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julio-agosto.año IV.No.20.1997 |
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NOTICIAS |
ILUSIÓN PERSEVERANCIA Y ... MUCHO TRABAJAR por Dagoberto Valdés Hernández |
Sale el No. 4 del
Fanzine de Rock "Ilusión" cuyo gestor, editor y alma es Manuel Santín Valdés,
joven pinareño que ha logrado crear este espacio y mantenerlo vivo porque "sabemos
es otro eslabón más en la cadena que necesita el Rock en Cuba para su total
consolidación" según dice la columna del Editor.
Con unas increíbles 80 páginas, en su gran mayoría manufacturadas, este número contiene "Reseñas" de grupos y autores, "Opiniones" y "Polémica" de conciertos y fans del género, una sección para el "Rock pinareño", otra para "Noticias" y "mucha información soportada por una extensa multiplicidad de formas". "Ilusión" es un monumento a la tenacidad, al espíritu de colaboración sin prejuicios y a lo que son capaces de hacer los hombres cuando están "convencidos de que en la perenne búsqueda de la esencia, sólo estamos comenzando" (columna del Editor). Los 23 colaboradores de grupos diferentes; los 8 corresponsales de Holguín, Camagüey, Ciego, "región central" y Habana; los 7 agradecimientos que suponen otros tantos puentes de amistad entre personas e instituciones, más los 11 que trabajaron en el equipo de realización ¿no es una señal de que la iniciativa y la creatividad son la garantía para cualquier proyecto que quiera encontrar "espacios y resonancias", como diría Lezama? "Ilusión" es la única revista de Rock en Cuba que ha llegado a los 4 números y estamos seguros que con esa mística de tender puentes y tocar puertas sin alardes ni prejuicios llegará a la esencia más allá de los laberintos y muros de la portada... y de todos los inicios. ANTONIO PIEDRA DICTA CONFERENCIAS EN EL CENTRO "HERMANOS LOYNAZ" por Ernesto Ortiz Hernández Una vez más en la "República guajira de la poesía", según su no-oficial bautizo, quien ya es considerado un hijo más de su poética, de lo que puede cantar como suyo el alma humana de esta ciudad sin esplendor, el Director Editorial de la Fundación Jorge Guillén, de Valladolid, Catedrático Antonio Piedra, para ajustar proyectos editoriales -entre los que se destaca la edición de las cartas de Dulce María Loynaz- o para viabilizar donaciones de libros a distintas instituciones.Antonio ante escritores, profesores y demás interesados (el etcétera), para dictar tres conferencias -una parte de la Maestría que recién concluyó, integrando los cursos de verano, en La Universidad de La Habana-: Platón con la Poesía, insoslayable introducción que recorre lo que pudiéramos llamar la genética de "la realidad empírica de la admiración" y se concentra en el siglo IV y en la paradógica figura que personifica el conflicto entre poesía y filosofía: Platón, que llega a viejo sin la sicuta socrática -ese remedio para quien lleva lo divino y lo demónico en su cuerpo- y con ánimo de expulsar a los poetas de la polis. Como si tanto medular conocimiento de esos seres inútiles no bastara para intuir su pertenencia al grupo, Antonio muestra -filosóficamente- la conciencia poética de Platón dispersa en toda su obra, una poética para el logos, que inteligir desde fuera la poíesis es demasiado poco phylos -¡vaya embrollo!-, e ilustra hasta qué punto pudo Platón cumplir "ese designio providencial en los cuatro apoyos que alimentan la memoria del filósofo y del poeta, sustanciados en el mythos y el logos, el eros, las Ideas, y en la palabra como vehículo transmisor". Algo tan políticamente correcto como la expulsión de La República puede -una vez optado con firmeza-, ser bello, ser poético. Y alrededor de tal belleza de la elección, sustituyendo a la belleza de la representación, pivota la segunda conferencia: El Retrato modernista en Los Raros de Rubén Darío. Antonio eligió una galería de rostros -deletreados antes por el nicaragüense- que pugnan por el orden, por situarse en la historia con otra historia, es decir: "establecer el nexo con la nueva sensibilidad que, sin dejar de ser en el fondo romántica, pugna por una biografía abierta del yo y se sitúa, con todas las consecuencias, en los preámbulos de la verdadera vanguardia". De las fisonomías poéticas de Poe, Verlaine, Lautréamont, Ibsen, José Martí..., como héroes darinianos, se trata; aunque, al decir antoniano, más que de héroes ha de hablarse de "vicios de la heroicidad" -¡vaya rareza!