelta la Iglesia, en ese quehacer que es propio de la Iglesia cuando busca el bien común, cuando busca al hombre que es su camino. El camino de la Iglesia es el hombre, es el pueblo y por lo tanto, en esta noche, nos alegraremos no sólo porque haya cumplido 4 años Vitral, también es menor que una niña, sino porque va haciendo un camino, camino que van comprendiendo todos, y al que algunos señalan, con delicadeza, con firmeza, con sinceridad y con verdad sus defectos, sus limitaciones. Todos comprendemos el esfuerzo realizado y con eso nos alientan, al Obispo, al Consejo de Redacción, a todos los que escriben y sobre todo a la Iglesia en Cuba. Porque Vitral no es una revista de una Iglesia, de la Iglesia de Pinar del Río, es una revista de la Iglesia en Cuba. Una vez más, mil gracias, y que el Señor les pague su presencia esta noche aquí y su comprensión.
FALTAN COLORES A VITRAL
Vitral cumple 4 años. 4 años de que la luz del pensamiento muliticolor cubano tiene otro ventanal criollo donde lucirse. Sin embargo, faltan aún colores que atraviesen la ventana. Vitral fuese más equilibrada si encontráramos en ella a los pensadores marxista-leninistas, los de la corriente del pensamiento más cercano a la del Estado. Soy testigo de que el Consejo de redacción acepta trabajos de todas las tendencias de pensamiento de buena voluntad. ¿Qué pasa entonces con la parte de nuestro pueblo que tiene esa opinión? ¿Por qué pasan por alto un espacio de participación así? ¿Se está pasando por alto o rechazando una publicación o un estilo? Si es lo primero habrá que mejorar mucho, pero por favor, digan qué. En cambio si se rechaza el estilo, algo tendrá que cambiar aún en estos lectores sociales, pues esto significaría poca disposición para el diálogo. A todos los que participan como colaboradores, a los editores, a los que reparten, a los que pasan días delante de las máquinas.
Muchas Gracias. |
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