HECHOS Y OPINIONES |
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EL MIEDO Y LA FE |
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Lázaro Gómez Piquero | |
E l eminente escritor Carlos G. Vallés, en su obra "No temas", relata que en una ocasión iba él pedaleando en su bicicleta por un camino solitario del cálido paisaje de la India y solo los pájaros, las ardillas, las mariposas y las abejas le hacían compañía, era todo un viaje de placer disfrutando la belleza del paisaje, cuando de pronto comenzó a sentir un cambio alrededor de él. Un silencio extraño se había apoderado del campo. Rondaba el peligro. Paró la bicicleta y escudriñó el terreno. De repente vio algo que se destacaba sobre la hierba, una serpiente cobra enroscada en el suelo y medio erguida en el aire, con su capuchón desplegado en solemne majestad, y su lengua escribiendo amenazas en el viento. La mirada de la cobra estaba fija en la rama de un arbusto a media altura y en cuya rama estaba un pajarillo aterido de miedo.Cuentan que las serpientes acostumbras hacerle ese ritual diabólico a los pájaros. En ese momento el pájaro tenía alas, pero no podía volar. Tenía voz, pero no podía cantar. Estaba helado, rígido, hipnotizado, aunque tuviera el cielo abierto para su carrera el pájaro ya no podía escapar, había sido hechizado por la serpiente; "el miedo atenazaba al pajarito", el dueño del aire caería ante el enemigo terrestre. Carlos agitó a brisa. La serpiente se volvió rápidamente y lo miró con furia. Él levantó los brazos y gritó sonidos humanos. La cobra se bajó con lenta protesta y abrazó el suelo, y luego se escurrió rápidamente entre la hierba. El campo volvió a cobrar vida y el pajarillo se despertó de su sueño de muerte, volvió a encontrar sus alas y voló. Es increíble como el miedo provoca reacciones negativas en los seres vivos al punto que los inmoviliza en las situaciones más difíciles, aunque la solución del problema esté fácilmente a su alcance. El pajarillo con solo volar escapaba de la cobra, pero el miedo convertido en pánico le impedía mover sus alas. En los seres ocurre igual y en ocasiones peor, porque el hombre es capaz de atentar contra su propia vida, por la inseguridad y falta de decisión para enfrentar el miedo y vencerlo; el miedo puede paralizar y empequeñecer la vida humana. La mente en los estados de temor puede estar en ocasiones incapacitada para pensar, para sacar conclusiones correctas y tomar decisiones acordes a la solución del problema; porque el miedo es como un parásito que invade el cuerpo paralizando progresivamente todas las facultades biológicas y psíquicas del individuo al nivel que disminuye la calidad de la vida de la persona. Nunca debemos confundir el miedo con el respeto, porque el respeto no es una emoción innata en el hombre como es el miedo, el respeto es una norma de conducta cívica hacia los demás como resultado de una educación cívica y humana recibida desde el seno familiar y en la escuela. Considero que el respeto es la rama principal del árbol del amor porque sin él no hay consideración al prójimo y no se valora al ser humano en toda su dimensión espiritual. Todo hombre debe respetarse a sí mismo y en la misma medida respetar a los demás, que es lo fundamental en las relaciones humanas, porque cuando se respeta se ama, "el amor y el respeto son inseparables"; y cuando hay amor y respeto entre las personas, no hay miedo. El miedo es un enemigo mortal de la toma de decisiones, que son actos donde la persona tiene que definir por sí misma, y que a la vez forman parte de su dignidad. Muchas personas tratan de evitar o posponer una decisión por el temor a las consecuencias, sin darse cuenta que es lo peor que se puede hacer en estos casos, porque atenta contra su equilibrio espiritual, porque es un acto de cobardía e indigno en un hombre, y es negarse a sí mismo. El miedo a la toma de una decisión, a comprometerse, a definir, a equivocarse y a actuar, obstruye los mecanismos del discernimiento, porque no elige correctamente ya que el valor para equivocarse es determinante en una buena elección. Saber escoger, es una máxima en la vida, para ser hombre de bien con personalidad y dignidad. En la vida del hombre el miedo ocupa un lugar muy importante; en análisis realizados por varios especialistas se ha demostrado que todas nuestras emociones negativas en último término pueden reducirse al miedo. Hay dos emociones humanas básicas, una positiva: "el amor", y otra negativa: "el miedo". El miedo no es más que el odio disfrazado, se odia lo que se teme. Una manera