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mayo-junio. año II. No. 7. 1995 |
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POESIA
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por RENÉ VALDÉS TORRES
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ADIÓS DE ARTISTA Todos van al teatro para verlo y pagar por su risa, pero él dejó a su hombre, de pie, frente al espejo, pues conoce que va a endrogarles la pena y a obtener otro aplauso. Él sale a escena y el público aplaude; son muchos años creyendo en sus disfraces que morían detrás de los telones, ignorando las sombras de su luz que, al final, se inclinaba dejándolos felices. Hoy no sabe qué hacer con su pirueta, las manos que, hasta ayer, se adueñaban del prodigio. Se tendrá que empinar sobre su gloria y demostrar que nunca fue el orate (algo Dios, algo demonio) que los hizo delirar por un instante. Tendrá que sacudir la ingratitud del polvo y creer como nunca que fue un juego, un momento que quiso eternizar en las calles del mundo y no la realidad del cisne que agoniza en su pecho pues, mañana, no sabe quién lo recordará (si es que alguien lo recuerda) ni en qué silencio se hundirá su rostro. Por eso es que no sabe qué hacer con su pirueta aunque el público aplaude; allá, frente al espejo su hombre llora. .....
COLIBRÍ Yo tuve un colibrí; de tan pequeño se perdía en mi mano, su cuerpo eran plumas y su pico escarbaba en mis venas quebrándome la sangre; tenía un corazón, un breve corazón sin odio; a veces me libaba y no me permitía la protesta; era sólo un fulgor, un vuelo simple, sin alardes, un lazo iridiscente al que me ataba; aprendí a distinguirlo entre millones y olvidé al cazador; por eso lo hallé muerto una mañana. .......
SOLO Reviso mis bolsillos buscando el sol, las prometidas lunas; la madrugada es animal que vela traspasada de aullidos y fantasmas. Soy la botella donde todos beben, casi el ladrón de mi propia amargura. Deshabitada al parecer, sola y apagada, así está la ciudad donde los duendes celebran y se aman; todos saben que vivo porque los vientos se rompen en mi cuerpo y aprendo a masticar mis desengaños. ¿Cómo decir que río y me ilusiono si el alba no aparece, si afuera se devoran los días y el ocaso?. ........
ORACIÓN Sosténme la esperanza, patria mía, no me dejes perder la fe en la vida aunque debajo de tu fronda nos estemos odiando como novios que no pueden mirarse y se desgarran a improperios, a verdades que nunca confesaron. Sosténme, patria mía, como una rama fuerte bajo los negros cielos; te veo pobre y triste, pero te quiero amar aunque hoy te odie; duéleme, más, no permitas que aumenten en mi corazón las brumas, las rabias, las yertas mezquindades del rencor que a veces mancha mi alma. Sé tú mi inspiración, la fuente en que mi sed descubra toda el agua. ......
REALISMO Que nunca sepan de nosotros las sombras que pregonan el olvido. Si algo se pierde estaremos colgados como oscuros pedazos sin memoria; lo que destruyan va a dolernos como enormes heridas. Hemos amado tanto a lo que muere que negamos su frío, la inmensa rigidez que lo aniquila. Creímos como pobres de una manera dulce y desgarrada, por eso no escuchamos lo que gritan las sombras. Pero se muere, amor, pero se muere. ........
SOBRE MI CAMA Sobre mi cama yace un cuerpo que no cabe; cada mañana se levanta a su tarea, su duro oficio de existir; de las paredes cuelgan ropas, bolsillos donde guarda la esperanza y la cordura. El techo es un nidal de pajarillos locos que cantan sin preguntas y esperan que amanezca, simplemente, que amanezca. .......
Y SIGO SOBRE TI Desde las tetas de mi madre me bebi la sangre, y el limpio corazon tantas veces herido; tu eras una mujer amordazada acunando mi cuerpo y en el paisaje de tu rostro se quedaron mis ojos. Aprendí a caminar entre mendigos con medallas y los recuerdos de viejos portentosos al fondo del ocaso; tu comenzabas a crecer dentro de mi sembrando mares, espumas y tiñosas. Después supe que indios callados frente al oro, la cruz y las hogueras; ahorcados por enjambres tras de la libertad; de centauros sublimes, de pactos sin nuestro sol ni nuestra gente; entonces condenamos, luchamos, nos morimos mientras en la felicidad reían los señores sin mirar hacia acá, donde la noche vencía con sus muertos y no hubo ventanas ni al más ruin horizonte. Ahora me enrosco en tus caminos, te bendigo y te acuso cuando pasan los días con sabor a pobreza. Existe incomprensión, la sospecha no deja prosperar la confianza; tu levantas la frente del glorioso destino y yo sudo, me irrito, me comparo. Ahora es Revolución, y sigo sobre ti, amando.
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