POESÍA | ||||
Premio de poesía religiosa "EXTRAÑOS PRIMORES" |
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El origen de la religio siempre ha estado más en la religo ese acto de mansedumbre y rebeldía con que se ata o se desata, somete o libera el hombre mientras establece asiento de comunio con el Dios creador-. Así aparece también, como si tocase un espejo -no se sabe quién inicia el reconocimiento-, en ese detalle de la Creación del hombre, que junto a La Pietá corona, a mi juicio, el arte vaticano. Hay un gesto débil en la mano que se abandona, el éxtasis y la apacibilidad del que ha encontrado o ha sido tocado, sutilmente, por el misterio mayor. Nótese que el vínculo sigue siendo tantálico, apenas una insinuación. Como si el origen no residiese en el encuentro sino en la búsqueda primera. Vitral ofrece en esta entrega los premios del pasado concurso PREMIO DE POESÍA RELIGIOSA "EXTRAÑOS PRIMORES"; una iniciativa de los Padres Carmelitas Descalzos para reconocer a aquellos escritores cubanos con obras de tema religioso. También se reproduce la conferencia del P. Fray Fidel de Jesús durante las celebraciones sanjuanísticas. La orden del carmelo es depositaria de esa espiritualidad mística que tuvo en San Juan y Santa Teresa sus pilares osamentarios; construida sobre esas pilastras fundacionales, que lo son a su vez de la literatura universal, la herencia teológica mística de los que hablaron con el creador de una forma especial preside también estas páginas donde se duda, se sufre y se goza mientras el humilde creador-creado espera la redención final. /Joaquín Badajoz
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primer premio: ARAMÍS QUINTERO SEGOVIA____________________________________ | ||
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Big BangLa sensación más hermosa y |
Credo
Creo en la luz y en el misterio |
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Visión
Un color, nada más, es suficiente para encender los ojos, buscar unas palabras. Un color tan profundo, tan intenso, que aturdido y gozoso se anhele unas palabras sueltas, que nada digan. Un color que se aclare descendiendo tan despacio como el día o la noche. Y que su masa altísima y profunda llegue a ser un vellón flotante, una escarcha.
Transparente, lejano, purísimo, sin sombra ni forma ni vestigio. Un color sólo. Y que en un ángulo, sobre la oscura tierra, otro color responda con su voz encendida y cálida.
Ese distante diálogo basta.
¡Ah, si permaneciera! Si echara un ancla leve pero definitiva ese inmenso fantasma, esa borda radiante, que se ha alzado un momento llenándome los ojos, ocultándome el mar.
No hay mar. Sólo esos mástiles aéreos, esas escalerillas que se mueven en la luz.
De pronto un breve soplo ha quitado la bruma, y ahí estaba.
Y donde yo veía la noche, donde yo oía el mar y su rumor de abismo y silencio, estaba, estuvo siempre esa inmensa borda de luz y aire. Y en ella la alegría de zarpar.
...Pero si regreso, ¿no seré ya lo que no he sido, y que de tarde en tarde llama a las puertas del alma? ¿No lo conoceré? ¿O lo conozco y lo he olvidado? ¿Habré de recordarlo más tarde, cuando no tenga ya que regresar? Entonces, ¿será mía la música, toda la música posible? ¿Sonará en mis oídos como si la estuviera haciendo? ¿Y mis ojos verán, como si fuera suya, la pintura del mundo? ¿Y sentirán mis manos como si modelaran las formas delicadas o ásperas o majestuosas de este mundo? ¿Seré el artista, el sabio, y a la vez el humilde, absorto, perplejo admirador, que en su rincón oscuro y luminoso murmura la poesía del mundo, escrita al fin en una sola lengua? ¿Se abrirán los sentidos, el corazón, la mente, a un panorama inabarcable del que tan sólo tengo un atisbo, y una punzante, magnífica nostalgia? (El atisbo, la nostalgia quizás de la trémula hierba o del escarabajo cuando, en un fulgor, nos imagina).
¿Quién es el que conmigo cruza y calla su verdadero ser y pensamiento? ¿El que soy en verdad, y no el que creo? ¿Quién ese fantasma sereno y ascendente, que conoce
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___________________________________segundo premio: CARMEN HERNÁNDEZ PEÑA |
A las puertas del Ángel
"Mi ángel irá delante de ti..."
Éxodo 23,23.