en que el hombre se protege de una situación que lo puede llevar a tragedia, es odiando el resultado de dicha situación, principalmente a las personas que la causan. Los celos en el amor son la inseguridad y el miedo a no ser amado, y a perder a la persona que amamos; y es por eso que odiamos a la persona que provoque atracción en nuestro ser amado. La inseguridad y el miedo están atados al mismo árbol, de manera tal que las persona puede llegar a sentir miedo de sí mismo y de las miradas e imaginaciones de los demás. Puede afectarse el deseo de independencia de la persona por el temor a enfrentarse por sí solo a la toma de decisiones y asumir la responsabilidad completa de los resultados. El miedo es una arma mortal de un manipulador; la manipulación es una de las consecuencias del miedo que más daño le provoca al hombre, porque distorsiona la personalidad e inmoviliza la libertad, aumenta la inseguridad en el hombre llevándolo a buscar seguridad en cualquier refugio, en cualquier cosa, sin pensar en su dignidad. El miedo debilita la mente y cuando hay inseguridad previa logra que la persona se agarre del primer apoyo que encuentre sin pensar en qué tipo de apoyo es, y es por eso que la persona se convierte en una presa fácil para cualquier manipulador consciente. Estimo que son nuestros temores los que nos exponen a ser manipulados y sólo librándonos de estos temores nos libraremos de la manipulación consciente. La manipulación de conciencia es la peor de las manipulaciones 1.Por miedo nos dejamos manipular y por miedo manipulamos a otros, debido a la inseguridad y a la cobardía, al riesgo de ser diferentes y desviarnos de una norma de conducta general establecida por un manipulador consciente para su beneficio y logro de sus intereses personales. Los especialistas en la materia clasifican el miedo de acuerdo al período de duración en: temporal y permanente. El miedo temporal es aquel que aparece por períodos de corta duración y por determinada causa visible y palpable para los sentidos humanos, ejemplo: miedo a un animal, miedo a la oscuridad, miedo a las alturas, etc. En estos casos el miedo siempre desaparece cuando se elimina el motivo original de la presencia del individuo, por tanto no perjudica la salud y el equilibrio psíquico del hombre. El miedo permanente es aquel que no depende de una causa visible, sino que es provocado por un fenómeno o enemigo invisible creado por manipuladores diabólicos de la conciencia humana, al punto que la persona llega a creer que es perseguida o vigilada hasta en su intimidad. Este llega a tomar dimensiones patológicas, porque sí daña la salud, alcanzando el nivel del pánico constante, provocando en el hombre un distress diabólico y disminuyendo en gran medida la calidad de la vida biológica y espiritual del hombre. Es muy importante tener en cuenta que aunque la inseguridad debilita nuestra conducta en la vida, esto no significa que hay que eliminarla de nuestras vidas porque nos ocasiona grandes daños; hay que atacarla para conseguir un estado de seguridad, salud y paz espiritual; pero no destruirla, sino aprender a vivir con ella, domarla para que nos permita encontrar soluciones adecuadas. En ocasiones la seguridad puede ser una trampa mucho más peligrosa que la inseguridad, nos lleva a dejar las cosas como están, pensamos que todo va bien y no hay nada en qué temer. Apoyo el criterio que en la persona debe existir un equilibrio entre seguridad e inseguridad para el bien de la personalidad y actitud en la vida, porque la seguridad total congela el progreso, pero la inseguridad total crea fuertes tensiones en la mente y perturba el crecimiento humano.
"La inseguridad es el resultado de buscar seguridad" Alan Watts.
En estudios realizados por diversos especialistas se ha comprobado que el miedo rompe el ritmo de los mecanismos fisiológicos del organismo y ataca los tejidos del cuerpo. El miedo rompe la armonía o equilibrio espiritual y este desequilibrio mental es captado por el sistema nervioso reflejándose en todas las funciones motoras del aparato humano, al extremo de que un hombre hambriento puede perder el apetito y el sueño a causa del miedo. El temor ahuyenta la paz y paraliza nuestra salud mental y corporal, por tanto debemos hacer lo posible por desterrar los temores de nuestras vidas. Todo miedo sin resolver es una carga pesada que nos convierte la vida en una pesadilla, por eso se recomienda que todo miedo se debe descubrir, desenmascarar e identificar, con el fin de escapar de sus tenazas con serenidad, transparencia y coraje.
