septiembre-octubre. año I. No. 3. 1994


RELIGIÓN

 

¿DUDAR O CREER?

por P. Mariano Ruíz Rodríguez

 

Dijo un día el discípulo al maestro:

  • Me atormentan las dudas. ¿No ha tenido usted en su vida dudas de la fe?

  • Hay dos modos de conocimiento, le contestó el maestro.

El conocimiento científico, que se funda en la experiencia sensible, goza de la evidencia de la percepción inmediata. Nos da la garantía y la paz de la evidencia... 3 + 2 son 5. Hay humo, luego hay fuego. Es evidente.

El conocimiento de la fe que tiene como objeto realidades espirituales, ultra mundanas, viene envuelto en la oscuridad, es inasequible a la experiencia fenómeno-lógica.

  • ¿Cómo podré entonces llegar a conocerlos?, objeto el discípulo. ¿Cómo tendré la garantía de que poseo la verdad?

  • Cuando vas en el tren de noche- siguió explicando el maestro, no ves el camino, ni la estación terminal, pero duermes tranquilo porque confías en el maquinista.

Cuando te van a inyectar la anestesia para una intervención quirúrgica, tú no ves el proceso de operación pero estás tranquilo y seguro porque confías en el cirujano que es amigo tuyo y médico competente.

Yo estoy seguro y tranquilo en mi fe, porque confío en el que me guía "yo sé bien de quién me he fiado" (2 tim. 1,12).

Desde Abraham Padre de los creyentes hasta nuestros últimos cristianos, a lo largo de toda la historia de Israel con sus patriarcas, jueces, reyes y profetas; y a lo largo de toda la iglesia, nuevo pueblo de Dios, con todos sus apóstoles, santos, mártires, incluyendo el mismo Jesús enviado del Padre, con María su madre Virgen; toda esa historia de Salvación, es historia de la fe, es historia de un pueblo creyente.

No hay otro camino para salvarse, ni lo habrá, hasta que se disipe la niebla y lleguemos a la clara visión de ese Dios escondido.

Entonces la fe será ya innecesaria, lo mismo que la esperanza, y sólo quedará el amor, la fusión del amor.

  • ¡Cuánto me agrada!, repuso el discípulo, ¡cuánto me entusiasma esa visión de la humanidad peregrina guiada por una luz superior, mayor que nuestros limitados y parcializados razonamientos!

Pero mis dudas torturantes, ¿quién me librará de ese tormento y me devolverá la paz?.

  • Si tú desconfías del maquinista del tren- le aclara el maesro, porque temes que va a cambiar maliciosamente la ruta del tren, el maquinista se ofende, y con razón. Es una ofensa a su honestidad profesional.

Lo mismo que se ofende el cirujano si piensas o comentas, que va a hacer un injerto falso.

Es ofender a Dios dudar voluntaria y conscientemente de su amor y fidelidad, si piensas que Dios te está engañando. La duda voluntaria y consciente es pecado, ofende a Dios.

Pero estar consciente de que la fe es oscura no es pecado. Es la realidad de nuestra condición de creyentes.

La realidad y la dicha. Es la gran oportunidad que tenemos de hacer un obsequio de nuestra mente a la palabra de Dios y ganar así su amistad y su recompensa.

"Dichosos los que sin ver creen" (Jn.20,29) dijo el Señor al incrédulo Tomás.

No esperes a verlo en el cielo. Ahora es cuando puedes gozar la dicha de confiar en un Corazón que te ama, que te ha dado pruebas más que suficentes de su amor, hasta dar la vida por tí. Ese gozo lo puedes tener ya en esta vida, ahora. Es una experiencia personal de la presencia de Dios en tu corazón.

Desconfiar del cirujano le ofende, pero preguntarle buscando información no ofende, es razonable.

Desconfiar del maquinista le ofende, pero llevar un itinerario o mapa de pueblos y ciudades es bueno y razonable.

Desconfiar de la veracidad de Dios es ofensa grande, pero estudiar la Biblia, los tratados y comentarios teológicos acerca del misterio de nuestra religión, de los argumentos y valor de las pruebas, es bueno y conveniente para "saber dar razón de nuestra esperanza" (1Pe.3,15).

Yo creo en Dios porque lo veo en sus obras, como creo en Velázquez porque lo veo en las "Meninas".

Desde la creación del mundo, lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, se pueden descubrir a través de las cosas creadas. Hasta el punto que no tienen excusas los paganos porque conociendo a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias..."jactándose de sabios se volvieron estúpidos..." (Rom.1,20-22).

Torpes por naturaleza son todos los hombres que han ignorado a Dios y por los bienes visibles no lograron conocer al que existe; ni considerando sus obras reconocieron al artífice de ellas, sino que tuvieron por dioses y rectores del mundo al fuego, al viento, al aire ligero, a la bóveda estrellada...(al dinero, diríamos hoy, al poder, al placer, la salud, las drogas o al sexo...)

"Si embelesados por su hermosura los tuvieron por dioses, cuánto más hermoso es el Señor de todas estas cosas, pues el autor mismo de la belleza las creó..."

"Pues por la grandeza y la hermosura de las criaturas se descubre, por analogía a su hacedor..."

"Si tanto llegaron a saber que acertaron a escudriñar el universo, ¿cómo no encontraron antes a su Señor?" (Sab. 13.1-9).

"No está lejos de nosotros pues en El vivimos, nos movemos y existimos" (Hech.17,28).

Yo creo en Dios por Jesucristo, su Hijo, enviado al mundo para salvarnos, que dio la vida por nosotros, que está presente en el creyente por su Espíritu, por su palabra, por sus sacramentos, por su Iglesia...

  • Maestro, ya veo que la fe, cuando es verdadera, es contagiosa. Me va Ud. contagiando el calor de la fe, de la confianza en el Señor.

Dígame, ¿qué piensa de los modernos "Tomases", los que no quieren creer más que lo que ven?

- Que son inconsecuentes. Que no es verdad lo que dicen. Creen constantemente y a diario en infinitas cosas y personas que no ven. Creen en el cocinero aunque no lo vean preparar la comida. Creen al guagüero, aunque no vean por qué calle los llevan. Creen al amigo que le propone una tarde de descanso aunque no sepan el plan... y así sucesivamente.

¡Cuánto más valiosa y segura es la fe divina, la fe en un Dios que te ha dado lo que tienes y esperas, que te manda diariamente sol y lluvia para los campos!.

Que prepara la tierra y hace germinar todos los alimentos.

Que nos envió a su Hijo y lo entregó a la muerte por nosotros.

Que quiere hacernos participar de su gloria y felicidad eterna.

El es más Padre que todos los mejores padres de la tierra

¿NO TE FIARÁS DE ÉL?