-. Y menos polémica levantó la conferencia del siguiente día, aunque sí una revuelta interior en quienes tienen al poeta de Orihuela -por nostalgias políticas o poéticas- como un mito. Pero la contundencia de las pruebas que aportó Antonio Piedra, en Baltasar del Alcázar, aproximaciones a una lectura de Miguel Hernández, las de una influencia marcada del muy desconocido lírico del XVI en el poeta del XX -y nada menos que en El rayo que no cesa-, provocó un silencio en el que se pudo sentir el horror al vacuum y las palabras finales del conferencista: "de la misma manera que San Juan de la Cruz decía que la fe entra por el oído, ese mundo poético de imagen antibarroca, de metáfora limpia y de gramática ajustada, a Hernández le entró, como un rayo nítido, a través de la lectura de Alcázar. El resultado fue un libro personal y maravilloso". Magnífico ha sido tener a Antonio Piedra entre nosotros -y tenerlo queremos otra vez, y más, para bien de la poesía y para gozo de la amistad. ----------------------------------------------------------------- DÉCIMA Y ORALIDAD EN BAHÍA HONDA por Ernesto Ortiz Hernández En la intimidad de un ambiente casi familiar, emparentados todos por la nostalgia del olor a tierra subiendo tempranísimo, el café humeante y la décima mañanera, transcurrió, en la noche del 24 de julio, en la Casa de Las Hijas de La Caridad, la presentación de la más cercana entrega de Ediciones Vitral: "Décima y Oralidad en Bahía Honda", trabajo investigativo del escritor y Especialista Literario de la Casa de Cultura de Bahía Honda, Lorenzo Suárez Crespo, acompañado de una Antología con lo más representativo del género en Bahía. Comunión que en aquel recinto tejieron, además, voces -octasílabas todas- de poetas entrañables que, en su forma de decir tradicional o contemporánea, mostraron afluentes y manantiales de la décima en Cuba: la voz de tierra (de un surco: Lorenzo Suárez), la voz de agua (de un remanso: Gleyvis Coro), la voz de aire (de una nube: José Raúl Fraguela) y la voz de fuego (de una vela: Alberto Peraza) conformando una cosmogonía cubanísima. Las palabras de presentación a manera de prólogo- explicitan el Homenaje que, con esta obra, brinda La Comisión Católica para la Cultura a esa "viajera peninsular" y a quienes -en su corazón o en sus actos- le avivan el alma. Las entusiastas palabras de la Dra. Rina Malo, Responsable de la Comisión en la Parroquia de la Caridad, y del Presidente de dicha Comisión en la Diócesis, Dagoberto Valdés, introdujeron a un intercambio de ideas entre poetas y asistentes acerca de tendencias, estilos y matices de la espinela en Pinar del Río y en Cuba. Al término de su animada charla sobre el paisaje y las costumbres de nuestros campos y sobre experiencias de la décima en la Evangelización, presenciamos -sorpresa y honor- lo que -para mí- constituyó una lección de sensibilidad y humildad: guajiro, sanjuanero, sin su mitra y su manto -ay, aquel Templo en la montaña, de Martí-, el Sr. Obispo de Pinar del Río entonó, emocionado y emocionando, unas décimas; colofón raigal, inolvidable. ---------------------------------------------- PRESENTACIÓN "Quien quiera pueblos ha de habituar a los hombres a crear" alerta el Apóstol. Pero por una suerte de ley autoconservativa, los pueblos, como ríos subterráneos, mantienen su cauce