mayo-junio. año II. No. 7. 1995


HECHOS Y

OPINIONES

 

EL EXILIO

UNA FORMA MÁS DE EMPOBRECER EL PAÍS

 

por Ana María García Novo

 

 

Cuando en diversos encuentros he tenido que pronunciarme personalmente sobre este tema, me ha resultado sumamente difícil. Primero por ser extranjera, y además española, con todas las connotaciones que esto lleva consigo, tanto en la historia pasada, como en la actualidad. Segundo, creo que es un problema muy complejo y para dar un juicio sobre ello, habría que estudiar caso por caso para no pecar de injusta, y tercero porque nadie desde otra cultura y país tiene autoridad moral para pronunciarse sobre esta problemática.

Desde la libertad interior y un gran respeto, cariño y veneración por el pueblo cubano, tengo la osadía de compartir con todos los que le llegue este artículo mi manera de pensar sobre el tema.

La difícil situación que ha atravesado y sigue atravesando el país, no me ha permitido permanecer en la indiferencia, sino que penetrando en la profundidad de mi SER no me ha quedado otra salida que desde la fe, dar una respuesta que me llevará al compromiso. Compromiso que no se concreta tanto en HACER como en ESTAR. ¿Quién, estando en la vida seguro, puede negar el hombro en que el otro pueda apoyarse para encontrar alivio en su camino?

Esto me llevó a tener que dejar: cultura, país, familia, amigos, etc... (así es como yo entiendo las palabras de Jesús: "No hay mayor amor que el que da la vida por sus amigos) y venir con mis hermanos cubanos a compartir los momentos de desaliento, incertidumbre, escasez, etc...

No llevo todavía tres años en Cuba pero he vivido el tiempo suficiente como para darme cuenta del por qué y para qué vive hoy el pueblo.

Al salir a la calle y encontrarme con numerosas personas conocidas dentro de la conversión que se establece no pueden faltar las siguientes expresiones: "Voy a resolver", " no hay nada", "no tengo" ... Es verdad, se necesita lo necesario para poder llevar una vida digna y no vivir sólo para pasar trabajo y buscar lo que urgentemente se necesita, pero interiormente en mi surge una pregunta: El VIVIR ¿ consiste sólo en eso? ¿Dónde queda la responsabilidad como persona de poder hacer la vida agradable a los demás aunque se viva en un mundo de carencias y situaciones difíciles? ¿Cómo se puede transmitir VIDA en situaciones de muerte?.

Siempre viene a mi mente el siguiente texto del Evangelio: "No se preocupen por la vida pensando: ¿Qué vamos a comer?. Ni se inquieten por el cuerpo: ¿Con qué nos vamos a vestir?. Porque la vida es más que el alimento y el cuerpo más que el vestido. Miren las aves, no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero y sin embargo Dios las alimenta ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!.

Ante esta palabra de Dios que siempre es actual y siempre nos interroga ¿podemos decir: "nos vamos de nuestro país porque no tenemos ninguna posibilidad de progresar, de vivir con cierta comodidad, de ser libres, etc...?

Como personas y ciudadanos ¿no tenemos un mensaje de esperanza para nuestros hermanos en el que podamos expresar las palabras de Jesús ¡ANIMO! YO ESTOY CON USTEDES HASTA EL FIN.

Como humanos ¿dónde nos queda el sentirnos solidarios unos de otros?, ¿dónde el quedarnos al lado de los que no tienen medios para poder salir?... ¿Cómo podemos ser voz de los que no la tienen?.

El país sufre la pobreza material pero creo que no llegamos a tomar conciencia de que le estamos privando de una riqueza superior que es la de los valores humanos que junto con las personas se han ido marchando también.

El que viene de otro país a compartir y el que se marcha tienen los dos un denominador común "dejar, abandonar". La diferencia radica en el PARA QUÉ y el POR QUÉ.