"Las libertad es la base del amor, y la ausencia de todo miedo es esencial para la libertad". 2
En muchas ocasiones hacemos las cosas mal debido al miedo, porque no permite una buena concentración en lo que se hace y nos lleva a quedar muy por debajo de nuestras posibilidades e inseguros en cualquier actividad a realizar. Aplaudo y admiro a las personas que tienen el valor de combatir el miedo, porque solo una persona con esa virtud puede luchar en este mundo material, donde es necesario mucho valor para ser honrado cuando la sociedad y las circunstancias incitan a no serlo y hace falta mucho valor, para decir la verdad cuando la mentira podría facilitar las cosas y se ha convertido en un arma de combate para vivir entre los hombres, me atrevo a afirmar que la mentira se ha convertido en un deporte nacional que arrastra a multitudes de fanáticos. Solo una persona sin miedo puede ser plenamente lo que ella sabe que puede y quiere ser. 3La primera cualidad que Mahatma Gandhi quiso para su pueblo fue la virtud de no temer porque es esta la clave para obtener independencia; él denominó su lucha como una desobediencia civil, es decir una lucha sin violencia como única arma para combatir el miedo.
"Haced con nosotros lo que queráis; lo sufriremos y volveremos a presentarnos ante vosotros, en mayor número aún, con nuestra insistencia pacífica y con nuestros derechos innegables. Podéis encarcelarnos, maltratarnos, matarnos...; no ofreceremos resistencia alguna, porque no tenemos ningún miedo a las consecuencias. No nos defenderemos, porque no tenemos nada que defender. No tenemos miedo a la muerte, y por eso no tenemos miedo a vosotros". Gandhi.
Gandhi enseñó a su pueblo que hace falta más valor para resistir sin defenderse que para devolver golpe a golpe. La ausencia de miedo es el fundamento del valor moral, y el valor moral es el que gana las verdaderas batallas de la historia y del espíritu. El cobarde escapa al peligro, no permanece firme en su terreno, dispuesto a sufrir todo cuanto pueda sobrevenirle en la defensa respetuosa y pacífica de sus derechos. En aquellos tiempos, en la India, la sal era esencial para el cuerpo debido a la deshidratación que puede provocar su clima tropical, pero también la sal tenía un valor simbólico porque mediante ella se hacían pactos de lealtad entre las personas. El gobierno inglés encarcelaba a todo aquel que produjera sal directamente del agua de mar, empezando por Gandhi que fue el primero en producirla directamente del mar para predicar con el ejemplo. Los seguidores de Gandhi organizaron una marcha pacífica a las salinas del gobierno inglés en Dharasána. La manifestación fue duramente reprimida por los soldados ingleses, bien entrenados en el uso de largas porras de bambú, rematadas por una pieza de hierro, que podían partir un cráneo de un solo golpe. Un periodista norteamericano fue testigo presencial de una escena, la cual él describió en un reportaje que se hizo famoso en todo el mundo. Los manifestantes, vestidos de blanco, avanzaban de diez en fondo con paso firme, cantando himnos patrióticos hasta llegar donde le aguardaban los soldados ingleses, para ser golpeados en la cabeza con las porras, siendo después recogidos por grupos de enfermeras y conducidos al hospital. En dicha manifestación pacífica ocurrió algo impresionante, un indio de evidente fortaleza física avanzó hacia los soldados y al llegar al frente de éstos, un sargento inglés le asestó tal golpe en la cabeza que la víctima se desplomó inconsciente sobre el suelo. Las enfermeras lo retiraron y le curaron la herida. El robusto indio (sikh) recobró enseguida el conocimiento y se incorporó de nuevo a la primera fila. Avanzó hasta donde están los soldados y volvió frente al mismo sargento, el cual sorprendido levantó la porra con ambas manos para golpear la víctima con doble fuerza. El indio avanzaba lentamente con disposición a no detenerse por nada del mundo, cuando faltaban unos pasos para que se produjera el encuentro, el sargento cambió su conducta, por encima de la disciplina militar y su automatismo, cuando se vió frente a un hombre herido e indefenso que no cesaba de avanzar en son de paz y dispuesto a autoinmolarse por una noble causa. El sargento hizo algo inesperado: bajó sus manos con la temible porra, colocó ésta bajo su brazo izquierdo, llevó la mano derecha a la frente en saludo militar, chocó sus talones, dio media vuelta y se alejó. La lucha pacífica sobre el miedo había conquistado su corazón. En un tiempo no muy lejano la India conquista la libertad sobre el imperio inglés. Creo que estos hombres triunfaron porque lograron dominar y vencer el miedo; gracias a sus conceptos elevados de la dignidad humana, su educación cívica, gracias a que contaban con una verdadera fe religiosa y creían en el triunfo del bien sobre el mal. "Por la fe establecieron la justicia" Hb 11,33. "La fe establece la justicia dando fuerza para luchar, confianza para vencer y la unión para formar un pueblo. Para conseguir la justicia hemos de empezar por recobrar la fe". 4En la actualidad el hombre es atacado con frecuencia por la inseguridad, la desconfianza; su vida es un campo de batalla donde abundan los miedos que llenan de terror la existencia humana. Esto se debe en gran medida a la falta de una fe verdadera; aceptar que hay un ser supremo todopoderoso que nunca nos abandonará y nos ama, que somos sus hijos, y si Dios está con nosotros nadie puede contra nosotros. Nos envió a su hijo Jesús para llenarnos de libertad, alegría y amor, y enseñarnos a vencer el miedo, porque siempre estará a nuestro lado para llevarnos por el camino de la victoria, la victoria del bien sobre el mal. "No hay aflicción, penalidad, persecución, hambre, desnudez, peligro o muerte que pueda separarnos del amor de Cristo". San Pablo.