aunque a la mirada superficial se le antoje aridez o los hombres se acostumbren a lo baldío. Aquí siempre beberemos, y seremos recibidos con el jarro humilde o el güiro. Pase usted a la magia de una canturía, a su ambiente de combate y fiesta. Puntea el laúd y se levanta el ánimo y entra al ruedo ya un improvisador y aguarda el otro según su estrategia o su carácter, e inevitablemente regresa Martí: "el arte es la forma de lo divino, la revelación de lo extraordinario". Como toda huella, que pierde la potencia de la pisada pero que nos hace vislumbrar el paso, esta antología pretende anunciar que se gesta lo divino en la norteña municipalidad de Bahía Honda. Aparecen aquí poetas de estirpe. Con más derecho que muchos para hacer el verso, pues han ganado desde pequeños esa fina realeza que otorga el apego al duro trabajo del campo. Poetas desperdigados entre serenatas, canturías y cuanto motivo se diera para la fluidez del verso, y que fueron nucleándose, poco a poco, alrededor de las Noches Campesinas de la Casa de Cultura de Bahía Honda hoy fenecidas por avatares bien sabidos o imaginados- hasta concientizar su pertenencia a un grupo más o menos generacional, la necesidad de perfeccionar y el deber de sujetar en el ejercicio de la escritura- su arte. El ejemplo de amor a la décima y respeto al poeta que mostró el Especialista literario de la Casa de Cultura, sirvió como aglutinante. A su paciencia y prometeico esfuerzo (ha realizado artesanalmente tiradas mínimas con la obra de los más importantes repentistas) se debe gran parte de la revitalización del género. La Comisión Católica para La Cultura agradece la sostenida labor de personas como Lorenzo Suárez Crespo en la promoción y difusión de una de nuestras más genuinas tradiciones, y contribuye en la medida de sus modestas posibilidades- a amplificar esta obra de amor y patriotismo, sabedora de la importancia que para los estudiosos de la décima en Cuba o para los que intentan «arrancar y buscar» tiene tal empeño: hacer que los hombres se habitúen a la creación. Pinar del Río 24 de julio de 1997 -------------------------------------------- MEMORIAS DE LA III SEMANA SOCIAL CATÓLICA A menos de tres meses de celebrada la III Semana Social Católica en la Arquidiócesis de Santiago de Cuba, Ediciones «Vitral» ha publicado las Memorias de este importante evento laical que tiene como objetivo aplicar las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia a las circunstancias concretas del país. Vitral irá publicando, por su parte, en sus números 20 y 21, las conferencias de la Semana Social, y agradece a la Comisión Justicia y Paz, organizadora de esta jornada de estudios sociales, el gesto de confianza al encomendarnos esta publicación que debe servir para el estudio y la reflexión del laicado cubano. Ha sido un gran honor para Ediciones «Vitral». ¡Hasta la IV Semana Social Católica en Matanzas! -------------------------------------- DONACIÓN DE JUAN SUÁREZ BLANCO A LA REDACCIÓN DE VITRAL El reconocido pintor pinareño Juan A. Suárez Blanco, realizó recientemente la donación de su obra «Vuelo No. 1 -Sobrevolando el desierto», de la serie «El viacrucis de la gaviota», lienzo de 17cm de ancho y 95 cm de largo, perteneciente a las obras realizadas en el año 1992. Esta obrita, que a pesar suyo guardo con mucho cariño, por ser la 1ra. pieza que inició la serie «Vuelo Americano» o El Via crucis de la gaviota, se las entrego como muestra de mi más profunda gratitud a quienes hacen mucho por este pueblo y por el ser humano. eternamente agradecido Juan Suárez Blanco 22-8-97 Con un tratamiento de la imagen plástica basado en el regodeo de las texturas y el volumen, Juan Suaréz le imprime a su obra una factura única, donde el espectador descubre su inconfundible mano de creador. Sus obras han sido expuestas en Salones Provinciales, Nacionales e Internacionales y tiene en su