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noviembre-diciembre. año I. No. 4. 1994 |
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ENCUENTRO |
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DRA. RINA MALO
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Dra. Rina Malo Ud. ha estado siempre vinculada al mundo de la educación y la cultura pinareñas ¿Cómo se inició en ese mundo y en qué instituciones trabajó? Desde pequeña tuve un sueño azul: ser maestra. Cuando mi mamá me preguntaba: niña ¿qué deseas tu estudiar?, siempre respondía lo mismo: maestra. Ya de colegiala seguí soñando... me gustaba mucho leer historias y cuentos interesantes y tomaba participación en todos los actos escolares de matiz cultural. Teniendo unos 15 años, surgió aquí en Pinar del Río, yo era alumna del Instituto de segunda Enseñanza una tertulia literaria, que fundó el Sr. Miguel Angel Clemente, secretario de la Superintendencia de Educación, con otros intelectuales entre ellos: Pepito de la Torre, secretario de la Audiencia de Pinar del Río, el periodista Gustavo Perdomo, etc. Como la hija de Miguel Angel Clemente (hoy Dra. Adelaida Clemente, gran poetisa y premio Casa de las Américas, era muy amiga mía y estudiábamos juntas en el Instituto, me invitó a formar parte de dicha "tertulia" y acepté y así empecé mi vida cultural. Esta tertulia literaria, tuvo gran aceptación en la sociedad pinareña y pueblos cercanos. En ella se trataban tópicos muy interesantes y se daban bellos recitales de canto, de poesía y de piano, en el local de la casa del Maestro. Poco después se cerraron los Institutos de segunda Enseñanza, por motivos políticos, se vivían los días inquietantes del Machadato y el Sr. Carlos Calleja, Administrador de Correos de Pinar del Río, fundó con sus hijos, una compañía teatral de aficionados con fines caritativos y con otras señoritas y señoras de aquí, como Aleyda Pimentel, Mirtha Sánchez, etc. fui invitada a formar parte de ella, en la cual actuaban Raúl Eguereos, Humberto Comesañas, Gustavo Perdomo, etc. Esta compañía, actuaba en el teatro Milanés y tuvo gran aceptación y simpatía en nuestra sociedad y en el ambiente cultural. En el año 1933, después de la caída de Machado, se abrieron los Institutos y todos los centros educacionales cerrados en señal de protesta; entonces me dediqué en cuerpo y alma a estudiar en pos de mi carrera, renunciando a estas actividades culturales que mucho me gustaban y que dejaron en mi alma juvenil, un grato recuerdo color de rosa. Sobre los colegios privados en que Ud. trabajó ¿Cómo era la calidad de la enseñanza en ellos? ¿Tenían los muchachos de la clase media y pobres acceso a estos colegios? ¿Se instruían o se educaban en ellos? ¿Considera que hoy se cumple bien esa tarea? En mi larga vida de profesora, yo trabajé en dos colegios privados: Academia Valella de la cual fui en los últimos tiempos directora, y en el Instituto González Capó. Los alumnos de estos centros, eran casi todos de la clase media, había muy pocos que pudieran considerarse ricos. Como se pagaban las clases mensualmente los alumnos pobres, no tenían acceso a ellos, aunque había siempre becas para niños de posición humilde, que se habían destacado por su disciplina y saber en otros centros más modestos. En estos colegios, daba gusto enseñar, había una magnífica disciplina, un alto concepto del respeto a los profesores y entre los alumnos, pues al niño se le instruía pero a la par se le educaba. Los alumnos reflejan ansias de saber y ponían gran interés en sus estudio. En estos centros se daba la enseñanza de moral y cívica, valioso auxiliar del maestro y bienestar para el futuro de los alumnos y de la sociedad, ya que el niño de hoy, será el hombre del mañana. Hoy en día, se enseña mucha materia a los discípulos, los programas escolares están recargados; pero hasta hace poco, se habían suprimido la moral y la cívica, que ahora se han vuelto a poner en vigor y se reconoce su importancia y beneficio. Si unido a esto, el alumno tiene la dicha de recibir la enseñanza religiosa (que en nuestras escuelas no se da pues la enseñanza es laical) pero sí en las Iglesias y hogares de padres cristianos; tenemos una bella esperanza para el futuro, en nuestro campo educacional y desarrollo cultural. ¿Cómo sentía Ud. que se consideraba la figura y la labor del maestro? ¿Hubo en Pinar del Río buenos maestros? ¿Puede mencionar algunos de los más destacados? ¿Qué características personales tenían en común? Yo recuerdo en mi época de colegiala y de alumna del Instituto de Segunda Enseñanza, la figura del maestro era respetada y considerada por todos. La sociedad entera rendía homenaje de afecto y admiración a los maestros, que día a día en su dura labor, se sacrificaban y luchaban para forjar al hombre del mañana. En Pinar del Río, hubo muchos maestros destacados por su saber y su arte de enseñar, que han dejado sus nombres grabados, en las páginas de nuestra sociedad y en el corazón de sus alumnos, como Antonio María Azcuy, Dr. Pedro García Valdés, Antonio María Raymat, Francisco Valella, Dra. Berta Cabarruy, Graciela Corujedo, etc. y a mi mente acuden los nombres de muchos más que harían muy larga esta lista, pero que no olvidamos.