Con el amor de Jesús podemos enfrentar al miedo, hacerle frente, abordarlo, hacerlo desaparecer del todo o aprender a vivir con él. Dios es misericordioso y siempre hay una solución para cada problema, sin dejar de contar con el esfuerzo personal de luchar contra lo adverso de la vida. ¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! (Mateo 8,25)
Cuando el hombre vive bajo la represión puede llegar a perder su fe en sí mismo, el respeto a su persona, su dignidad, él mismo se opone al cambio. No cree posible salir nunca de tal estado, por tanto no lo intenta. La mejor manera de recuperar la fe en sí mismo es recuperar y adquirir la fe en Dios porque esta fe divina no es para reprimir a las personas sino para lanzarlas a la acción y acabar con la injusticia. "La mayor obra de liberación en la memoria sagrada del hombre, imagen y modelo de todos los demás movimientos de liberación, queda resumida en una sola palabra: FE". 5La escritora norteamericana Maite Melendo especialista en counselling (aprender a escuchar a los demás) opina que la fe nos lleva por el camino de la verdad, y el fruto de la verdad es la libertad y ésta tiene cinco caras: 1. Libertad para ver y oír lo que hay, no lo que debería ser o haber. 2. Libertad de decir lo que uno siente y piensa; no lo que debería sentir o pensar. 3. Libertad para sentir lo que uno siente y no lo que debería sentir. 4. Libertad para pedir lo que uno quiere, en vez de pedir permiso o esperar a que nos lo den. 5. Libertad para correr el riesgo, en vez de elegir la seguridad. El riesgo de hacer algo que no se ha hecho nunca, el riesgo de la primera vez y el riesgo de hacer algo de forma distinta de cómo siempre lo has hecho tú o la mayoría.
Todo viaje del hombre hacia lo desconocido es un acto de fe en un ser superior que no le va a fallar, aún en los momentos más difíciles. Si este viaje se realiza con la fuerte convicción de que existe una relación de amor muy íntima entre los seres humanos y un ser supremo, espiritual y todopoderoso, es poco probable no dominar el miedo, vencerlo y lograr nuestros propósitos en el bien de la humanidad. Enfrentarse a la vida es un acto de fe y cuando aprendemos a vivir acompañados de la fe, podemos transformar nuestra mente y convertimos en seres cargados de energía positiva para enfrentar las barreras que a diario encontramos; pero aquellos que viajan sin fe, ven un imposible cuando se trata de superar dichas barreras. Cuando creemos que pueden ocurrir milagros, es un ejemplo de fe que nos hace pacientes y con una gran esperanza en el éxito de un proyecto. Cuando pensamos con fe, pensamos que todo lo que pasa conviene y buscamos siempre el lado bueno, lo positivo de los hechos por muy desagradables que sean; pero aquel que no piensa con fe, es un impaciente, se queja de todo, por todo se irrita y su mente no descansa pensando en la vida tan absurda que le ha tocado vivir, y se convierte en una persona incapaz de encontrarle sentido a su vida, de justificar las cosas y no aceptar la realidad; se convierte en un profesional del lamento, pues no pierde un minuto para quejarse. Criterios especializados de psicólogos afirman que estas personas que se dedican solo a lamentarse o quejarse, son los que más sufren y hacen sufrir, y los catalogan como neuróticos. La queja es un acto inútil que empeora la estabilidad de la persona y del oyente, mata su alegría y la de los demás, perturba la paz interior y la del medio social que le rodea. El P. Mateo Andrés nos invita a reflexionar sobre estas afirmaciones: 1. El que se queja, espera neciamente, que otros le hagan lo que tiene que ser hecho, la tarea. 2. El que se queja habitualmente se convierte en un parásito, él mismo induce al parasitismo a los demás. 3. El que se queja espera, absurdamente, recoger allí donde no ha sembrado. 4. El que se queja envenena el ambiente, y lo vuelve menos respirable y sano. 5. El que se queja nada hace en concreto para enfrentar la situación dolorosa y, en cambio, la empeora fuertemente con sus palabras irresponsables. 6. Hay un veneno físico que es detectable a la corta; y un veneno espiritual, más deletéreo y dañino que el físico. Pero es detectable solo a largo plazo. Ese veneno espiritual es la queja. 7. El que se queja viene a ser un verdadero iluso; cree que quejándose puede lograr algo positivo, pero lo único que logra es oscurecer el horizonte.