curriculum múltiples premios. Vitral agradece muy cordialmente ese gesto de solidaridad. Esta impresionante obra será colocada en el Salón de Reuniones de la Redacción de Vitral. ------------------------------------------ CARTA INTERTEXUAL ESCRITA CON ATRASO por Esteban Menéndez Recibimos de Esteban Menendez, el texto que publicamos a continuación, con el cual quisiera sumarse a ultranza al homenaje que se le rindio a Dulce María Loynaz recientemente. LLegué a una Ciudad un día con ánimos de verla, de oír el timbre mágico de su voz, pero mis amigos avisados -temerosos o aviesos cicerones- me dijeron que era inútil el empeño; pensé que no lo era, pero sí que no debía romper el delicado cristal de un sueño que pudiera convertirse luego en una luz más suave para los ojos cansados. Creí que mi existencia, sin aplicación y sin sentido, era como esas conchas vacías que el mar arroja sobre la arena, sin cabida ya en su seno, despojadas como están de su pequeña vida; y tuve miedo de sólo tener eso que ofrecer a quien todo lo había poseído, a quien todo lo había probado; y cómo no temerle a una mujer que pocas cosas le quedaban por definir, que después de leerla alentaba como nadie nuestro miedo a las palabras. Dimos vueltas por unas calles del Vedado, esa vez más vedado que nunca a nuestros sueños, mirando ávidos para la casa que imaginamos en sus últimos días; sin embargo, conocíamos que no era ella la que gimió al ver las picas agresivas, que no debieran existir ni aún para destruir los símbolos más caros de las desdichas de toda vida, de toda época. Ya habíamos aprendido que se llega a un puerto donde no nos espera nadie, entonces decidimos vagar a la deriva, como naves desatadas de sus amarras. No he tenido nunca un Jardín Aguilar, ni un Verano en Tenerife que fueran míos, lo que de Ud. pude leer me llegó con egoísta atraso y en calidad de apresurado préstamo, pero la amé con un amor tan loco como el que sintió usted por Tutankamen, como sólo sabe hacerlo el corazón cuando tiene pocos años y no ha perdido nada en ningún lance del camino, porque arribamos siempre a un recodo en el que no es posible ni llorar ante las cosas que perdemos. Me quedé fuera del prodigio, y digo prodigio, porque algunos que la conocieron así lo testifican y, ciertamente, fue un prodigio y una dicha, lo que es mejor que el prodigio en sí. Es por eso que no tengo otra salida que decir, como usted: Eso pude. Eso Valgo. Si hubiera sido Dulce solamente, sin poesía, sin el pie asentado en la leyenda, atenta únicamente a los pequeños ruidos del aro de la vida, no muchos hubieran puesto tanto empeño en romper los siete sarcófagos en los que pensó encerrarse para siempre, pero para fortuna nuestra fue también María, lo que es igual a la más hermosa poesía de la isla, almohada diaria, escala, lento morir y renacer en la mañana... María, es decir, ¡resucitar! Una vez, allá por el año 1962, escribió usted una de sus insólitas cartas a San Martín de la Ascensión Loynaz en la que invocaba al santo antecesor, que al menos una gota de su sangre debió tener, y le pedía, como sólo usted ha sabido hacerlo, que intercediera por el mundo, y si eso era demasiado que lo hiciera por Cuba. No tendrá que escribirle más cartas al santo, no porque nuestros insensatos conflictos hayan desaparecido, sino porque podrá verle el rostro iluminado, iluminado por la presencia del Supremo; y le pido ahora que no olvide sus súplicas de entonces, hoy más que nunca necesitamos que interceda en el oscuro cauce de nuestras intenciones que aquí nos empeñamos en utilizar para mutilarnos los unos a los otros, para dejarnos fuera del milagro que, con su brazo enorme, debiera cobijarnos a todos por igual, pero no es así, recuerde un poco, si es que Allá es permitido recordar todavía las savias amargas y soterradas de estas aguas revueltas, revueltas, temo, tal vez para siempre. Ya podrá