Y no puedo mencionar la educación en Pinar del Río sin recordar a la señora Blanca Albert de Rubio, catedrática de la Escuela Normal para maestros y que le dio a nuestro pueblo, algo inolvidable y que debía existir aún hoy para bien de la mujer: la escuela del hogar, en esta escuela, de la cual tuve la dicha de ser profesora fundadora, se instruía a la mujer, pero se le preparaba con amor para su más alta misión: esposa y madre. ¡Dios quiera que algún día funcionen de nuevo estas escuelas en Cuba!.
Hay otro colegio, que era religioso y que quiero mencionar por la huella profunda que dejó en sus educandos: los Escolapios, tenía un magnífico profesorado religioso y laico, entre ellos a Teresita Díaz Mora compañera nuestra de la Comisión de la Cultura y su último director fue una figura cimera del clero, el padre Jaime Manich, querido por todos. Y sigo evocando con deleite la educación en Pinar del Río, y voy de nuevo a mi dorada niñez, cuando fui alumna de la escuela número 4 de niñas, que tenía magníficos profesores a los que recuerdo con mucho cariño y como Directora a la Sra. Celia Capote, que constituía mi ideal, pués tenía una gran personalidad y con maneras suaves dominaba a un alumnado de cientos de niñas y yo la admiraba de todo corazón.
Más tarde pasé al Instituto de Segunda Enseñanza y aquí tuve muy buenos profesores como el Dr. Juan José Geada en Literatura, Dr. Enrique Díaz Ortega en Psicología y Cívica etc. y no puedo silenciar los nombres de las Dras. María Valella y Emilia Delgado unidas a mí por la cultura y por una sincera amistad, que son aún recordadas y admiradas en Pinar del Río.
¿Qué tenían estos maestros citados ya sean de enseñanza primaria o superior en común?.
Talento, conocimientos pedagógicos y la cualidad más importante según mi criterio: amor hacia sus alumnos y hacia la educación, en cuya misión ponían el alma y la razón. Todos estos profesores tenían presente, que la enseñanza tiene que basarse en la razón, como aconsejaba y practicaba el maestro cubano por escelencia, Félix Varela, que fue "el primero que nos enseñó a pensar" y que se considera por todos como "El Padre de la Cultura Cubana". Tengo entendido que enseñó Ud. en la Universidad de Occidente "Rafael Morales", que fue nuestra primera Universidad pinareña. ¿Qué puede decir de su funcionamiento y fundación? ¿Por qué desapareció? ¿Qué enseñaba Ud.? Abro el libro de los recuerdos culturales de Pinar del Río, y mentalmente evoco. La Universidad de Occidente, fue fundada por el Dr. Manuel J. Espinosa, que era matancero, católico y muy luchador y amante de la cultura. Cuentan sus biógrafos, que fue a los Estados Unidos, donde se hizo bachiller y se graduó de ingeniero mecánico. Después vino a Cuba y en la Universidad de La Habana estudió Derecho Diplomático, Derecho Civil y Licenciatura en Administración Pública. Teniendo presente, la magnífica labor del Comité "Todo por Pinar del Río" y la buena calidad de valores humanos de nuestra región, este matancerotuvo la idea feliz de darnos una Universidad y vino a nuestra ciudad en el año 1953, fundó un gran patronato con personalidades destacadas de aquí y se puso a la gran tarea cultural. A los grandes esfuerzos de este patronato, a los siete meses ya estaba creada la Universidad, en Máximo Gómez esquina a Recreo. Tenía 5 facultades: Pedagogía, Filosofía y Letras, Derecho, Ciencias Comerciales y Ciencias Publicitarias. Tenía 50 profesores, 50 empleados y más de 500 alumnos matriculados. Esta Universidad tenía la misma autonomía que la Universidad de La Habana en el orden docente y administrativo aunque no tenía créditos y se le puso por nombre "Rafael Morales" como homenaje al gran patriota pinareño (era de San Juan) que tanto luchó por nuestra libertad. La apertura de esta Universidad se hizo el día 16 de noviembre de 1953 con la asistencia de todas las autoridades locales y educacionales de Pinar del Río y con la presencia de nuestro Obispo Monseñor Evelio Díaz Cía. Hizo la apertura de este acto el rector Dr. Manuel J. Espinosa y nuestro pueblo agradecido le atorgó el diploma de Hijo adoptivo de Pinar del Río, como merecido homenaje. ¿Qué enseñaba