Caro lector, ¿qué obtenemos de la queja?, ¿saca algún provecho el quejoso? Responda a sí mismo con toda sinceridad y reflexione sobre los resultados obtenidos con la queja y compárelos con los resultados que se obtienen con la fe. "Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera, es estar convencidos de la realidad de nuestras cosas que no vemos". He 11,1
La fe no significa conformarse, sino aceptar lo sucedido en un momento determinado, y esto nos da paz en el alma y reconcilia la mente con los hechos de la vida, y nos da descanso al corazón en medio de las vicisitudes de la vida. Nos provee de fuerzas para continuar el camino y no detenernos a llorar el suceso, que ya es parte del pasado y sin remedio. Nos invita a la acción en el presente, y a no reprimir el mundo que nos rodea, ni a nosotros mismos. "La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven". (Hb 11,1). Todo hombre debe tener una fe en sí mismo, en el destino, ya que esta influye psicológicamente en la conducta de la persona. La confianza en sí mismo es esencial para triunfar, hay que creer en uno mismo para hacer algo en la vida; pero esta fe puramente humana, sin una fe religiosa en Dios, como el padre que nos ama mucho y quiere para nosotros una vida feliz en este mundo creado por él, es como un bote en el mar sin remeros y sin timón. "La fe es la única base sólida de la fe psicológica". 6Pablo acometió trabajos difíciles frente a peligros de muerte, pero podía con todos, porque sabía y creía con toda el alma que Jesús no le había de fallar, era una expresión favorita en él, inclusive estando en la cárcel frente a la muerte. En su segunda carta a los Corintios el apóstol les enseñaba: "La gloria eterna se logra cuando no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las cosas que no se ven son eternas. Pues aunque por fuera vamos envejeciendo, por dentro nos rejuvenecemos día a día". La fe es instrumento poderoso para obtener la felicidad porque mediante ella, alejamos los miedos y la ansiedad, logramos cambiar nuestra actitud y avanzar por los senderos de la vida sin temor a los obstáculos que se nos presenten en nuestro peregrinar. "La FE es, en la práctica, la capacidad de vivir en un mundo de dudas bajo la promesa de la verdad. La FE nos suprime nuestra condición humana, nuestra visión limitada, para amar en medio de la indiferencia, para sonreír en medio del dolor. La FE no es póliza de seguros, sino una ardiente aventura, no es un tranquilizante, sino un reto; no es un lecho de rosas, sino un frente de batalla. La FE no aparta el cielo del misterio, pero nos enseña a mirarlo con asombro y esperanza. La suprema virtud de la FE es la que prepara a la mente para enfrentarse a los riesgos de la vida sobre la tierra bajo la amorosa mirada de Dios" 7.Estimado lector el miedo se puede vencer. No olvides este mensaje lleno de amor, esperanza y fe: "NO TENGAN MIEDO ÁBRANLE EL CORAZÓN A CRISTO" Juan Pablo II
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BIBLIOGRAFÍA |
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1, 2, 3- Carlos G. Vallés: "No temas". Editorial SAL TERRAE. Santander España, 1995. 4, 5, 6, 7- Carlos G. Vallés: "Por la fe a la justicia". Editorial SAL TERRAE 5ta Edición Santander España 1988. 8- "Libertad sin Fronteras". SAN PABLO. 1985 Sociedades Bíblicas Unidas. Apartado 61-281, 06600 México, D, F, Impreso en ABM-Tryck, Avesta 1989. 9- Alvaro Díaz: "La no violencia, el que y el como". Colección Reflexión y Acción Codecal, 1ra Edición. Bogotá Colombia. 10- Maite Melendo: "Comunicación e integración personal". Colección proyecto. Editorial SAL TERRAE 5ta Edición. Impreso en España 1995. 11- Mateo Andrés: "El hombre en busca de la felicidad". Sociedad de Educación Atenas. Madrid 1993 2da edición. |
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