rendirle el último parte a su general, ya podrá contarle con detalles que cumplió su misión, su difícil misión de sepulturera de su estirpe, de rescatarlos del olvido, ese enemigo constante y poderoso que los sitió inútilmente; además debe decirle con orgullo que todos quedaron aferrados a su tierra, sin hacer reverencias bochornosas, ni genuflexiones humillantes, convertidos en más lirios o en más rosas, acrecentando los corales más finos de la isla. Nada mostraré que fuera suyo, es cierto, salvo sus versos, propensos a filtrarse en mi voz, adulterándola, apartándola de su estrecho camino de simiente enferma; y teniendo tan poco creo que he recibido demasiado de usted., y seguiré recibiéndolo, a pesar de los gestos ambiguos y amenazantes de los sacerdotes e iniciados en el misterio, en el falso misterio. Todos los instrumentos de la orquesta son imprescindibles, pero estaré fuera del templo, aunque alguna nota debe emitir mi voz, no importa si temblorosa o no, no importa que sin portentos o escasa de coloratura deslumbrante. Quizás sea necesario cubrirse el rostro e impostar la voz, mezclando mitomanías y realidades como rocas, o vertiendo al unísono en el cáliz miel y hiel, con la impunidad de las homofonías, con la impunidad que otorga este verano largo, escaso de la magia que todos anhelamos. Y nada más, amiga, nada más; sólo tengo la certeza de que podrán faltarle a los hombres los animales que no creen necesitar, así como los árboles que tampoco necesitan, y que luego acaso piensen que era bueno tenerlos, pero sé también que fue bueno contarla entre nosotros, y lo será aún sentir su voz cada mañana entre las finas redes de sus versos. -------------------------------- UN GRITO DE TERNURA EN PINAR DEL RÍO por Dagoberto Valdés «Los últimos días de una casa» (Llevado al teatro monologado). Herminio Marín, uno de los veteranos de las artes escénicas en Pinar del Río, ha tenido la creatividad y la audacia de llevar al teatro el trascendental poema de Dulce María Loynaz "Los últimos días de una casa" "La nostalgia, el desvarío, la transmutación y el destino como en la tragedia griega-, crean un símbolo de amor y terror. Asistimos mediante una hablante, a la agonía de una casa-mujer que está condenada a morir", según nos dice Aldo Martínez Malo en la presentación del programa de la puesta en escena que se efectuó en el Fondo de Bienes Culturales de esta Ciudad el pasado 30 de julio. Todo un desafío para Marín, Blanca Martínez, Fernando Sahara y la Compañía del teatro Rumbo de Pinar del Río. Mientras nos adentrábamos en los últimos días de "esta" casa pudimos estremecernos desde nuestra privilegiada butaca de segunda fila, con la pasión, la capacidad comunicativa y la imponente expresividad de Blanca Magdalena Martínez, que vive en la casa, es ella misma y en ocasiones, la supera en talento y torrente. Una consideración muy alta merecen algunos momentos de la gestualidad y las metáforas del movimiento, bien estudiado y, por instantes, complejo y vehemente, que el asesor Sahara, logró encarnar en esta "casa": unas veces "blanca" otras "magdalena" al final "crucificada". Entre la ternura y el "gemido" propios de la autora del poema y de la época, golpeaban gestos que más que lamentos nos llegaron como gritos acompañados de rupturas de maderas que sonaron más a bushidokas que a quejidos de una casa-dama que se derrumba en agónica nostalgia. Es preciso limar el gesto que en oportunidades fracturó la ternura, que por cierto, no habría que identificar con "blanduras", porque sobradas muestras de impenetrable fortaleza nos dio la mujer-látigo-rosa que supo lograr la síntesis fuerza-ternura sin que lo valiente quitara lo cortés. Los signos y huellas de la religiosidad de la casa-dama pertenecen a la herencia cultural de la tradición católica popular y a la creencia profunda y dubitativa -como toda buena fe- de la autora. La