Ud.? Yo fui invitada por la Dra. Yolanda Carbó, miembro del Consejo Directivo, para formar parte del profesorado de la Facultad de Filosofía y Letras y desempeñar la Cátedra de Literatura Española. Más tarde dicho Consejo me pidió que prestara mi cooperación en Pedagogía en el Pre-Universitario dando Historia de Cuba, ya que había una cantidad grande en centros superiores de profesores que carecían del título idóneo y le daban un plazo para adquirirlo y acepté gustosa también esta labor educacional. ¿Por qué desapareció? Esta Universidad funcionó normalmente el curso 1953-1954 pero desgraciadamente el 2do. Curso no pudo comenzar; reinaban en Cuba las inquietudes, las penas y angustias del gobierno de Batista y en el orden interior de la Universidad hubo serios problemas, que troncharon nuestro sueño intelectual de tener una Universidad en Pinar del Río, sueño que va a florecer más tarde cristalizando las rosas del saber en nuestra Universidad actual, orgullo de Pinar del Río y valioso pilar de nuestro progreso cultural. Quisiera que hablara para las nuevas generaciones de pinareños ¿En qué consistía el trabajo del Lyceum Femenino Pinareño donde sabemos que Ud. desarrolló una destacada labor como promotora cultural? Esta institución surgió a la vida, gracias a los esfuerzos de una leceísta habanera, la Sra. Elena Alfonso de Méndez Anaya, que vino a vivir a Pinar del Río, pues su esposo fue nombrado magistrado de nuestra Audiencia. Esta señora, que tenemos siempre que recordar con gratitud tuvo la idea feliz de darnos un Lyceum similar al de La Habana y lo primero que hizo, fue rodearse de un conjunto de damas y damitas, que como yo, estaban ansiosas de hacer florecer la cultura en nuestra ciudad, surgiendo a la vida después de luchas y sacrificios nuestro Lyceum, el día 23 de abril de 1956 "Día del Idioma", día escogido para rendirle homenaje de admiración a Don Miguel Cervantes Saavedra, llamado con razón "El Príncipe de las Letras". Con firmeza, con sacrificios y con el apoyo y la simpatía de la sociedad pinareña, pudimos hacer nuestro el pensamiento de Amado Nervo; "Si hay un hueco en tu vida, llénalo de amor", amor a Dios, amor a la cultura, amor a la juventud y al niño, amor al prójimo, amor al bien y luchar para que en el alma de la mujer pinareña, nacieran las rosas fragantes del saber, para que pudiera a cabalidad cumplir su más bella misión en la plenitud del vocablo. Ya lo dijo el gran escritor español Severo Cabalina en su libro "La Mujer": "Educar y perfeccionar a un hombre, es formar a un individuo, que tal vez no deje nada tras sí, educar y perfeccionar a una mujer, es formar las generaciones que están por venir". Recuerdo que 2 ó 3 años después de su fructífera labor la Dra. Elena Alfonso, sufrió una honda pena, su único hijo murió en un accidente (de avión o de automóvil) y herida profundamente en su corazón de madre no pudo seguir ejerciendo el cargo de Presidenta de dicha institución. Entonces para gran sorpresa mía, se convocó a elecciones para elegir una nueva Presidenta, siendo yo electa para desempeñar dicho cargo, realizando mi labor con la valiosa cooperación de la Directiva, hasta 1961 (después del triunfo de la Revolución) en que fueron intervenidas estas sociedades, muriendo físicamente nuestro Lyceum, aunque siguió viviendo en nuestros corazones y en el alma de la mujer pinareña que no podrá olvidar nunca que fue creado por una mujer, para la mujer y por la mujer, teniendo por credo llevar a todos los recodos del áspero camino la cultura y el poema del Bien, como realidad de un sueño de mujer y esperanza de un mundo mejor... ¿Qué le recomendaría a las actuales instituciones culturales de nuestra provincia, para mejorar su labor? Yo le recomendaría tres cosas, para triunfar en su labor y que nunca fallen:
Si tuviera que aconsejar a un maestro joven que comienza hoy su labor educativa. ¿Qué le diría? A ese maestro joven, que comienza con cierto temor su labor educativa, yo le diría: Sigue al pie de la letra el pensamiento del gran educador cubano José de la Luz y Caballero que dice: "Instruir puede cualquiera; educar sólo el que sea un Evangelio vivo".