(el monje) 1
Ah Señor mira mis magras carnes duélete de mis rodillas penitentes. Cincuenta años de noches apacibles no me hacen olvidar la dulce curva del cuello de una mujer que he visto entre la sombra. Mira Señor mis manos desolladas por tirar del badajo. Mis ojos enceguecieron en los claustros descifrando escrituras para saber cuán lejos o cuán cerca está el Maligno. Mi corazón aún es una llama.
Apiádate de mí Señor de la soberbia de dar fe de que vivo porque sueño.
(el astronauta) 2
Señor permite que mis pies caminen por la Tierra que sean limpias mis manos en un río que cante una canción para mi hijo que vea mi árbol cargado de ciruelas.
(lamentación a las puertas del Ángel) 4
Si ángel mujer o pez resguardarán mi casa yo no pondría flores en el centro no hablaría del país su desbarranco las aguas turbias que circundan. Los muertos sus anudados cuellos la hosca permanencia de la sombra. He aquí Señor la palma tan noble en su designio farero de un faro oscuro no diría. Yo soy Señor tan sólo una pieza cobrada crisol donde han macerado los pétalos más finos. Venga el viento del sur y clame el viento del sur macerado también en sus esencias. Quién levantó el muérdago a las puertas del Ángel rama aúrea trepadora en sí misma y también macerada.
Sólo un Golem pidiendo la Estrella sobre el pecho que aligere la peña que soy el hombre de los astros el monje que adivina en los espejos el loco y sus trigales los girasoles Dios huérfanos de la Tierra y de sus aguas "La estrella ha de poner alas" al peso secular sobre mis hombros. Yo también soy el pez en su nadar profundo y el resplandor del Padre es la penumbra.
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tercer premio: DAGOBERTO AMAYA SIMÓN_____________________________________ |
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Memento
Todos mis moldes llenos estuvieron de ti pero tú, ahora, no tienes molde estás sin molde eres la gracia que no admite sostén que no admite corona que corona y sostiene siendo ingrave. Juan Ramón Jiménez
ESTACIONES I Mis manos son fechas quemadas por muchos tiempos huellas eternas de la distancia en las que escalo días semejantes a mi figura en las que escalo horas semejantes a mi silencio Oh huellas que escribo sin creer en la muerte soy el espejo híbrido de amanecer y tierra fresca soy el hombre apareado con las horas que no sabe hablar cuando es de día soy el intervalo de los incendios prevenido de llama y de minuto soy el reflejo de Tu Tiempo, más ancho que mi tiempo de Tu Todo, más integrado que mi todo He crecido y me continúo en Tu transcurso Hacia esta distancia mañana y hoy se enlazan en mis venas y son treinta sitios distintos de mí pero con el Transcurso-simiente mi tiempo late en simetría inmensa bajo la transparencia de las mitades lo infinito se ensancha sobre nosotros y se transforma en la unidad temporal del hombre asumiendo al Hombre en las caídas en el encontrarse de su voluntad y de sus tiempos en el definirse sobre lo duradero y lo incognoscible el Transcurso aún sobre estos desiertos erguidos me manifiestas en mi potencia de sobrevivir a la muerte de continuarme sin fin en la mitad que ocupo en nombre de mi especie y de su fuerza sobre las otras fuerzas universales y sobre el arco eterno de la vida que no es más que mi estancia en otro tiempo que mi permanencia en Dios que me transforma. |
II En Ti abrazo a todos en mi sangre me salvo un poco en cada crepúsculo y no juzgo porque comprendo que el dolor es más hombre en Ti me aprendo de nuevo los labios tal como debo y quiero hacerlo aunque no me salven la sonrisa esos que esperan en Ti me pido perdón y perdone a los otros los regresos desde adentro perdóname si no sé regresar perdónalos si no desean regresar porque no podrán negarnos qué país diferente es tu ternura con ciudadanos de hoy y de mañana no podrán rebatirnos que la esperanza es siempre la estación en que te hallamos la estación en que halla realidad el amor No sabrán impedir que cortemos las cuerdas del insomnio que besemos al mundo de repente y convivamos en las ciudadelas de la memoria las paredes de nuestras casas son velas que zarpan al futuro velas que desconocerán el color de las murallas y el eco de los naufragios en los puertos internos que habitamos devélanos el cansancio y los mitos las dudas y los espejos el silencio tiene muchos contornos fértiles para la emigración de nuestros temores enséñanos a imantar el lenguaje a darle pequeñas hojas de espera y no utópicas revelaciones
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