Navidad y el Rosario son huellas de fe en la más auténtica cubanía: ¿o huellas de cubanía en la más genuina fe inculturada? Brilló y gritó a su forma- la ternura en esta noche en más momentos que los que la fuerza desmedida y la opacidad del vestuario lograron acallar. Y hablando del diseño y la confección del ropaje que cubrió la casa de un color que no tiene nada que ver ni con el azul-Habana típico de la época, ni con el desvaído y casi óseo color del abandono o de la ruina: como hubiera ayudado a la morena y cubanísima tez de Blanca, una bata cubana clara, con entredós y cintas sin mucho color y desgarradas. En ocasiones nos preguntamos si los signos eran zodiacales o letras japonesas de un kimono oriental o sería que lo que había al alcance de la posibilidad restó alcance a la visión etérea y criolla de esta casa. Las luces casi sin diseño y sin aporte- no tuvieron en cuenta las lámparas que casi siempre quedaban al fondo del rostro que alcanzó expresarse a pesar del contraluz. Exhausta como la casa y la autora a quien homenajeaban- calló Blanquita en medio del pálpito y alguna lágrima que sin complejo rodó en el asombro de los asistentes, en los que el grito de ternura logró expresar ese gemido de auxilio y esperanza que cada ser humano intenta exigir frente al hastío y la insensibilidad. Y en esa noche, la ternura se impuso al grito y se hizo voz interior de los que luego de apagadas las luces regresamos a esta casa nuestra que grita con la misma inefable voz de Dulce María. --------------------------------------- MISA DE GRADUACIÓN RESCATE DE TRADICIÓN por Rafael Capote Sarmientos ...como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. (Jn20.21). Es la graduación el momento cumbre de la vida estudiantil de todo universitario o técnico, tránsito del estudio al trabajo, hecho que muestra el fruto de la obra de muchas personas en la respuesta vocacional de un hombre, ocasión de alegría, júbilo, satisfacción, orgullo familiar, de mostrar el título alcanzado y fiestar mesuradamente. Pero a la vez es motivo especial para dar gracias al Dios bueno por habernos guardado un camino que, aunque nada fácil, es muy hermoso. Esto fue lo que sucedió la noche del pasado 1ro de agosto en la Parroquia Nuestra Señora de La Caridad, donde los nuevos profesionales y técnicos, en el afán de retomar las tradiciones que nos mantienen vivos en lo auténtico, fuimos convocados a la misa en Acción de Gracias por nuestra graduación. Todos los graduados acudimos a dar gracias a nuestro principal maestro, al responsable del triunfo, quien por medio de la palabra nos hizo reflexionar sobre lo grande y necesario que es el don de la sabiduría y lo importante de centrar nuestra atención en el Reino de Dios, confiando a su providencia lo limitado a la fuerza humana. En el momento del ofertorio, los graduados divididos en tres grupos (Ciencias Médicas, Técnicas y Pedagógicas), unido al pan y al vino ofrecimos nuestros títulos e instrumentos característicos acorde a la profesión; fue un gesto hermoso, pues no sólo simbolizaba los años de esfuerzo, dedicación y estudio, sino que era el mismo hombre quien se ofrendaba con la intención de ser un celoso servidos de Dios. fue este sentimiento el que los acompañó, junto a familiares, amigos y hermanos de fe, a participar gozosamente del cuerpo y la sangre de Cristo. Al final de la celebración, el sacerdote, reuniéndonos frente al altar, rezó la oración al universitario y bajo una bendición especial nos invitó a poner al servicio de los demás los conocimientos y habilidades obtenidas en la respuesta a la gracia y vocación recibidas del Señor; y en su nombre fuimos enviados a construir el Reino de Dios en nuestro ambiente laboral, bajo el testimonio de Cristo crucificado, símbolo que se nos entregó como compromiso a nuestra fe. ------------------------------- ASAMBLEA PASTORAL DIOCESANA 20 