La misión del verdadero maestro es instruir y a la par educar, para moldear no sólo la mente sino el alma del alumno y forjar así al hombre del mañana.
Lucha porque te respeten, pero logra que te amen. El amor todo lo puede y un maestro amado por sus alumnos hace maravillas en el campo educacional.
Muchos de sus alumnos recuerdan todavía sus clases de historia de Cuba. ¿Qué hay dentro de la Dra. Rina Malo que la impulsaba a poner todo su corazón en esas lecciones de la vida patria? Primeramente soy cubana y siento palpitar en mi corazón el amor a Cuba. Cuando explico un tema histórico de mi Patria, lo siento, lo vivo dentro de mi corazón, me parece tener delante de mí los hechos que describo y sufro con el dolor de algunos como por ejemplo el fusilamiento de los estudiantes de medicina en 1871, y vivir la alegría de la victoria con otros como: el rescate de Julio Sanguily por Ignacio Agramonte y así les trasmito psicológicamente estos estados anímicos a mis alumnos, que viven conmigo esta sincera emoción de recordación patriótica. Ya lo dice Vicente Aguilera en su poesía sobre "La Patria": La Patria se siente, no tiene palabras,... Si tuviera que soñar, como sería la vida educativa y cultural de Pinar del Río, según sus deseos para el progreso de esta provincia... ¿Querría describir cómo lo soñaría? Si tuviera que soñar este tópico tan interesante, yo diría que anhelo: un sendero donde florezcan las rosas del saber, de la educación personal y un profundo amor a Dios. El momento es propicio; ha nacido en la juventud pinareña el amor a la cultura. Antes sólo iban a los actos culturales personas mayores, la juventud le daba la espalda a este ambiente. Hoy existe una marcada inclinación a lo cultural especialmente, al cultivo del verso, donde existen verdaderos valores. Esto unido a una sólida enseñanza, donde vaya la instrucción ligada a una buena educación, donde se le enseña al niño y al joven el valor de la moralidad, la importancia que tiene en la vida la honestidad, así como el respeto a los demás y sobre todo el amor a Dios, creo que casi puede realizarse mi sueño de profesora y de cubana, de amante a la cultura y del progreso de mi Patria. Recordemos que Martí dijo: "La grandeza de un pueblo depende de la educación de sus hijos". Ud. ha presidido durante años la Comisión Católica para la Cultura de la Parroquia de la Caridad. ¿Cuál considera que es el fin que se propone esta Comisión en estos momentos difíciles de la vida en Pinar del Río? ¿Cree que ha tenido acogida entre pinareños que no son de la Iglesia?
No cabe duda que la cultura nos acerca a Dios hay una íntima relación entre cultura y fe. Así lo expresa el Papa Juan Pablo II y está expuesto en el libro del ENEC cuando dice: "La síntesis entre cultura y fe, no es sólo una exigencia de la cultura, sino también de la fe". La Comisión Católica para la Cultura de la cual soy responsable desde su fundación ha tenido muy presente siempre las palabras del Papa (expuestas anteriormente) y a través de su labor cultural lucha por lograr la inculturación del Evangelio y la Evangelización de la cultura algo muy beneficioso para el progreso cultural del hombre y el desarrollo de la sociedad y de nuestra fe. Esta Comisión se propone en estos momentos difíciles en que vivimos al compás de la cultura, regar con amor la semilla de la evangelización en todos los corazones, aumentando así la fe en los ya creyentes y haciendo nacer el amor a Dios en los no creyentes; lo que es muy posible y he visto realizarse esta transformación en muchas personas no creyentes. Han ido a nuestros actos en pos de cultura y sin darse cuenta, sus almas se han abierto hacia Dios y ahora sienten en sus corazones palpitar la dulzura de la fe tan consoladora en todos los momentos difíciles de la vida, logrando que en sus almas vayan unidas el amor a la cultura y el amor a Dios, que es nuestro ideal. ¿Quiere decir algo más a los lectores de VITRAL? Sí, quiero facilitar al Director y a todos los integrantes de esta revista, que considero con un gran caudal de cultura y muy amena ¡lástima que no tenga más publicidad! para que su conocimiento llegue a toda la Isla, para deleite de los amantes de la buena lectura y espero muy pronto verla coronada por un gran éxito literario. |