ANIVERSARIO EN PINAR DEL RÍO por Dagoberto valdés Los días 4 y 5 de Julio de 1997 se celebró en la Iglesia Catedral de Pinar del Río la Vigésima Sesión de la Asamblea Pastoral Diocesana en la que participaron 103 personas: 62 laicos, 5 seminaristas, 24 religiosas y 12 sacerdotes bajo la presidencia del Sr. Obispo: Mons. José Siro González Bacallao. Hace 21 años -pues hubo uno en que no se celebró la Asamblea- se instituyó en nuestra Diócesis esta estructura pastoral recomendada por el Concilio Vaticano II. En aquella ocasión nos reunimos alrededor de 10 laicos y un sacerdote con el Sr. Obispo. Era la dura década de los 70. Un año después la Asamblea Diocesana de Pastoral reunió más de medio centenar de laicos con todos los sacerdotes y religiosas de la diócesis con la participación del entonces Mons. Maximino Romero de Lema, secretario de la Sagrada Congregación para el Clero. Cuatro proyectos pastorales fueron entonces sometidos a la consideración de la Asamblea que optó por recomendar al Sr. Obispo el Plan de atención a las comunidades pequeñas mediante el ministerio laical de la Palabra. Desde entonces varias decenas de laicos, hombres y mujeres, jóvenes y gente madura, van a las comunidades para animar la Celebración de la Palabra y formar comunidades de base. Mucho se ha caminado en estos más de veinte años de planificación pastoral y de efectiva pastoral de conjunto en una diócesis que ha dado pruebas de participación y corresponsabilidad. De cuatro comisiones diocesanas, que sobrevivían a duras penas entonces: catequesis, laicos (ASO), liturgia y enfermos; hoy la diócesis cuenta con: Tres centros de formación diocesanos: Instituto catequético Pablo VI, Centro del Formación Cívica y Religiosa y el Centro de formación misionera Cesar Balbín, con un equipo que coordina la formación en el que también participan los coordinadores de los cursos a distancia del IMDOSOC de Méjico y el ITTD de Madrid. Cuatro movimientos laicales reconocidos en la Asamblea diocesana: Movimiento Católico de Animación Social (MCAS), Hermandad de Ayuda al Preso y sus Familiares, Comunidad de San Egidio y Movimiento de Mujeres Católicas. Una asociación de piedad: El rosario perpetuo. Quince Comisiones diocesanas: Catequesis, Pastoral Juvenil, Pastoral Familiar, Ministros de la Palabra, Misiones, Vocaciones, Pastoral de la Salud, Cáritas, Cultura, Pro-Vida, OMPS, Infancia misionera, Justicia y Paz, Medios de Comunicación Social y de Pastoral. Tres Consejos: Consejo presbiteral, Consejo de religiosas y Consejo de laicos. Estos datos nos pueden dar una idea del crecimiento progresivo del trabajo de nuestra Iglesia diocesana en estos veinte años. Desde 1996 nuestra diócesis participa del Plan Global Nacional con uno de los métodos de planificación pastoral existentes que nos introduce en una nueva manera de trabajar de forma más organizada y conjunta. La Sesión de este año de nuestra Asamblea Diocesana tuvo varios momentos entre los que destacó la evaluación de las metas propuestas para este año para cumplir los tres objetivos nacionales y diocesanos que son: la formación integral, la promoción humana y la creación o renovación de comunidades vivas y dinámicas; luego participamos en una reflexión sobre el Espíritu Santo que nos alentó para la presentación de las metas más importantes para este año pastoral 97-98, al finalizar la Asamblea se escogió el lema que presidirá nuestras actividades este año que resultó ser: "DICHOSOS LOS PIES DEL MENSAJERO QUE ANUNCIA LA PAZ". (Isaías 52,7) Una gran misión diocesana que comenzará en septiembre y será acompañada por una imagen de la Virgen de la Caridad que recorrerá todas las Parroquias, comunidades y barrios de la diócesis será nuestra preparación inmediata a la esperada visita del Papa a Cuba del 21 al 25 de Enero de 1998: ¡Bienvenido a nuestra Patria, Mensajero de la Verdad y de la Esperanza! |